Este artículo fue coescrito por Luba Lee, FNP-BC, MS. Luba Lee es una enfermera profesional certificada en Tennessee. Recibió su maestría en Ciencias de Enfermería en la Universidad de Tennesee en 2006.
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Los médicos profesionales tienen los típicos pacientes de “inyección” que reciben lo que se llama “inyección subcutánea”. Estas inyecciones se aplican directamente en el tejido graso debajo de la piel donde esta las absorbe; además, pueden estar compuestas por vacunas o medicamentos como la insulina o la morfina. En comparación con otros medios de administración de medicamento, las inyecciones subcutáneas contienen cantidades pequeñas de líquido y la piel las absorbe de manera gradual y lenta. A veces, los pacientes se aplican las inyecciones ellos mismos; por ejemplo, el caso más frecuente es el de los pacientes diabéticos a quienes se les prescribe insulina.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Preparar tus herramientas y el área de trabajo
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1Asegura un área de trabajo estéril. Las inyecciones penetran la defensa más importante del cuerpo contra la enfermedad (la piel). Por este motivo, se debe tener cuidado para evitar la transmisión de gérmenes que causan infección. Comienza lavando el área donde colocarás tus materiales con agua y jabón; lava, seca y desinfecta tus manos exhaustivamente.
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2Junta tus materiales. Coloca el medicamento que vas a inyectar, las bolitas de algodón, los vendajes, las toallitas de alcohol, una jeringa desechable sellada y una aguja nueva sobre una mesa, encimera o bandeja limpia y esterilizada. También asegúrate de tener un contenedor cerca de ti donde puedas desechar los objetos punzantes y los residuos biológicos.
- De antemano, para facilitar la limpieza, quizá desees colocar un revestimiento de papel esterilizado.
- Coloca tus materiales en el orden que se usarán. En este caso, pondrás más cerca de ti las toallitas de alcohol, luego el medicamento, la jeringa, la aguja, las bolitas de algodón y, al final, los vendajes.
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3Colócate guantes desechables esterilizados. Como una precaución adicional, es prudente usar guantes desechables esterilizados, a pesar de que tus manos ya estén lavadas detenidamente. Si, en cualquier momento, tocas un objeto o una superficie sucia, te frotas los ojos, te rascas, etc., desecha los guantes y remplázalos.
- Para minimizar las probabilidades de que tus guantes se contaminen, espera hasta el momento justo de poner la inyección para ponértelos.
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4Verifica la dosis tres veces. Tómate mucho tiempo para leer las instrucciones de la dosis y asegúrate de comprenderlas. Algunos medicamentos pueden tener dosis muy precisas y aplicar demasiado puede causar efectos secundarios o incluso problemas graves. Por este motivo, antes de proceder, asegúrate de saber exactamente cuánto medicamento aplicarás en la inyección (el médico te debe haber dado esta información o debe estar incluida en la prescripción).
- Asegúrate también de que tu jeringa sea lo suficientemente grande para que contenga tu dosis y de que tengas suficiente medicamento para aplicar toda la dosis.
- Comunícate con tu médico o farmacéutico en caso tengas alguna pregunta sobre la dosis.
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5Elige el lugar donde aplicarás la inyección. La zona dependerá del tipo de inyección que aplicarás. Si vas a colocar una inyección subcutánea, como una de insulina o heparina, elige un lugar con una capa de grasa debajo de la piel. Por ejemplo, algunos lugares pueden ser la parte posterior de tus brazos, tus costados como la cintura, la parte baja del abdomen (al menos a dos centímetros y medio o una pulgada del ombligo) y tus muslos.
- Determina un lugar que esté al menos a 2,5 cm (una pulgada) de la zona donde se aplicó la última inyección, especialmente si te han administrado inyecciones frecuentemente. Esta práctica segura se llama “rotación” y evita la lipodistrofia. Esta es una enfermedad que surge por la aplicación de inyecciones continuas en el mismo lugar, lo cual genera que aparezcan bultos y se dañe esa parte de la piel.
