Los libros raros (en especial, si son antiguos y excepcionales) merecen y requieren un cuidado especial. Si se tratan de manera adecuada, estos libros pueden proporcionarles a sus propietarios una hermosa colección cuyo valor continuará incrementándose a lo largo del tiempo. Por fortuna, tanto para los coleccionistas novatos como para los experimentados, la conservación y el cuidado de libros antiguos y raros no requieren materiales oscuros, ni un mantenimiento extenso o una gran inversión. En cambio, requieren tiempo, paciencia y un poco de esfuerzo proverbial.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Preparar el almacenamiento

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    Elimina los riesgos de incendio y humo. Aunque el incendio y el humo suelen ser accidentales, debes evitar colocar libros en una habitación o una esquina susceptibles al humo o la exposición al fuego. No debes colocar los libros en una habitación adyacente a una chimenea o una estufa de leña, ni debes mantenerlos en un área propensa al vapor (como la cocina, la lavandería o el baño).[1]
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    Evita temperaturas y condiciones extremas. Abstente de almacenar libros en una habitación propensa a las temperaturas extremas. Las habitaciones cálidas pueden incluir salas de lavandería, cocinas y terrazas interiores, mientras que las habitaciones frías pueden incluir un garaje, una despensa, una lavandería o un área similar y pobremente aislada. La temperatura ideal para los libros oscila entre 18 y 22 °C (65 y 72 °F). Debes tener en cuenta este detalle al escoger un área de almacenamiento designada para tu colección.[2]
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    Escoge una estantería de madera o metal. Los estantes ásperos (como un tablero de partículas) pueden dañar la encuadernación de los libros, mientras que los estantes pintados o tratados químicamente pueden filtrarse en los libros, causando manchas, desintegración o debilitamiento de las fibras del encuadernado. Al escoger una estantería, debes buscar madera lisa y sellada para su uso en interiores, o metal liso y esmaltado.[3]
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    Atenúa la iluminación molesta. La luz intensa y molesta (ya sea del sol o una bombilla) puede provocar que los libros antiguos y raros se destiñan y se dañen. Escoge un espacio al que regularmente no llegue la luz del sol y evita colocar una gran iluminación al lado de tus libros. A los libros les va mejor en un entorno más oscuro (como una esquina o una habitación interior).
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    Limpia tu espacio de almacenamiento de manera minuciosa. No importa si planeas colocar tus libros en una estantería abierta o cerrada, debes asegurarte de limpiar el área antes de colocar los libros en ella. Debes eliminar el polvo de los estantes y limpiar todas las superficies. Existe la posibilidad de que arrojes polvo sobre tus tomos al limpiar la parte superior de la estantería, así que asegúrate de limpiar por completo todas las superficies posibles del estante.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Limpiar tus libros

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    Limpia las páginas y la encuadernación con una aspiradora de mano. Utiliza una aspiradora pequeña para extraer suavemente la suciedad y los escombros de las páginas y la encuadernación. Para los libros demasiado antiguos y delicados, debes evitar presionar la aspiradora directamente sobre la superficie del libro. En su lugar, debes dejar que se mueva justo por encima de la superficie, moviéndola lenta y suavemente de un lado a otro.
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    Limpia las páginas con paños de microfibra. Estos elementos son suaves y excelentes para desempolvar. Utiliza un paño de microfibra para limpiar con suavidad cada una de las páginas del libro. Realiza este método de limpieza con guantes, ya que los aceites presentes en la piel pueden manchar o dañar las páginas antiguas.
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    Utiliza un cepillo de fibras naturales. Este elemento puede ser un cepillo especial, específicamente diseñado para libros, o incluso un cepillo para biberones sin uso. El material del cepillo es más importante que su propósito. El pelo de caballo, las cerdas de coco y otras fibras naturales son más suaves sobre el lomo y las páginas que el plástico o el acrílico.[4]
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    Erradica y prevén la actividad de los insectos. A menudo, los insectos se sienten atraídos por los libros y los puedes encontrar anidando o comiéndose las páginas, el pegamento, la encuadernación o la cubierta. Detecta agujeros, pequeños cadáveres o sacos de huevos sobre las páginas.
    • Si detectas la presencia de insectos de cualquier tipo, debes colocar el libro en una bolsa de plástico sellada y guardarlo en el congelador de 2 a 3 días. Al retirarlo, puedes limpiar o aspirar cualquier residuo de insectos, larvas o sacos de huevos.
    • Coloca lino empapado en alcanfor sobre los estantes o espolvorea tierra de diatomeas alrededor de la estantería en cuestión. Este método actúa como un poderoso disuasivo para los insectos y los ratones, y ambos elementos son seguros de mantener cerca de libros antiguos y valiosos.[5]
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    Detecta manchas, moho y hongos. Aunque las manchas no se pueden revertir en la mayoría de los casos, pueden proporcionar una idea de las condiciones que requiere un libro. Por ejemplo, las manchas de agua te indicarán que el libro puede ser particularmente sensible a la humedad, mientras que el color amarillo de las páginas sugiere una sensibilidad al calor.
    • El moho es provocado por condiciones cálidas y húmedas, que pueden revertirse con aire fresco y seco. Al igual que con la actividad de los insectos, debes colocar el libro en el congelador durante 3 o 4 días, antes de raspar suavemente los restos de moho, o utilizar una aspiradora con un filtro HEPA.[6]

