4 partes:Busca tratamiento médicoTrata el queloide en casaPrevén los queloidesAprende sobre los queloides

Un queloide, o cicatriz queloide, es un crecimiento de piel que se presenta cuando el cuerpo de una persona elabora demasiado tejido cicatrizal después de una lesión.[1] Los queloides no son peligrosos pero, para muchos, representan un problema cosmético. Este tipo de cicatriz puede resultar difícil de tratar, por lo que la mejor opción es prevenirlas, aunque hay disponibles algunos tratamientos médicos que pueden ayudar a reducirlas o eliminarlas.

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Parte 1 de 4: Busca tratamiento médico

  1. Imagen titulada Heal a Keloid Step 8
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    Habla con tu médico sobre las inyecciones de cortisona. Una serie de inyecciones de cortisona aplicadas al queloide cada entre 4 y 8 semanas por un médico, generalmente puede reducir su tamaño y lograr que se aplane. Sin embargo, en ocasiones este método puede oscurecer el color de la cicatriz.[2]
    • El interferón es otro tipo de sustancia inyectable. Aunque su efectividad en el tratamiento de los queloides se está estudiando, podría ser una opción para ti.[3]
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    Considera la crioterapia para tratar tu queloide. La crioterapia es un tratamiento muy efectivo para las cicatrices queloides y puede reducirlas significativamente. Este método consiste en aplicar nitrógeno líquido al queloide a fin de congelar y retirar el exceso de células. La crioterapia solo requiere de unos pocos minutos y por lo general se realiza en el consultorio del médico. Podrías requerir de varios tratamientos, con algunas semanas entre uno y otro, a fin de eliminar el queloide por completo.[4]
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    Pregúntale a tu dermatólogo sobre la terapia láser. Las terapias láser para los queloides son relativamente nuevas y no han sido estudiadas tanto como otras opciones de tratamiento, pero prometen ser eficaces para reducir al máximo o sanar los queloides. Ten presente que diferentes tipos de tratamiento funcionan mejor para distintos tipos de piel y de cicatrices queloides. Pregúntale a tu dermatólogo si considera que el procedimiento con láser es el adecuado para ti.[5]
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    Considera la posibilidad de eliminar tu cicatriz queloide con cirugía. Los médicos son renuentes a eliminar quirúrgicamente los queloides, porque la posibilidad de que se forme tejido cicatrizal adicional en el área es muy alta. Sin embargo, en algunos casos podría ser útil o hasta necesario.
    • Si te retiran quirúrgicamente un queloide, asegúrate de seguir todas las instrucciones de cuidado postoperatorio al pie de la letra, a fin de evitar que se forme un nuevo queloide.
  5. Imagen titulada Heal a Keloid Step 12
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    Habla con tu médico sobre la terapia de radiación. Suena extremo pero, por más de un siglo, los médicos han usado la radiación con eficacia para tratar los queloides, a menudo en combinación con la cirugía u otros tratamientos. A pesar de las preocupaciones por un aumento en el riesgo de contraer cáncer, un estudio reciente indica que la radiación sigue siendo una opción segura si se toman las precauciones apropiadas, tales como la protección de los tejidos propensos al cáncer.[6]
    • Por lo general, los tratamientos con radiación son procedimientos ambulatorios que se realizan en el hospital local bajo el cuidado de un radiólogo entrenado.
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Parte 2 de 4: Trata el queloide en casa

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    Ten cuidado cuando pruebes remedios caseros para los queloides. Los remedios seguros para reducir los queloides incluyen la presión (parches de silicón) y la aplicación de sustancias sanadoras. No intentes quitar o reducir físicamente un queloide por ti mismo cortándolo, lijándolo, oprimiéndolo con bandas elásticas o con cualquier otro método que produzca un trauma en la piel. No solo que es probable que descubras que se forma nuevo tejido cicatrizal en el área, sino que también podrías ponerte en un riesgo serio de contraer una infección.[7]
  2. Imagen titulada Heal a Keloid Step 7
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    Aplícate vitamina E en el queloide. Está demostrado que la vitamina E ayuda a que las cicatrices sanen, previene los queloides y puede auxiliar en la reducción de los queloides existentes. Aplica aceite o crema de vitamina E a la cicatriz dos veces al día, en la mañana y en la noche, por entre 2 y 3 meses.[8]
    • Puedes comprar aceite de vitamina E en las tiendas naturistas y en los supermercados importantes.
    • También puedes comprar cápsulas de vitamina E, perforarlas y exprimir el aceite sobre la cicatriz. Cada cápsula te podría alcanzar para varias aplicaciones.
  3. Imagen titulada Heal a Keloid Step 2
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    Usa hojas de gel de silicona para tratar los queloides ya existentes y evitar que se forme uno nuevo. Las hojas de gel de silicona u "hojas para cicatrices" son autoadhesivas y reutilizables y se aplican a las lesiones a fin de prevenir cicatrices o sobre cicatrices y queloides existentes para reducir su tamaño y apariencia. Las hojas de gel de silicona se deben usar sobre el área de la lesión o sobre el queloide existente durante al menos 10 horas al día por varios meses.[9]
    • Las hojas de gel de silicona se venden con varios nombres comerciales, como ScarAway, y puedes comprarlas en la mayoría de las farmacias y a muchos minoristas en línea.
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    Utiliza un ungüento tópico para cicatrices a fin de sanar el queloide. Existen varios tratamientos tópicos nuevos para curar cicatrices que disminuyen los queloides visiblemente, el ingrediente activo de muchos de ellos es la silicona. Busca un producto etiquetado como "crema para cicatrices" o "gel para cicatrices" y aplícalo como indiquen las instrucciones de uso incluidas en la etiqueta.[10]
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Parte 3 de 4: Prevén los queloides

