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Transmisión Ocupacional del VIH y Prevención Entre los Trabajadores de la Salud

Datos breves

  • La transmisión ocupacional del VIH a trabajadores de la salud es bastante infrecuente.
  • Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan usar mecanismos y barreras de seguridad adecuadamente para prevenir la exposición al VIH en los entornos de atención médica.
  • Los CDC han elaborado recomendaciones para los trabajadores que están expuestos, a fin de reducir al mínimo el riesgo de contraer el VIH.

En los Estados Unidos solo han ocurrido 58 casos confirmados de transmisiones ocupacionales del VIH en trabajadores de la salud. El uso adecuado de guantes y gafas de protección, junto con mecanismos de seguridad para prevenir lesiones con elementos médicos punzantes y cortantes, puede ayudar a minimizar el riesgo de exposición al VIH cuando se atiende a los pacientes con este virus. En caso de que un trabajador sufra una exposición, los CDC recomiendan darle tratamiento inmediato con un régimen corto de medicamentos antirretrovirales contra el VIH para prevenir la infección.

Las cifras

Para el 31 de diciembre de 2013, se habían confirmado en los Estados Unidos 58 casos de transmisiones ocupacionales del VIH y se reportaron 150 casos de posibles transmisiones. De estos, solo un caso confirmado ha sido reportado desde el 1999. Sin embargo, debido a que la notificación es voluntaria, es posible que no se notifique a los CDC todos los casos.

Los trabajadores de la salud que están expuestos a lesiones por pinchazos con agujas que contienen sangre infectada con el VIH, tienen un riesgo de 0.23 % de ser infectados. Es decir, que 2.3 de cada 1000 de estas lesiones, causarán una infección si no se administra tratamiento inmediato. El riesgo de exposición debido a salpicaduras con fluidos corporales es cerca de cero, incluso si los fluidos tienen mucho sangrado. Las salpicaduras de fluidos en la piel intacta o en membranas mucosas son consideradas de bajo riesgo de transmisión del VIH, haya o no sangre involucrada.

Estrategias de prevención

Para prevenir la transmisión del VIH a los trabajadores de la salud en el sitio de trabajo, los trabajadores de la salud deben suponer que la sangre y los demás fluidos corporales de todos los pacientes pueden ser infecciosos. Por lo tanto, deben seguir en todo momento estas precauciones de control de infecciones:

  • Use barreras de protección (por ejemplo, guantes o gafas) de manera rutinaria cuando prevea que pueda entrar en contacto con sangre u otros fluidos corporales.
  • Lave las manos y otras áreas de la piel inmediatamente después de haber contacto con sangre u otros fluidos corporales.
  • Maneje cuidadosamente los instrumentos punzantes al momento de usarlos y después al desecharlos.

Se han creado mecanismos de seguridad para ayudar a prevenir las lesiones por pinchazos con agujas. Si se usan correctamente, estos mecanismos pueden reducir el riesgo de exposición al VIH. Muchas de las lesiones percutáneas, como los pinchazos de aguja y las cortaduras, se vinculan con la eliminación de desechos médicos punzantes y cortantes. Todas las jeringas usadas y los demás instrumentos punzantes se deben desechar adecuadamente en los contenedores para objetos punzantes, a fin de prevenir que se produzcan lesiones accidentales y que se contagie el VIH.

Aunque la estrategia más importante para reducir el riesgo de transmisión ocupacional del VIH es prevenir la exposición en el trabajo, se debe contar con planes para tratar a los trabajadores de la salud después de haber estado expuestos. En el 2013, los CDC emitieron directrices para el manejo de casos de exposición al VIH en los trabajadores de la salud y recomendaciones para la profilaxis posexposición (PEP, por sus siglas en inglés): Guías actualizadas del Servicio de Salud Pública para el control de la exposición ocupacional al VIH y recomendaciones para la profilaxis posexposición (solo disponible en inglés).

La exposición ocupacional se considera una preocupación médica urgente y debe ser manejada inmediatamente después de una posible exposición; mientras más pronto mejor, ya que cada hora cuenta. Las directrices de los CDC presentan una serie de consideraciones para determinar si los trabajadores de la salud deben recibir PEP (uso de medicamento antirretroviral luego de una posible exposición para reducir las probabilidades de infección con el VIH) y decidir qué tipo de régimen administrar. En la mayoría de los casos de exposición al VIH que requieren PEP, se recomienda un régimen básico de cuatro semanas con dos medicamentos, y se debe comenzar lo antes posible tras la exposición (dentro de 72 horas). Para las exposiciones al VIH que conllevan un riesgo elevado de contagio (según el estado de infección de la fuente y el tipo de exposición), es posible que se recomiende un tratamiento con tres medicamentos. Las directrices también abordan circunstancias especiales, por ejemplo, las exposiciones que no fueron reportadas a tiempo, si se desconoce quién fue la fuente de la infección, si la persona expuesta está embarazada, si el virus de la fuente de infección es resistente a los medicamentos antirretrovirales y la toxicidad de los tratamientos de PEP.

Creación de mejores programas de prevención para los trabajadores de la salud

Es necesario mantener una atención constante en las siguientes áreas para ayudar a reducir el riesgo de transmisión ocupacional del VIH en los trabajadores de la salud:

Esfuerzos a nivel administrativo. Todas las organizaciones de salud deben capacitar a sus trabajadores en los procedimientos de control de infecciones y sobre la importancia de notificar las exposiciones ocupacionales. Las organizaciones deben crear y distribuir políticas escritas para el manejo de las exposiciones ocupacionales.

Creación y fomento del uso de mecanismos de seguridad. Es necesario seguir fabricando mecanismos eficaces y a precios competitivos, diseñados para prevenir lesiones con objetos punzantes en los trabajadores de la salud que con frecuencia tienen contacto con sangre que posiblemente esté infectada con el VIH. Debe hacerse una evaluación continua sobre el uso apropiado y constante de estos mecanismos de seguridad.

Monitorización de los efectos de la profilaxis posexposición. Se debe monitorizar y evaluar de manera continua la información sobre la seguridad y la aceptabilidad de los diferentes regímenes de PEP, especialmente de aquéllos que incluyen nuevos medicamentos antirretrovirales. Además, los profesionales de la salud que administran estos regímenes profilácticos deben comunicar los posibles efectos secundarios antes de comenzar con el tratamiento y deben monitorizar de cerca a los pacientes para asegurarse de que tomen sus medicamentos correctamente.

Todos los casos de VIH que se piensa que podrían haber sido adquiridos ocupacionalmente deben ser reportados al personal de vigilancia del VIH del departamento de salud del estado e igualmente al coordinador de “Casos de importancia para la salud pública” de los CDC al 404-639-2050.

Para obtener más información, consulte la bibliografía que se encuentra en www.cdc.gov/hiv/workplace.

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