Uno de los más grandes retos para cualquier escritor de ficción es crear personajes realistas o creíbles. Un buen personaje de ficción hará que al lector le importe lo que le pase al personaje durante 20, 50 o 200 páginas. A menudo, un personaje realista se siente interesante y único, pero también cercano y agradable. Este es un equilibrio complicado de lograr, pero los escritores de ficción han elaborado varios enfoques para crear personajes que se sientan realistas y creíbles para el lector.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar detalles básicos y descripción física

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    Ponle nombre a tu personaje. Un gran identificador de tu personaje será su nombre. Piensa en las personas que conozcas en la vida real que te recuerden al personaje o que lo hayan inspirado. También puedes experimentar con un nombre existente que creas que encaja con el personaje y cambiarle la ortografía. Por ejemplo, Kristina en lugar de Cristina, o Lara en lugar de Laura.[1]
    • Busca nombres que encajen con el origen de tu personaje y que no parezcan extraños en términos del papel o la posición de tu personaje. No es probable que una mamá que viva en los suburbios de una ciudad estadounidense se llame Esmeralda, y un malvado hechicero de otro planeta probablemente no se llame José o Carlos.
    • Hay varios generadores de nombres de personajes en línea que también puedes usar, filtrando por origen y género.[2]
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    Toma nota del género, la edad, la estatura y el peso de tu personaje. Si tu personaje fuera a llenar un censo o un formulario en el consultorio de un doctor, ¿qué especificaría para género, edad, estatura y peso? Aunque es posible que no uses esta información en tu cuento o novela, el género y la edad de tu personaje afectarán su voz y su punto de vista.[3] [4]
    • Por ejemplo, el personaje de la niña Scout en Matar un ruiseñor de Harper Lee verá el mundo de la novela de forma diferente a su padre, Atticus Finch, un hombre mayor.[5]
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    Describe el color de los ojos y el cabello de tu personaje. Es importante especificar las características físicas de tu personaje, sobre todo su color de cabello y ojos. A menudo, la descripción de personajes se enfoca en el color de cabello o de ojos, y estos detalles pueden ayudar a darle una señal al lector de que el personaje tiene un determinado origen étnico o apariencia. Estas descripciones también pueden indicar un determinado tipo de personaje.
    • Por ejemplo, describir el aspecto físico de tu personaje como "Tenía el cabello rubio como el agua de fregar y ojos grises que se vidriaban cuando se aburría" no solo le da al lector una descripción física clara sino que también muestra la personalidad del personaje.
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    Crea marcadores o cicatrices distintivos en tu personaje. La cicatriz en forma de rayo de Harry Potter es un buen ejemplo de un marcador distintivo que identifica a su personaje y lo hace único. También puedes usar marcas de nacimiento, como un lunar en el rostro de tu personaje, o un marcador debido a un accidente, como una quemadura o una cicatriz debido a puntos de sutura. Estas cicatrices o marcadores pueden hacer que tu personaje se sienta perceptible para el lector. También pueden decirle al lector más sobre el personaje.
    • En Matar un ruiseñor, al hermano de Scout, Jem se le describe en la primera página de la novela por medio de una descripción de su brazo roto: "Cuando se acercaba a los trece años, mi hermano Jem sufrió una grave fractura del brazo a la altura del codo. Cuando sanó y sus temores de que jamás podría volver a jugar al fútbol se diluyeron, raras veces se acordaba de aquel percance. El brazo izquierdo le quedó algo más corto que el derecho; si estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba casi un ángulo recto con el cuerpo y el pulgar rozaba el muslo. A Jem no podía preocuparle menos, siempre y cuando pudiera pasar y chutar".[6]
