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Todo número tiene dos opuestos: el inverso aditivo y el inverso multiplicativo, también conocido como recíproco. El término te podrá sonar complicado, pero la verdad es que encontrarlo es muy sencillo.
Los números recíprocos tienen que ver con la multiplicación y la división. Para entenderlos, debes comprender primero que cualquier número entero puede ser escrito como una fracción con denominador . Por ejemplo, puede ser escrito también como , es decir:
Las variables también pueden ser escritas de la misma forma, por ejemplo, como , o sea:
Todos los números tienen un inverso multiplicativo (excepto el cero). No importa qué tan grande o pequeño sea, al multiplicarlo por su recíproco siempre da . Observa:
Los números decimales también tienen recíprocos. Para encontrar el recíproco de un decimal, conviértelo en fracción y luego invierte la fracción.
Usamos el recíproco para dividir fracciones: invertimos la segunda fracción y multiplicamos en línea recta. Observa:
En álgebra, los inversos multiplicativos o recíprocos nos sirven para cancelar valores en una ecuación. Para hacerlo, multiplicamos por el inverso de uno de los números en ambos lados, así:
Esto es posible porque todo número multiplicado por su inverso da .
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