Alimentar al ganado podría parecerte tan simple como colocar un poco de heno frente a los animales, pero, en realidad, involucra saber cuáles son los alimentos que hay a tu disposición, qué y cuánto debes darle al ganado, y la forma como este alimento afectará su salud y productividad. En resumen, al alimentar al ganado, es necesario que consideres tu tipo de operación, ubicación, finanzas y preferencias personales. ¡Adiós a la idea de simplemente poner un poco de heno frente a una vaca!

Parte 1
Parte 1 de 8:
Evaluar al ganado

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    Considera el estado de productividad del ganado. El ganado se divide en 5 clases que se basan en tres tipos generales de producción prevista: lactancia, reproducción o carne. Estos tipos determinan diversos factores (por ejemplo, si es que el ganado necesita aumentar de peso y cuándo). Debes diferenciar tus vacas según estos tipos y condiciones específicas.
    • Vacas lactantes: considera la cantidad de tiempo que hayan estado produciendo leche, la cantidad de veces que la hayan producido durante su vida, la cantidad de leche que produzcan, su estado de preñez y el peso esperado al nacer de su cría.
    • Vacas secas (no lactantes): considera si es que están preñadas o no y la cantidad de meses de preñez.
    • Vaquillas preñadas: considera si es que están preñadas o no y la cantidad de meses de preñez.
    • Vacas de engorde y de reemplazo: la alimentación de ganado para el sacrificio está conformada por 2 grupos: los que se "recrían" y los que se "terminan". Es importante considerar el peso objetivo para el sacrificio (o el peso maduro para las vaquillas y toros de reemplazo) y el grado, marmoleo y producción objetivos al momento del sacrificio.
    • Sementales: se necesita toda la información que ya se ha mencionado menos la pertinente a la lactancia, la preñez y la evaluación de los cadáveres.
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    Considera la raza y el tipo del ganado que críes. La raza juega un papel importante en cuanto a determinar las raciones de alimentación. Por ejemplo, el ganado lechero tiene mayores requisitos de mantenimiento que el ganado de carne, por lo que es necesario que se le considere de una forma distinta. El tipo de formulación que se utiliza para las vacas lecheras lactantes dentro de un sistema de ordeño lechero es más complejo que aquel para el ganado de carne. Por lo tanto, la formulación para las vacas lecheras suele estar separada de la formulación para el ganado de carne.
    • Entre las razas de ganado lechero se encuentran las Holstein, las Jersey y las Brown Swiss, por nombrar solo algunas. Las Simmental y Felckvieh también se incluyen junto con el ganado lechero en la formulación del alimento.
    • Por lo general, las razas de ganado de carne (aparte de las Simmental y Fleckvieh) se agrupan en tres categorías: de tipo británico, continentales y exóticas.
    • Entre las razas británicas se encuentran las Angus, las Shorthorn y las Hereford. Por lo general, estos son los ganados de rango promedio o aquellos cuyos requisitos de mantenimiento son menores y, por tanto, se considera que convierten mejor el alimento en leche o músculo.
    • Es posible que las razas continentales, como las Charolais y las Limousin, necesiten un mayor suplemento de energía y proteína cuando sigan una dieta compuesta únicamente de fibra o césped. Sin embargo, si la calidad del heno y el césped no es buena, ambas de estas razas necesitarán una mayor suplementación para poder desarrollarse bien.
    • Entre las razas exóticas se encuentran el ganado de tipo Brahman, como las Santa Gertrudis, las Nellore y las Sahiwal, así como también compuestos como el ganado Brangus y Braford. El primer grupo está vinculado por separado debido a que los requisitos de mantenimiento que necesitan son un poco mayores que los del grupo continental (sin incluir a las Simmental) y los del grupo de tipo británico.
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    Evalúa el estado del pelaje de tu ganado. En cuanto a la evaluación de los animales en sí, la profundidad y la condición del pelaje, así como también el grosor del pellejo, constituyen factores que tienen un impacto en la forma como los alimentes, sobre todo al pasar del verano al invierno y viceversa. Independientemente de lo repentinos o graduales que sean los cambios en el pelaje, deben tomarse en cuenta los problemas que tenga (de haberlos) al momento de determinar cómo alimentar a los animales y con qué.
    • Profundidad del pelaje: la longitud de la primera capa de pelaje (el pelo más fino y suave cerca de la piel) debe ser más pronunciada durante el otoño y el invierno que durante la primavera y el verano, que es cuando se muda para obtener una capa de pelaje ligero. Esto permite que el animal tenga un mayor aislamiento externo contra el frío. No se necesita una profundidad numérica, simplemente saber si se encuentra en una condición de "invierno" o de "verano".
    • Condición del pelaje: esto simplemente evalúa si el pelaje está mojado, lodoso o cubierto de nieve. Estas tres condiciones pueden poner en peligro las cualidades aislantes del pelaje y, por consiguiente, el umbral de temperatura del animal y sus requisitos de mantenimiento.
    • Grosor del pellejo: mientras más grueso sea, las cualidades aislantes externas serán mayores (y viceversa para el pellejo más delgado en el ganado). Las razas Hereford y Devon se conocen por sus pellejos gruesos, en tanto que otras razas de carne, como las Angus, Shorthorn, Charolais y Gelbvieh, se consideran promedio. Las razas lecheras y el ganado Zebu y Brahman tienen pellejos más delgados, pero lo interesante es que el pellejo de la raza Holstein-Friesian es mucho más grueso que el de la Jersey.[1]
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    No tomes en cuenta el sexo. Desde un punto de vista nutricional, el sexo juega un papel muy insignificante en cuanto a las diferencias en requisitos nutricionales. Según ciertos estudios, los requisitos nutricionales de las vaquillas y los cabestros o de las vaquillas y los toros (o de las vacas y los toros) estadísticamente no difieren. Las diferencias en sexo tienen un efecto únicamente en los índices de crecimiento en una menor medida y en la forma como los nutrientes se adjudican a los tejidos corporales; es decir, ya sea como músculo o como grasa.[2]
    • Por ejemplo, si el índice de crecimiento es igual entre un grupo de vaquillas y cabestros y se les alimenta con la misma ración, es probable que las vaquillas adquieran más grasa que los cabestros.
    • La única preocupación respecto al sexo es la formulación de la dieta en sí en relación con la reproducción, sobre todo en cuanto a las vacas. Es probable que la formulación más difícil sea la de las hembras, en particular las vacas maduras, debido a que tienen requisitos distintos asociados a la etapa en la que se encuentren del ciclo reproductivo (es decir, la cantidad de meses de preñez que tengan o qué tan avanzado se encuentre el ciclo de lactancia).
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Parte 2
Parte 2 de 8:
Tomar en cuenta el peso

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    Determina el peso del ganado. Es probable que lo más importante que debas saber al momento de determinar el alimento adecuado para tu ganado es el peso de cada animal. Al saber el peso individual de cada uno, podrás ya sea elaborar una dieta con la que puedan mantenerse en ese peso o hacer cambios en la dieta que tengan un impacto sobre su tamaño.
    • No hace diferencia que el peso esté en kilos o libras.
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    Evalúa el grado de condición corporal (GCC) de tu ganado. El grado de condición corporal evalúa el nivel de grasa que tenga el animal. Para obtenerlo, se observa y se palpa la mitad inferior del animal, desde las costillas hasta la zona pélvica, y luego, con un cuadro, se evalúa el grado numérico del animal en relación con su condición física. Mientras más bajo sea el grado, el animal estará más delgado.
    • Según el sistema canadiense, el grado llega únicamente hasta 5 (del 1 al 5), mientras que, en el sistema estadounidense, va del 1 al 9.
    • Será necesario compensar y hacer ajustes al alimento que les des a los animales de tu rebaño que tengan un grado más bajo de forma que puedan aumentar de peso. Los requisitos en cuanto a los nutrientes para los animales más delgados suelen ser mayores que aquellos para los animales cuyo grado sea moderado o más alto. Esto puede ocasionar un mayor nivel de consumo y también quiere decir que debes invertir más en alimento de mayor calidad de forma que estos animales puedan alcanzar una condición corporal deseada en un determinado periodo de tiempo (para el parto, la reproducción o incluso como ganado de carne a la venta).