Parte 2
Parte 2 de 3:Extraer la dosis
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1Retira el tapón del vial. Con frecuencia, los medicamentos que se aplican vía inyección subcutánea vienen en viales pequeños con un tapón externo y un diafragma de goma interno. Retira el tapón del vial y desinfecta la parte superior de goma con una bolita de algodón humedecida con alcohol o con una toallita de alcohol.
- Después de limpiar la parte superior del vial con alcohol, deja que se seque al aire durante unos segundos.
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2Abre la jeringa que está sellada. Las inyecciones subcutáneas modernas se aplican con agujas que están selladas y son desechables para reducir el riesgo de contraer una infección. Entonces, retira la aguja y la jeringa del revestimiento; desde ahora, tendrás que manipularlas con cuidado, ya que si la aguja toca cualquier cosa que no está esterilizada, no la podrás utilizar para inyectar, porque te arriesgarías a contraer una infección. Por este motivo, remplázala por una nueva.
- Este es un buen momento para verificar el nombre del envase, el nombre del paciente y la dosis a aplicar.
- Si la jeringa no viene junto con una aguja, tendrás que insertar o enroscar suavemente una aguja en el extremo de la jeringa. Hazlo antes de retirar el tapón de la aguja.
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3Retira el tapón de la aguja. Sujeta el tapón que protege la aguja cuando jales hacia afuera con firmeza. No toques la aguja en este momento ni durante los siguientes pasos. Además, recuerda manipularla con cuidado.
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4Tira del émbolo de la jeringa hasta la marca que indique la cantidad de medicamento que debes extraer. Al lado del tubo de la jeringa, están las medidas de dosis (alinea el émbolo con las medidas exactas de tu dosis). Mientras lo haces, el aire ingresará a la jeringa.
- Esto es importante porque no podrás extraer el medicamento del vial a menos que primero le introduzcas aire.
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5Inserta la aguja en el vial. Coloca el vial en una superficie plana; luego, con cuidado, inserta la aguja en el diafragma de goma del vial para que la punta de la aguja esté adentro.
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6Empuja el émbolo. Empújalo con suavidad, pero decididamente. Al hacerlo, transportas el aire de la jeringa al vial; recuerda no dejar ninguna burbuja de aire en la jeringa.
- Agregar aire al vial tiene un propósito importante. Al hacerlo, incrementas la presión de aire en el vial, lo cual facilita la extracción correcta de la dosis, ya que el aire extra ayuda a “empujar” el líquido hacia afuera.
- Si bien esta es una práctica estándar en la mayoría de las inyecciones, no es necesario con las de heparina o insulina.
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7Coloca el vial de cabeza. Con cuidado, agarra el vial con una mano y con la otra, sostén la jeringa. Pon el vial boca abajo en el aire con la aguja todavía en el interior. La jeringa debe estar abajo del vial que está de cabeza con la aguja apuntando hacia arriba dentro de ella. Asegúrate de que el medicamento cubra la aguja de modo que no extraigas burbujas de aire.
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8Extrae la dosis. Tira del émbolo hacia ti para llenar la jeringa con la dosis que se prescribió. Haz ajustes pequeños que sean necesarios empujando o tirando del émbolo con suavidad para asegurarte de que la cantidad de medicamento en la jeringa sea exactamente la correcta.
- Cuando termines, retira la aguja del vial. Coloca el vial a un lado para volver a usarlo para otras dosis o simplemente deséchalo en un receptáculo adecuado de desechos médicos.
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9Aspira la jeringa. Sujeta la jeringa boca arriba y golpea un lado de ella para hacer que las burbujas de aire floten hacia la parte superior. Al extraer todas las burbujas, presiona suavemente el émbolo hasta que todo el aire salga. Detente cuando veas una pequeña gota de medicamento salir por la punta de la aguja.
- Asegúrate de que haya suficiente medicamento para una dosis completa. Es fácil expulsar demasiado medicamento, sobre todo con una inyección pequeña como la de insulina. Si es necesario, agrega un poco más y repite el proceso.