    • Harper Lee usa la lesión, o el marcador físico, para introducir al personaje de Jem y decirle al lector que tiene un brazo izquierdo más corto, una característica distintiva que lo convierte en un personaje más matizado y creíble.
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    Menciona el estilo de vestir de tu personaje. La ropa puede ser una gran forma de mostrarle al lector más de la personalidad y las preferencias de tu personaje. Un personaje que use camisetas punk, jeans negros y zapatos Doc Martens dará la impresión de ser un personaje rebelde, mientras que un personaje que use suéteres y mocasines puede dar la impresión de ser más conservador.
    • Sé específico al describir la ropa de un personaje, pero no repitas las descripciones demasiado en la narración. Establecer una vez el estilo de vestir de tu personaje creará una imagen clara en la mente del lector a la que este podrá remitirse.
    • En El sueño eterno de Raymond Chandler, el personaje principal, Philip Marlowe, describe su ropa en dos oraciones concisas: "Me había puesto el traje azul añil, con camisa azul marino, corbata y pañuelo a juego en el bolsillo del pecho, zapatos negros, calcetines negros de lana con dibujos laterales de color azul marino. Iba bien arreglado, limpio, afeitado y sobrio y no me importaba nada que lo notase todo el mundo".[7]
    • Chandler usa detalles muy específicos para pintar una imagen clara de Marlowe e inyecta la descripción con su voz ("no me importaba nada que lo notase todo el mundo"), añadiendo más profundidad a la descripción.
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    Determina el origen y la clase social de tu personaje. La posición de tu personaje en la vida afectará cómo navegará ciertas situaciones y cómo reaccionará a sucesos cotidianos. Un joven negro que viva en un pueblo del Caribe tendrá una experiencia o perspectiva diferente que un joven que viva en un pueblo de las montañas. Y una mujer de clase media que viva en Nueva York tendrá una experiencia cotidiana diferente a una mujer que viva de vales de comida en Nueva York. El origen y la experiencia de clase de tu personaje serán una parte integral de su perspectiva.
    • Aunque no es esencial que anuncies el origen y la clase social de tu personaje al lector, tu personaje se sentirá más realista y verdadero si su posición en la vida está incluida en su punto de vista. Los personajes en la ficción de Junot Díaz, por ejemplo, usan términos coloquiales para indicar la clase social y el origen al lector.
    • En el cuento "Guía de amor para infieles", Díaz observa: "Quizá si hubieras estado comprometido con una blanquita de mente superabierta, podrías haber sobrevivido. Pero tú no estás comprometido con una blanquita de mente superabierta. Tu novia es una cabrona salcedeña que no cree en nada; de hecho, la única advertencia que te hizo, lo que siempre te juró que jamás te perdonaría, fue serle infiel".[8]
    • En esta historia, Díaz usa términos coloquiales para indicar el origen del personaje y el narrador sin tener que decirle al lector directamente que el narrador es hispano.
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    Investiga sobre la profesión o la carrera de tu personaje. Otra forma de hacer que tu personaje sea más creíble en el papel es hurgar en los detalles de su profesión o carrera. Si creas un personaje que trabaja como arquitecto, este personaje debe saber cómo diseñar un edificio y puede ver la silueta de una ciudad en una forma única. O si creas un personaje que trabaja como detective privado, debe saber el protocolo básico y cómo resolver un caso. Usa libros de la biblioteca y fuentes en línea para hacer que la carrera de tu personaje sea convincente en tu historia.
    • Si es posible, trata de hablar con alguien que ejerza la profesión que quieras usar para tu personaje. Entrevístalo sobre sus hábitos diarios en el trabajo para asegurarte de que los detalles de la profesión estén correctos.

