Junto con la guitarra, se puede decir que el piano es el mejor instrumento en el cual componer música. Aunque es difícil de aprender al principio, un piano te permite tocar dos voces a la vez, una con cada mano. El piano ha sido el instrumento preferido por muchos de los más grandes compositores del mundo desde que se inventó. Sin embargo, componer música es un proceso difícil y que consume mucho tiempo y el piano no lo hace más fácil a menos que ya seas un pianista avanzado. Incluso si has tenido éxito componiendo con otros instrumentos en el pasado, componer con un piano ofrece sus propias ventajas.

Método 1
Método 1 de 3:
Inspirarte para componer música para el piano

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    Escucha música para piano.[1] Existe una gran cantidad de música increíble compuesta específicamente para piano. Incluso si la composición que vayas a realizar en última instancia no esté destinada a ser escuchada en piano, escuchar otras composiciones terminadas cuando intentas inspirarte puede ser justo lo que necesitas.
    • La música clásica y el jazz son los dos estilos más notables de música para piano. Incluso si solo vas a tocar en uno o en otro estilo (o en un estilo más contemporáneo, como el pop), es una buena idea escuchar estos estilos diferentes. Mantente alerta a los diferentes acordes que los músicos usan dependiendo del estilo.
    • Investiga la obra de Chopin o Satie para conocer grandes piezas para piano con base clásica.
    • Para el jazz, Bill Evans, Dave Brubeck y Chick Corea son músicos que vale la pena investigar.
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    Practica escalas en el piano. Ya sea que apenas empieces o seas un músico avanzado, calentar tus dedos con escalas puede estimular que la creatividad fluya más libremente una vez que estés en el meollo de la composición. Si conoces algunas escalas, trata de calentar con una con la que no estés tan familiarizado. Escuchar el tono distintivo de una escala puede desencadenar las primeras ideas de una composición fresca.
    • Las escalas son algo muy útil para saber cuando llegue el momento de componer melodías. Si bien no hay un método seguro de componer una gran melodía, conocer cuál escala debes usar te dará una idea de cuáles notas usar y cuáles evitar.
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    Lleva contigo una libreta y una grabadora portátil a donde vayas.[2] Nunca sabes cuándo te vendrá una racha creativa. Desafortunadamente, la mayor parte del tiempo, esto sucede en los momentos menos convenientes, cuando estás ya sea lejos de un instrumento o a punto de dormirte. Por eso es una buena idea llevar contigo una libreta o grabadora de sonido a donde vayas. Si se te ocurre una gran melodía o ritmo, puedes tararearlos en el micrófono y adaptarlos una vez que estés cerca del piano otra vez.
    • La mayoría de los celulares tiene una opción de grabación. Si no tienes un celular para este fin, las grabadoras portátiles básicas tienden a ser muy asequibles.
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    Date un descanso. La creatividad no puede forzarse. Si tratas de abrirte paso a través del bloqueo mental y nada funciona, puede ser momento de darte un descanso de todo. Haz algo que no tenga nada que ver con el proceso creativo: limpia tu casa, habla con un amigo por teléfono, acaricia a un gato. Mejor aún, toma una siesta. Cuando regreses a ello, no debes sentir nada de la frustración contra la cual luchabas antes. La creatividad es mejor cuando te sientes relajado.
    • Salir a caminar es una idea fantástica si te sientes frustrado. Muchos artistas tienen algunas de sus mejores epifanías cuando han salido a dar un paseo.
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    Piensa en aquello sobre lo que te gustaría componer música.[3] La mayoría de la música (incluso la música instrumental) está directamente inspirada en algo o en alguien. En algunos casos, el compositor está impulsado por el amor y la añoranza. Otras veces, intenta dejar salir las malas emociones. Dale un vistazo a tu vida y selecciona algunas de las cosas que te hayan afectado más en el pasado. ¿Has pasado por una ruptura amorosa? ¿Recientemente tuviste unas vacaciones inolvidables? Cualquier cosa que desencadene un sentimiento en ti es suficiente para la inspiración musical.
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Método 2
Método 2 de 3:
Seguir un proceso creativo informal