    • Es diferente en el caso del ganado más gordo o con una complexión moderada. En estos casos, es necesario que administres el alimento de forma que mantengan su peso o bien bajen un poco. Desde un punto de vista económico y metabólico, en realidad es más fácil hacer que una vaca baje de peso que hacer que aumente, lo cual se explicará más detalladamente en la sección sobre creación de raciones más adelante.
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    Considera el orden jerárquico. La condición corporal constituye un indicador particularmente bueno en cuanto al lugar en el que un animal individual en particular podría encontrarse en el orden jerárquico. Es posible que las vacas más delgadas sean las de bajo rendimiento que necesiten una mayor cantidad de energía y proteína que el resto del rebaño pero, en realidad, podrían ser aquellas a las que se les mangonee demasiado y, por tanto, no puedan obtener por su cuenta los nutrientes que necesiten. Asimismo, es posible que las vacas más gordas sean ya sea las mandonas o las de alto rendimiento, o ambos.
    • El ganado que se encuentra en el extremo inferior del orden jerárquico tiende a competir menos por el alimento que los animales a los que se les considere como los "jefes" (es decir, los toros más grandes, las vacas más grandes o fuertes, los animales más robustos, etc.). Los animales "mandones" o "bravucones" tienden a entrar en acción cuando los más débiles intentan llegar primero al comedero para obtener lo que puedan. Estos animales sacan de allí a empujones al ganado más débil de forma que los mandones puedan comer lo que deseen hasta que estén satisfechos.
    • El ganado que se encuentra en el extremo inferior del orden jerárquico no obtiene lo que necesita por su cuenta, por lo que se torna más delgado que el ganado más mandón. Puedes ayudar a remediarlo si separas a ambos grupos en rediles distintos. Asimismo, extender las estaciones de alimentación puede ser de ayuda debido a que esto permitirá que los que se encuentren en el extremo más bajo del orden jerárquico tengan la oportunidad de consumir lo que necesitan con una menor competencia por parte de los mandones bovinos del rebaño.
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    Determina la ganancia diaria promedio de peso (GDP) que quieras observar. La ganancia diaria promedio es la cantidad de peso que se espera que aumente o incluso que pierda un animal durante el periodo de alimentación, independientemente de la clase o tipo de ganado al que pertenezca. La GDP objetiva es muy importante para el ganado de crecimiento, independientemente de que sea para el mercado de carne o para el rebaño de reproducción. El ganado joven debe crecer y aumentar por lo menos entre 680 g y 1,5 kg (1,5 a 3 libras) al día. Una GDP de 1,5 kg (3 libras) al día es bastante alta, y es óptima para el ganado de engorde, pero es probable que no sea práctica para las vaquillas y toros de engorde o de reemplazo.
    • De hecho, considerar la ganancia diaria promedio es una buena forma de determinar la eficiencia alimentaria, el consumo de alimento residual, la capacidad de buscar alimento, etc., del ganado. Los animales que puedan mantener su peso con un alimento que normalmente haría que una vaca lechera pierda condición corporal con rapidez se considerarán como de buena eficiencia alimentaria. Por otro lado, los que necesiten un pequeño "empujón" adicional con un poco de grano o alimento en gránulos adicionales son aquellos que debes vigilar en caso de que posiblemente bajen de peso.
    • Una de las principales razones por las cuales debes considerar la GDP es para evitar que se deposite una cantidad excesiva de grasa en los tractos reproductivos del ganado y alrededor de ellos, ya que esto afectará la fertilidad, la capacidad para ordeñar y la facilidad del parto, siendo estos dos últimos factores fundamentales para las vaquillas.
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Parte 3
Parte 3 de 8:
Considerar la capacidad y la fase reproductivas

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    Monitorea la fase reproductiva de todo el ganado. Esto no tiene casi tanta importancia en el caso de los toros y los cabestros como en el de las vacas y vaquillas. Sin embargo, los requisitos nutricionales de los toros rodean y afectan su capacidad reproductiva y su fertilidad, aunque, en el caso de las hembras, el cálculo del tiempo en los periodos tanto de gestación como de lactancia determinará cuáles son los requisitos nutricionales de las vacas y las vaquillas.
    • Gestación y lactancia: la duración promedio de la gestación es de 285 días o de alrededor de 9,5 meses. Se observan tres etapas de la preñez: el primer, el segundo y el tercer trimestre. Asimismo, lo más probable es que una vaca también lacte durante la preñez. Las vacas lecheras lactan durante 10 meses completos, en tanto que las vacas de carne podrían lactar (o amamantar a un ternero) durante 6, 8 o hasta 10 meses después de parir. Por lo general, las hembras se vuelven a reproducir entre 2 y 3 meses después de parir. Estas fechas y momentos coinciden muy de cerca unos de otros, por lo que, principalmente, lo que afecta los requisitos en cuanto a los nutrientes es si es que la vaca está lactando de verdad en comparación con durante la preñez.
    • Vaquillas preñadas y de reemplazo: se les debe prestar un poco más de atención a las vaquillas, ya que aún están en crecimiento y reemplazando sus dientes de ternera, además de que están sufriendo el estrés de ser madres por primera vez (o de ser nuevas en el rebaño de ordeño lechero). Si bien sus requisitos nutricionales en cuanto a la gestación y la lactancia no difieren de los de las vacas maduras, se debe limitar la energía que se les suministre de forma que no adquieran demasiada grasa. Esto pondrá en peligro la capacidad para ordeñarlas y la facilidad para parir más adelante en su vida.
    • Vacas o vaquillas de desecho: los requisitos en cuanto a la alimentación de las hembras de desecho no difieren de lo que serían si es que formaran parte del rebaño de reproducción. Si bien podrán estar destinadas al sacrificio, no se debe comprometer su alimentación únicamente porque de pronto se conviertan en animales de desecho.
    • Sementales: la fertilidad de estos toros tiene mayor importancia al momento de considerar la nutrición y la alimentación. Es probable que tengas pocos toros, por lo que su fertilidad es mucho más imperativa que la de las vacas. La condición corporal de los toros juega un papel importante debido a que no pueden ser demasiado delgados ni gordos. De lo contrario, no tendrán energía para cubrir a todas las vacas oportunas y llenas de estrógeno en un corto periodo de tiempo. Los toros suelen terminar la temporada de reproducción más delgados que cuando empezaron, por lo que el tiempo que tienen para descansar constituye el mejor momento para alimentarlos bien de forma que recuperen lo que hayan perdido.
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    Incrementa la nutrición en el ganado que esté finalizando la preñez. Los requisitos nutricionales asociados a la preñez no empiezan a incrementar hasta que una vaca alcanza el tercer trimestre (los últimos tres meses de la preñez), y sus requisitos nutricionales continúan incrementando después de parir. El incremento en los requisitos de las vacas muy preñadas se debe a que el feto dentro de ellas está creciendo y necesita más energía y proteína para ello.[3]
    • Se debe considerar con cuidado los nutrientes esenciales y, con frecuencia, limitantes. Esto se debe al temor a que las vacas tengan problemas en el parto (distocia). Sin embargo, ten en cuenta que existe cierta información que está correlacionada con la forma como la genética del tamaño de los terneros al nacer (en términos de su peso) se determina más por la genética del toro y muy poco por la madre.[4]
    • Después de que una vaca dé a luz, empieza a amamantar a un ternero (en el caso de las vacas de carne) o a lactar para pasar a formar parte del rebaño de vacas de ordeño (en el caso de las vacas lecheras). En ambos casos, las vacas experimentan un incremento en sus requisitos nutricionales hasta los 2 meses posteriores al parto. Algunas de ellas no alcanzarán el punto más alto hasta los 3 meses posteriores al parto.
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    Incrementa los nutrientes clave para las vacas preñadas y lactantes. Los requisitos nutricionales hacen énfasis en la necesidad de una mayor cantidad de energía, proteína, calcio, fósforo y otras vitaminas y minerales. Una vaca lactante produce leche ya sea para su ternero o para todos esos seres humanos que desean leche de vaca, por lo que también necesita una mayor cantidad de agua.
