La cirugía puede resultar traumática para muchas personas. Si tienes un amigo que acaba de pasar por una operación, estarás preocupado sobre qué decir o hacer. Hay muchas formas excelentes de ser de apoyo después de una cirugía y, si eres empático y paciente, podrías ser un factor positivo para tu amigo que está en recuperación.

Método 1
Método 1 de 3:
Visitar a tu amigo en el hospital

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    Planifica tu visita con anticipación. Aunque en una situación habitual a tu amigo le encanten las visitas sorpresa, recuperarse de una cirugía es un asunto totalmente diferente. Aparte de que, con frecuencia, los hospitales tienen horarios de visita específicos, es posible que tu amigo tenga que prepararse física y emocionalmente para recibir visitantes.
    • Conoce los horarios de visita y las políticas del hospital. Dependiendo del área del hospital en la que se encuentra tu amigo, el protocolo de visitas será diferente. Por ejemplo, si aún no sale de la sala de recuperación, solo se dejará entrar a un visitante a la vez con el permiso y la supervisión de la enfermera, y las reglas de higiene personal serán más estrictas. Llama al hospital con anticipación para preguntar sobre los horarios de visita y las restricciones.[1]
    • Trata de contactarte con un familiar o el cónyuge de tu amigo para ver en qué momento sería bueno ir a visitarlo. De esta forma, tendrás una mejor idea de cómo se siente, qué pruebas le han hecho y si se siente con ganas de recibir visitas. Cuando lo sepas, planifica la visita de acuerdo a esta información. Llama o mándale un mensaje una vez más antes de salir para asegurarte de que tu presencia sea bien recibida.[2]
    • Planifica quedarte entre 20 y 30 minutos, pero usa tu criterio. Si tu amigo se ve cansado o desconectado, vete antes. Si se ve contento de verte y está emocionado de hablar contigo, entonces puedes quedarte más tiempo sin problemas.[3]
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    Aprende la etiqueta y la higiene posquirúrgicas. Hay muchas cosas que pueden resultarles molestas a un paciente que acaba de salir de una operación, así que asegúrate de no hacer nada que pueda incomodar a tu amigo durante la visita.
    • No uses perfume, crema para después del afeitado o lociones con olores fuertes, pues las personas que están enfermas o en recuperación de una cirugía a menudo son sensibles a los olores. Además, muchos centros de salud hoy en día no usan fragancias. [4]
    • Lávate las manos con jabón, agua, alcohol para frotar o desinfectante para manos al momento de entrar y salir de la habitación de tu amigo. Verifica con el puesto de enfermería antes de entrar a la habitación, pues es posible que tengas que usar un traje, guantes o una máscara. Las personas son más susceptibles a los gérmenes después de una operación.
    • Si tienes algún tipo de enfermedad, como una gripe o un resfriado, pregúntale con anticipación a un empleado del hospital si es seguro visitar a tu amigo, pues por lo general la respuesta es no.
    • Si fumas, hazlo solo en áreas designadas y no dejes que el humo del cigarrillo le llegue a tu amigo.
    • Debido al riesgo de que se propaguen las bacterias y los gérmenes, se te podría prohibir la entrada al hospital si llevas un perro que no sea de asistencia.
    • No digas malas palabras, pues a menudo va en contra de las reglas del hospital y podría provocar que te echen o te prohíban la entrada si te descubren.
    • Evita la cama del paciente, pues los gérmenes podrían propagarse. No te sientes ni pongas los pies en la cama.
    • No toques las heridas del paciente o cualquier equipo médico al que esté conectado.
    • No uses el baño o el retrete del paciente, pues esto puede contribuir también a que las bacterias y gérmenes se propaguen. Por otro lado, las enfermeras podrían informarlo y hacer que te retiren del hospital.
    • No compartas tus pertenencias, como los artículos de tocador o los pañuelitos de papel, con un paciente.[5]
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    Llévale un regalo. A las personas les encanta recibir regalos, en especial si no se sienten bien. No se trata del dinero que se gasta, sino de saber que a la persona le importa. Piensa en llevarle un pequeño regalo a tu amigo que lo ayude a disfrutar el periodo posquirúrgico.