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    Trata de escuchar la música que suena en tu cabeza. Muchos compositores reportan escuchar música en su cabeza cuando se sientan a componer, como si la pieza en la que estén trabajando ya estuviera terminada y solo tuviera que escribirse para los demás. La intuición creativa no es el tipo de cosa que puede forzarse y mucho de ella dependerá de la forma como te sientas en ese momento. Sin embargo, si puedes detectar una idea musical interesante en tu cabeza, no dudes en seguirla.
    • Es fácil que nuestro juez interno sea más fuerte que nosotros y censure nuestras ideas antes siquiera de que las probemos. Cuando compones música, es mejor si abandonas esta desconfianza de ti mismo. Incluso si crees que algo es una mala idea, hay una posibilidad de que conduzca a algo más prometedor cuando empieces a experimentar con él.
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    Piensa en las imágenes mentales mientras tocas. La experiencia de ver películas ha tenido un mayor impacto en la forma como asociamos la música con las imágenes. En tu imaginación, trata de visualizar una escena que desencadenaría el mismo tipo de emociones que quisieras evocar en esta composición. Por ejemplo, si quieres una composición suave y reconfortante, podrías visualizar un lago tranquilo en la primavera. Del mismo modo, si quieres algo enojado y dramático, podrías pensar en una zona de guerra. A partir de ahí, imagina qué tipo de música podría orquestar una toma visual como esa.
    • Esta técnica no siempre funciona pero, si eres un pensador visual, definitivamente vale la pena probarla.
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    Compón una idea trampolín.[4] La mayoría de las composiciones empezará con una idea trampolín; es decir, la primera parte de la música compuesta sobre la cual se basan todas las demás piezas. Esta puede ser la parte de tu composición que consuma más tiempo. Tiene mucho que ver con agarrarse a la primera parte de tu composición y seguirle la pista una vez que la consigas. Tocar escalas y experimentar con diferentes formas de acordes puede convertir este proceso en algo placentero.
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    Escribe ideas de seguimiento. Si experimentas tocando en el piano y se te ocurre una gran idea, debes tocar ese tema en tu cabeza e imaginar lo que podría venir antes o después. Las ideas de seguimiento generalmente deben tener el mismo tono y dirección que tu idea original. Por un rato, enfócate en crear ideas que funcionen bien juntas. Si quieres una composición con giros sorprendentes, solo debes resolver esa parte una vez que tengas una estructura firme.
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    Experimenta con el volumen y la dinámica.[5] Una vez que tengas algunas ideas sólidas, es momento de experimentar con ellas. Una de las mejores características de un piano es su sensibilidad al volumen y la dinámica. Hacer algunas partes más fuertes y otras más silenciosas es una herramienta que los compositores principiantes a menudo tienden a pasar por alto. La dinámica puede hacer una gran diferencia en el aspecto emocional de una pieza de música.
    • La dinámica se define como una muestra de cambio o diferencia dentro de algo. En el caso de una representación musical, se refiere al tratamiento del volumen por parte del músico. Algunos pianistas tocan naturalmente más fuerte que otros, pero un músico realmente dotado usará los silencios y los tonos bajos a su favor.
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    Incorpora un poco de repetición saludable a tu composición.[6] En algún momento, es necesario añadirle una estructura a tus ideas. A medida que armes la canción, algunas ideas merecerán más que se construya la canción alrededor de ellas. Una composición normal tendrá por lo menos uno o dos temas recurrentes. Si bien la repetición se usa para enfatizar una idea, repetir demasiado despojará a la música de su interés. Si tu composición ya tiene mucha repetición, debes intentar modificar gradualmente la idea de alguna manera. Añadir o cambiar una sola nota puede cambiar la reacción del público a una idea.
    • La idea de depender de la repetición y cambiarla lentamente con el tiempo se conoce como minimalismo.
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    Agrega voces si deseas. Un piano funciona maravillosamente por su cuenta pero, como una guitarra, puede ser útil añadir voces sobre la música. Las voces son un gran complemento para la textura de un piano. Las melodías vocales pueden copiarse de la mano derecha melódica de las partes del piano o puedes componer una parte totalmente nueva para añadir al arreglo. Aunque las voces son complicadas de lograr exitosamente mientras tocas el piano, te dan oportunidades para añadir armonías que no habrían sido posibles con dos manos en un piano.
    • La letra es un requisito obvio en la mayoría de los casos si quieres añadir voces. La letra te da una oportunidad de contar una historia más vívida con tu música. Por supuesto, si lo preferirías, podrías cantar sin letra. Algunas composiciones prefieren usar la voz como otro instrumento, con sonidos de "uuuu" y "aaaaaaa" reemplazando a la letra.
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    Pide el consejo de un amigo. Una vez que tu composición empieza a formarse, hay un momento de la verdad cuando finalmente se la muestras a alguien más. Toca una versión aproximada de tu composición para un amigo cuyo gusto respetes. Una vez que termines de tocarla, pregúntale qué cree que podría mejorarse. Es importante verlo como un paso en el proceso creativo en lugar de un tiempo para el juicio. Ya sea que tu composición le guste o no, esto no importa hasta que le hayas dado la aprobación final. Toma en consideración lo que diga y contrástalo con tus propios sentimientos hacia la obra.
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    Haz revisiones.[7] Una composición empezará a formarse más naturalmente una vez que las primeras etapas estén terminadas. Incluso si te gusta la versión aproximada que hayas compuesto, es una buena idea tocar toda la canción y juzgar cuáles partes de la composición podrían mejorarse, cambiarse o eliminarse del todo. Tal como un buen escrito requiere edición antes de estar terminado, un buen compositor observará cuidadosamente una pieza y hará todo lo que pueda por perfeccionarla antes de poder decir que está terminada.
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Método 3
Método 3 de 3:
Componer usando teoría musical