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    Reduce la cantidad de alimento conforme vaya disminuyendo la producción de leche. Una vez que una vaca haya pasado el periodo de los 2 o 3 meses de lactancia y el momento para volver a reproducirla, los requisitos nutricionales disminuyen junto con la producción de leche. Para cuando una vaca de carne desteta a su ternero, por lo general a los 6 u 8 meses después del parto (para entonces, debe estar en su segundo trimestre), sus requisitos nutricionales disminuyen de manera significativa hasta que vuelve a empezar su tercer trimestre. Los requisitos nutricionales de las vacas lecheras disminuyen de una forma menos dramática debido a que no se "secan" (la producción de leche se ralentiza hasta llegar a cero al detener el ordeño regular de dos veces por día) hasta llegar a los 10 meses después del parto y encontrarse en el primer mes del último trimestre.
    • El cálculo de todos estos tiempos de gestación y lactancia es la razón por la cual es importante llevar un registro de tus animales. Mientras mejores sean los registros que lleves del parto, la reproducción, la lactancia y el destete (especialmente de este último en el caso de los rebaños de carne), podrás ser más preciso en cuanto a ocuparte bien de una ración saludable para tus vacas y vaquillas.
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Parte 4
Parte 4 de 8:
Evaluar tu operación y sus condiciones ambientales

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    Considera el tipo de operación que dirijas. Es necesario considerar de manera diferente los requisitos de alimentación del ganado que se críe en un entorno de "engorde", ya sea permanente o temporal, y los requisitos del ganado que esté en pasturas. En el caso del ganado de engorde, el alimento se cosecha y almacena y luego se les lleva, en comparación con el ganado de pasturas, el cual tiene que encontrar el alimento por su cuenta. De hecho, el ganado de pasturas podría ser más exigente en cuanto a lo que coma (aunque esto dependerá del sistema de pasturas que se haya dispuesto) que la opción que tenga con las pacas de heno.
    • Asimismo, el ganado de engorde tiene que lidiar con el lodo y, si es que no se les ofrece paja o aserrín como material de cama, esto tendrá un efecto sobre sus niveles de consumo y requisitos. Por lo general, el ganado de pasturas no tiene este problema y, de haberlo, solo ocurre brevemente cuando necesitan beber agua.
    • En cuanto a los niveles de consumo y los requisitos nutricionales, la diferencia entre alimentar al ganado en un recinto de engorde y alimentarlo en pasturas es entre mínima e insignificante.
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    Evalúa lo que puedas darle al ganado. La ubicación tiene un papel muy importante en la disponibilidad del alimento, así como también en las condiciones ambientales que podría experimentar el ganado. Estas tendrán un efecto sobre la cantidad que coman y sobre sus necesidades nutricionales. El tipo de inviernos y veranos que haya, la duración de la temporada para pastar (es decir, la duración del periodo de alimentación), la temperatura ambiente promedio y otros factores ambientales deberían tener una influencia en cuanto a aquello con lo que puedas alimentar al ganado e incluso la cantidad que deba consumir.
    • Existen algunos cultivos que están más disponibles que otros para algunos productores según su ubicación. Por ejemplo, el trébol japonés es un forraje que se introdujo desde Asia Central y que se ha adaptado para cultivarse en los EE.UU. en Misuri y en partes de las Grandes Llanuras más húmedas hasta la mayor parte de Nueva Inglaterra al este y hasta Florida y Texas en el sur. Este forraje no se encuentra más al oeste del país, como en Montana, ni en el norte, como en Alberta o Columbia Británica en Canadá, principalmente debido a las limitaciones en cuanto a la humedad y a los inviernos congelados. Por otro lado, la alfalfa puede encontrarse en toda América del Norte.
    • El maíz puede cultivarse como alimento en gran parte de los EE.UU. y, actualmente, hasta en partes del sur y en algunos lugares del centro de Canadá (sobre todo en Ontario y hasta las provincias de las praderas). Esto se debe a las unidades ideales de calor disponibles para que alcance entre 2,5 y 3,5 m (8 a 12 pies) de altura. Si no es posible cosecharlo como grano, se puede emplear para el ganado que paste en invierno o cosecharse como ensilado.
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    Considera los factores ambientales. El clima del lugar en donde vivas y el tipo de estaciones que experimentes (independientemente de lo cortas, largas o pronunciadas que sean) tienen un impacto real en la alimentación de los animales. Tu principal preocupación serán los factores estresantes ambientales, ya que tendrán un efecto sobre la forma como debas alimentar a los animales y lo que debas darles. Considera los siguientes factores:[5]
    • Las temperaturas actuales: los requisitos nutricionales y la cantidad que el ganado consuma pueden ser mayores o menores al promedio si es que la temperatura alcanza los -20 o 30 °C. En general, se espera que una vaca de una condición corporal moderada experimente un incremento del 1 % en sus requisitos de energía de mantenimiento por cada grado por debajo de los 20 °C. Por ejemplo, si es que una vaca delgada intenta mantenerse caliente a -20 °C, comerá más y necesitará más energía.
    • La temperatura del mes anterior: toma un tiempo para que una vaca se aclimate a una temperatura nueva o distinta que esté experimentando.
    • La disminución de la temperatura durante la noche: esto solo se toma en cuenta durante los veranos calurosos. En caso de que la disminución de la temperatura durante la noche sea un factor, el consumo se reduce únicamente alrededor del 10 %. De lo contrario, se reduce mucho más (alrededor del 35 %), ya que el ganado casi no podrá disipar el calor que haya acumulado durante el día.
    • La velocidad del viento (promedio): mientras mayor sea la velocidad del viento, se comprometerán más las capacidades de aislamiento del pelaje y la condición corporal, sobre todo durante las estaciones más frías, como el otoño y el invierno. De hecho, el viento puede tener un mayor efecto sobre el aumento de peso y el desempeño de un animal que las temperaturas ambientales por sí solas.
    • El lodo: un recinto lodoso puede reducir el nivel de consumo de materia seca entre un 15 y un 30 %. La extensión y la duración del lodo pueden dificultar la determinación del consumo de materia seca.
    • El estrés debido al calor: los animales que estén estresados debido al calor experimentan un incremento en los requisitos de energía de mantenimiento debido a que intentan disipar el exceso de calor que se acumula a causa de las temperaturas ambientales de más de 30 °C. Se experimenta un incremento en los requisitos de mantenimiento de entre el 7 y el 18 % cuando el animal exhibe una respiración rápida y superficial y cuando jadea con la boca abierta. No olvides que el estrés prolongado debido al calor puede ser mortal. El ganado de una condición corporal excesiva, lactante y de pelaje oscuro tiene una mayor susceptibilidad que cualquier otro al estrés debido al calor.
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Parte 5
Parte 5 de 8:
Comprar y evaluar la calidad del alimento

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    Determina los alimentos que estén a tu disposición. Es probable que haya una amplia variedad de tipos de alimento diferentes de los que escoger para tus animales. Estos alimentos pueden variar, desde distintos tipos de heno hasta productos derivados de los granos. Estos son algunos de los tipos principales de alimentos y sus ingredientes (aunque esta lista no es exhaustiva):
    • Mezcla: una combinación de heno, ensilado, granos, suplementos, minerales, sal, productos derivados, vitaminas, etc.
    • Heno: de gramíneas, leguminosas o una mezcla de ambas. Es posible que las pasturas disponibles para pastar también estén incluidas en este tipo de alimento, aunque las pasturas no constituyen un forraje cosechado y curado al sol como el heno.
    • Granos: esto abarca el maíz, la avena, la cebada, el trigo, el centeno y el triticale.
    • Ensilado: esto abarca el maíz (al que se le refiere como ensilado), la cebada, el trigo de invierno, el centeno, el centeno de invierno, el triticale, la avena y el césped de pastura.
    • Paja: por lo general, esto abarca las cascarillas de granos de cereal en pacas, la cebada, la avena, el triticale, el centeno y el trigo. La paja de leguminosas y de pulso también abarca los guisantes, la linaza, las lentejas y el forraje verde.
    • Cascarillas: similares a la paja.