    • Muchas personas piensan en llevar flores, pero no son la opción ideal para una estadía en el hospital. Ocupan bastante espacio y el lugar de almacenamiento en las habitaciones de un hospital es limitado. Además, se marchitan rápidamente y son difíciles de transportar a casa.
    • El aburrimiento es un gran problema para los pacientes de un hospital, así que piensa en un regalo interactivo. Prueba con novelas, revistas, crucigramas, libros de sudoku o un diario. Si tu amigo tiene algún tipo de dispositivo electrónico, como un iPad o una tableta, prueba con una tarjeta de regalo para iTunes o Amazon, para que esta persona pueda escoger y comprar contenido de entretenimiento para sí misma.
    • Si se permite llevar comida, llévale su bocadillo favorito al paciente, pues los alimentos que se sirven en el hospital pueden volverse aburridos. Sin embargo, ten en mente que incluso si tienes buenas intenciones, es posible que no lo quiera comer, pues la cirugía y los medicamentos, a veces, afectan el apetito de las personas.[6] A muchos pacientes se les da una dieta especial después de la cirugía y a algunos no se les permite comer hasta que su actividad intestinal regrese a la normalidad, por ejemplo, después de una cirugía de resección del intestino.
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    Haz que el hospital se sienta como un hogar. Un hospital puede ser un lugar monótono e impersonal. Si tu amigo se va a quedar ahí por un tiempo largo de recuperación, trata de que el lugar se sienta menos extraño creando un ambiente acogedor para él.
    • Decora la habitación. Las habitaciones de los hospitales son de color beige o blanco, y pueden volverse deprimentes con el tiempo. Lleva afiches alegres, un colgante decorativo pequeño o mantas coloridas y cojines decorativos. Solo comprueba con un trabajador del hospital primero para estar seguro de que no estés transgrediendo las políticas del establecimiento.[7]
    • Llévale algo familiar. Durante un acontecimiento traumático como una cirugía, la familiaridad puede ser un consuelo. Haz un pequeño libro de recortes con amigos, familiares, mascotas amadas y otros seres queridos. Pídele prestado su iPod y créale listas de reproducción personalizadas con sus canciones favoritas para sentirse mejor o quémalas en un CD. Cómprale los DVD de sus películas y programas de televisión favoritos, pues muchas habitaciones de hospital tienen televisores que los pacientes pueden utilizar.
    • Actúa de forma natural cuando lo visites. Es probable que tu amigo esté ansioso por recuperar la sensación de normalidad, así que cuéntale noticias sobre sus amigos en común y hablen sobre lo que está pasando en las noticias o en la televisión. Haz que tu amigo se sienta parte del mundo incluso si está recluido en la habitación de un hospital.[8]
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    Organiza visitas grupales. De ser posible y después de asegurarte de que tu amigo quiera, reúne a un grupo de amigos para ir a visitarlo.
    • Las visitas grupales se sentirán como un momento más natural para pasar el rato que la comunicación solo entre dos personas, pues las personas suelen reunirse en grupo. Además, tu amigo estará feliz de ver a cuántas personas les importa y se han tomado el tiempo de ir a visitarlo.
    • Revisa las políticas del hospital para asegurarte de que no haya un límite de personas permitidas en una habitación de una sola vez.
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    Hagan planes para el futuro. Hacer planes para el futuro y promesas le dará a tu amigo algo que esperar para cuando termine su periodo en el hospital y la certeza de que sus necesidades no se olvidarán cuando le den de alta.
    • Un tiempo después de que le den de alta en el hospital, fijen una fecha para ir a ver una película, salgan a cenar, a tomar un café, a comprar, entre otras actividades. Tu amigo valorará tener algo especial que esperar para después de que termine su estadía.
    • Ofrécele ayuda en la transición de vuelta a casa, como llevarlo a casa desde el hospital y hacerle recados durante su recuperación.

