Un discurso de graduación aburrido es una tragedia. Si te han asignado la tarea de dar uno, puedes aprender cómo agregar un poco de humor al proceso. Descubre cómo elegir los chistes apropiados para hacer que tu audiencia se muera de la risa. Aprende a dar en el clavo con el tono y dar un discurso en el que se destaque el humor, pero también el sentimiento.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Elegir los chistes apropiados

  1. 1
    Utiliza frases inspiradoras cómicas para comenzar. Un comienzo con frases inspiradoras es un rasgo común (e incluso cursi) de los discursos de graduación. Si quieres agregar un poco de humor a tu discurso, utilizar frases graciosas puede ser una forma genial de lograrlo, además de hacerlo más ligero.[1] Aquí tienes algunos clásicos del género:
    • Will Rogers: “Incluso si vas por el camino adecuado, te atropellarán si no haces más que quedarte sentado.”
    • Ben Franklin: “Encontrarás la llave del éxito debajo del reloj despertador.”
    • Bill Watterson: “¿Cómo es el mundo real? Bueno, la comida es mejor, pero aparte de eso no lo recomiendo.”
    • Ray Magliozzi: “Nunca tendrás más energía o más entusiasmo, más cabello o más células cerebrales que los que tienes hoy.”
  2. 2
    Haz una referencia cómica, pero tómatelo en serio. Una excelente manera de poner un poco de humor a tu discurso es hacer irónicamente una referencia que parezca tonta para un discurso de graduación. La cultura pop, incluyendo canciones, caricaturas y películas de acción, puede contener referencias geniales para un discurso de graduación gracioso, siempre y cuando logres desarrollarlas y tomártelo en serio.
    • Elige una perla de algún favorito del rap: “Como los venerables Chino y Nacho nos enseñaron, ‘Prefiero vivir y perder que no haber vivido nada.’ Y eso es sobre lo que quiero hablarles hoy. No, no sobre por qué se separaron Chino y Nacho, sino sobre vivir. Juntos. No como Chino y Nacho.”
    • Haz alguna referencia a la cultura popular: “Deambulando por estos pasillos, éramos como un montón de Mario Brothers en las tuberías de nuestras vidas. Perdiéndonos y encontrando el camino. Tratando de alcanzar las estrellas. Creyendo que brillábamos y éramos invencibles. Pisoteando hongos extraños. Aplastando tortugas con martillos. Luchando con dragones que roban princesas y viven en reinos de fuego. Bueno,… hicimos algunas de esas cosas.”
  3. 3
    Cuenta una historia específica de la escuela. Piensa en una historia específica de tu escuela que sea graciosa, algo que involucre a personas que estén presentes en la graduación. Esta puede ser una buena manera de dar algo de humor al discurso, siempre que la historia sea apropiada para la audiencia.
    • Si estás dando un discurso porque eres un estudiante o empleado excepcional, esta podría ser una buena oportunidad para burlarte de ti mismo. Cuenta alguna anécdota en la que hayas fallado estrepitosamente.
    • Intenta pensar en algo con lo que todo el mundo pueda sentirse identificado. Si han estado remodelando la escuela todo el año, haz chistes sobre “construir el futuro cerrando un pasillo a la vez.”
    • Evita decir chistes “internos” a menos que vayas a explicarlos. Si algo resulta gracioso para ti y tus amigos del equipo de natación pero más nadie sabe lo que significa, no es un buen chiste para un discurso de graduación. Recuerda quiénes conforman tu audiencia.
  4. 4
    Ponle humor al discurso “tradicional” de graduación. Aunque puede que sea difícil hacerlo bien, ponerle humor a los clichés usuales de un discurso de graduación puede ser una buena manera de encontrar algo más interesante que decir. Piensa en el discurso más cursi que podrías dar, y luego úsalo como un resorte para ir en la dirección opuesta.
    • Ataca el cliché del “trabajo duro”: “Muchas personas te dirán que el éxito viene con trabajo duro. Y que la única forma de subir la escalera del éxito es manteniendo las manos fuera de los bolsillos. Pero esto no es cierto. Algunas personas solo tienen suerte. Y eso es sobre lo que quiero hablarles hoy…”
    • Critica el cliché “Veo a futuros innovadores del mundo”: “Los veo a ustedes, mis compañeros graduandos, ¿y saben qué veo? Veo deudas. Veo estudiantes que se romperán los pulgares en el Xbox de la vida. Veo a los chicos que llenarán las salas de emergencias del mundo en Halloween, porque las fiestas serán demasiado intensas. A quienes les fallecerán 14 abuelas durante la semana de finales. Y a quienes tomarán el control de sus propias vidas.”
  5. 5
    Comienza con un chiste malo, luego desarróllalo. Algunos discursos buenos, y algunos malos, utilizan alguna idea, historia o aforismo a lo largo de todo el discurso como una especie de metáfora. El discurso de David Foster Wallace "This is water (Esto es el agua)" es un discurso clásico del género.[2] Comienza con un chiste simple sobre dos peces nadando en el océano, y luego habla largamente sobre los clichés de los discursos de graduación, en los que muchos oradores se colocan a sí mismos como el pez más viejo, nadando con sus compañeros jóvenes y explicándoles lo que es el agua.
    • Elige un chiste común que te guste y dilo. Pueden ser chistes sobre pollitos cruzando la calle o sobre perros que hablan. En realidad, puedes usar cualquier chiste si te esfuerzas lo suficiente.
    • “Mi papá amaba contar un chiste. Era algo así: Un chico y un esqueleto entran en un bar. El chico ordena dos cervezas y un trapeador. Creo que hay dos tipos de personas en el mundo: los esqueletos, y las personas que trapean el suelo por ellos cuando han bebido demasiado.”

