Enciclopedia médica en español |
|
Otros temas: | A-Ag Ah-Ap Aq-Az B-Bk Bl-Bz C-Cg Ch-Co Cp-Cz D-Di Dj-Dz E-Ep Eq-Ez F G H-Hf Hg-Hz I-In Io-Iz J K L-Ln Lo-Lz M-Mf Mg-Mz N O P-Pl Pm-Pz Q R S-Sh Si-Sp Sq-Sz T-Tn To-Tz U V W X Y Z 0-9 |
Contenido: | |
|
|
Definición Volver al comienzo
Los problemas sexuales se definen como la dificultad durante cualquier etapa del acto sexual (deseo, excitación, orgasmo y resolución), que impide que el individuo o la pareja disfrute de la actividad sexual.
Información Volver al comienzo
Las dificultades sexuales pueden comenzar temprano en la vida sexual de una persona o pueden desarrollarse después que el individuo ha experimentado el sexo de manera agradable y satisfactoria. El problema puede desarrollarse de forma gradual con el tiempo o puede ser repentino y presentarse como una incapacidad total o parcial de participar en una o más etapas del acto sexual. La causa de las dificultades sexuales puede ser física, psicológica o ambas.
Los factores emocionales que afectan el sexo abarcan tanto los problemas interpersonales (como conflictos en la relación marital o falta de confianza y comunicación abierta en la pareja) y los problemas psicológicos como depresión, miedos o culpas sexuales, o trauma sexual previo.
Entre los factores físicos que contribuyen a los problemas sexuales están:
Los trastornos de disfunción sexual se clasifican, por lo general, en cuatro categorías: trastornos del deseo sexual, trastornos de la excitación sexual, trastornos del orgasmo y trastornos de dolor sexual.
Los trastornos del deseo sexual (disminución de la libido) pueden tener una causa hormonal por una disminución en la producción normal de estrógenos (en mujeres) o de testosterona (en hombres y mujeres). Otras causas pueden ser la edad, la fatiga, un embarazo, medicamentos: es bien conocido que los antidepresivos ISRS entre los que están fluoxetina (Prozac), sertralina (Zoloft) y paroxetina (Paxil) reducen el deseo sexual en hombres y mujeres. Las enfermedades psiquiátricas, como depresión y ansiedad, también pueden causar reducción de la libido.
Los trastornos de la excitación sexual se conocían anteriormente como frigidez en la mujer e impotencia en el hombre, aunque estos términos han sido reemplazados actualmente por otros menos punitivos. La impotencia se conoce actualmente como disfunción eréctil y la frigidez se describe en la actualidad como cualquiera de los problemas específicos con el deseo, la excitación o la ansiedad.
Para los hombres y las mujeres, estas afecciones pueden manifestarse como una aversión y rechazo al contacto sexual con una pareja. En los hombres puede haber incapacidad total o parcial para lograr o mantener la excitación o una falta de placer con la actividad sexual.
Pueden existir causas médicas para estos trastornos, como disminución del flujo sanguíneo o falta de lubricación vaginal. Las enfermedades crónicas también pueden contribuir a estas dificultades, así como la naturaleza de la relación en la pareja. Como lo confirma el éxito del Viagra, muchos trastornos eréctiles en el hombre pueden ser afecciones principalmente físicas, no psicológicas.
Los trastornos del orgasmo son retraso o ausencia persistente del orgasmo luego de una fase de excitación sexual normal. El trastorno puede ocurrir tanto en mujeres como en hombres. Una vez más, los antidepresivos ISRS son culpables frecuentes, ya que pueden retardar el logro de un orgasmo o eliminar del todo.
Los trastornos de dolor sexual afectan casi exclusivamente a las mujeres y son conocidos como dispareunia (relación sexual dolorosa) y vaginismo (un espasmo involuntario de la musculatura de la pared vaginal que interfiere con la relación sexual). La dispareunia puede ser causada por lubricación insuficiente de la mujer (resequedad vaginal). Puede haber también anomalías en la pelvis o los ovarios que pueden causar dolor con la relación sexual. Los trastornos del dolor en la vulva también pueden causar dispareunia e incapacidad para tener relaciones sexuales debido al dolor.