Método 2
Método 2 de 3:
Usar la motivación

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    Dale a tu personaje un propósito o deseo. Uno de los aspectos más distintivos de tu personaje debe ser su propósito o deseo en la historia. Los objetivos de tu personaje deben impulsar la historia y su objetivo debe ser exclusivo para él. Por ejemplo, tu personaje puede ser un joven afroamericano que esté tratando de ingresar a la NBA en los EE.UU. O tu personaje puede ser una mujer anciana que esté tratando de reconectar con el hijo que perdió hace mucho tiempo. Hacer que el propósito u objetivo de tu personaje sea específico ayudará a hacerlo parecer más realista y creíble.[9]
    • Otro aspecto clave del objetivo de tu personaje es que tu personaje debe tener un objetivo pequeño, como tratar de quedarse con una chica, y uno grande, como confirmar que el amor es verdadero. Trata de darle a tu personaje un objetivo pequeño y uno grande de forma que su historia se sienta específica y también general, o universal, para el lector.
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    Considera las fortalezas y debilidades de tu personaje. Un héroe sin defectos o un villano sin corazón serán personajes monótonos en el papel. Dale a tu personaje fortalezas y debilidades para crear a un personaje redondeado que también sea cercano para el lector. Si creas un personaje principal que vaya a ser tu protagonista, haz una lista de fortalezas y debilidades para el personaje. Las fortalezas del protagonista deben pesar ligeramente más que sus debilidades, sobre todo si va a ser el que lleva las de perder o el que no desarrolla su potencial en tu historia.[10]
    • Por ejemplo, tu personaje puede ser tímido o introvertido, pero puede tener una habilidad para resolver acertijos y adivinanzas. O tu personaje puede luchar con el enojo o la ira pero tratar de mantener el control sobre sus emociones.
    • Equilibrar las fortalezas y las debilidades de tu personaje hará que sea más adorable y cercano para el lector, lo cual hará que el personaje se sienta más realista.
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    Dale a tu personaje un trauma o miedo del pasado. No todos los personajes tienen que estar motivados por un trauma o miedo del pasado. Pero crear un trasfondo para tu personaje con eventos que podrían haberlo lastimado o perjudicado puede crear tensión en la vida presente del personaje. Un trasfondo son eventos o momentos en la vida del personaje que suceden antes de que la historia empiece.[11]
    • Un trasfondo también puede permitirte hacer que el personaje sea más creíble en el papel. Un personaje que se refiera a eventos anteriores ampliará el ámbito de la historia y le dará al personaje una presencia mejor desarrollada en la historia.
    • Por ejemplo, en el cuento "Guía de amor para infieles" de Junot Díaz, al lector se le cuenta el trasfondo, las transgresiones anteriores del narrador mientras estaba con su novia. Este trasfondo se convierte en la razón por la que la novia del narrador lo deja. Entonces, el trasfondo está haciendo dos cosas en la historia: está mostrándole al lector más sobre el narrador y es un punto de quiebre principal en la historia. También amplía el ámbito de la historia, ya que el lector ingresa al drama inmediato del narrador (la novia que lo deja), pero este drama se origina de eventos anteriores que el narrador tiene que enfrentar en el presente.
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    Crea un archienemigo para tu personaje. Otra forma de crear un personaje más realista en tu historia es crear una persona o fuerza que esté trabajando en su contra. Un archienemigo agregará un elemento de realidad a la historia, ya que, en la vida real, a menudo nos enfrentamos a fuerzas opuestas o individuos desafiantes.[12]
    • El archienemigo podría tener la forma de un vecino entrometido, un familiar irritante o un compañero problemático. El archienemigo de tu personaje debe corresponder con su propósito o deseo.
    • Por ejemplo, un personaje que esté tratando de obtener una beca de baloncesto puede tener un archienemigo en la forma de un compañero rival de equipo o un entrenador autoritario. Un personaje que esté tratando de reconquistar a una chica a la que le fue infiel puede tener un archienemigo en la forma de su inhabilidad para controlar sus propios deseos o para ser monógamo.

