Las baterías vienen en muchas formas, tamaños y aplicaciones diferentes, por lo que puede ser muy útil tener varios tipos de baterías almacenadas en casa para usarlas después. Un almacenamiento adecuado alargará la vida de las baterías, evitará que se conviertan en un peligro para la seguridad y permitirá que las encuentres fácilmente cuando las necesites.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Almacenar baterías

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    Mantén las baterías en su empaque original si es posible. Al almacenar las baterías selladas en su empaque permitirás que permanezcan protegidas de factores ambientales como la humedad. Además asegurará que no confundas las baterías nuevas y completamente cargadas con las más viejas, y evitará que las terminales entren en contacto con otros metales.
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    Separa las baterías por marca y antigüedad. Las baterías de diferentes tipos o diferentes fabricantes pueden reaccionar entre sí, provocando fugas y otros daños. Si almacenas baterías desechables (no recargables) evita almacenar las nuevas junto a las usadas.[1] Lo ideal es usar recipientes separados. Si planeas usar un solo recipiente, coloca cada tipo de baterías en su propia bolsa de plástico.
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    Revisa los niveles de carga de las baterías recargables. Muchas baterías recargables se dañarán de forma permanente si se guardan descargadas. El nivel de carga ideal depende de la tecnología:
    Plomo ácido
    Almacenar completamente cargadas para evitar la sulfatación, que disminuye su potencia.
    Ion de litio (Li-ion)
    Para obtener los mejores resultados, almacenar con 30 a 50 % de la carga máxima.[2]
    Si no podrás recargarlas dentro de algunos meses, entonces almacénalas completamente cargadas.[3] [4]
    A base de níquel (NiMH, NiZn, NiCd)
    Puedes almacenarlas con cualquier nivel de carga.[5]
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    Almacena las baterías a temperatura ambiente o a una temperatura menor. En la mayoría de los casos, estará bien colocarlas en cualquier habitación fresca lejos del sol directo. Incluso en temperaturas relativamente cálidas de 25 °C (77 °F), una batería normal solo perderá un pequeño porcentaje de su capacidad de carga cada año. Almacenar las baterías en el refrigerador (o cualquier lugar con una temperatura entre 1 y 15 °C; o 34 y 60 °F) causa pequeñas mejoras en esta área, pero no es necesario a menos que no tengas una buena alternativa o el desempeño máximo sea vital. Para la mayoría de los consumidores, el refrigerador no merece el riesgo de daños por agua y la inconveniencia de tener que esperar a que las baterías se calienten antes de usarlas.[6] [7]
    • No coloques una batería en el congelador a menos que el fabricante lo recomiende.[8]
      Las baterías tradicionales a base de níquel pierden su carga rápidamente incluso a temperaturas bajas. Se recargan más rápido en temperaturas frescas, pero no por debajo de los 10 °C (50 °F) en cargadores promedio.[9]
      Las baterías NiMH LSD (Low Self-Discharge, en español baja autodescarga) más recientes, están diseñadas para mantener su carga a temperatura ambiente.
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    Controla la humedad. Si las baterías están en un ambiente altamente húmedo o si hay riesgo de condensación (incluso en el refrigerador), guárdalas en un recipiente a prueba de vapor. Las baterías se pueden almacenar de forma segura en condiciones de humedad moderada (35 a 65 % de humedad relativa).[10] La mayoría de las otras baterías prefieren ambientes más secos.[11]
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    Evita la conducción eléctrica. Las baterías pueden comenzar a conducir la electricidad al entrar en contacto con metal. Esto hará que se agoten rápidamente y generará calor. Toma medidas para evitar este problema y reducir el riesgo de incendio:[12] [13]
    • No almacenes baterías en un recipiente de metal. Usa un recipiente de plástico sellado o una caja de almacenamiento especial para baterías.
    • No almacenes monedas u otros objetos de metal en el mismo recipiente.
    • Alinea las baterías de forma que los terminales positivos no puedan contactar a los terminales negativos de otras baterías. Si no puedes garantizarlo, cubre los terminales con cinta adhesiva o tapas de plástico.
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Dar mantenimiento a baterías recargables

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    Recarga periódicamente las baterías de plomo ácido y ion de litio. Almacenar baterías de plomo ácido con una carga muy baja puede provocar la formación permanente de cristales (sulfatación) que reduce la potencia.[14] Las baterías de ion de litio con una carga baja pueden desarrollar estructuras de cobre que las cortocircuitan, haciendo que sea peligroso usarlas.[15] Las instrucciones exactas de recarga, dependen del diseño de la batería. Si no tienes acceso a las instrucciones del fabricante, sigue estas instrucciones:
    Ácido plomo
    Recargar completamente cada vez que el voltaje caiga por debajo de 2,07 voltios/celda (12,42 V para una batería de 12 V).[16]
    Lo normal es una carga cada seis meses.[17]
    Ion de litio (Li-ion)
    Recargar al 30 a 50 % de la capacidad cuando el voltaje caiga por debajo de 2,5 voltios/celda.[18] No recargar si el voltaje cae a 1,5 voltios/celda.[19]
    Lo normal es realizar una carga cada pocos meses.
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    Restaura las baterías descargadas. Si los niveles de carga de las baterías recargables caen bajo por más de algunos días, probablemente requieran un tratamiento especial antes de poder usarlas otra vez:
    Plomo ácido
    Normalmente la batería se recargará, pero con una capacidad reducida permanentemente. Si una pequeña batería de plomo ácido no se recarga, aplica una muy pequeña cantidad de corriente a un alto voltaje (~5 V) por dos horas.[20]
    Los dispositivos antisulfatación no se recomiendan sin un operador experimentado.[21]
    Ion de litio (Li-ion)
    Es probable que la batería entre en modo de reposo y no se recargue. Usa un cargador con función de impulso (boost, en inglés), teniendo cuidado de aplicar el voltaje con la polaridad correcta.
    Nunca uses la función de impulso en una batería cuyo voltaje caiga por debajo de 1,5 voltios/celda durante una semana o más, ya que está permanente dañada y es peligroso usarla.[22]
    A base de níquel (NiMH, NiZn, NiCd)
    No hay mayor problema. Es posible que algunos tipos requieran cargar y descargar completamente un par de veces para regresar a su máxima capacidad.[23]
    Para su uso a gran escala, considera usar un analizador de baterías que pueda reacondicionarlas.[24]
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Consejos

  • Retira las baterías de los dispositivos electrónicos poco usados entre usos. Cuando se dejan las baterías en los dispositivos electrónicos, se descargan mucho más rápido que si se almacenan solas.
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Advertencias

  • No se recomienda almacenar baterías de plomo ácido húmedas (de inmersión) a largo plazo. Estas baterías requieren un mantenimiento regular para recargar los niveles de agua y prevenir la corrosión.
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Cosas que necesitarás

  • baterías
  • bolsa de plástico (opcional)
  • caja para almacenar baterías (opcional)

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Coescrito por:
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