Método 2
Método 2 de 3:
Ayudarlo en la transición de vuelta a casa

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    Ayuda con la comida. La comida es uno de los problemas más grandes después de una cirugía, pues todas las personas necesitan comer y, con frecuencia, cocinar; e incluso comprar será difícil luego de una operación. Prepárate para ayudar a tu amigo con la comida durante su recuperación.
    • Ofrécete a comprarle alimentos. Si puedes ir a comprar alimentos para tu amigo, hazlo. Habla con él cuando tengas planeado ir a comprar tus cosas y pregúntale si necesita algo.
    • Llévale platos de comida. Si tu amigo no se siente cómodo con que otra persona le haga las compras, cocina para él. Algunas buenas opciones son los platos que se pueden recalentar y que se conservan por periodos de tiempo largos. Trata de hacer cazuelas, sopas, lasañas y ensaladas.
    • Ten en cuenta las restricciones alimentarias que podría tener tu amigo. A menudo se prohíben algunos alimentos después de una operación. Pregúntale a tu amigo si hay algún tipo de alimento que el doctor le haya dicho que no consuma antes de prepararle un plato. Además, si tenía algún tipo de restricción alimentaria antes de la cirugía, como no comer gluten o ser vegetariano, tenla en cuenta.
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    Ofrécele tu ayuda con las tareas. No le digas que te llame si necesita ayuda, pues lo más probable es que no te quiera molestar. Ofrece un apoyo específico como "Tengo un poco de tiempo libre esta tarde, ¿necesitas ayuda con algo?". Las tareas del hogar son una carga después de una cirugía y tu amigo valorará mucho que le presten una mano.
    • Lava la ropa y los platos, desempolva y realiza cualquier otra tarea de limpieza. Lo más probable es que tu amigo esté en reposo, así que no dejes que se atrase. Si tienes una hora extra, dásela a tu amigo en necesidad.
    • Si tiene mascotas, ayúdalo con ellas. Limpia la caja de arena del gato, saca a pasear al perro y asegúrate de que los animales tengan alimento o agua. Todo se apreciará.
    • Si fuera necesario, ayuda con el cuidado de los niños de forma gratuita. Sea que tu amigo sea padre soltero o tenga un cónyuge que esté ocupado con el trabajo, lo más probable es que necesite ayuda con sus hijos después de la operación. Será de gran ayuda que puedas ayudarlo con los niños gratuitamente.[9]
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    Entretenlo. Aunque cocinar y limpiar son formas tangibles de ayudar a un amigo en necesidad, a veces la recuperación puede ponerse aburrida y lo único que querrá una persona será una buena conversación y un poco de entretenimiento. Pasa una noche del fin de semana con tu amigo y tenlo entretenido en una buena conversación o actividad.
    • Cuéntale lo que sucede en tu vida, pero mantén un tono positivo y optimista. No hay necesidad de mencionar que te acaban de despedir o que has tenido una pelea importante con tu cónyuge. El propósito de tu presencia es ser una fuente de energía positiva.
    • Mira una película o un programa de televisión que le guste a tu amigo. Pregúntale con anticipación si hay algo en particular que tiene muchas ganas de ver y compra un DVD de camino a su casa o alquílalo de una tienda por Internet.
    • Los juegos de mesa y las cartas son una buena forma de romper con la monotonía. Si logras que un grupo de amigos se junte, ve a la casa de tu amigo para jugar una rueda de póker o una partida de Clue.
    • Aunque el alcohol es bueno en muchas situaciones sociales, es poco probable que tu amigo pueda tomar junto con los medicamentos después de la cirugía. Sé cortés. No tomes de manera social si tu amigo no puede hacerlo.
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    Ofrécete a acompañar a tu amigo a cualquiera de sus exámenes de seguimiento. Después de una cirugía, habrá una serie de citas a las que tenga que ir en las siguientes semanas. Estas citas pueden ser estresantes, y tener un sistema de apoyo será una ventaja excelente para una persona que se está recuperando de una cirugía.
    • Hazle saber a tu amigo que puedes llevarlo al consultorio del médico. Con frecuencia el medicamento interfiere con la capacidad de manejar, y el transporte público puede ser un problema después de una cirugía. Ofrecerle un modo de transporte será muy valioso.
    • Entretén a tu amigo en la sala de espera. Lleva cartas para jugar, libros de crucigramas, revistas y libros, o conversa con él de manera casual y divertida mientras esperan al médico.
    • Planifica una actividad divertida después de la visita, incluso si fuera algo tan simple como detenerse para tomar unos batidos o almorzar. Tener algo agradable que esperar hará que las visitas al médico sean más fáciles de soportar.