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    Elige una tonalidad. La tonalidad de una composición determina la clave y si es mayor o menor.[8] En una de las primeras etapas de la composición, una clave podría ser tan simple como tomar una decisión arbitraria, pero esto tendrá el mayor impacto en el sonido de tu composición. Si terminas tu obra más adelante y quieres probarla en diferentes claves, puedes hacerlo, pero debes saber que toma una gran cantidad de trabajo trasponer una composición nota por nota a otra clave.
    • Si aún no sabes mucho de la teoría musical, es importante saber que los acordes y escalas mayores suenan "felices", mientras que los menores son más tristes.
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    Explora progresiones de acordes a partir del acorde raíz.[9] El teclado del piano ha sido explorado a más no poder. Para este punto, cada combinación posible ha sido probada y estudiada. Con esto, la teoría puede sugerir los acordes más apropiados. El más famoso de estos es la progresión I-IV-V-vi (las minúsculas denotan un acorde menor). Los números romanos indican a cuántas claves por encima de la raíz se encuentra el acorde dado. Está comprobado que estos cuatro acordes van muy bien juntos.
    • Prueba usar un mapa de acordes para empezar.[10]
    • Aunque esto podría sonar demasiado matemático al principio, la verdad es que te saldrá sin pensar una vez que domines los conceptos básicos de la teoría.
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    Desarrolla melodías a partir de una escala elegida.[11] Las escalas son herramientas útiles en la creación de la melodía. Aunque las melodías tienen que tantearse adecuadamente para ser memorables y efectivas, usar una escala reducirá las notas que convencionalmente se supone que debes usar.
    • Asegúrate de que la escala que vayas a usar esté en concordancia con los acordes y la clave que hayas elegido.
    • La escala estándar es una escala de Do mayor. Esta escala a menudo se usa para calentamientos vocales antes de una presentación.
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    Experimenta con la afinación.[12] Algunos compositores vanguardistas en el siglo XX abrían el piano en sí y cambiaban la afinación de las teclas. Cambiar todas las teclas incluso en un dieciseisavo de un tono puede dar como resultado una experiencia nueva y extraña en el piano. Debes saber que solo debes experimentar con un piano si eres un experto y tienes una afinación perfecta. De otro modo, es probable que simplemente termines saboteando tu piano para el uso regular.
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    Registra tu trabajo por medio de la notación. La notación es el lenguaje técnico de la música. Si eres un compositor serio, es esencial que conozcas por lo menos un poco de la notación y cómo poner en papel tus ideas de forma precisa. Aunque toma un poco de tiempo acostumbrarse, afortunadamente hay muchos recursos gratuitos en línea para ayudarte a obtener un conocimiento adecuado de la lectura y escritura de la notación. Si eres completamente nuevo en la notación, debes probar realizar lecturas a primera vista de algunas canciones básicas para piano hasta que estés más acostumbrado.
    • Existen programas digitales de notación con los que puede resultar más fácil trabajar que con el lápiz y el papel.
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Consejos

  • Hay muchos libros disponibles para enseñarte los conceptos básicos de la composición de canciones. Si tienes problemas para empezar, recurrir a los maestros puede ser una gran ayuda.[13]
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Advertencias

  • El piano es un instrumento difícil de aprender. Si no eres un pianista avanzado, no trates de componer música que no podrías tocar tú mismo.
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Categorías: Piano y teclado
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