    • Productos derivados: pueden ser granos de destilación (trigo o maíz, húmedos, secos, solubles), trigo molido, levadura de cerveza, producto de panadería, gluten de maíz, harina de semilla de algodón, harina de soya, gránulos o cubos de alfalfa, brotes de malta de cebada, pulpa de remolacha, harina de colza, barras de colza y cáscaras de avena.
    • Suplementos: suelen venir en la forma de proteína como un porcentaje con una mezcla de otros minerales y granos. Asimismo, incluyen nitrógeno no proteico (urea) que puede usarse para el ganado de más de 6 meses de edad.
    • Sal: viene en bloques o suelta. En su mayoría, los bloques están compuestos de entre un 95 y un 98 % de sal y entre un 5 y un 2 % de minerales, respectivamente.
    • Vitaminas: las vitaminas A, D y E se venden en diversas formas como un suplemento para las mezclas de alimento.
    • Minerales: calcio (Ca), fósforo (P), sodio (Na), cloro (Cl), potasio (K), magnesio (Mg) y azufre (S). Los microminerales abarcan el cobalto (Co), el yodo (I), el hierro (Fe), el molibdeno (Mo), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el zinc (Zn) y el selenio (Se). Se suelen vender bolsas de minerales que contienen calcio y fósforo en una proporción de 1:1 o de 2:1. Los minerales que se venden en proporciones mayores a 2:1 son menos comunes, aunque una de 7:1 de todas formas es apropiada para el ganado. Los macrominerales están etiquetados como un porcentaje, en tanto que los microminerales están etiquetados como mg o kg o como partes por millón (ppm).
    • Leche: solo se emplea para los terneros y viene en la forma de leche de vaca o de fórmula de reemplazo en polvo para la leche.
    • Grasas: esto abarca el sebo, el aceite de girasol y el aceite de colza.
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    Consigue el alimento que necesites. Puedes conseguir diversos alimentos de otros productores, de una tienda de alimentos local o prepararlos tú mismo. Muchas veces, emplearás una combinación de alimento comprado y preparado por ti mismo, aunque esto dependerá de los ingredientes específicos con los que quieras alimentar a tu ganado.
    • En caso de que estés considerando preparar el alimento tú mismo, deberás determinar si es que cuentas con la cantidad suficiente de dinero, tierra, equipo, mano de obra y tiempo para ello.
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    Huele y observa el alimento para evaluarlo. Si bien la vista y el olfato no constituyen un método de evaluación tan preciso para la calidad del alimento como las pruebas científicas, puedes usar estos sentidos para determinar si es que el alimento es aceptable en general. Por ejemplo, al oler y observar el alimento, puedes determinar cuánto polvo, moho o incluso olor tiene.
    • Es posible que el heno y la paja que tengan un poco más de polvo y un olor o un aspecto mohosos sean de menor calidad, aunque, si esto se percibe únicamente en la parte exterior, el interior podría ser de mejor calidad.
    • Es imposible evitar el moho y el polvo, sobre todo si se guarda las pacas al aire libre o si se empaca el forraje cuando esté más húmedo de lo que debería. Si bien se deberá alimentar al ganado con el heno mohoso, esto puede reducir la palatabilidad o el consumo del alimento al punto de que el ganado podría rechazarlo del todo.
    • Determinados mohos fúngicos pueden producir micotoxinas, y estas pueden ocasionar problemas de salud (por ejemplo, infertilidad y abortos en las hembras preñadas). No todos los mohos producen micotoxinas, por lo que los que sí lo hacen producen cantidades que pueden llegar a ser impredecibles.
    • El ensilado que tenga un olor putrefacto es un indicador evidente de que el alimento está echándose a perder. Este no solo tendrá un olor a plátanos podridos sino que su aspecto será oscuro y viscoso (y se sentirá viscoso al manipularlo). Al igual que ocurre con el heno mohoso, esto puede reducir la palatabilidad. El ensilado bueno es de color amarronado y produce un olor dulce y fermentado. Si se prueba, los granos tendrán un sabor agrio, fuerte y casi dulce.
    • Los granos mohosos también pueden generar preocupación. Su olor será el mismo olor a humedad y a moho del heno y es posible que tenga los mismos problemas.
    • El heno que tenga un aspecto verde en especial es un indicador de buena calidad. Sin embargo, el heno de todas formas puede estar malo aunque se pruebe que sea forraje de tan buena calidad como la paja. Una mayor cantidad de precipitación de lo normal con altas temperaturas, el corte de forrajes maduros, la mala fertilidad del suelo y una curación o almacenamiento inadecuados de las pacas pueden tener un impacto sobre la cualidad del heno aunque tenga una apariencia verde y no tenga tantos tallos.
    • Por lo general, el heno con muchos tallos se considera de peor calidad que el heno que contenga una mayor cantidad de material frondoso. Esto se debe a que los tallos suelen ser menos sabrosos y retienen una menor cantidad de energía y proteína que las hojas. Sin embargo, si se cosecha el heno durante una época en la que haya una gran cantidad de humedad y calor, incluso el heno que contenga menos tallos será de menor calidad de lo que creerías.
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    Examina el alimento. El mejor momento para examinar el alimento es justo antes de dárselo a tus animales. Emplea muestreadores de forraje, sondas o vaciadores, los cuales son tubos largos y huecos diseñados para "sacarle el corazón" a una paca de heno, de paja, etc. Luego, debes enviar la muestra a un laboratorio local de alimentos para que la analicen.
    • Evita examinar la muestra justo después de cosecharla. Sin embargo, no hay problema con introducir una sonda en una paca de heno para examinar la humedad, como se hace con frecuencia (o debería hacerse) al hacer heno.
    • El ancho de los vaciadores de pacas oscila desde 1 cm (0,5 a 0,4 pulgadas) hasta más de entre 2,5 y 3 cm (1 a 1 1/8 de pulgada). Por lo general, los de mayor diámetro funcionan mejor, sobre todo si el heno o la paja tienen muchos tallos. Estos vaciadores grandes cortarán a través de los tallos, mientras que los muestreadores de menor diámetro podrían deslizarse más allá de ellos y brindar resultados engañosos al enviar las muestras.
    • Debes tomar entre 10 y 20 muestras, como mínimo, por cada "lote de forraje"; es decir, el ensilado o heno que provengan de un mismo campo. Esto quiere decir que debes tomar una muestra de por lo menos entre 10 y 20 pacas provenientes del mismo campo para que la muestra que obtengas sea representativa. En el caso del ensilado, esto se refiere a entre 10 y 20 muestras, como mínimo, de la misma pila.
    • Obtén una muestra testigo de cada paca a entre 30 y 40 cm (12 a 15 pulgadas) de profundidad. Debes tomar las muestras por el lado encordado o enmallado de la paca, no por el lado plano, y empujar el muestreador directamente hacia adentro (en paralelo al suelo), no en un ángulo. En el caso del ensilado, las muestras deben tomarse a entre 90 cm y 1,5 m (3 a 5 pies) de profundidad.
    • Tienes la opción ya sea de colocar cada muestra en una bolsa o bien recolectar un conjunto de muestras de un solo lote en un cubo limpio y seco de 19 litros (5 galones) de capacidad de forma que puedan mezclarse y almacenarse en bolsas plásticas. Al colocar la muestra de forraje en la bolsa, apriétala para deshacerte de todo el aire y luego envíala al laboratorio local de alimentos.
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    Emplea los resultados del análisis del alimento para determinar qué tan buena (o mala) es su calidad. Es de particular importancia que prestes atención al contenido de energía y proteína al momento de considerar la dieta o el alimento que contribuirá a que los animales aumenten o bajen de peso, que cumplirá con los requisitos para las vacas lactantes o los terneros en crecimiento, o que satisfará los requisitos de mantenimiento. Lo ideal es que la energía y la proteína se encuentren en el nivel óptimo (es decir, que no haya ni demasiado ni muy poco).