Método 3
Método 3 de 3:
Saber la manera de comunicarte con él

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    Piensa cuán cercano eres a tu amigo. El nivel de intimidad emocional marcará una gran diferencia cuando se trate de saber qué se puede o no decirle a alguien después de una cirugía. Si son cercanos, será más fácil preguntar sin dudar y ser más abierto para expresar lo que sientes. Si se trata de una amistad más formal o simplemente una reciente, sé natural y cálido, pero no dejes que la gravedad de una cirugía te obligue a decir algo que los ponga incómodos a los dos. Entabla conversaciones triviales, como "¿Cómo te sientes?" y "¿Necesitas ayuda en algo hoy día?".[10]
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    Deja que tu amigo experimente sus sentimientos. Hay una gran probabilidad de que tu amigo no se sienta de la mejor manera justo después de una cirugía. A menudo, las personas necesitamos un mensaje de aliento o una reafirmación positiva. Deja que tu amigo hable y acepta sus sentimientos con paciencia y empatía.
    • Evita las frases como "Entiendo" o "Sé lo que sientes". Será difícil entender realmente una situación que no experimentas en carne propia. Más bien, di algo similar a esta frase: "Puedo entender por qué te sientes de esta forma. Dime más".[11]
    • No digas algo como "No deberías sentirte así" o "Anímate". Estas frases se escuchan como una crítica si alguien se siente desalentado. Más bien, di "Lamento que te sientas de este modo, ¿me puedes decir por qué?" y otras palabras que le hagan saber a tu amigo que estás escuchándolo.[12]
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    Prueba escuchar activamente. Esto implica hacer un esfuerzo consciente por escuchar lo que dice la otra persona y entender el mensaje que está transmitiendo. Si tienes planeado ayudar a un amigo después de una cirugía, la prioridad es él y tienes que dejarlo en claro. Es posible que tu amigo tenga que desahogarse, así que trata de ser un oyente paciente y activo después de una cirugía.
    • Presta atención. Para darle toda tu atención a tu amigo, míralo a los ojos, relega tus pensamientos distractores, involúcrate con su lenguaje corporal y no te distraigas con el entorno.
    • Demuestra que estás escuchando. Asienta cada cierto tiempo con la cabeza y usa otras expresiones faciales, asegúrate de que tu postura sea abierta e invitadora, y alienta al hablante a que continúe con comentarios como "sí" y "ya veo".
    • Haz comentarios. Tu papel es entender lo que se dice, así que es posible que tengas que reflexionar sobre lo que está expresando tu amigo y hacer preguntas para entender bien. Prueba frases como "Entonces, lo que quieres decir es…" y "Lo que entiendo es que…". Pide aclaraciones de esta forma: "¿Qué quieres decir con…?" y "¿Esto es lo que quieres decir?".
    • Deja las críticas para después. No interrumpas a tu amigo. Espera a que termine de hablar antes de hacer preguntas y no presentes argumentos sobre sus respuestas ni las cuestiones.
    • Responde apropiadamente. Sé franco, abierto y honesto con tus respuestas; y afirma tus opiniones de manera respetuosa, sin desestimar las preocupaciones o problemas de tu amigo.[13]
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    Haz las preguntas adecuadas. Aunque es posible que tu amigo se interese en ti y en tu vida, solo habla de ti mismo cuando te lo pida. Hablar con un amigo después de una cirugía se tratará de él y lo que siente, así que asegúrate de saber qué preguntas será adecuado preguntar.
    • No le preguntes sobre su salud o los resultados de los exámenes a menos que los mencione. Con frecuencia, las personas que se recuperan de una cirugía se cansan de una conversación médica y quizás no quieran hablar de los detalles sobre sus citas.
    • Pregúntale cómo se siente. Será bueno usar una pregunta más ambigua, pues le dará el control a tu amigo. Él tendrá la opción de abrirse sobre sus problemas médicos o referirse al tema sin mucho detalle.
    • Pregúntale si necesita algo. A las personas no les gusta mucho pedir favores, así que no olvides ofrecerle ayuda a tu amigo, pues probablemente la necesitará con las tareas cotidianas de la vida.
    • Pregunta sobre los miembros de su familia y otros seres queridos. Muéstrale que te importa y ten un interés genuino en las cosas y personas que son significativas para tu amigo.
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    Entiende la naturaleza de la ansiedad quirúrgica. La clave para ser un amigo de apoyo y cariñoso es la empatía. Tratar de entender los miedos que se asocian con la cirugía te ayudará a empatizar y ser un oyente más efectivo.
    • El control, o perderlo, es uno de los mayores temores cuando se considera una cirugía y el periodo posterior. A las personas les da miedo entregar su bienestar a otra persona, y la pérdida del control sobre el cuerpo y los movimientos de uno mismo que sucede después de una cirugía es frustrante. Entiende que tu amigo siente la falta de control y recuérdale que esta es una sensación normal.[14]
    • Lo que está en juego con una cirugía es una vida mejor. Las personas se someten a una cirugía para tratar enfermedades o lesiones de larga duración, y si la mejora es gradual o el periodo de recuperación se prolonga, es posible que se decepcionen rápidamente. Ten en cuenta este aspecto cuando estés tratando con tu amigo y recuérdale que los avances toman tiempo.[15]
    • Ir al hospital y pasar por una aplicación de anestesia saca a relucir el miedo a la muerte. Este es el mayor temor que se asocia a una cirugía, así que ten en mente que quizás tu amigo quiera hablar de temas oscuros cuando lo visites. Prepárate emocionalmente para ello.[16]
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    Debes saber cómo enfrentar la cirugía y la ansiedad hospitalaria. La mayoría de las personas, incluso las más calmadas, experimentan algún tipo de miedo y ansiedad cuando se encuentran en un entorno hospitalario. Aprende formas de lidiar con la ansiedad que puedas compartir con tu amigo.
    • La autoconfianza es importante. La ansiedad tiene sus orígenes en la desconfianza. En la mayoría de los casos, se proyecta en otros, pero a menudo es un reflejo de la desconfianza en uno mismo. Recuérdale a tu amigo que tiene que confiar en su cuerpo y en que es capaz de hacer lo necesario para recuperarse.
    • Tomar medidas ayuda a controlar la ansiedad. Dile a tu amigo que realice actividades que le ayuden con la ansiedad y que también alienten una condición física positiva. Algunos ejemplos son comer adecuadamente, hacer ejercicios, meditar, pasar tiempo afuera, estar con amigos y familiares, realizar pasatiempos, entre otros.[17]
    • Planificar también es clave para mantener la calma. Si tu amigo está curándose, dile que enfoque su energía en sanarse y no en la ansiedad. Ayúdalo a elaborar un plan posquirúrgico para que pueda enfrentar los días que se le vienen. Haz una lista de todos los materiales que se necesitan, como alimentos, lecturas y artículos de tocador. ¿Hay algún trabajo que pueda ir avanzando tu amigo después de la operación? De ser así, ayúdalo a saber qué es y hagan un plan para terminarlo.[18]

