La deshidratación se presenta cuando tu cuerpo no cuenta con la cantidad de líquido necesario para desempeñarse con normalidad. Existen muchos posibles motivos por los que una persona podría sufrir de deshidratación, pero cualquiera que sea la causa, la única manera de curarla es restablecer con rapidez los líquidos y electrolitos que el cuerpo ha perdido. Solo los casos leves y moderados de deshidratación deben recibir tratamiento en casa; los profesionales de emergencias médicas deben encargarse de los casos graves.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Tratar la deshidratación aguda en niños

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    Determina la gravedad. Por lo general, la deshidratación leve o moderada puede curarse en casa; por otro lado, los niños con una deshidratación grave deben recibir un cuidado médico de emergencia.
    • Entre los signos de una deshidratación leve o moderada tenemos a la sed, la boca reseca o pegajosa, el llanto sin lágrimas, la micción poco frecuente, la orina de color amarillo oscuro, la piel que se siente recesa y fría, los dolores de cabeza y los calambres musculares.
    • Entre los signos de una deshidratación grave tenemos a los ojos hundidos, el letargo, la irritabilidad, la fatiga, los mareos, el pulso rápido y la pérdida del conocimiento. Otro signo de una deshidratación grave es la presencia de un área blanda y hundida en la parte superior de la cabeza de un bebé.
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    Elabora una solución de rehidratación oral. La cantidad a administrar dependerá de la edad del niño, pero hay una regla general que indica que debes preparar la cantidad indicada en la etiqueta del producto y darle una cucharada al niño entre lapsos de unos cuantos minutos.
    • Las soluciones de rehidratación oral brindan dosis equilibradas de agua y sales, lo que hace que rehidraten a la persona y al mismo tiempo restablezcan los electrolitos perdidos.
    • Toma una cuchara o una jeringa y dale a tu hijo 1 o 2 cucharaditas (de 5 a 10 ml) de la solución de rehidratación oral que hayas preparado, entre lapsos de unos cuantos minutos. Hazlo por 3 o 4 horas como mínimo, o hasta que la orina del niño adopte un color claro. Aumenta la cantidad poco a poco, conforme los vómitos disminuyan.[1]
    • Ten en cuenta que los líquidos a temperatura ambiente pueden pasarse con más facilidad, en particular si el niño tiene vómitos o náuseas.
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    En el caso de un bebé, sigue dándole sus comidas habituales. Si tu bebé aún consume leche de tu pecho o leche en fórmula, sigue alimentándolo de esta manera. Si tu bebé tiene dificultades para retener los líquidos, es probable que tengas que darle cantidades más pequeñas en intervalos más frecuentes.[2]
    • Si tu bebé consume leche en fórmula y tiene diarrea, dale una que no tenga lactosa, hasta que los síntomas disminuyan. Tu bebé puede tener dificultades para digerir la lactosa y podría empeorar su diarrea, lo que también hará que la deshidratación empeore.
    • No diluyas la fórmula más de lo indicado en las instrucciones o lo sugerido por el doctor.
    • Es probable que tengas que alternar entre la solución de rehidratación oral y la leche de pecho o en fórmula. Puedes darle a tu bebé un sorbo de la solución de rehidratación oral cada vez que le des la leche de tu pecho o la leche en fórmula.
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    Evita los alimentos y las bebidas que puedan ser dañinos. La deshidratación puede empeorar a causa de ciertos alimentos y bebidas; por ello, es esencial que no se los des a tu hijo, hasta que esté mejor.[3]
    • Si un niño presenta deshidratación, puede ser peligroso darle agua pura. Cuando el cuerpo está deshidratado, este pierde sales y minerales, y el agua puede diluir aún más esta concentración baja de minerales importantes.
    • Del mismo modo, las bebidas energéticas son de utilidad para restablecer los electrolitos perdidos, pero solo los que se han perdido al sudar. Las bebidas energéticas no serán de utilidad para restablecer los minerales que tu hijo haya perdido, si se ha deshidratado a causa de la diarrea y los vómitos.
    • Evita la leche, la cafeína, los jugos de fruta no diluidos y la gelatina. La deshidratación empeora a causa de la cafeína. Los vómitos y la diarrea que causan la deshidratación de tu hijo pueden empeorar si consume leche, jugo de fruta y gelatina; esto hará que su condición sea más grave.
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    Evita la reaparición de episodios. Cuando hayas rehidratado a tu hijo, tendrás que seguir supervisando detenidamente su condición. Puedes evitar otro episodio de deshidratación si lo cuidas de manera minuciosa.
    • Dale más líquido a tu hijo cuando esté enfermo, en particular si presenta diarrea o vómitos. La leche de pecho y la leche en fórmula son las mejores opciones para los bebés. En el caso de los niños mayores, las mejores opciones son el agua fría, las paletas heladas, el jugo diluido y el hielo triturado.
    • Evita los alimentos que podrían agravar los vómitos y la deshidratación. Entre estos tenemos a los alimentos grasosos y los que tienen un alto contenido de azúcar, las carnes magras, los carbohidratos complejos, el yogur, las frutas y los vegetales.
    • Los niños pueden tener más dificultades para ingerir líquido a causa de la fiebre y los dolores de garganta; por ello, también deben consumir paracetamol o ibuprofeno si presentan estos síntomas.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Tratar la deshidratación aguda en adultos