La mala lubricación puede ser el resultado de una excitación y estimulación insuficientes o de cambios hormonales a causa de la menopausia o la lactancia. La irritación por las cremas o espumas anticonceptivas también puede provocar resequedad, así como lo pueden hacer el miedo y la ansiedad acerca del sexo.
No está claro cuál es la causa del vaginismo, pero se cree que un trauma sexual previo (como violación o abuso) puede ser un factor. Otro trastorno de dolor sexual femenino se denomina vulvodinia o vestibulitis vulvar. En esta afección, la mujer experimenta dolor y ardor durante el acto sexual, lo que parece estar relacionado con problemas cutáneos en las regiones vulvar y vaginal. Se desconoce la causa.
Las disfunciones sexuales son más comunes en los primeros años de la vida adulta, con la mayoría de las personas buscando atención médica por dichas afecciones cuando están cerca a los 30 años y a través de toda la cuarta década de sus vidas. La incidencia aumenta de nuevo en los años perimenopáusicos y posmenopáusicos en las mujeres, y en la población geriátrica, típicamente con aparición gradual de síntomas asociados más comúnmente con causas médicas de la disfunción sexual.
La disfunción sexual es más común en personas que abusan del alcohol y las drogas. También tiene más probabilidades de presentarse en personas que sufren diabetes y trastornos neurológicos degenerativos. Los problemas psicológicos progresivos, la dificultad para mantener una relación o una falta crónica de armonía con la pareja sexual actual también pueden interferir con la función sexual.
PREVENCIÓN
La comunicación abierta, informativa y precisa sobre temas sexuales y la imagen corporal entre la pareja y sus hijos pueden evitar que los niños desarrollen ansiedad o sentimientos de culpa por el sexo y les ayuda a desarrollar relaciones sexuales saludables.
Revise todos los medicamentos, tanto los de venta libre como los de prescripción, para conocer los posibles efectos secundarios que se relacionan con la disfunción sexual. El hecho de evitar el consumo excesivo de alcohol y drogas también ayuda a prevenir la disfunción sexual.
Las parejas que son honestas y abiertas acerca de sus preferencias y sensaciones sexuales tienen más posibilidades de evitar algún tipo de disfunción sexual. Lo ideal es que los compañeros sexuales sean capaces de comunicarse sus deseos y sus preferencias sexuales.
A las personas que son víctimas de un trauma sexual como abuso o violación a cualquier edad, se les recomienda buscar asesoramiento psiquiátrico urgentemente. La terapia individual con un experto en trauma puede ser beneficiosa al permitir a la persona superar las dificultades sexuales y disfrutar a plenitud las experiencias sexuales voluntarias con una pareja de su elección.
SÍNTOMAS
LLAME AL MÉDICO SI...
Solicite una cita con el médico si los problemas sexuales persisten y son una preocupación.
SIGNOS Y EXÁMENES
El médico investigará cualquier problema físico y llevará a cabo exámenes con base en el tipo particular de disfunción sexual que usted esté experimentando. En cualquier caso, se debe elaborar una historia clínica completa y llevar a cabo un examen para:
Un examen físico de la pareja debe incluir todo el cuerpo y no limitarse al aparato reproductor.
TRATAMIENTO
El tratamiento depende de la causa de la disfunción sexual. Las causas médicas que son reversibles o tratables, por lo general, son manejadas con medicamentos o con cirugía. La fisioterapia y las ayudas mecánicas pueden servirle a algunas personas que experimentan disfunción sexual como consecuencia de una enfermedad, afección o discapacidad física.
Para los hombres que tienen dificultad para lograr una erección, el medicamento sildenafil (Viagra), que incrementa el flujo de sangre al pene, puede ser de gran utilidad, sin embargo, debe tomarse entre 1 y 4 horas antes de la relación sexual.