Parte 2
Parte 2 de 3:
Encontrar el tono correcto

  1. 1
    Piensa en tu audiencia. Mientras estás diseñando los chistes para el discurso de graduación, intenta tener en cuenta todas las personas que estarán ahí. Puede que tus compañeros de clases sean tu objetivo, pero recuerda que estos pueden ser la minoría frente a profesores, familiares y otras personas a las que tu chiste interno con el equipo de natación podría no resultarles gracioso.
    • Probablemente no lograrás que todos se rían, incluso si tu chiste es genial. No te preocupes por llegar a todos en la audiencia, pero intenta ser respetuoso con todas las personas. Recuerda que se encuentran presentes.
  2. 2
    Averigua en qué momento debes hablar. También es importante averiguar el orden de los eventos en la ceremonia. ¿Cuándo debes hablar? Probablemente no sea bueno que incluyas muchos chistes si te toca hablar justo después de un tributo a un compañero de clases caído o de una bendición muy seria. Podría resultar de mal gusto.
  3. 3
    Mantente educado y respetuoso. Ser gracioso no significa ser grosero. Intenta que tus chistes sean aptos para todo público y agradables, de manera que todos puedan reírse. No insultes a la administración ni señales individualmente a profesores como parte de tu discurso.
    • Probablemente no sea necesario nombrar individualmente a nadie en tu discurso. Incluso si piensas que alguien se reirá al ser nombrado por alguna razón durante el discurso de graduación, nunca sabes quién podría ofenderse. No fastidies a nadie que no seas tú mismo.
  4. 4
    Conecta el humor con algo profundo. Los chistes no deberían ser usados solo para hacer reír. Los mejores chistes pueden desarrollarse en algo más complicado y significativo para que el discurso funcione.
    • Algunas veces puede ser difícil pensar en un chiste que se adapte a un tema en específico, y es mucho más fácil encontrar un tema en específico a partir del chiste que quieres decir.
  5. 5
    Mira algunos discursos graciosos para orientarte. Mientras estás intentando descubrir el mejor tono para tu discurso, mira algunos.[3] Revisa algunos de los discursos inaugurales más cómicos y más inteligentes que se han dado.[4] Aquí tienes algunos clásicos recientes, tanto por comediantes como por celebridades, así como estudiantes regulares:

Parte 3
Parte 3 de 3:
Dar tu discurso gracioso

  1. 1
    Comienza por dar las gracias a todos y tantear el terreno. Al principio de tu discurso, es una buena idea leer a tu audiencia. Podrías usar un chiste inicial para tratar de anticipar cómo irá tu discurso, pero no debes lanzarte a decir tus chistes más complicados o ridículos de inmediato. Ve lentamente y analiza cuán preparada para reírse está tu audiencia.
    • Haz un preámbulo dentro de lo común, dando las gracias a todos los que hablaron antes que tú y a quien te llamó al escenario. Incluso si tu discurso involucra voces y disfraces, no te olvides de aquello de “dar las gracias”.
    • Es difícil adivinar el humor de una audiencia en particular. Algunos pueden estar animados y listos para reírse, otros pueden sentirse lúgubres o aburridos. Comienza con normalidad y encuentra el tono adecuado para ese día en particular.
  2. 2
    Ten un “plan B” si es necesario. ¿Qué ocurrirá si empiezas a decir tus chistes y nadie se ríe? Eso podría tornarse en una situación incómoda si tu discurso solamente incluye chistes. A pesar de que esto es poco probable si escribes tu discurso apropiadamente, es una buena idea diseñar un plan B por si sientes que debes hacer algún cambio.
    • Siempre puedes evitar hacer énfasis a los chistes con tu voz. Solo lee con tanta seriedad como puedas, en lugar de hacer pausas dramáticas para dar énfasis y esperar a que la risa se extinga.
    • Marca todos tus chistes con un color o subráyalos, y deja todas las cosas serias con la fuente y texto regulares. Así podrás ver los chistes y saltártelos en caso de ser necesario. Solo enfócate en el contenido.
  3. 3
    No te sorprendas si la gente se ríe en momentos inesperados. Esto siempre ocurre. Piensas que una línea va a ser cómica y solo hay silencio. Dos oraciones más tarde, la gente se reirá de algo que pensaste que era bastante serio. No te preocupes por esto. Si la gente se está riendo, eso es bueno. No te preocupes mucho pero prepárate para hacer pausas en lugares en los que no pensaste que debías hacerlo.
  4. 4
    Comprométete con el “personaje” que estás interpretando. En algunos casos, puede que adoptes alguna especie de personaje para ser gracioso. Puedes ser excesivamente dramático o falsamente serio, o puedes simplemente terminar siendo tú mismo. Lo que sea que hagas, comprométete con ello tanto como sea posible.
    • Si vas a cantar dramáticamente una canción de Sinatra, debes mantenerte serio para que la gente se ría. Si vas a dar una falsa charla académica, mantente en modo profesor todo el tiempo.
    • No te rías de tus propios chistes. Practica para que no reveles los remates o frases clave de tus chistes.
  5. 5
    Reduce la velocidad. Si tu discurso es gracioso, dale a la gente suficiente tiempo para entender tu sentido del humor. El tiempo es importante en cualquier tipo de discurso. Reduce la velocidad mientras estés hablando y haz pausas en los lugares correctos.
    • Reduce la velocidad a la que leerás tus palabras, así como las pausas entre oraciones. Detente completamente después de cada oración.
    • Si la gente está riéndose, solo deja de hablar por un minuto. No intentes hablar por encima de la risa.
  6. 6
    Enuncia tus palabras. Murmurar un chiste no hará reír a nadie. Practica leer tu discurso lentamente, enunciando y pronunciando cada palabra con propiedad. Si titubeas con los chistes y dices mal las palabras o tienes que empezar de nuevo un chiste en particular, ya no será tan gracioso.
    • Practica tu discurso varias veces. Tenlo casi memorizado, sin llegar a memorizarlo en realidad. No hay peor chiste que el que se dice en un mal momento.
  7. 7
    No seas “solo” gracioso. Los chistes son buenos, pero es importante tener un discurso que sea más complicado que una letanía de chistes. Puedes ser el comediante más cómico de tu escuela, pero querrás decir algo con contenido. Da las gracias con sinceridad por haber tenido la oportunidad de dar el discurso y a tu audiencia por haberte escuchado, incluso si el resto de tu discurso fue sarcástico o ridículo.
    • Termina con un mensaje positivo. A la gente también le gusta ser conmovida en las graduaciones.

Consejos

  • Piensa en una historia cómica que te haya pasado cuando estabas en la escuela y agrégala al discurso.
  • Encuentra un chiste o dos que se relacionen contigo, tus compañeros o la escuela.
  • Prueba los chistes con amigos.
  • Intenta hacer chistes originales.

Advertencias

  • No insultes a profesores o empleados con tus chistes.

Acerca de este wikiHow

wikiHow es un "wiki", lo que significa que muchos de nuestros artículos están escritos por varios autores. Para crear este artículo, 17 personas, algunas anónimas, han trabajado para editarlo y mejorarlo con el tiempo. Este artículo ha sido visto 23 529 veces.
Categorías: Discursos