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    Comprende la importancia de la prevención. La mejor manera de lidiar con los queloides es evitar que se formen. Las personas que ya tienen queloides o que son muy propensas a este tipo de cicatrices, pueden tomar precauciones extras con las lesiones en la piel a fin de prevenir su formación.
  2. Imagen titulada Heal a Keloid Step 4
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    Cuida las lesiones en la piel para prevenir las infecciones y las cicatrices. Presta atención hasta a las lesiones menores en la piel y asegúrate de que todas las heridas estén muy limpias. Aplica una crema con antibiótico y una venda sobre cualquier herida abierta y cambia el vendaje con frecuencia.
    • Usa ropa suelta sobre el área de la lesión, a fin de evitar que la piel se irrite más.
    • Las hojas de gel de silicona, que se mencionaron antes, son eficaces para prevenir que se formen los queloides.
  3. Imagen titulada Heal a Keloid Step 1
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    Evita las lesiones en tu piel si eres propenso a los queloides. Ten presente que algunas personas pueden desarrollarlos a causa de los piercings y hasta de los tatuajes. Si ya has desarrollado un queloide en el pasado, o tienes un historial de miembros de tu familia que los hayan tenido, tal vez quieras evitar los piercings y los tatuajes o consultar con un dermatólogo antes de someterte a cualquiera de ambos procedimientos.
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Parte 4 de 4: Aprende sobre los queloides

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    Aprende cómo se forman los queloides. Los queloides son cicatrices abultadas que se pueden formar en cualquier parte del cuerpo cuya piel se haya lesionado. Se desarrollan cuando el cuerpo elabora un exceso de colágeno (un tipo de tejido cicatrizal) en el lugar de la lesión. La herida puede ser grande y obvia, como una incisión quirúrgica o quemadura, o pequeña, como la picadura de un insecto o un granito. Por lo general, los queloides comienzan a desarrollarse alrededor de 3 meses después de la lesión original y pueden seguir creciendo por semanas o hasta por meses.[11]
    • Algunas personas pueden desarrollar queloides en los piercings de las orejas y en los tatuajes.
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    Entérate de cuál es la apariencia de un queloide. Por lo general, los queloides son elevados y gomosos en apariencia, con una superficie suave y brillante. La forma del mismo suele seguir la de la lesión pero, con el tiempo, puede crecer más allá del área de la herida original. Los queloides pueden variar en color, desde el plateado o carne al rojo o marrón oscuro.
    • Por lo general los queloides no duelen, pero a algunos les pueden causar una sensación de comezón o de ardor.
    • Si bien los queloides no son peligrosos, es importante hacer que te los revise un médico, a fin de asegurarte de que no sean un problema más serio en la piel.
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    Reconoce si estás en riesgo de desarrollar queloides. Algunas personas son más propensas que otras a la formación de queloides y, si alguna vez tuviste una cicatriz de este tipo, es más probable que desarrolles más en el futuro. Si sabes que estás en riesgo, tal vez quieras tener especial cuidado con las lesiones en la piel a fin de evitar que se formen.[12]
    • Las personas con tonos de piel más oscuros son más propensas a desarrollar queloides.
    • Quienes tienen menos de 30 años de edad están bajo un riesgo mayor, especialmente los adolescentes en la etapa de la pubertad.
    • Las mujeres embarazadas tienen más probabilidades de desarrollar queloides.
    • Aquellos con un historial de queloides en su familia también están bajo un riesgo más alto.
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    Haz que un médico te revise si sospechas que estás desarrollando un queloide. Es muy importante que un médico examine cualquier posible queloide a fin de asegurarte de que no sea algo más serio. En algunos casos, el médico podría diagnosticar visualmente una cicatriz de este tipo y, en otros, tal vez desee tomar una muestra para hacer una biopsia del tejido, a fin de descartar la posibilidad de un cáncer.
    • Los tratamientos más efectivos para los queloides se realizan bajo supervisión médica y, a menudo, el tratamiento temprano es la clave del éxito.
    • Una biopsia de piel es un procedimiento sencillo en el que el médico toma una pequeña muestra de tejido de piel y la envía a un laboratorio, a fin de que sea analizado bajo un microscopio. A menudo, la muestra se puede realizar en el consultorio médico durante tu visita.[13]
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Advertencias

  • Visita siempre al médico si notas un crecimiento nuevo en tu piel o si una vieja cicatriz o bulto comienza a cambiar. ¡Tal vez se trate de un inofensivo queloide, pero más vale estar a salvo que lamentarlo luego!

Acerca del artículo

Categorías: Enfermedades y problemas de la piel