Consejos

  • Cuando tu amigo se sienta dispuesto, ofrécete a llevarlo a pasear un rato en auto por la ciudad. Salir de la casa por un momento ayudará a que disminuya su sensación de aislamiento.
  • Aunque usar el correo electrónico o las redes sociales para comunicar tus sentimientos es excelente, piensa que es posible que tu amigo no esté tan bien como para revisar su computadora o laptop. Tómate un tiempo del día para hacer una llamada o visitarlo en lugar de ofrecerle tu empatía por Internet.
  • No exageres con la energía positiva. Muéstrale tu apoyo y preocupación, pero recuerda que la cirugía es una experiencia traumática y que todos tienen que lidiar con ella a su propio modo. Deja que tu amigo exprese sus sentimientos, escúchalo y trata de empatizar con él.
  • Ofrécete a llevar a tu amigo a sus chequeos de revisión con el médico. Le será útil tener el apoyo emocional y la ayuda física que necesita durante su recuperación.
  • Dile que estarás ahí para él. Esto le dará el apoyo que necesita durante su recuperación.
  • Escúchalo. Si necesita hablar o quiere desahogarse un poco, hablará contigo. Que lo escuchen y lo entiendan ayudará a que se sienta mejor con la situación.
  • Trata de no comparar tus experiencias con la de tu amigo. No es una competencia y él probablemente preferirá hablar de cualquier otra cosa.

Acerca de este wikiHow

Carlotta Butler, RN, MPH
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Carlotta Butler, RN, MPH. Carlotta Butler es una enfermera registrada en Arizona. Es miembro de la American Medical Writers Association (Asociación de escritores médicos estadounidense). Recibió su maestría en Salud Pública en la Universidad del Norte de Illinois en 2004 y su título técnico en Ciencias en Enfermería en el Centro de Estudios Superiores de Heartland. Este artículo ha sido visto 35 003 veces.
Categorías: Mejores amigos