    • Presta atención a los valores de FDN (fibra detergente neutra), FDA (fibra detergente ácida), NDT (nutrientes digestibles totales) y DE (energía digestible) para el contenido de energía (carbohidratos y azúcar) y fibra; a la PC (proteína cruda) para el contenido de proteína; a la GC (grasa cruda) o extracto de éter (grasa) para el contenido de grasa; al calcio, fósforo, potasio, azufre, magnesio, sodio y sal para los macrominerales; y al hierro, yodo, cobalto, cobre, manganeso, molibdeno y zinc para los microminerales.
    • Si observas exámenes de un alimento que exceda los requisitos o no logre cumplirlos, deberás tomar en consideración la forma de limitar la cantidad que les des a los animales o incluir otro alimento para compensar las cantidades.
    • Los macrominerales, también conocidos como "minerales principales", son aquellos que se necesitan en cantidades o concentraciones grandes en la dieta, por lo general por gramo (o por onza). Los microminerales, también conocidos como oligoelementos, se necesitan en concentraciones menores, con frecuencia como partes por millón (ppm), miligramos (mg) o nanogramos (µg).
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Parte 6
Parte 6 de 8:
Considerar la creación de raciones generales de alimento

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    Comprende la complejidad del racionamiento del alimento. El proceso de creación de una ración de alimento es muy complejo. Si bien puedes obtener a mano un estimado aproximado de la cantidad de alimento que debas darle al ganado, te irá mejor si trabajas en conjunto con un nutricionista o veterinario de ganado lechero o de carne. Asimismo, es una buena idea tener a tu disposición un software de formulación de alimento para que puedas saber con exactitud con cuánto y con qué alimentarlos y la forma en la que esto tendrá un impacto sobre tu rebaño de vacas.
    • Debes ponerte en contacto con el especialista o veterinario de ganado de carne de la extensión local en caso de que necesites ayuda con la formulación de las raciones de alimento.
    • Un nutricionista de rumiantes (ya sea lecheros o de carne) puede serte de ayuda para determinar si estás haciendo lo correcto o detectar cosas en las que debas mejorar en tu operación de alimentación.
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    Utiliza tablas de alimentación para hacerte una idea general en cuanto al contenido de los nutrientes. Deberías encontrar tablas de alimentación que puedas consultar en diversas publicaciones de ganado lechero y de carne a través de revistas; servicios de extensión agrícola mediante las universidades y los ministerios gubernamentales de agricultura; y libros sobre la nutrición de rumiantes. Por lo general, con estas tablas, podrás hacerte una buena idea de los alimentos que debas considerar como suplementos o alternativas para tus animales.[6]
    • Estos constituyen apenas valores generales del contenido de nutrientes de muchos de los alimentos que figuren allí. Si quieres obtener el contenido específico de nutrientes del alimento que tengas a la mano, debes fijarte en el contenido de la bolsa del alimento o enviar una muestra a un laboratorio de alimentos para que la examinen.
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    Calcula el consumo promedio ideal de material seca (CMS) para tu ganado. El consumo diario promedio de materia seca (MS) constituye una forma de determinar la cantidad de forraje que una vaca consume al día cuando se le quita toda el agua a ese forraje. Se mide el peso de la materia seca cuando un alimento se envía a un laboratorio y se "cocina" o se tuesta hasta que no quede más que un material vegetal crujiente. El CMS es una forma de quitarle al alimento la variación en el contenido de humedad de forma que se pueda calcular la cantidad que consuma un toro, una vaca, un cabestro, una vaquilla o un ternero según la calidad del alimento y los requisitos del animal en cuanto a los nutrientes y la energía.
    • Numéricamente, la cantidad que consuma un bovino se calcula como un porcentaje de su peso corporal. El índice promedio de consumo es subjetivo. En muchas publicaciones, se menciona que el consumo "promedio" del porcentaje del peso corporal es de entre el 2,0 y el 2,5 %, aunque muchas concuerdan en que el porcentaje más bajo de su peso corporal que un animal debe consumir es del 1,0 % (en el caso de la paja y los alimentos de baja calidad) y el porcentaje más alto es del 3,0 % (en el caso del forraje de excelente calidad).[7] .
    • Para poder calcular un estimado del consumo promedio diario de materia seca de un bovino, debes emplear la siguiente fórmula: peso corporal (en kilogramos [kg] o libras) x 0,025 = consumo diario de materia seca. Por ejemplo: una vaca de 680 kg (1500 libras) x 0,025 = 17 kg (37,5 libras) de forraje de materia seca al día.
    • Para calcular la cantidad que una vaca consumirá del alimento en base tal cual, primero debes averiguar cuánta humedad contiene. Por ejemplo, el heno suele tener un 18 % de humedad. Para obtener el contenido de materia seca, debes restárselo a 100: 100 - 18 = 82 % MS. Entonces, para encontrar cuánto comerá una vaca de 680 kg (1500 libras) al día en base tal cual, debes calcularlo de esta forma: 680 kg (1500 libras) x 0,025 = 17 kg (37,5 libras) de CMD. 17 kg (37,5 libras) de CMS / 0,82 MS = 20,7 (45,7 libras) de heno en base tal cual.
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    Determina el contenido de energía de la dieta. El contenido de energía se expresa en términos de los nutrientes digestibles totales (TDN, por sus siglas en inglés) o la energía digestible (DE, por sus siglas en inglés). La GDP del ganado en crecimiento y terminación se determina según el contenido de energía de la dieta. La GDP no tiene tanta importancia para las vacas y toros maduros, aunque definitivamente es importante si se necesita comprender la cantidad de energía necesaria en la dieta para las vacas secas y preñadas en pleno invierno en comparación con las hembras lactantes en el verano. Es posible exceder las necesidades en cuanto a la energía (en cierta medida y siempre y cuando también se satisfagan las necesidades de fibra) en todo tipo de ganado para que puedan cumplir con sus requisitos de mantenimiento y productividad. Se deben exceder las necesidades en cuanto a la energía de mantenimiento en caso de que una vaca esté demasiado delgada, pero se debe reducir la energía si es que esa vaca excede su grado de condición corporal deseado.
    • La regla general en cuanto a los requisitos de energía para las vacas de carne en reproducción a fin de mantener su grado de condición corporal durante el invierno es de 55-60-65: 55 % de TDN en la mitad de la preñez, 60 % de TDN cerca del final de la preñez y el 65 % de TDN después del parto.[8]
    • Los requisitos en cuanto a la energía para las vacas lecheras son diferentes debido a que los TDN no se utilizan para determinar los requisitos de energía tanto como la energía neta (NE, por sus siglas en inglés).
    • A las vaquillas de reemplazo y el ganado de cría se les debe alimentar con una ración cuya energía se encuentre a alrededor de entre el 65 y el 70 % de TDN de forma que su ritmo de aumento alcance alrededor de entre 450 y 900 g (1 a 2 libras) al día o más. Como mínimo, el valor de los TDN para el ganado en crecimiento no debe ser menor al 55 % para el mantenimiento y un poco de crecimiento. Un nivel por debajo de este significaría una pérdida en la condición corporal y, posiblemente, un crecimiento atrofiado.
    • Por otro lado, las dietas con más de un 80 % de TDN pueden ocasionar problemas como la acidosis en caso de que no contengan una cantidad suficiente de fibra como para contrarrestar los efectos de este problema.
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    Fíjate en el contenido de fibra del alimento. Debido a que los animales de ganado son rumiantes, no pueden subsistir sin no tienen una cantidad suficiente de fibra en su dieta. Una cantidad mínima de fibra (menos de entre el 15 y el 20 % de la ración total de materia seca) daría como resultado daños a la pared del rumen, así como también otros problemas como la acidosis. La fibra óptima para todo tipo de ganado debe alcanzar entre el 40 y el 50 %. En los alimentos de menor calidad, el nivel de fibra alcanza hasta un 65 % o más de la ración de MS, lo cual podía ocasionar impactación y una reducción en la absorción de nutrientes. No existe una regla general para el contenido de fibra de distintas raciones para distintos tipos de ganado.