Parte 3
Parte 3 de 4:
Almacenar tus libros

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    Coloca los libros en posición vertical. Debes alinear los libros de manera vertical sobre un estante, en lugar de apilarlos o colocarlos de manera horizontal. Un almacenamiento inadecuado (como el apilamiento) puede hacer que la encuadernación se rompa, lo que resulta en la disolución del lomo del libro.[7]
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    Agrúpalos según el tamaño. Debes colocar los libros junto a otros de tamaño similar para evitar que se doblen. Si colocas libros grandes junto a otros más pequeños, con el tiempo podrías hacer que la parte superior de la cubierta se hunda hacia afuera, lo que daría como resultado una apariencia curva e irregular. Si cuentas con una amplia gama de tamaños y formas, debes agruparlos de acuerdo con su tamaño tanto como sea posible, utilizando sujetadores metálicos finos para juntar cada tamaño.[8]
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    Separa los libros con cuidado. Debes separar los libros de forma holgada para dejar que se inclinen, lo que dará como resultado una encuadernación débil y cubiertas deformadas. Los libros deben encajar bien entre sí, pero no deben quedar ajustados, ya que esto también podría dañar la encuadernación. Lo ideal es que los libros se coloquen de tal manera que todos se mantengan en posición vertical, con suficiente espacio de movimiento como para dejar que un dedo pequeño se introduzca entre ellos.[9]

Parte 4
Parte 4 de 4:
Darle mantenimiento a tu colección

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    Limpia los libros y el lugar de almacenamiento con regularidad. Al menos una vez al mes, debes desempolvar ligeramente tus libros y estantes, utilizando un paño de microfibra seco. Una vez cada 3 o 6 meses, repite las instrucciones de limpieza identificadas anteriormente, una vez más verificando la presencia de insectos o moho.[10]
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    Adapta las condiciones a medida que las estaciones cambian. Evalúa el espacio de almacenamiento que has escogido durante cada temporada nueva para asegurarte de que se mantengan las condiciones pico. En verano, asegúrate de que la habitación se encuentre adecuadamente fresca y, en invierno, asegúrate de que la habitación se caliente de igual forma. Si la humedad representa un problema en algunas estaciones, considera la posibilidad de colocar un deshumidificador cerca de la estantería.[11]
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    Manipula los libros con cuidado. Aunque puedes coleccionarlos solo para exhibirlos, muchos coleccionistas se deleitan en tocar, oler y compartir sus libros. Al manipular tus libros, debes hacerlo con cuidado. Utiliza guantes y evita jalar el lomo o las páginas. En su lugar, debes insertar los dedos a cada lado del libro en cuestión y retirarlo suavemente de su lugar ejerciendo presión sobre la cubierta frontal y posterior. Luego, pasa las páginas lenta y cuidadosamente.

Consejos

  • Los libros encuadernados en cuero se beneficiarán con una manipulación ocasional, ya que los aceites de la piel mantienen el cuero flexible.
  • Si no puedes mantener tus estanterías fuera de la luz solar directa, debes cubrir tus libros con un paño durante las horas que la luz del sol brille sobre ellos.
  • Las estanterías iluminadas son hermosas, pero evita mantener las luces encendidas por períodos muy prolongados. Tanto la luz como el calor contribuyen al deterioro de los libros.
  • Guardar los libros raros en una estantería con puertas de vidrio bien ajustadas es una excelente manera de controlar el clima y el polvo. Si posees un libro demasiado antiguo, raro y valioso, puedes considerar la posibilidad de almacenarlo en una caja de seguridad con entorno controlado.
  • No todos los libros raros tienen siglos de antigüedad. Muchas ediciones modernas tenían tiradas de impresión limitadas que se consideraban raras. Debes tratar todos los libros raros con guantes para niños, ya que los coleccionistas buscan condiciones impolutas, sin importar la edad del libro.
  • También puedes soplar el polvo de tus libros con una secadora de cabello en la configuración más fresca. Si no cuentas con una configuración de temperatura baja, debes mantener la secadora lejos del libro para evitar dañar la superficie o las páginas.

Advertencias

  • Evita devaluar tus libros al pegar un exlibris o escribir tu nombre sobre ellos. No te mojes el dedo para pasar las páginas, ya que la saliva puede dañar el papel. Sobre todo, debes evitar marcar las páginas doblando las esquinas o colocando el libro abierto boca abajo. Dejar un libro abierto puede causar daños en el lomo.
  • La polilla de los libros es la larva de los escarabajos que puede provocar daños irreparables en poco tiempo. Debes examinar tus libros y estanterías con frecuencia para detectar indicios de este insecto. Busca escarabajos muertos, agujeros en las páginas de los libros y acumulaciones de lo que parecería un pequeño montículo de polvo. Si no te sirve congelar el libro, comunícate con un encuadernador para que consigas asesoramiento.
  • Nunca intentes reparar páginas con cinta adhesiva de ningún tipo. La cinta adhesiva, en especial la transparente, se volverá amarilla con el tiempo y la aplicación de este elemento a una página puede devaluar seriamente el libro. Si uno de tus libros raros presenta páginas dañadas, debes llevarlo a un encuadernador profesional para que te asesore y lo restaure.
  • Debes abrir los libros raros con cuidado y no hacerlo en exceso (en especial, no los fuerces). Si el libro es bastante pesado, puedes colocarlo sobre una mesa antes de abrirlo, ya que podrías romper el lomo o dejar que caiga al piso.

Cosas que necesitarás

  • una estantería
  • una aspiradora de mano
  • una secadora de cabello
  • un cepillo
  • ácido bórico o tierra de diatomeas
  • un paño de microfibra

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Categorías: Libros