Mantenerse limpio es una necesidad aun cuando el agua es escasa. Por suerte, existen algunas opciones que están a tu alcance, como darte un baño de esponja o una ducha naval (es decir, al estilo de la marina) si dispones de un poco más de agua. También es posible adoptar ciertas medidas para ahorrar agua al ducharte incluso si no tienes problemas de escasez en tu zona.

Método 1
Método 1 de 4:
Darte un baño de esponja

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    Llena un balde con agua caliente y bicarbonato. Añade 3 tazas (720 ml) de agua caliente a un balde metálico. Incorpora unas 3 cucharadas (45 g) de bicarbonato. Intenta no dejar granos en el fondo.[1]
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    Lávate el cabello con la mezcla. Sumérgelo en el agua y péinalo por completo. Tira el agua y repite la operación. Envuelve el cabello húmedo en una toalla.[2]
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    Llena una vez más el balde con agua caliente y menos bicarbonato. Añade 3 tazas (720 ml) de agua tibia o caliente a un balde. Incorpora 1 cucharadita (5 g) de bicarbonato. Revuelve la mezcla hasta combinar bien todo.[3]
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    Restriega tu cuerpo con la mezcla. Restriega el cuerpo entero, enjuagando el paño o la esponja de forma frecuente.[4] Es posible utilizar algo de jabón en las zonas velludas, pero solo una pequeña cantidad. No olvides enjuagar el paño con agua.[5]
    • Excederse con el jabón implica tener que enjuagarlo, lo que resulta difícil al darte un baño de esponja.
    • Sin embargo, las tiendas de artículos médicos también ofrecen productos que no necesitan el uso de mucha agua, por ejemplo, un jabón corporal líquido sin enjuague.[6]
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    Enjuágate el cabello con 2 a 3 tazas (480 a 720 ml) de agua. Echa agua fresca en el balde. Mete la cabeza en dicho recipiente para mojarla por completo. Retira la suciedad y el bicarbonato con un peine. Si es necesario, vuelve a sumergir la cabeza y luego sécate como de costumbre.[7]

Método 2
Método 2 de 4:
Utilizar métodos secos

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    Si no dispones de agua, límpiate con toallitas húmedas para bebé. No te limpiarán del todo, pero serán útiles. Solo asegúrate de cambiar de toallita conforme vayan ensuciándose.[8]
    • Aplícate loción al terminar de utilizar las toallitas húmedas para hidratar la piel.
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    Échate champú seco. Sostenlo a 30 cm (1 pie) de distancia de tu cabeza, dirigiéndolo hacia las raíces. Rocía solo lo suficiente para cubrir tu cabello, no te excedas. Déjalo actuar por unos cuantos minutos y frótalo con las manos. También puedes cepillarlo. Si el cabello aún está grasoso, repite el procedimiento.[9]
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    Aplica el desodorante en la noche. Para oler rico entre cada ducha, puedes aplicarte desodorante. Aplícalo en la noche y en la mañana. Utilizarlo de noche le permite actuar en un ambiente sin humedad.[10]
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    Evita la ropa apretada. Cuando no te duchas con tanta frecuencia, debes permanecer lo más fresco posible. Las partes del cuerpo más calientes son las que más huelen. La ropa holgada te mantendrá fresco en dichas zonas y reducirá los olores.[11]