    • En los exámenes del alimento, la fibra se expresa como una fibra detergente neutra (FDN) o fibra detergente ácida (FDA). La FDN se refiere a la fibra insoluble en un detergente neutro y abarca la celulosa, la hemicelulosa y la lignina. Incluye también todo material de pared celular vegetal que sea solo parcialmente digerible. Por lo general, conforme la FDN va incrementando, el CMS (consumo de materia seca) disminuye. La FDA se refiere a la fibra (mayormente la celulosa y la lignina) que no sea soluble en un detergente ácido. Abarca las plantas altamente indigeribles de material vegetal, por lo general el material lignificado.[9]
    • Conforme la FDA va incrementando, disminuye la digestibilidad de los alimentos.[10]
    • La fibra detergente neutra efectiva (FDNe) constituye la cantidad de FDN que estimula la masticación y la motilidad del rumen. Los forrajes de tallos largos estimulan más la masticación y la rumia, lo cual fomenta una mayor cantidad de salivación. A medida que incrementa la salivación, también lo hace la capacidad de amortiguación del rumen. La amortiguación del pH en el rumen es importante para las dietas lecheras y las raciones de los animales en terminación, ya que ayuda a que el nivel de pH en el rumen caiga por debajo de lo aceptable (es decir, un pH de 6 o más). Mientras mejor sea la calidad de un alimento, el rumen tendrá una mejor capacidad de amortiguación.
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    Evalúa y determina los requisitos de proteína del ganado. Esto debe correlacionarse con el contenido de proteína en los alimentos. Por lo general, los requisitos en cuanto a la proteína del ganado más joven y liviano son mayores que los del ganado más viejo y pesado. Asimismo, las vacas lactantes necesitan una mayor cantidad de proteína que las vacas secas, mientras que las vacas lecheras necesitan más proteína que las de carne independientemente de que las vacas de ambos tipos estén lactando o secas. El contenido de proteína en los alimentos y para el ganado se denota como proteína cruda (PC).
    • El contenido de proteína cruda debe medirse en base seca al momento de revisar las etiquetas o los exámenes de los alimentos. En algunos exámenes de alimentos, también se obtienen resultados de PC en el alimento en base tal cual, pero la medida más precisa del contenido de proteína del alimento es según la materia seca.
    • Una regla general para el ganado de carne, ya sea de engorde o de cría, es la regla de 14-12-10: 14 % de PC para los terneros destetados de 225 a 360 kg (500 a 800 libras), 12 % de PC para los terneros de 360 a 475 kg (800 a 1050 libras) y 10 % de PC para el ganado de engorde de 475 kg (1050 libras) en terminación (610 a 635 kg o1350 a 1400 libras).
    • Una regla general para una vaca promedio de carne que esté preñada, lactando o amamantando (esto aplica para el ganado británico, continental y mezclado excluyendo la raza Simmental) es la regla de 7-9-11: 7 % de PC para las vacas en la mitad de la preñez, 9 % de PC para las vacas al final de la preñez y 11 % de PC para las vacas lactantes posparto.
    • Por ejemplo, un cabestro destetado de 225 kg (500 libras) con una GDP de 900 g (2 libras) al día necesita 12,8 % de PC. Si su GDP es de apenas 225 g (0,5 libras) al día, necesitará 8,5 % de PC. De forma similar, si un cabestro de 135 kg (300 libras) tuviera una GDP de 1,5 kg (3 libras) al día, necesitaría alrededor de 22 % de PC. Una menor disponibilidad de proteína (o menores requisitos) genera una menor GDP.[11]
    • Como otro posible ejemplo: una vaca de 500 kg (1100 libras) con una baja capacidad de ordeño de apenas 4,5 kg (10 libras) de leche al día y que esté a 2 meses después del parto necesitará 8,9 % de PC para que se mantenga su condición corporal. Sin embargo, si es que esta misma vaca tuviera una mejor capacidad de ordeño de 13,5 kg (30 libras) de leche al día, también hubiera parido 2 meses atrás y debiera mantener su condición corporal, necesitaría alrededor de 12,5 % de PC.
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    Fíjate cuáles son las proporciones de calcio a fósforo en los alimentos disponibles. Una proporción óptima de calcio a fósforo debería ser de 2:1, aunque una proporción de hasta 7:1 tampoco perjudicará al ganado. Sin embargo, si el fósforo excede al calcio, esto podría ocasionar problemas, como heces anormalmente sueltas o una incapacidad para absorber el calcio. Esto se debe a que un exceso de fósforo puede interferir con la capacidad del cuerpo para absorber y utilizar el calcio para las funciones celulares y corporales.
    • El calcio es muy importante para las vacas y vaquillas lactantes. Limitarlo podría dar como resultado una reducción en la producción de leche, aunque limitarlo de forma que la vaca se vea obligada a utilizar el calcio de su cuerpo en lugar de depender del alimento que se le dé antes de parir también reducirá los casos de fiebre puerperal, sobre todo en el ganado lechero. Sin embargo, puede ser un arma de doble filo, ya que la fiebre puerperal también se debe a una disminución repentina del calcio en la sangre después del parto. Por lo tanto, es necesario vigilar de cerca el nivel de calcio en el ganado lactante o de ordeño.
    • Debido a que el calcio es un macromineral, el Nutrition Research Council ("Consejo de Investigación sobre la Nutrición" o NRC) sugiere que se debe alimentar al ganado con un nivel máximo del 2 % de una ración de MS (materia seca). Sin embargo, el nivel de calcio dietético en los alimentos varía, así como también varían las necesidades en cuanto al calcio en los distintos tipos de ganado. No todos los ganados necesitarán la misma cantidad de calcio que otros.
    • El calcio se puede acceder con facilidad en las plantas leguminosas como la alfalfa, y las harinas de semillas oleaginosas también son fuentes buenas. Entre las fuentes suplementarias se encuentran el carbonato de calcio, la caliza molida y el fosfato dicálcico.
    • El fósforo es importante para todo tipo de ganado, aunque los requisitos en cuanto a los nutrientes varían según la edad, el peso y el tipo y nivel de producción. Una deficiencia en fósforo puede dar como resultado un problema conocido como "pica", que ocasiona comportamientos anormales en animales que típicamente sean herbívoros (como el ganado), y es un problema más grave que proviene de un apetito depravado. El ganado que padezca pica mordisqueará madera, tierra y huesos y, en algunos casos graves, se ha reportado que se han comido a otros animales, como los pollos, o mordisqueado cadáveres, simplemente para saciar su ansia de minerales como el fósforo. Asimismo, la pica surge de una falta de sal, cobalto y yodo en la dieta. Según el NRC, el nivel máximo de fósforo debe ser del 1 % de una ración de MS. Las harinas de semillas oleaginosas, los granos, los productos derivados de los granos y otros suplementos ricos en proteínas suelen contener una gran cantidad de fósforo.
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    Analiza el contenido de minerales que esté disponible. Aparte de la proporción de calcio a fósforo, es importante considerar otros minerales como el potasio y el magnesio. Es necesario revisar los minerales como el selenio, el azufre, el cobalto, el yodo y el sodio para que no alcancen niveles tóxicos ni la dieta tenga una deficiencia de ellos. Aquí es en donde se podría necesitar una suplementación con minerales sueltos y bloques de sal o mezclas de minerales sueltos y sal. Estos son los requisitos en cuanto a los minerales:
    • Magnesio (Mg): para el ganado en crecimiento y terminación: 0,10 % de la ración de MS; para las vacas gestantes (preñadas): 0,12 % de la ración de materia seca; para las vacas lactantes: 0,20 % de la ración de MS.
    • Potasio: 0,6 % de la ración total de MS. El nivel máximo es de 3 % de la ración total de MS.
    • Azufre: 0,15 % de la ración de MS. El máximo debe ser de 0,4 % de la ración de MS.
    • Cobalto: 0,10 ppm de la ración de MS. El nivel máximo tolerable es de 10 ppm o 300 veces la cantidad recomendada.
    • Cobre: 10 ppm de la ración de MS. El nivel máximo tolerable es de 100 ppm.
    • Yodo: 0,5 ppm de la ración de MS o 1 mg al día para una vaca de 500 kg (1100 libras). El nivel máximo tolerable para los terneros es de 50 ppm.
    • Hierro: 50 ppm de la ración de MS. El nivel máximo tolerable para el ganado es de 1000 ppm.