Los hombres que toman nitratos para cardiopatía coronaria no deben tomar sildenafil. Las ayudas mecánicas y los implantes de pene también son una opción para los hombres que no pueden lograr una erección y encuentran que el sildenafil no les ayuda.
Las mujeres con resequedad vaginal se pueden ayudar con geles lubricantes, cremas hormonales y, en casos de mujeres premenopáusicas o menopáusicas, con hormonoterapia. En algunos casos, a las mujeres con deficiencia de andrógenos se las puede ayudar con testosterona. Los ejercicios de Kegel también pueden incrementar el flujo sanguíneo a los tejidos vaginales/vulvares, al igual que fortalecer los músculos involucrados en el orgasmo.
La vulvodinia se puede tratar con crema de testosterona, con el uso de biorretroalimentación y con dosis bajas de algunos antidepresivos que también tratan el dolor nervioso. La cirugía en estos casos no ha sido exitosa.
Los tratamientos conductuales consisten en muchas técnicas diferentes para tratar problemas asociados con el orgasmo y los trastornos de excitación sexual. La autoestimulación y las estrategias de tratamiento de Masters y Johnson están entre las muchas terapias conductuales que se utilizan.
La educación simple, abierta, precisa y de apoyo sobre el sexo y los comportamientos o respuestas sexuales puede ser todo lo que se necesita en muchos casos. Algunas parejas pueden requerir asesoría conjunta para abordar los problemas interpersonales y los estilos de comunicación. En algunos casos, se puede recurrir a la psicoterapia para tratar ansiedades, miedos, inhibiciones o una mala imagen corporal.
PRONÓSTICO Y RESULTADOS
El pronóstico (resultado probable) depende de la forma de disfunción sexual que se presente. En términos generales, el pronóstico es bueno en los casos de disfunciones físicas causadas por afecciones tratables o reversibles. Sin embargo, se debe anotar que muchas causas orgánicas no responden a los tratamientos médicos o quirúrgicos. La disfunción física prolongada también puede crear disfunción sexual.
En los problemas sexuales funcionales, producto de problemas en la relación o de factores psicológicos, el pronóstico puede ser bueno para una disfunción temporal o leve asociada con estrés temporal o falta de información precisa. No obstante, los casos asociados con relaciones que experimentan un mal funcionamiento crónico o problemas psiquiátricos muy arraigados, no suelen tener resultados positivos.
COMPLICACIONES
Algunas formas de disfunción sexual pueden causar infertilidad.
La disfunción sexual persistente puede producir depresión en algunos individuos. Es necesario determinar la importancia que tiene el trastorno para el individuo (o pareja, según el caso). La disminución de la función sexual es importante únicamente si es una causa de preocupación para la pareja. Asimismo, la disfunción sexual que no se aborda correctamente puede llevar a conflictos o rupturas potenciales de la pareja.
Referencias Volver al comienzo
Eyler AE, Biggs WS. Medical human sexuality in family medicine practice. In: Rakel RE. Textbook of Family Medicine. 7th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007: chap 55.
Lentz GM. Emotional aspects of gynecology: sexual dysfunction, eating disorders, substance abuse, depression, grief, loss. In: Katz VL, Lentz GM, Lobo RA, Gershenson DM eds. Comprehensive Gynecology. 5th ed. Philadelphia, Pa: Mosby Elsevier; 2007: chap 9.
Lue TF, Broderick GA. Evaluation and nonsurgical management of erectile dysfunction and premature ejaculation. In: Wein AJ, ed. Campbell-Walsh Urology. 9th ed. Philadelphia, Pa: Sauders Elsevier; 2007: chap 22.
Actualizado: 8/1/2008 Versión en inglés revisada por: Linda Vorvick, MD, Seattle Site Coordinator, Maternal & Child Health Lecturer, Pathophysiology, MEDEX Northwest Division of Physician Assistant Studies, University of Washington School of Medicine; Susan Storck, MD, FACOG, Clinical Teaching Faculty, Department of Obstetrics and Gynecology, University of Washington School of Medicine; Chief, Eastside Department of Obstetrics and Gynecology, Group Health Cooperative of Puget Sound, Redmond, WA. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.