El satanismo puede hacer referencia a diversos sistemas de creencias, desde aquellos que siguen los escritos de Anton LaVey hasta los que adoran a Satanás y reconocen a los cuatro príncipes del infierno. No obstante, existen elementos en común entre los sistemas de creencias. Los satanistas laveyanos no creen en el Satanás de la Biblia cristiana; sin embargo, lo consideran un símbolo de las características humanas. Asimismo, ellos consideran que la lógica, la ciencia y el aprendizaje son importantes para el progreso de la humanidad, y deben mantenerse sin restricciones. El satanismo pocas veces consiste en la adoración del demonio.[1] Si te conviertes en satanista, puede ser difícil decírselo a tus padres. Existen muchos conceptos errados sobre el satanismo, por lo que deberás tener una conversación tranquila en la que expliques tu sistema de creencias. Dedica un tiempo a prepararte para la conversación. Luego explícales con calma a tus padres en qué consiste el satanismo. Sigue adelante y esfuérzate por desarrollar un respeto mutuo por los sistemas de creencias diferentes que tengan tus padres y tú.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Alistarte para la conversación

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    Reflexiona sobre los riesgos de hablarles a tus padres sobre el satanismo. Quizás no sea la mejor idea decirles a tus padres que vas a volverte un satanista. Si aún vives con tus padres y ellos son estrictos o muy religiosos, quizás sea una buena idea esperar. Ten en cuenta la forma en la que tus padres podrían reaccionar, y si la conversación tiene que darse en este momento.[2]
    • La sinceridad suele ser beneficiosa para la mayoría de las relaciones. Esta puede generar menos tensión y fomentar un diálogo abierto entre tus padres y tú. Si tus padres y tú suelen tener una relación abierta, quizás no haya problema con decirles que vas a convertirte en satanista.
    • No obstante, en el caso de las diferencias entre religiones, la sinceridad podría crear un conflicto innecesario. Ten en cuenta lo estrictos que sean tus padres con respecto a la religión. Si aún vives con tus padres y ellos son muy estrictos con sus creencias, revelarles que eres un satanista puede generar un ambiente tenso en el hogar. En algunos casos, los padres incluso podrían botar a sus hijos de casa si descubren que son satanistas. Tal vez tengas que esperar hasta haberte mudado para poder conversar con ellos, y quizás debas practicar tu fe en privado hasta dicho momento.
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    Acepta que sentirás ansiedad. Es bastante común sentir ansiedad e inquietud al tener alguna conversación difícil. Es probable que inicies la conversación sintiéndote intranquilo. En lugar de alejar estas sensaciones, permítete experimentarlas. Si aceptas la ansiedad de antemano, estarás más preparado para la conversación a nivel emocional.[3]
    • Haz ejercicios relajantes. Practica la respiración profunda o haz algunos estiramientos de yoga. Da una caminata larga para despejar la mente.
    • Reformula tus pensamientos sobre la conversación. En lugar de concentrarte en las posibles consecuencias, intenta ver las cosas desde una perspectiva más positiva. Considéralo como si fueras a sincerarte con tus padres. Ten en cuenta los beneficios de mantener un diálogo abierto en casa. Intenta considerar la conversación como un desafío emocionante, en lugar de una carga.
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    Planifica de antemano lo que deseas decir. Puede ser difícil contarles a tus padres que vas a convertirte en un satanista. Existen muchos conceptos errados sobre lo que es el satanismo, y muchas personas asumen que los satanistas adoran al demonio o hacen brujería. Planifica de antemano para poder mantenerte encaminado en la conversación. Reflexiona sobre lo que quieres decir antes de empezar a hablar.[4]
    • Alista algunas frases para explicar sobre el satanismo, así como los factores que te han inspirado a convertirte. Quizás tengas que anotar tus pensamientos y luego revisar tus apuntes. Busca la manera más eficaz de escribir sobre tus sentimientos.