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    Determina la gravedad. Por lo general, la deshidratación leve o moderada en adultos puede curarse en casa y no posa un riesgo considerable de presentar complicaciones; por otro lado, se requerirá atención médica de emergencia para el tratamiento de una deshidratación grave.[4]
    • Los adultos con una deshidratación leve o moderada pueden presentar un aumento de sed, una boca reseca o pegajosa, dificultad para miccionar, orina de color amarillo oscuro, piel que se siente reseca o fría al contacto, dolores de cabeza y calambres musculares.
    • Los adultos que presenten una deshidratación grave podrían no miccionar, presentar una orina de color ámbar, piel arrugada, irritabilidad, confusión, mareos, un pulso rápido, una respiración rápida, ojos hundidos, desgano, un choque, delirios o perdida del conocimiento.
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    Consume líquidos claros. Las mejores opciones son el agua pura y las bebidas con electrolitos. La regla general consiste en beber todo lo que puedas sin empeorar las náuseas o los vómitos.
    • La mayor parte de los adultos necesitan beber entre 2 y 3 litros (2 y 3 cuartos) de líquido al día.
    • Si la deshidratación se debe a las náuseas o un dolor de garganta, puedes chupar hielo triturado o paletas heladas elaboradas con jugos o bebidas energéticas.
    • A diferencia de los niños, el desequilibrio de electrolitos no es un peligro tan grave en los adultos, aun así se debe tener en cuenta. Puedes restablecer parte de los electrolitos que tu cuerpo pierde al deshidratarse bebiendo soluciones de rehidratación oral o bebidas energéticas. Si tu deshidratación se debe a una enfermedad, la mejor opción es consumir soluciones de rehidratación oral; pero si se debe a un exceso de esfuerzo, las bebidas energéticas son adecuadas.
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    Enfríate. Por lo general, la deshidratación aguda surge debido a una exposición al calor excesivo o aparece junto con una temperatura corporal elevada. En cualquier caso, debes evitar que el cuerpo pierda agua adicional si tratas de enfriarte.[5]
    • No te pongas demasiada ropa y suelta las prendas que debas usar, para que tu piel no se sofoque.
    • Siéntate en un área fresca. Si es posible, múdate a un edificio que cuente con aire acondicionado. Si no puedes hacerlo, siéntate en un área con sombra al aire libre o cerca de un ventilador en un espacio cerrado.
    • Moja tu piel para enfriarla. Cubre tu cuello o tu frente con una toalla húmeda. Toma un rociador y rocía agua tibia en la piel expuesta.
    • Recuerda que el proceso de enfriamiento debe llevarse a cabo poco a poco. Los vasos sanguíneos del cuerpo pueden sufrir escalofríos si el cuerpo se expone a un frío excesivo, lo que hará que su temperatura interna se eleve. Por ello, no trates de enfriar tu piel con compresas de hielo o agua helada.
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    Controla todo síntoma gastrointestinal que guarde relación. Si la deshidratación se debe a los vómitos o la diarrea, debes tratar de controlar estos síntomas a través de la dieta y los medicamentos, así no perderás más agua.[6]
    • En muchos casos, la diarrea puede controlarse con loperamida de venta sin receta. No obstante, no debes consumir este medicamento si sufres de fiebre o si hay sangre en tus deposiciones.
    • Puedes controlar toda fiebre que tengas consumiendo paracetamol, en lugar de ibuprofeno. Si consumes ibuprofeno, puede causar irritación en el revestimiento del estómago y podría empeorar los vómitos.
    • En las primeras 24 horas, consume solo líquidos claros, como los caldos y las gelatinas. Puedes volver a incluir alimentos blandos en tu dieta poco a poco, conforme los vómitos y la diarrea disminuyan.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Tratar la deshidratación crónica en los adultos