- Una mínima cantidad de aire que pueda quedar atrapada en una jeringa no es lo suficientemente grande como para provocar un daño serio si se inyecta por accidente en el cuerpo de un paciente. Por otro lado, una burbuja de aire atrapada que se inyecte debajo de la piel puede provocar un moretón.
Parte 3
Parte 3 de 3:Aplica la inyección
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1Esteriliza el lugar donde se aplicará la inyección. Limpia el lugar donde vas a inyectar con una bolita de algodón humedecida con alcohol o con una toallita de alcohol preempaquetada y estéril. El alcohol elimina los gérmenes y microorganismos que están en la piel reduciendo así el riesgo de que la aguja los lleve debajo de la piel.
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2Sujeta la jeringa con una mano. Usa la otra mano para pellizcar un pedazo de piel donde se aplicará la inyección. Esto genera un “bulto” en el tejido graso, lo cual crea una capa de grasa más gruesa para inyectar de forma segura.
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3Inserta la aguja dentro de la piel en un ángulo de 90 grados para aplicar una inyección intramuscular y subcutánea. Sujeta la jeringa como un dardo y empuja la aguja en el lugar que has pinchado. No te preocupes por apresurar el proceso; simplemente aplica la inyección a una velocidad con la que te sientas cómodo.
- Si vas a aplicar una inyección subcutánea y el paciente no tiene mucha grasa corporal, asegúrate de pinchar la piel con delicadeza y de mantener la aguja lejos del músculo antes de aplicar el medicamento.
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4Aplica el medicamento. Inserta el medicamento en la capa subcutánea presionando lentamente el émbolo. Inyecta a un ritmo estable y controlado, y si el paciente experimenta algún malestar en este momento, es normal.
- Para determinar el momento correcto, cuenta hasta 3. Comienza a inyectar en el 1, y luego cuenta 2 y 3 mientras empujas el émbolo el resto del camino.
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5Retira la aguja de la piel del paciente y deséchala. Retira la aguja de la piel con suavidad y confianza. Antes de hacer cualquier otra cosa, desecha la aguja en un tacho para objetos punzantes. No vuelvas a tapar la aguja antes de desecharla.
- Después de aplicar la inyección, la aguja estará sucia y será considerada como un riesgo biológico. Manipúlala con cuidado, pues esta es la parte del proceso donde ocurren la mayoría de pinchazos accidentales con la aguja.
- Después de quitar la aguja y desecharla, aplica una presión suave sobre el sitio de la inyección utilizando una bola de algodón limpia.
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6Coloca un pedazo de banda en el lugar donde has aplicado la inyección. Coloca una bolita de algodón seca sobre la herida de la inyección. Si deseas, puedes usar un vendaje para colocarlo encima de la herida o quizás sostenerlo tú mismo por un par de minutos; ten cuidado de no tocar la herida. Cuando el sangrado se detenga, deshazte del vendaje.
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7Deshazte de las bolitas de algodón, aguja y jeringa de manera apropiada en los contenedores adecuados de desechos médicos. Luego limpia tu área de trabajo y retira tus materiales de allí.
- Si no tienes un recipiente especialmente marcado para desechos punzantes, puedes guardar las agujas usadas de manera segura en un recipiente duro con tapa, como un frasco de leche o una botella de detergente. Cierra la tapa antes de colocar el recipiente en la basura.
- En muchos lugares, puedes desechar el tacho de desechos punzantes en una farmacia.
Advertencias
- Siempre lee la etiqueta del medicamento antes de que apliques la inyección para asegurarte de que sea la prescripción correcta.
- No apliques una inyección con medicamento vencido. Revisa si la botella del medicamento se ha decolorado y si hay partículas en el líquido.
Cosas que necesitarás
- Bolitas de algodón
- Alcohol
- Aguja
- Jeringa
- Contenedor metálico
- Jabón
- Agua