    • Manganeso: 40 ppm de la ración de MS para las vacas y toros maduros y 20 ppm de la ración de MS para el ganado en crecimiento y terminación. El nivel máximo tolerable es de 1000 ppm.
    • Molibdeno: no establecido. El cobre y el sulfato modifican el metabolismo del molibdeno, por lo que es imposible establecer requisitos de este mineral. Sin embargo, el nivel máximo tolerable es de 5 ppm.
    • Selenio: 0,10 ppm de la ración de MS, aunque, según el NRC, el máximo para todos los tipos de ganado es de 2 ppm de la ración de MS.
    • Zinc (Zn): 30 ppm de la ración de MS. Las vacas de carne a las que se les ordeñe mucho tienen requisitos más altos, ya que la leche contiene entre 300 y 500 ppm de zinc. El nivel máximo tolerable es de 500 ppm.
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    Revisa el nivel de vitaminas en el alimento. Por lo general, el ganado que esté al aire libre y coma forraje fresco no necesitará suplementos vitamínicos a menos que se den problemas que ocasionen síntomas de deficiencia (por ejemplo, la deficiencia de un mineral que esté vinculado estrechamente con una vitamina en particular, como el selenio con la vitamina E o el cobalto con las vitaminas del complejo B). Determinados problemas o alimentos pueden limitar las vitaminas que estén disponibles para el ganado pero, por lo general, el ganado saludable que no paste no necesitará suplementos regulares de nutrientes, como las vitaminas del complejo B o las vitaminas C, D o K. Las vitaminas E y A serán necesarias si es que los alimentos provienen de tierras que tengan una deficiencia de selenio y si es que los alimentos son de baja calidad con un bajo contenido de carotenoides, respectivamente. Estos son los requisitos para las vitaminas.
    • Vitamina A: varían según el tipo, la edad y el peso del ganado. Para las raciones en base seca, estos son aproximadamente los requisitos de vitamina A: 2200 UI por kilo de peso corporal (1000 UI por libra) para los cabestros y vaquillas en crecimiento y terminación, 2800 UI por kilo de peso corporal (1279 UI por libra) para las vaquillas y vacas preñadas, 3900 UI por kilo de peso corporal (1770 UI por libra) para las vacas lactantes y los toros en etapa de reproducción.
    • Vitamina D: 275 UI por kilo de peso corporal (125 UI por libra) de la ración de MS.
    • Vitamina E: añadir acetato de dl-alfa-tocoferol a la ración seca a un nivel de entre 15 y 60 UI por kilo de peso corporal de consumo de materia seca (CMS o entre 0,31 y 1,25 UI por kilo de peso corporal) para el ganado de carne no estresado. Podría ser necesario un suplemento en el caso de las tierras que tengan una deficiencia de selenio. Los terneros en crecimiento tienen mayores requisitos de vitamina E cuando apenas se les desteta y acaban de llegar a una granja nueva debido a que están sometidos a una gran cantidad de estrés. Deben consumir entre 400 y 500 UI al día (entre 1,6 y 2,0 UI por kilo de peso corporal), lo cual puede reducirse hasta alrededor de 300 UI al día (1,25 UI por kilo de peso corporal). Después de que el ganado se haya adaptado a las condiciones nuevas, el ganado de engorde debe regresar a la recomendación de CMS de entre 25 y 35 UI por kilo o entre 0,52 y 0,73 UI por kilo de peso corporal.
    • Vitamina K: no hay recomendaciones. Es abundante en las pasturas y la fibra verde, pero surgen síntomas de deficiencia si se alimenta al ganado con heno de trébol dulce mohoso que sea rico en dicumarol.
    • Vitaminas del complejo B: ningún requisito debido a que, por lo general, no es necesario brindarle vitaminas del complejo B en la dieta al ganado. Hay excepciones en caso de que el sistema rumiante se vea afectado negativamente debido a la presencia de un antagonista o de que una falta de precursores u otros problemas relativos a la salud del rumen tengan un efecto sobre la síntesis de la vitamina B.
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Parte 7
Parte 7 de 8:
Darle el alimento al ganado

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    Separa el ganado de ser necesario. El ganado que tenga necesidades nutricionales diferentes según su grado de condición corporal, peso, sexo, estado reproductivo y posición en el orden jerárquico debe comer por separado, lo cual es de particular importancia si tu rebaño es diverso y contiene distintos tipos de ganado.
    • Por ejemplo, a las vacas lactantes no les irá bien con una ración adecuada para vacas secas y maduras, en tanto que las raciones para los cabestros y vaquillas en crecimiento podrían hacer que un toro maduro aumente más de peso de lo necesario antes de la temporada de reproducción.
    • Lo ideal es que un rebaño sea lo más uniforme posible en cuanto a las necesidades de nutrientes. De esta forma, se te facilita planificar con qué alimentarlo y cómo. Si bien no podrás evitar tener que considerar distintos grupos de ganado (por ejemplo, un grupo de toros, un grupo más grande de vacas, algunas vaquillas de reemplazo y cabestros de cría), el que haya una mezcla de vacas especialmente que se encuentren en distintas etapas de la lactancia y la gestación puede ocasionar que la planificación de las raciones sea más difícil de lo necesario.
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    Coloca el alimento en recipientes apropiados. Es posible comprar recipientes para colocar allí minerales sueltos, bloques de sal o granos y dárselos a tus animales. En su mayoría, las tiendas de suministros para granjas y ranchos venden el tipo de comederos que necesitarás.
    • Los comederos para heno como aquellos cónicos o cilíndricos que tienen espacios inclinados para que los animales introduzcan la cabeza son buenos para el ganado. Los comederos para heno son ideales para reducir los desperdicios y colocar allí pacas grandes y redondas, así como también para que los animales no se introduzcan en ellos, se recuesten sobre el alimento y orinen o defequen sobre él, lo cual generará aún más desperdicio.
    • Los compartimentos grandes de alimentación que no estén elevados (por lo general los que se usan en los corrales de engorde) son ideales para darle ensilado al ganado. Mediante estos compartimentos se reducen los desperdicios aparte del ensilado que caiga al suelo y se evita que los animales se recuesten y defequen sobre el alimento. Es posible limitar la cantidad de ensilado que se les dé a los animales en estos compartimentos, ya que no es necesario llenarlos por completo. El ganado puede llegar a tornarse muy exigente si se le alimenta demasiado con ensilado debido a que los animales aprenden a rebuscar entre el material más grueso para encontrar los granos más sabrosos.
    • Emplea compartimentos elevados para alimentar al ganado con granos o una mezcla suplementaria aparte del heno o el ensilado con el que los alimentes. De esta forma, se reducen los desechos y permites que los animales limpien lo más posible.
    • Debes darle al ganado minerales sueltos en una unidad resguardada en donde la lluvia no pueda introducirse en el comedero y echar a perder los minerales. En su mayoría, las tiendas de suministros para granjas y ranchos venden comederos para minerales, aunque también puedes elaborar un comedero tú mismo usando cosas como un barril antiguo para recolectar agua de lluvia, un neumático suspendido de tractor, un comedero de madera hecho a mano o incluso un futón o un bastidor de cama modificados.
    • Puedes colocar los bloques de sal sobre la tierra desnuda o el césped, aunque debes colocarlos en un recipiente de forma que no toquen el suelo. Puedes usar el borde antiguo de un neumático, un neumático de cuatrimoto modificado con una plancha o un trozo de goma en la parte inferior o un recipiente comprado de plástico o de metal para bloques de sal.
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    Considera la posibilidad de elaborar tú mismo los recipientes para el alimento. Es posible comprar todos los recipientes previamente fabricados que necesitarás, pero también puedes elaborarlos tú mismo (lo cual podría ser menos costoso sin contar la mano de obra) con varias cosas que tengas por la casa o en la granja. Puedes usar cosas como uno o más barriles para recolectar agua de lluvia, un neumático antiguo, un bastidor de futón remodificado, una tubería grande de PVC de 10 cm (4 pulgadas), baldosas de drenaje, vagones de plataforma antiguos o cualquier otra cosa que se te ocurra. Si piensas con un poco de creatividad y tienes los conocimientos junto con las herramientas necesarias, podrás elaborar todo lo que necesites para tus animales.
