Los juegos de rol son una forma divertida de sumergirte en un mundo de tu propia creación. Diseñar un juego propio es un desafío divertido y una excelente manera de ejercitar la imaginación. Simplemente crea el entorno, los personajes, los objetivos, las reglas, la forma de ganar y luego ¡invita a tus amigos a jugar!

Parte 1
Parte 1 de 3:
Ambientar el escenario

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    Escribe la historia de fondo del juego. Esto ayudará a establecer el ambiente para el juego y proporcionará la base para crear los personajes, los conflictos y las soluciones. Escribe un resumen de la historia, la mitología y la cultura del mundo donde se desarrollará el juego de rol (RPG, por sus siglas en inglés). Esto le agregará profundidad al juego y ayudará que se sienta más realista.[1]
    • Por ejemplo, el juego se puede establecer en una gran ciudad en el año 2600 justo después de una guerra o en el medio de una rebelión. Esto dará una buena base para crear los conflictos y los objetivos.
    • Lee la historia de fondo del juego en voz alta para todos los jugadores antes de jugar. Si hay una información en específico que los jugadores necesiten saber a lo largo del juego, considera escribirlo en unas hojas de papel separadas que los jugadores puedan usar como referencia.
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    Determina el conflicto principal en el juego de rol. El conflicto puede ser por una persona, como un villano; o un acontecimiento, como un desastre natural o una enfermedad viral. El conflicto ayudará a establecer el objetivo del juego. Por ejemplo, si el conflicto es un tsunami, el objetivo puede ser llegar al lugar más alto.[2]
    • Si necesitas inspiración, usa la historia real para darte ideas. Investiga sobre las guerras, las rebeliones, los brotes de enfermedades y los desastres naturales.
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    Dibuja el mapa del mundo en donde se establecerá el juego. Esto ayudará a darle más realismo al juego. Haz una nota en el mapa de las ciudades clave y los centros de los recursos. No te preocupes si no eres un prodigio como Picasso, usa unas formas y anotaciones simples para crear el mapa.[3]
    • Considera dibujar el mapa en una hoja de papel tamaño A3 o tabloide (29,7 x 42 cm) de modo que sea lo suficientemente grande como para que todos los jugadores lo puedan ver con facilidad.
    • Si te sientes creativo, considera dibujar varios mapas. Por ejemplo, el primer mapa podría ser una visión general del país o del continente, y el segundo mapa podría ser una vista ampliada de la ciudad donde viven los jugadores.
    • Si el juego tiene un campo de batalla, dibújalo en el mapa.
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    Decide qué moneda usar en el juego de rol. La mayoría de los juegos de rol tienen una recompensa económica por ganar un conflicto o por encontrar unos recursos. Esta moneda se puede intercambiar con otros personajes o en la tienda de artículos del juego, al subir de nivel o al hacer las misiones. Si te sientes creativo, crea una moneda física que puedas darles a los jugadores.
    • El oro, la plata, los diamantes, las monedas y las vidas son las monedas más populares en los juegos de rol.
    • Escribe en el libro de reglas cómo se puede ganar el dinero y cómo se puede negociar.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Crear los personajes

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    Establece los rasgos principales y las características de cada jugador. Estos determinarán las fortalezas de cada uno de los jugadores e indicarán cómo van a actuar en el juego. La fuerza, la altura, la inteligencia, el carisma, la salud y la velocidad son las características más comunes en los personajes. Considera si cada jugador va a comenzar con las mismas características de referencia o si cada uno será único.[4]
    • Si decides que cada personaje será único, asigna las características de antemano o permite que cada jugador decida sus características usando un cierto número de puntos. Por ejemplo, si cada jugador tiene 100 puntos para usar, puede asignarse 70 puntos de fuerza, 20 puntos de inteligencia y 10 puntos de carisma.
    • Un jugador con mucha fuerza, pero con una velocidad baja será bueno atacando, pero lento al huir de sus enemigos.
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    Elige los accesorios de cada personaje. Elige las armas y los accesorios mágicos con los que cada jugador comenzará el juego y decide cuánta potencia tendrá cada arma para curar o para herir a los oponentes. Por ejemplo, determina si un veneno puede enfermar a un jugador o si es letal.[5]
    • Las armas, la medicina, las pociones mágicas y las armaduras son accesorios comunes.
    • Piensa en la ambientación del juego para ayudarte a formar las ideas. Por ejemplo, una espada láser y un escudo de plasma son unas excelentes armas de ciencia ficción. Si el juego se desarrolla en el Lejano Oeste, puedes darle a cada jugador una pistola de seis tiros y una armadura de placas brillante.
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    Llena una hoja de personaje para cada jugador. Esto le permitirá a cada jugador tener una referencia rápida de sus características, rasgos y accesorios. Deja un espacio en la hoja para que el jugador actualice las características y los accesorios a medida que avanza el juego. Esto facilitará el seguimiento de la fuerza de cada personaje y ayudará a evitar las trampas.[6]
    • Si te sientes creativo, haz un dibujo del personaje en la hoja.
    • Para hacer que el juego se sienta más realista, escribe la información de antecedentes sobre cada uno de los personajes, como la edad, la educación, la religión y sus intereses.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Decidir las reglas