    • No obstante, evita planear en exceso. Cuenta con algo de flexibilidad. Si planeas lo que dirás de forma muy específica, correrás el riesgo de iniciar la conversación con expectativas estrictas sobre la manera en la que se desarrollará. Tienes que estar preparado para dejar que la conversación ocurra de forma natural.
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    Encuentra el momento y el lugar adecuados para conversar. El lugar y el momento en los que converses pueden ser igual de importantes que la propia conversación. Debes encontrar un momento en el que tus padres y tú estén libres. Planea conversar con ellos en un espacio libre de distracciones.[5]
    • A veces el tiempo no basta para culminar una conversación difícil; por ello, debes escoger un momento en el que tus padres y tú estén libres. Por ejemplo, escoge las primeras horas de la noche de un día de semana, en las que ni tus padres ni tú tengan planes u obligaciones.
    • Escoge el lugar adecuado en donde conversar. La conversación podría acalorarse, por lo que quizás sea una buena idea llevarla a cabo en un entorno neutral. Por ejemplo, pueden ir a una cafetería tranquila. Evita las distracciones externas. Deja tu teléfono apagado o en silencio durante la conversación.
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    Ten en cuenta las creencias religiosas de tu familia. Reflexiona sobre el sistema de creencias de tu familia cuando vayas a tener la conversación. Esto puede ayudarte a evaluar la posible reacción y prepararte para ella. Si tus padres son muy cristianos o devotos a otra religión, quizás tengan nociones preconcebidas sobre el satanismo. No obstante, si tus padres suelen no ser críticos con sus creencias, la conversación podría transcurrir con fluidez.
    • Si tus padres no son religiosos, son ateos o agnósticos, no asumas que no serán cautelosos con el satanismo. Es probable que también tengan dudas, debido a los muchos conceptos errados sobre el sistema de creencias. Este es el motivo por el que es una buena idea alistarte de antemano para garantizar que puedas explicar sobre el satanismo con eficacia.
    • Incluso si tus padres no están furiosos, algunos podrían tomar al satanismo como algo poco serio. Los padres no religiosos en particular podrían ser más propensos a considerar al satanismo como una tendencia o una moda, en lugar de un sistema de creencias legítimo. Si tienen una conversación tranquila, con el tiempo podrías hacer que entiendan mejor tus creencias. Es una buena idea prepararte para las risas o las burlas por parte de tus padres. Si tienes en cuenta esta posibilidad, podrás controlar tu reacción emocional con más eficacia cuando ocurra.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Explicar el satanismo

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    Explica la diferencia entre el satanismo y la adoración del demonio. Cuando tus padres escuchen la palabra “satanista”, podrían asumir de inmediato que el satanismo va de la mano con la adoración del demonio. Explícales con calma que la mayoría de los satanistas no creen en las deidades sobrenaturales, y que el concepto de Satanás es mayormente metafórico. Esto podría resolver muchas de sus inquietudes.[6]
    • Explícales que los satanistas creen que las fantasías son importantes para experimentar y comprender la condición humana. El simbolismo y la metáfora permiten que las personas desarrollen un significado. Para los satanistas, Satanás representa la aceptación de los placeres mundanos, en lugar de las deidades sobrenaturales y las creencias abstractas. Esto también expresa la aceptación de que hay poco significado inherente en el universo.
    • Puede ser de utilidad que les digas a tus padres que muchos satanistas sienten que son básicamente ateos en muchos aspectos. El significado del término ateísmo es más fácil de comprender, y podría ser de utilidad emplearlo cuando les expliques a tus padres sobre el satanismo. Explícales que los satanistas no intentan alabar al demonio, y que toda conexión con Satanás es una extensión de la propia persona. Para ellos, Satanás es más un alter ego que una entidad literal que debe ser adorada.
