Tener una buena noche de descanso de forma regular es fundamental para mantener un buen estado de salud físico y mental. Sin embargo, muchas personas se ven afectadas al pensar demasiado por la noche y, en el momento, puede parecer un problema difícil de superar. Usa algunas técnicas suaves para distraerte y no pensar tanto, como respirar profundo, meditar o leer un poco de tu libro favorito. Tener una rutina constante previo a acostarte también puede ayudar a no pensar demasiado antes de incluso apoyar la cabeza en la almohada.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar técnicas para dormirte

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    Practica respirar lento y profundo para estar tranquilo. Cuando te sientes abrumado por pensar demasiado y no poder dormirte, es común comenzar a respirar incorrectamente, lo que puede hacer que te resulte más difícil lidiar con la situación. Quédate quieto o siéntate si lo necesitas. Luego, inhala por cuatro segundos a través de la nariz, contén la respiración por siete segundos y exhala por ocho segundos.
    • Intenta respirar profundo y llevar el aire al abdomen para liberar cualquier tensión que tu cuerpo pueda tener.[1]
    • No es necesario que salgas de la cama para practicar la respiración profunda. Puedes hacerlo en la posición en la que estés.
    • Respirar profundo por aproximadamente 10 minutos suele ser suficiente.
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    Medita para despejar los pensamientos. La meditación es excelente para liberar la tensión del cuerpo y para distraerte y no pensar demasiado. Practica la meditación consciente al respirar profundo, enfocándote en lo que notes en el presente y liberando los pensamientos negativos.[2]
    • Si tienes dificultades para dormir por pensar demasiado, también puedes probar con una meditación guiada. Existen muchos recursos gratuitos disponibles que están específicamente diseñados para que las personas dejen de pensar demasiado por la noche y para promover una noche de descanso reparador.
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    Practica la relajación muscular progresiva para relajar el cuerpo. Inhala y tensa cada grupo muscular en el cuerpo de forma individual, como los dedos de los pies, el torso o los brazos. Mantén la tensión por cinco segundos y luego exhala mientras liberas lentamente la tensión. Sube por todos los grupos musculares del cuerpo para un mejor efecto.[3]
    • Por ejemplo, puedes comenzar con los dedos de los pies, luego con las pantorrillas, los muslos y todos los grupos musculares hasta los hombros.
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Método 2
Método 2 de 3:
Distraerte

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    Lee algunos capítulos de un libro para distraerte de tus pensamientos. Ten algunos libros al lado de la cama para no tener que pasar tiempo buscando uno. Mientras lees, enfócate en la historia, los personajes e incluso en cómo se siente sujetar el libro con las manos.
    • Lee hasta que sientas sueño y luego vuelve a cerrar los ojos.[4]
    • Si bien necesitas luz para leer, procura que sea tenue y baja para que el ambiente sea apropiado para el descanso.
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    Haz una lista breve de gratitud para enfocarte en los pensamientos positivos. Pensar demasiado por la noche a menudo significa tener principalmente pensamientos negativos, como preocupaciones, ansiedad o estrés. Una buena idea es distraerte con recordatorios de las cosas positivas.[5] Escribe las partes del día por las que sientas agradecimiento, sin importar cuán pequeñas parezcan.
    • Puedes incluir cosas como salir a caminar, hablar con un amigo o beber un buen café.[6]
    • Puedes hacer una lista de gratitud en tu mente o escribir en una hoja.
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    Escribe una lista de cosas por hacer para quitar de tu mente las preocupaciones apremiantes. Si hay cosas que tengas que hacer o recordar y no puedes dejar de pensar en ello, prueba escribir. Esto puede ayudarte a eliminar estos temas de tus pensamientos inmediatos y a bloquear el patrón de pensar demasiado.
    • Ten un bolígrafo y una hoja de papel o un diario al lado de la cama, y escribe todo lo que tengas que hacer al día siguiente, sin importar qué tan insignificante parezca.
    • Quizás te sorprendas al ver cuán ligeros y claros se sienten tus pensamientos después de escribir.[7]
    • No pases demasiado tiempo escribiendo la lista. 15 o 20 minutos serán suficiente para despejar la mente.
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    Habla de tus pensamientos si alguien está despierto. En ocasiones, puede ser muy útil hablar de tus pensamientos con alguien. Si alguien en quien confías está despierto al mismo tiempo, explícale lo que atraviesas.
    • No es necesario que esta persona pueda resolver cualquier problema que experimentes o que te dé consejos, pero tener alguien que te pueda escuchar puede hacer una gran diferencia.[8]
    • Si no hay nadie despierto a esa hora, habla con alguien por la mañana para despejar los pensamientos para la siguiente noche.
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    Busca ayuda profesional si sueles tener problemas por pensar demasiado por la noche. Pensar demasiado por la noche puede ser difícil y abrumador, y evita que puedas descansar bien. Sin embargo, es importante recordar que muchas personas experimentan este problema y que hay formas de mejorar la situación.[9]
    • Habla con un médico o un profesional de la salud mental, como un consejero, un terapeuta o un psicólogo. Esta persona podría ayudarte y darte apoyo para tu situación específica.[10]
    • Para algunas personas, los medicamentos para dormir y dejar de pensar demasiado pueden ser de gran ayuda.
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Método 3
Método 3 de 3:
Crear una rutina para antes de acostarte

