Decirle a alguien con quien trabajas que huele mal es un tema delicado, pero es importante protegerlo para evitar situaciones embarazosas, en especial si tienes un cargo directivo y supervisas la forma en que se presentan los empleados. Es fundamental que abordes el tema en privado y con tacto, pero también con sinceridad, al mismo tiempo que lo ayudas para resolver el problema.

Método 1
Método 1 de 3:
Abordar el tema

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    Ponte en su lugar. Para poder superar tus propios escrúpulos (en caso de tener) a la hora de hablar con una persona en el trabajo que huele mal, es importante que te pongas en sus zapatos. Ten en cuenta que, si fueses tú quien tuviese el problema relacionado con el olor corporal, te gustaría saberlo. Imaginarte en su lugar te permitirá adoptar la mentalidad correcta para la conversación que quieres tener.
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    Habla en privado. Para evitar una mayor vergüenza de la necesaria, encuentra un lugar tranquilo para la conversación. Si eres supervisor, puedes llamar a la persona en cuestión a tu oficina. Si simplemente eres un compañero de trabajo, apártalo en la sala de descanso u otro lugar vacío donde puedan estar solos.[1]
    • Para hablar en privado con la persona que huele mal, puedes preguntarle “¿Puedo hablar contigo?” o “¿Tienes un momento para hablar?”.
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    Inicia el diálogo con un elogio. Comenzar la conversación con un cumplido te permitirá suavizar el impacto y hacerle saber al otro que no quieres ser cruel. Sé honesto a la hora de brindarle un elogio. Por ejemplo, si no es un buen empleado, evita sugerir que lo es. En cambio, encuentra otra cosa genuina que puedas mencionar en forma de cumplido.[2]
    • Por ejemplo, puedes decirle “Trabajas duro y eres un miembro valioso de este equipo”.
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    Aplaca las cosas con la persona que huele mal. Antes de abordar el tema del hedor, reconoce que la conversación será un poco incómoda, pero necesaria. Aplacarla de esta forma te permitirá demostrarle que estás de su lado y que eres empático con respecto a su situación.[3]
    • Por ejemplo, puedes comenzar al decir “Esto es un poco incómodo y espero que no te ofendas, pero…”.
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    Sé tan honesto y directo como puedas. Si hablas con la persona que huele mal y haces comentarios ambiguos con respecto a su “higiene”, es posible que interprete que quieres que se cepille los dientes para resolver su mal aliento. Para evitar confusiones, sé amable, pero no andes con rodeos.[4]
    • Por ejemplo, puedes decir “Has tenido un olor desagradable estos días”.
    • Jamás le digas a la persona que huele mal que otra persona te ha mencionado el tema. Esto solo hará que sienta una mayor vergüenza.
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    Pregúntale si es consciente de su olor. Después de abordar el tema con palabras amables, pero explícitas, averigua si la persona que huele mal es consciente de su problema. Si alguien que huele mal en el trabajo admite que tiene un problema médico que hace que libere olores desagradables, agradécele por su sinceridad.[5]
    • Por ejemplo, puedes preguntarle “¿Eres consciente del problema?” o “¿Alguna vez alguien te ha mencionado este tema?”. Si responde que tiene un problema médico, puedes decirle “Oh, siento haber mencionado el tema. Gracias por compartirlo conmigo. No volveré a hablar del tema”.
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Método 2
Método 2 de 3:
Lidiar con el problema

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    Sugiere posibles causas y soluciones. Por lo general, las personas que huelen mal en el trabajo no son conscientes de su problema. Y si lo saben, quizás no sepan cómo resolverlo. Ofrece comentarios útiles con respecto a las posibles causas y posibles sugerencias para saber cómo lidiar con el problema.[6]
    • Por ejemplo, puedes decir “Quizás solo necesites lavar la ropa con una mayor frecuencia o puedas probar ducharte más seguido”.
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    Habla del problema con tu jefe. Si después de decirle a alguien que huele mal, la persona en cuestión no toma medidas razonables o apropiadas para refrescarse, tendrás que informarle a tu superior acerca del problema. Con suerte, tendrá más éxito que tú para corregir el hedor de tu compañero.[7]
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    Presiona un poco las cosas, en caso de ser necesario. Si tienes un cargo directivo y la persona que huele mal es combativa o no está de acuerdo contigo, insiste con que debe ir al trabajo higienizado. Recuérdale que los empleados que huelen mal dan una mala impresión del negocio y que no corregir el problema puede perjudicar las relaciones con sus compañeros de trabajo.[8]
    • Por ejemplo, puedes decir “Tenemos una política empresarial que requiere que todos los empleados estén limpios y frescos en el trabajo”.
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Método 3
Método 3 de 3:
Minimizar el hedor

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    Trasládate a otro lugar. En caso de ser posible, cambia de cubículo o escritorio. Si esta no es una opción, procura al menos encontrar la forma de minimizar la cantidad de tiempo que pasas con el compañero que huele mal. Por ejemplo, puedes ofrecerte voluntariamente a asumir otras responsabilidades que te permitan trasladarte a otro sector del lugar de trabajo.[9]
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    Cubre el hedor con velas o desodorantes de ambiente. Las velas con fragancia son ideales para ocultar el mal olor. También puedes enchufar un desodorante de ambiente que libere una fragancia de manera automática en intervalos regulares o usar uno que puedas presionar (que generalmente se comercializa en forma de lata de aerosol).[10]
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    Instala un ventilador. Apuntar un ventilador hacia ti te ayudará a hacer circular el aire y dispar el olor de tu compañero. Instalar este artefacto en la oficina te proporcionará cierto alivio a la hora de lidiar con el hedor de tu compañero de trabajo.[11]
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Advertencias

  • Sé consciente de las personas cuyos olores corporales son producto de problemas médicos reales.
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Acerca de este wikiHow

Tami Claytor
Coescrito por:
Coach de etiqueta
Este artículo fue coescrito por Tami Claytor. Tami Claytor es asesora de etiqueta, consultora de imagen y propietaria de Always Appropriate Image and Etiquette Consulting en Nueva York. Con más de 20 años de experiencia, Tami se especializa en impartir clases de etiqueta a personas, estudiantes, empresas y organizaciones comunitarias. Tami ha pasado décadas estudiando culturas a través de sus extensos viajes por los cinco continentes y ha creado talleres de diversidad cultural para promover la justicia social y la conciencia intercultural. Tiene una licenciatura en Economía con especialización en Relaciones Internacionales de la Universidad de Clark. Estudió en la Ophelia DeVore School of Charm y en el Fashion Institute of Technology, donde obtuvo su Certificación de Consultora de Imagen. Este artículo ha sido visto 20 274 veces.
Categorías: En el trabajo
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