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    Explica el sistema de creencias del satanismo. Muchas personas se sorprenden al descubrir que, por naturaleza, los satanistas no creen en el demonio ni en la crueldad. El satanismo se asemeja más a un llamado a la lógica y la responsabilidad personal, que a una tendencia hacia la negatividad. Háblales a tus padres sobre algunos de los sistemas de creencias del satanismo, así los ayudarás a identificar sus aspectos positivos.[7]
    • Explícales que los satanistas creen en la responsabilidad personal, en lugar del cumplimiento estricto de la doctrina religiosa. Diles que el acto de identificarse con Satanás es algo metafórico y marca un rechazo a las creencias tradicionales. Los satanistas creen en el cuestionamiento de todas las enseñanzas y en asumir la responsabilidad de nuestras propias decisiones.
    • Ratifícales a tus padres que los satanistas suelen creen en hacer el bien en el mundo y a los demás. No obstante, los satanistas creen que la bondad es una opción. Ellos consideran que el universo no es bueno ni malo, sino que es indiferente. Asimismo, rechazan la idea de tener un alma o un lado espiritual. Los satanistas se identifican como personas de naturaleza totalmente carnal.
    • Debido al énfasis en el pensamiento independiente, los satanistas creen que muchas cosas diferentes y escogen el camino del satanismo por diversos motivos. Háblales a tus padres sobre tus creencias personales en relación con el satanismo, y el motivo por el que te has vuelto satanista.
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    Escucha en la misma medida en la que hables. La conversación podría acalorarse, en especial si tus padres se oponen a que te vuelvas satanista. Puedes frustrarte al sentir que atacan tus creencias, pero aun así intenta escuchar. Haz un esfuerzo consciente por escuchar al menos en la misma medida en la que hables durante su conversación. Deja que tus padres expresen sus frustraciones o inquietudes. Podrías estar en desacuerdo, pero ten en cuenta que el objetivo es comprender. Mientras más comprendas el punto de vista de tus padres, mayor será la probabilidad de que abordes sus inquietudes y expliques tu postura.[8]
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    Emplea frases en primera persona. Estas son frases formuladas de una manera que te permite asumir la responsabilidad de tus sentimientos. En lugar de forzar una evaluación objetiva sobre la situación, expresarás lo que las acciones de otra persona te han hecho sentir. Si usas frases en primera persona, esto puede ser de utilidad, ya que disminuirán las sensaciones de hostilidad y culpa.
    • Una frase en primera persona tiene 3 partes. Esta empieza con “Siento que...”, y luego expresas tu emoción de inmediato. A partir de allí, explicarás el comportamiento que haya provocado esa emoción. Por último, explicarás el motivo por el que te sientes así.
    • Por ejemplo, imagina que te has frustrado en un punto de la conversación. Quizás sientas la tentación de decir algo como “Me están juzgando mucho y están anteponiéndome sus sistemas de creencias sin escuchar mi postura”. Esta frase se percibe como hostil y crítica, y es probable que sea de poca utilidad para ayudar a solucionar la situación.
    • Puedes reformular lo anterior con facilidad empleando una frase en primera persona. Di algo como “Me siento criticado cada vez que siguen mencionando su propia religión sin dejarme hablar, ya que esto me hace sentir que no escuchan mi postura”.
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    Responde con respeto si oponen resistencia. Es probable que tus padres opongan algo de resistencia durante la conversación. Tal vez no estén de acuerdo con tus creencias o no las comprendan por completo. Intenta conservar la paciencia y afronta su oposición con respeto.[9]
    • Ratifícales a tus padres que respetas sus creencias. Si te han criado en un determinado entorno religioso, podrían sentirse rechazados por el hecho de que hayas escogido al satanismo. Diles que aprecias que te hayan expuesto a su fe, incluso si ya no la sigues.
    • Si tienes algún material de lectura sobre el satanismo, recomiéndaselo a tus padres. Deja que exploren el sistema de creencias a su propio ritmo. Ellos podrían recapacitar con el tiempo.