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    Reserva una hora antes de acostarte todas las noches para relajarte. Ya sea que hayas tenido un día relajante en casa, hayas logrado un buen entrenamiento en el gimnasio o hayas pasado un día largo en la oficina, tu mente y cuerpo necesitan tiempo para relajarse antes de dormir.[11] Planifica con anticipación para dedicar una hora a tu rutina antes de acostarte todas las noches, por más que eso implique renunciar al tiempo que pases con los dispositivos.[12]
    • Procura ser constante y disciplinado con respecto a esta rutina porque cuanto más la practiques, más útil será.
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    Evita el uso de la tecnología u otros dispositivos para relajarte. Por más tentador que sea revisar las redes sociales o mirar otro episodio de tu programa de televisión favorito justo antes de dormir, esto puede hacer más mal que bien. Apaga los dispositivos y mantenlos alejados de la cama para que sea menos tentador usarlos.[13]
    • Si notas que esta rutina previo a acostarte se ve interrumpida por las notificaciones del correo electrónico, los mensajes o las llamadas, cambia tu dispositivo a modo avión. Puedes revisar las notificaciones y responder todo lo que necesites por la mañana.
    • Muchos dispositivos emiten una luz azul que estimula el cerebro, lo que hace que sea más difícil dormir y más fácil pensar demasiado.
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    Escoge tres o cuatro actividades relajantes para incorporar en tu rutina. Piensa en las actividades que disfrutas y que puedan ayudarte a sentirte calmo, relajado y centrado.[14] Por ejemplo, puedes leer un libro, beber una taza de tu té favorito, tomar un baño o una ducha, escribir en un diario o meditar.
    • Haz estas actividades antes de acostarte cada noche para sentirte tranquilo y relajado, y para reducir las posibilidades de comenzar a pensar demasiado.[15]
    • Evita las actividades que sean ruidosas o impliquen el uso de mucha luz, dado que te harán sentir más despierto en vez de tranquilo y adormecido.
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Consejos

  • Si tienes muchos problemas para superar el patrón de pensamiento por la noche, busca ayuda a través de un especialista del sueño calificado.[16]
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Acerca de este wikiHow

Julia Lyubchenko, MS, MA
Coescrito por:
Consejera de adultos e hipnoterapeuta
Este artículo fue coescrito por Julia Lyubchenko, MS, MA. Julia Lyubchenko es una consejera de adultos e hipnoterapeuta con sede en Los Ángeles, California. Con una práctica llamada “terapia bajo hipnosis”, Julia tiene más de ocho años de experiencia en terapia y asesoramiento, y se especializa en resolver problemas emocionales y de comportamiento. Tiene un certificado en Hipnosis Clínica de la Escuela del Método Bosurgi y está certificada en Psicoterapia Psicodinámica e Hipnoterapia. Obtuvo una maestría en Asesoramiento Psicológico y Terapia Matrimonial y Familiar en la Universidad Internacional de Alliant, y una maestría en Ciencias en Psicología del Desarrollo y del Niño en la Universidad Estatal de Moscú. Este artículo ha sido visto 1226 veces.
Categorías: Salud y sueño
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