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    Determina cómo se van a mover los personajes en el entorno del juego. Muchos juegos de rol permiten que el personaje se mueva de acuerdo con su velocidad o su salud. Por ejemplo, si tienes 5 puntos de vida, puedes mover 5 espacios. Otra opción es lanzar un dado para determinar qué tan lejos puede moverse un personaje. Si el juego no requiere mucho movimiento, considera darle a cada jugador una distancia determinada para que pueda moverse en cada turno.[7]
    • Escribe en la hoja de personaje cómo se va a mover el jugador. Esto ayudará a cada jugador a recordar las reglas.
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    Escribe una lista de las enfermedades y las lesiones que pueden dañar a los jugadores. Durante el juego, los jugadores deberán enfrentar dificultades. Estas pueden ser en forma de lesiones, enfermedades o hechizos mágicos. Las dolencias más comunes incluyen la ceguera, la influenza, el veneno, los desmayos, la pérdida del conocimiento, la parálisis y la muerte. Decide cómo los jugadores entrarán en contacto con cada afección.[8]
    • Las armas envenenadas y los brotes de enfermedades son una forma común en que los jugadores se enferman. El combate y mucho movimiento tienden a causar el cansancio y las lesiones. Las cartas de hechizos mágicos son otra forma común de causar daño.
    • Determina cuánto tiempo durará el daño de cada efecto. Por ejemplo, si un jugador contrae la influenza, puede durar 2 turnos, mientras que, si tiene una pierna rota, puede estar fuera de acción durante 3 turnos.
    • Considera lanzar los dados para determinar el alcance del daño. Por ejemplo, tira un dado después de beber veneno para determinar cuánto durará su efecto. Si sacas un 1, estás fuera del juego por 1 turno, pero si sacas un 6, pierdes 6 turnos.
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    Crea remedios para cada personaje si quieres alargar el juego. Escribe una lista de los remedios disponibles para las lesiones o las enfermedades. Los remedios más comunes incluyen las hierbas, las pociones mágicas, los medicamentos y las áreas de descanso. Los remedios a menudo están disponibles en las tiendas y se pueden comprar con la moneda del juego. También puedes hacer que la creación del remedio sea parte del juego.[9]
    • Por ejemplo, si un jugador necesita una poción para curar una herida, puedes decidir que necesita reunir los ingredientes de 3 pueblos diferentes para hacer la poción.
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    Determina la mecánica de crecimiento de los personajes. La mayoría de los juegos de rol permiten a los personajes aumentar sus características al lograr diferentes objetivos o al visitar diferentes ubicaciones. Por ejemplo, si peleas contra un oponente, puedes obtener 1 punto de fuerza adicional o si vas a la biblioteca puedes recibir 1 punto de inteligencia adicional.[10]
    • Usa los dados para variar cuánto crecerá cada personaje. Por ejemplo, si seduces a un civil, tira un dado para determinar cuántos puntos de carisma recibirás.
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    Decide cómo se gana el juego. Esto debe estar claramente definido en las reglas para que todos los jugadores entiendan cuál es el objetivo principal del juego. Los objetivos más comunes para ganar incluyen alcanzar un cierto número de puntos, lograr un objetivo o alcanzar cierto lugar en el mapa.[11]

Consejos

  • Juega juegos de rol de otras personas para conseguir más ideas.
  • Adapta el juego con el tiempo. Cuanto más juegues, más detalles y más desafíos puedes agregar. Pídeles a tus amigos que te ayuden a mejorar el juego.

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