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    Expresa lo que deseas lograr con la conversación. En algún punto de la conversación, debes expresar con claridad lo que esperas obtener de ella. Ten en cuenta lo que en verdad deseas de la conversación e idea maneras concretas de lograrlo.[10]
    • Diles a tus padres qué es lo que deseas. Tal vez solo quieras que respeten tus deseos. Por otra parte, podrías querer un apoyo y una dedicación activos. Quizás quieras que tus padres aprendan sobre el satanismo e incentiven tus intereses.
    • Expresa con claridad la forma en la que deseas seguir adelante. Puedes decir algo como “Espero que me comprendan mejor gracias a esta conversación. Espero que al seguir adelante puedan aceptar mis creencias y no intenten cambiarme”.
    • Quizás debas llegar a un acuerdo. Por ejemplo, tus padres podrían acordar que no intentarán hacer que cambies de opinión. No obstante, podrían no estar seguros de apoyarte de forma abierta e incentivar tus creencias. Esto puede desalentarte, pero ten en cuenta que los sentimientos cambian con el tiempo. Si no has obtenido una respuesta perfecta en esta ocasión, podrías obtener una mejor en el futuro.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Seguir adelante luego de la conversación

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    Fija límites. Luego de haber conversado, tendrás que reflexionar sobre los límites que desees establecer entre tus padres y tú. Piensa sobre la forma y el momento en los que la religión será un tema de diálogo entre tus padres y tú.
    • En lo que respecta a la religión, ¿el tema no debe conversarse en los eventos familiares? ¿Preferirías que compartieran sus experiencias religiosas el uno con el otro de forma abierta? ¿No tienes problemas con que tus padres te hagan preguntas sobre tus creencias, siempre y cuando lo hagan con respeto?
    • Fija límites claros sobre la forma en la que tus padres y tú hablarán de la fe.
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    Esfuércense por mantener un respeto mutuo. El respeto mutuo es vital en lo que respecta a la religión y las creencias personales. Quizás requieran un tiempo para determinar la forma de manejar sus diferencias. Busca maneras concretas en las que tus padres y tú puedan respetarse el uno al otro. Por ejemplo, podrías acordar que irás a la iglesia en ocasiones especiales, como las festividades religiosas, ya que es importante para tus padres que acudan como familia. A su vez, tus padres podrían acordar no obligarte a asistir a la iglesia todos los domingos.
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    Defiende tus creencias. Quizás afrontes algo de resistencia al querer convertirte en satanista. Si el sistema de creencias es importante para ti, no cedas. Tienes derecho a tener tus propias creencias y opiniones, sin importar cuáles sean los deseos de tus padres. Si tus padres intentan hacerte cambiar de opinión, diles con respeto que ya has tomado una decisión.
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    Busca los puntos en común. Buscar los puntos en común puede ser de mucha utilidad al manejar las diferencias religiosas. Haz que tus padres elaboren una lista de los sistemas de creencias de su religión. Elabora una lista de tus creencias como satanista y comparen sus apuntes. Podrías sorprenderte con los puntos en común que encuentres.
    • Luego de revisar la lista, diles a tus padres que deseas encontrar los puntos en común. Podrías decir algo como “Como católicos, ustedes creen en la regla de oro. Los satanistas también creen en ella. La única diferencia es que creemos en llevarla a cabo por nosotros mismos, no mediante un poder superior. Sin embargo, básicamente es lo mismo”.
    • Tus padres podrían sentirse más tranquilos al saber lo mucho que el satanismo y otras creencias religiosas tienen en común. Esto puede ayudar a aclarar los conceptos errados y permitir que tus padres te acepten por quien eres.
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Consejos

  • Conversa con otros satanistas que estén cerca de ti y pregúntales sobre la manera en la que les hayan hablado a sus familiares sobre sus creencias. Quizás puedan darte consejos sobre la manera más eficaz de manejar la situación.
  • Recuérdales a tus padres que no deben entrar en pánico. Conversa con ellos sobre el tipo de satanismo que sigues, ya sea laveyano o espiritual.
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Categorías: Religión
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