    • Puedes disponer un neumático de tractor en posición vertical sobre un marco que lo estabilice y lo eleve para expender granos o alimento en gránulos en intervalos establecidos conforme un vehículo tira de él o bien colocar horizontalmente un neumático de cuatrimoto con una parte inferior de goma para sujetar un bloque de sal.
    • Puedes usar una tubería de PVC de 10 cm (4 pulgadas) para expender minerales que los terneros o vacas puedan lamer. Estos comederos se abastecen de un barril cerrado o un cubo de 19 litros (5 galones) a través de la gravedad.
    • Incluso puedes simplemente elaborar tú mismo comederos tradicionales con tablones de madera o marcos de acero o hierro soldado. Tan solo debes tener cuidado de que sean lo suficientemente sólidos como para poder resistir una gran cantidad de abuso por parte de muchos bovinos musculosos, hambrientos y enérgicos de 635 kg (1400 libras) dando empujones, pero también lo suficientemente portátiles como para poder moverlos tú mismo con facilidad sin ningún problema. En lo que respecta a las reparaciones, no es una cuestión de "si es que" ocurrirán sino de cuándo.
    • Considera la cantidad de espacio que cada animal necesite y la distancia del suelo a la que deban estar estos comederos (por ejemplo, 20 cm u 8 pulgadas de espacio para la mayor parte del ganado y alrededor de 90 cm o 36 pulgadas de distancia del suelo hasta la parte superior del comedero).
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    Alimenta al ganado según tus cálculos. Después de que sepas qué tipo de ganado tienes, su consumo diario, sus requisitos en cuanto a los nutrientes y su ganancia diaria promedio (en caso de que vayas a alimentar al ganado en crecimiento), podrás establecer una dieta con base en el lugar en donde vivas, lo que esté a tu disposición y lo que quieras darle al ganado como alimento. Por supuesto, lo que debas utilizar para alimentar a los animales es de igual importancia.
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    Asegúrate de que el forraje sea siempre el principal alimento de cualquier ganado. El forraje puede encontrarse en la forma de pasturas, heno o ensilado. Las especies que la mezcla contenga dependerán del lugar en donde vivas y de lo que haya a tu disposición. Puedes emplear un forraje de pasturas y heno que contenga únicamente gramíneas o leguminosas o una mezcla de ambas. El ensilado es principalmente a base de césped.
    • Independientemente de la clase o el tipo de producción de ganado que vayas a alimentar, es necesario que el forraje constituya la parte más importante de la ración. De este modo, se estimula la rumia, la masticación y la capacidad de amortiguación del rumen.
    • Incluso el ganado de engorde debe recibir una ración que consista dominantemente de forraje conformado en gran medida por ensilado de buena calidad mezclado con granos, productos derivados de los granos y otros suplementos. En el caso del ganado que se críe para el sacrificio casero, no es necesario que lleven una dieta similar. En cambio, bastará con pasturas de libre elección o heno (de buena calidad) junto con 2 % del peso corporal en granos al día en base tal cual.
    • El forraje o pienso de pasturas o de heno constituye el mejor tipo de alimento para el ganado siempre y cuando contenga una cantidad suficiente de valor nutricional como para que el ganado pueda desarrollarse bien con él. De lo contrario, debes fijarte en las deficiencias nutricionales y suplementarlas según las necesidades de tus animales.
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Parte 8
Parte 8 de 8:
Mantener la dieta de tu ganado

  1. 1
    Equilibra la ración y proporciona suplementos en donde sea necesario. En caso de que el heno sea de una calidad muy baja, debes suplementarlo con alimento concentrado en cubos, granos, cubos de proteína o lamederos de melaza para satisfacer sus necesidades de más energía o proteína. En caso de que la calidad de las pasturas o el heno sea entre buena y excelente, habrá una menor necesidad (o no la habrá del todo) de proporcionar suplementos.
    • Sin embargo, el ganado debe poder acceder fácilmente a sal y minerales en todo momento.
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    Monitorea la condición corporal. Si monitoreas el aumento o la pérdida de peso y la reacción general al tipo de alimento que le des al ganado, esto te será útil para mantenerlo durante todo el año. Asimismo, debes monitorear los requisitos de las vacas según sus ciclos reproductivos. Quizás sea necesario que cambies aquello con lo que las alimentes cuando sea necesario según lo que esté a tu disposición y lo que no y según las necesidades de los animales.
    • No olvides que es necesario que los cambios drásticos (de haberlos) en los alimentos se realicen de manera gradual (por ejemplo, si vas a cambiar del heno al ensilado o del heno grueso a las pasturas).
  3. 3
    Asegúrate de que el ganado pueda acceder en todo momento a minerales sueltos y agua. El agua, la sal y los minerales constituyen una parte muy importante de la dieta de un bovino. El agua debe ser limpia y transparente.
    • En caso de que vayas a suministrar el agua de una caseta, debe haber un sistema de tubería y de cercado de la caseta de forma que evites que los animales entren y ensucien el agua y los desvíes hacia un sistema más limpio que esté más lejos.
    • La sal y los minerales no deben estar en el suelo y (por lo general) deben estar resguardados de los elementos para así reducir los desperdicios. Esto aplica más para los minerales sueltos que para los bloques.
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    Modifica la alimentación según la estación. Evita dejar que los animales empiecen el invierno delgados y también debes probar el alimento antes de pasar a la alimentación de invierno. Esto te permitirá saber con anticipación si será necesario o no brindarles suplementos a las vacas durante el invierno. El costo del alimento incrementará de manera drástica, así como también lo harán tus posibilidades de perder a tus animales debido al estrés a causa del frío o a un alimento malo.
  5. 5
    Evita cambiar repentinamente la dieta del ganado. Esto es de particular importancia al cambiar del heno a los granos. Asimismo, debes introducir los granos o cualquier dieta rica en energía con lentitud (a un ritmo de apenas entre 450 y 900 g o 1 a 2 libras al día) de forma que evites el tímpano del rumen, una sobrecarga de granos o la acidosis.
    • La acidosis constituye una enfermedad común que ocurre cuando se cambia la dieta tan rápido que la microflora en el rumen no tiene tiempo para "hacer el cambio", lo cual ocasiona que el nivel de pH del rumen disminuya repentinamente y estimula el incremento de la población de bacterias que producen ácido láctico, lo cual reduce aún más el pH del rumen. El animal dejará de comer, padecerá una diarrea apestosa, gris y espumosa, e incluso podría morir.
    • El tímpano del rumen también constituye una enfermedad peligrosa para el ganado cuando se hacen cambios repentinos en la dieta. El tímpano del rumen ocurre cuando el rumen no puede liberar los gases que se forman a raíz del proceso de fermentación, lo cual puede ocasionarle malestar al animal e incluso ejercer presión sobre los pulmones y el diafragma, lo cual podría causarle la muerte por asfixia. El tímpano del rumen debe tratarse de inmediato para así evitar estas consecuencias.
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Consejos

  • Siempre debes mantener lo más posible a tu ganado en una dieta rica en forraje, ya que cuesta mucho menos que los granos o el alimento previamente mezclado que se consigue en una tienda de alimentos.
  • Debes tener a la mano una tabla actualizada sobre los requisitos en cuanto a los nutrientes y los tipos de alimentos para así poder evaluar y decidir el alimento que sea más adecuado para tu ganado.
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Acerca de este wikiHow

KL
Coescrito por:
Científica en zoología
Este artículo fue coescrito por Karin Lindquist. Karin Lindquist obtuvo una licenciatura en Ciencias especializada en Agricultura como estudiante de Ciencia Animal en la Universidad de Alberta en Canadá. Tiene más de 20 años de experiencia trabajando con ganado y cultivos. Trabajó para un veterinario de práctica mixta, como representante de ventas en una tienda de suministros agrícolas, y como asistente de investigación realizando investigaciones de campos, suelos y cultivos. Actualmente, trabaja como especialista en la agricultura forrajera y de carne de res brindando asesoría a los agricultores en una variedad de temas relacionados con su ganado y los forrajes que cultivan y cosechan. Este artículo ha sido visto 164 186 veces.
Categorías: Artículos destacados | Ganado
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