Método 3
Método 3 de 4:
Darte una ducha naval

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    Abre la ducha por 30 segundos. Deja correr el agua el tiempo suficiente para mojarte, más o menos unos 30 segundos. Asegúrate de humedecer todo tu cuerpo y cabello durante dicho periodo y luego cierra la ducha.[12]
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    Cierra la ducha y haz espuma con el jabón. Una vez cortada el agua, enjabona tu cuerpo. Échate champú en el cabello y masajéalo bien. Enjabónate por completo. Sigue hasta cubrir todo el cuerpo con agua jabonosa.[13]
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    Rasúrate conforme sea necesario. Con el grifo cerrado, tómate tu tiempo para rasurarte. Si necesitas algo de agua para enjuagar la rasuradora de vez en cuando, llena de agua una taza vieja y agítala en el agua para limpiarla antes de proseguir.
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    Abre la ducha y enjuágate el jabón. Vuelve a abrir la ducha y comienza a enjuagarte el jabón empezando por el cabello. Enjuágate de arriba a abajo de modo que no vuelvas a añadir jabón a las zonas que ya te has enjuagado. Deja correr el agua solo el tiempo suficiente para enjuagar tu cuerpo entero.[14]
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    Aplica el acondicionador siguiendo el mismo proceso. Si necesitas echarte acondicionador, vuelve a cerrar el grifo y haz espuma con el acondicionador. Cuando termines, abre la ducha para enjuagarlo. Otra alternativa es utilizar un acondicionador que no se enjuaga.

Método 4
Método 4 de 4:
Ahorrar agua al ducharte

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    Reduce la frecuencia con que te duchas. Si acostumbras a ducharte a diario, no eres el único. Sin embargo, la mayoría de las veces, no es necesario ducharte con tanta frecuencia para mantenerte limpio. Intenta disminuir la cantidad de veces que te duchas hasta lograr un equilibrio entre darte menos duchas y permanecer relativamente limpio.[15]
    • En ocasiones, darte una ducha cada dos días es suficiente y algunas personas incluso se duchan una vez por semana.
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    Elige un cabezal de ducha de bajo flujo. Este cabezal utiliza menos agua por minuto, lo que te permite ahorrar agua al ducharte. La mayor parte del tiempo, no notarás la diferencia entre un cabezal de ducha de bajo flujo y uno normal.[16]
    • También es útil no abrir la ducha a máxima potencia.[17]
    • Estos cabezales están disponibles en las tiendas de mejoramiento del hogar. Suelen costar igual o un poco más que los cabezales de ducha tradicionales. Normalmente, puedes instalarlos por tu cuenta.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Kathryn Kellogg

    Kathryn Kellogg

    Especialista en sostenibilidad
    Kathryn Kellogg es la fundadora de goinzerowaste.com, un sitio web de estilo dedicado a desglosar la vida ecológica en un simple proceso paso a paso con mucha positividad y amor. Es autora de 101 Ways to Go Zero Waste y portavoz para una vida sin plástico para National Geographic.
    Kathryn Kellogg
    Kathryn Kellogg
    Especialista en sostenibilidad

    Nuestra experta señala: una de las mejores cosas que puedes hacer para reducir tu consumo de agua es cambiar el cabeza de la ducha por uno de bajo flujo. Es fácil cambiarlo e incluso puedes hacerlo si alquilas tu casa. Simplemente vuelve a colocar el antiguo cuando vayas a mudarte.

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    Date duchas más breves. Otra opción para ahorrar agua es acortar al máximo la ducha. Aunque una ducha con agua caliente relaja los músculos, gasta mucha agua. Trata de ducharte lo más rápido posible. Primero mide el tiempo que te demoras y luego trata de disminuir la duración de la ducha en 30 segundos cada día.[18]
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    Dúchate en vez de bañarte. Para llenar la bañera gastas mucha más agua que cuando te das una ducha rápida. Siempre que sea posible, opta por ducharte. Cuando necesites darte un baño, solo llena la bañera hasta un cuarto de su capacidad.[19]
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    Báñate en pareja. Tú y tu pareja pueden meterse en la bañera o ducharse juntos en vez de utilizar el agua dos veces para bañarse cada uno por su cuenta. Los niños también pueden darse un baño juntos para ahorrar agua.[20]
    • Por supuesto, si los niños no se sienten cómodos bañándose de esa manera, no es bueno forzarlos. También podrías permitirles usar ropa de baño para tener más privacidad.

Consejos

  • Repara las goteras de inmediato. Un grifo que gotea o un inodoro con el agua corriendo hacen perder una gran cantidad de agua cada día.
  • Cuando recién abres la ducha, el agua sale fría. Coloca un balde debajo para atrapar el agua hasta que se caliente. Resérvala para otros usos, por ejemplo, para regar las plantas o descargar el inodoro.

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