Cómo facilitar un grupo

3 partes:Organiza un grupo Empieza las discusiones Facilita las discusiones

El trabajo del facilitador de un grupo es importante porque alienta la comunicación sin tener una gran influencia en la discusión. Los facilitadores exitosos pueden controlar y mejorar un grupo con buena planificación, preguntas abiertas y refuerzo positivo.

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Parte 1 de 3: Organiza un grupo

1
Anuncia tu grupo. Elige la mejor forma de comunicación posible para llegar a cualquier persona que pueda estar interesada. Prueba con distintos canales si es posible.
- Si vas a organizar un grupo de trabajo, utiliza el correo electrónico de la compañía.
- Si vas a organizar un grupo escolar, pide números de teléfono o correos electrónicos. También, pide información sobre el sistema de correo de la escuela para enviar información para que la gente se una.
- Si vas a organizar un grupo de la iglesia, asegúrate de que la hora de la reunión forme parte del boletín de la iglesia.
- Si vas a empezar un grupo de apoyo, coloca la información en hospitales, en internet y en oficinas de consejeros o doctores.
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2
Investiga sobre los temas posibles con anticipación. Busca ideas en internet o en libros. Si vas a liderar un grupo de trabajo, obtén toda la información y reportes con algunos días de anticipación para que todos estén “en la misma página” durante la reunión.
3
Aprende habilidades administrativas antes de facilitar un grupo. Empezar y terminar reuniones requiere una persona extrovertida que le guste llevar el control del tiempo y de los temas faltantes de la agenda. Utiliza un reloj y míralo ocasionalmente para asegurarte de que todo marcha bien.
- Anuncia la hora de inicio y final de la reunión en la comunicación que tengas con los miembros. También, considera anunciar los temas y la estructura de tiempo para que puedan prepararse con anticipación.
- Una estructura importante que debes anunciar es si se trata de un grupo abierto y si es que la reunión considera la oportunidad de tener conversaciones cruzadas. Esto significa que el grupo puede discutir, en lugar de solo compartir una opinión.
4
Prepárate mentalmente para la facilitación. Quizá sea un poco agotador liderar un grupo, especialmente cuando se trata de temas profesionales o emocionales. Duerme bien la noche anterior y practica técnicas de respiración antes de empezar con la reunión.^[1]
5
Crea un ambiente que facilite la discusión. Sentarse en círculo es el método clásico porque no de esa forma no se deja a nadie afuera. Coloca las sillas en círculo antes de que lleguen los participantes.
- Evita un ambiente de “clase”. Si todos pueden verte, pero no se pueden ver entre sí, tendrás una figura más autoritaria y será más difícil motivar las discusiones entre los miembros del grupo.
6
Practica la neutralidad. Tu trabajo es motivar la participación sin afectar el resultado. Si eres una persona a la que le gusta dar su opinión, trata de mantenerte callado en discusiones políticas o de opinión.^[2]

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Parte 2 de 3: Empieza las discusiones

1
Preséntate. Hazlo breve, pero anuncia tus calificaciones o tu interés por el éxito del grupo. Trata de hacer que la introducción demore máximo 2 minutos.
2
Fija las reglas el grupo si son necesarias para el funcionamiento correcto de la reunión. En grupos, como los de alcohólicos anónimos, hay pasos y tradiciones que debes leer al inicio de cada sesión. No te sobrepases con las reglas ya que quizá puedan restringir las expresiones del grupo.
3
Anuncia el propósito de la reunión. Si existen resultados deseados o puntos agendados, revísalos ahora. Fija los tiempos de ser necesario. ^[3]
4
Configura la estructura de la discusión basándote en la cantidad de miembros que hay. Si lideras un grupo pequeño, quizá sea bueno que todos hablen en orden de modo que todos tengan una oportunidad. Si lideras un grupo grande, quizá sería bueno que para hablar, las personas deban levantar la mano.
- Anuncia la estructura del grupo antes de empezar, así todos tendrán las mismas expectativas.
5
No caigas en el comportamiento de enseñanza. Esto ocurre cuando empiezas a responder preguntas, decir argumentos o hablar frecuentemente. Tu papel en la reunión es neutral, no de profesor.

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Parte 3 de 3: Facilita las discusiones

1
Haz preguntas abiertas. Evita hacer preguntas que tengan si o no como respuestas. Si se trata de estas preguntas, trata de pedirle a los miembros que respondan por qué piensan que si o que no. ^[4]
2
Continúa con preguntas de seguimiento si la discusión no empieza inmediatamente. Dos buenos ejemplos de este tipo de preguntas son “¿Cómo hace eso que cambie tu forma de pensar sobre X, Y, Z?” o “¿Cómo piensan que eso se aplica a otros temas de la discusión?”.
3
Divide el grupo en grupos más pequeños para algún proyecto o discusiones más íntimas. Si tienes miedo de que el grupo sea muy grande para facilitar la participación, el trabajo en grupos pequeños es una buena manera para motivar a que todos interactúen.
4
Da comentarios positivos. Debes motivar las interacciones positivas. Agradece a las personas por sus contribuciones.
- No seas crítico. Incluso si el grupo se creó para hacer críticas, solo debería haberlas en pequeñas dosis. Empieza cada comentario con refuerzos positivos.
5
Si la reunión es larga, sugiere una actividad energizante. Anima a que las personas jueguen un juego entre temas, a ver un video en YouTube relacionado con el tema o pequeños recesos.
6
Si hay desacuerdos, busca terreno común. Como líder del grupo, tu trabajo es reconocer discusiones potenciales y tratar de avanzar de forma productiva.
- Di: “Parece que tenemos una diferencia de opiniones”.
- “Hay distintos puntos de vista en el grupo”.
- “Parece que ambos se sienten apasionados por esto”.
- “Parece que podemos estar de acuerdo en X, Y, Z”.
7
Anima a que otras personas lideren discusiones futuras. Esta es una buena manera para que las personas sientan que son parte del grupo y que pueden cumplir con las metas.
8
Haz un proceso de evaluación. Pídele a las personas que respondan un cuestionario o discutan cambios o temas contigo.

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