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    Consume más líquido. El hombre adulto promedio debe consumir alrededor de 13 tazas (3 L) de líquido al día, mientras que la mujer adulta promedio requiere aproximadamente 9 tazas (2,2 L).[7] Consume más líquido para coincidir o superar un poco estas cantidades ideales.
    • El agua es esencial; sin embargo, estas recomendaciones solo están dirigidas a la cantidad general de líquido que se necesita y no a la cantidad necesaria de agua pura.
    • Teniendo esto en cuenta, hay algunas bebidas que son mejores que otras. Podrás hidratarte con agua, tés de hierbas, jugo, bebidas energéticas y otras bebidas con electrolitos; por otro lado, tu deshidratación empeorará si consumes bebidas con cafeína (café, bebidas gaseosas, té negro, etc.) o alcohol.
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    Consume las frutas y vegetales adecuados. Puedes restablecer los líquidos perdidos consumiendo frutas y vegetales con un alto contenido de agua. Estos alimentos también contienen nutrientes, sales y azúcares; por ello, también pueden ser de utilidad para restablecer el equilibrio adecuado de electrolitos.[8]
    • Las bananas en particular son una excelente opción. El contenido de agua de una banana puede llegar al 75 %, y tienen un alto contenido de potasio, un mineral que suele disminuir conforme la deshidratación empeora.
    • Entre las otras frutas y vegetales que puedes consumir para hidratarte tenemos a la sandía, los tomates, las uvas, los duraznos, el melón, las fresas, los arándanos, las manzanas, las moras, los albaricoques, los pepinos, el brócoli y el calabacín.
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    Consume un té descafeinado. El té de manzanilla en especial puede ser de mucha utilidad para el tratamiento de la deshidratación crónica. No obstante, puedes restablecer el agua perdida con casi cualquier té de hierbas u otro té descafeinado de manera natural.
    • Se considera que el té de manzanilla es un analgésico natural, la cual es una de las razones principales por las que se le considera un tratamiento eficaz para la deshidratación. Los músculos del estómago empiezan a sufrir calambres conforme el cuerpo se deshidrata. Una manera eficaz de rehidratar el cuerpo y tratar estos calambres consiste en consumir té de manzanilla.
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    Consume el agua de coco. El agua de coco tiene un alto contenido de electrolitos, por lo que puede tratar la deshidratación crónica con más eficacia que el agua común.
    • Esta contiene niveles considerables de hierro y potasio, entre otros nutrientes. A medida que el cuerpo se deshidrata, ambos nutrientes empiezan a agotarse.
    • El agua de coco es diferente a la leche de coco. De estos dos, el agua de coco es mejor para curar la deshidratación.
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    Toma un baño con sal de Epsom. Llena la bañera con agua caliente y disuelve 1 o 2 tazas (de 250 a 500 ml) de sales de Epsom. Cuando la sal se disuelva, remójate en la bañera por 15 minutos aproximadamente.[9]
    • Tu piel absorberá el magnesio del agua del baño, lo que puede aliviar toda inflamación, fatiga o dolor que surja debido a la deshidratación crónica.[10]
    • Los sulfatos del agua con sal también pueden ser de utilidad para mejorar la capacidad del cuerpo de absorber nutrientes, lo que puede hacer que tu cuerpo corrija sus niveles de electrolitos con más facilidad.
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Advertencias

  • Si tú o alguna persona que conoces presentan confusión, pérdida de la orientación u otros signos de una deshidratación grave, deben recibir atención médica de emergencia en un hospital o una clínica. Para curar una deshidratación grave, se deben administrar líquidos intravenosos, y no puede tratarse en casa.
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Categorías: Salud alternativa

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El contenido de este artículo no pretende ser un sustituto del consejo, examen, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre debes comunicarte con tu médico u otro profesional de salud calificado antes de comenzar, cambiar o suspender cualquier tipo de tratamiento de salud.

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