Método 3

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    No tengas miedo de usar términos coloquiales. Los coloquialismos son palabras, frases o jerga informales en una pieza de escritura.[13] Tus personajes deben sonar tan únicos como los individuos con los que te encuentras todos los días, y eso incluye cualquier jerga o término informal que podrían usar. Por ejemplo, dos adolescentes probablemente no se saluden diciendo "Buen día, señor". En cambio, pueden decir "¿Qué hay?" o "¿Qué tal?".
    • Ten cuidado de usar demasiados términos coloquiales en tu diálogo. Puede empezar a distraer o a sentirse efectista si se usan en exceso. Esmérate en alcanzar un equilibrio entre los términos apropiados en español y la jerga o los coloquialismos.
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    Piensa en el cambio de código. El cambio de código es un cambio en el lenguaje que realiza un personaje en respuesta a con quién esté hablando.[14] Esto ocurre a menudo en la vida cotidiana, sobre todo para individuos de diferentes orígenes o clases sociales que estén tratando de asimilarse o integrarse.
    • Si vas a escribir a un personaje de un determinado origen, escenario o clase social, debes considerar cómo podría usar la jerga local en su diálogo y descripción dependiendo de con quién esté hablando en una escena. Un joven colombiano hablando con otro joven colombiano, por ejemplo, usará jerga como "Qué video" o "Mi chato", pero los mismos jóvenes colombianos hablando con un policía podrían usar un habla más formal como "Sí, señor" o "Que esté bien".
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    Usa aclaraciones del narrador. Las aclaraciones del narrador son como letreros. Atribuyen el diálogo escrito a los personajes. Una de las aclaraciones más comúnmente usadas es "dijo". Las aclaraciones del narrador no tienen que ser sofisticadas ni excesivamente descriptivas. Su principal propósito es demostrar cuáles personajes hablan y cuándo. Sin embargo, también puedes desarrollar personajes creíbles a través de las aclaraciones del narrador.[15]
    • Cada aclaración debe contener por lo menos un nombre propio (Scout, Jem) y un verbo indicando cómo se está diciendo el diálogo (dijo, preguntó, susurró, comentó). Por ejemplo, "Scout le dijo a Jem" o "Jem le susurró a Scout".
    • Puedes agregar adjetivos y adverbios a las aclaraciones para proporcionar más información sobre el hablante. Por ejemplo, "Scout le dijo en voz baja a Jem" o "Jem le susurró severamente a Scout". Agregar un adverbio puede ser una forma rápida y útil de indicar un determinado gesto o emoción en un personaje, pero ten cuidado de usar los adjetivos o adverbios en exceso en las aclaraciones del narrador. Trata de usar solo un adjetivo o adverbio por escena para la aclaración del narrador de un personaje.
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    Lee el diálogo del personaje en voz alta. El diálogo de tu personaje debe sentirse exclusivo para él o ella y representativo de cómo interactúa con los demás. El buen diálogo en la ficción debe ser más que simplemente decirle al lector cómo un personaje llega del punto A al punto B o cómo el personaje conoce a otro personaje. Lee el diálogo del personaje en voz alta para asegurarte de que suene como algo que una persona le diría a otra en la escena. El diálogo también debe sonar fiel al personaje.
    • Por ejemplo, en Matar un ruiseñor, Harper Lee usa el diálogo para distinguir a los personajes en una escena. También usa términos coloquiales para representar a niños que viven en un pequeño pueblo sureño en la década de 1950.[16]

      —Eh, tú —contestó Jem, amablemente.
      —Soy Charles Baker Harris —dijo el otro—. Sé leer.
      —¿Y qué? —dije yo.
      —He pensado nada más que les gustaría saber que sé leer. Si tienen algo que sea preciso leer, yo puedo encargarme…
      —¿Cuántos años tienes? —le preguntó Jem—. ¿Cuatro y medio?
      —Voy por los siete.
      —Entonces, no te ufanes —dijo Jem, señalándome con el pulgar—. Ahí Scout lee desde que nació y ni siquiera ha empezado a ir a la escuela. Estás muy canijo para andar hacia los siete años.

    • Harper Lee hace que el diálogo de Jem sea distinto al de Charles Baker Harris y el de Scout usando términos de jerga y coloquialismos. Esto establece a Jem como un personaje y crea una dinámica entre los tres hablantes en la escena.

Acerca de este wikiHow

Stephanie Wong Ken, MFA
Coescrito por:
Máster en Bellas Artes, Escritura Creativa, Universidad Estatal de Portland
Este artículo fue coescrito por Stephanie Wong Ken, MFA. Stephanie Wong Ken es una escritora con sede en Canadá. Los escritos de Stephanie han aparecido en Joyland, Catapult, Pithead Chapel, Cosmonaut's Avenue y otras publicaciones. Tiene una maestría en ficción y escritura creativa de la Universidad Estatal de Portland. Este artículo ha sido visto 16 813 veces.
Categorías: Ficción