Si sufres de postergación crónica, estarás familiarizado con el estrés y el dolor que acarrea la mala costumbre de postergar. Aunque quieras cumplir o terminar alguna tarea, ¡eres de a los que les cuesta empezar si quiera! No obstante, hay varias estrategias que pueden ayudarte a dejar de postergar desde ahora (¡así que lee rápido!) y también hay cambios en el estilo de vida que debes adoptar para evitar postergar en el futuro.

Método 1
Método 1 de 3:
Cambiar tu manera de ver las cosas

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    Deja de castigarte por postergar. Entre más estresado estés, más te costará terminar lo que tengas que hacer. No te enfades contigo mismo. Olvídate y más bien concéntrate en lo que tengas que hacer.[1]
    • La culpa y el arrepentimiento son emociones agotadoras. Perder el tiempo gritándote a ti mismo por no comenzar el ensayo hace 2 semanas solo te cansará y te frustrará más. Esto hará que te sea imposible terminar tu trabajo ahora mismo.
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    Abócate a la tarea más importante por 15 minutos. En vez de pensar en el número total de horas que tienes que trabajar, solo ponte a hacerlo. Repítete que solo lo tienes que hacer por 15 minutos. Así te encargarás del factor intimidación y es probable que pases mucho más de 15 minutos en la tarea antes de dejar de trabajar de nuevo.[2]
    • Si los 15 minutos todavía te intimidan, hazlo unos 3 minutos.[3]
    • Cuando sea la hora tomar aire, toma un descanso de 2 minutos. Luego, continúa con otra serie de 15 minutos de trabajo.
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    Divide tus tarea en porciones más pequeñas. Tal vez te resulte agobiante tener que terminar todo un ensayo o todas las tareas de una semana entera. En vez de pensar en todo lo que tienes que hacer como un gran obstáculo, divídelo en porciones muy pequeñas. Así podrás empezar con lo más pequeño y continuar a partir de allí.[4]
    • Por ejemplo, en vez de pensar “Necesito que este ensayo esté terminado a las 10 de la noche”, puedes decirte “Voy a hacer un esquema breve, llenarlo y luego buscar citas”.
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    Empieza tu día con las tareas más pesadas. Haz un plan en la mañana y escoge la tarea más difícil primero. Estarás más energizado en la mañana después de tomar desayuno y estar bien despierto. Haz lo más difícil de tu plan en ese momento. Cuando lo termines, te sentirás mejor y luego podrás dedicarte a las tareas más sencillas durante el resto del día.
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    Date palabras de ánimo para motivarte. Hablarse a uno mismo es excelente para calmarse, concentrarse y alcanzar las metas. Háblate a ti mismo, usando tu nombre. Repítete que sí puedes hacerlo (y lo harás).[5]
    • Puedes hablarte a ti mismo diciendo: “Jazmín, sé que esta semana ha sido dura y estás cansada. Ya tienes escritos como mil ensayos, así que vas a lucirte con este”.
    • También puedes hacerte preguntas, por ejemplo: “Jazmín, ¿por qué estás nerviosa por esto? Sabes muy bien que puedes hacerlo”.
    • Háblate en voz alta si puedes. También funcionará diciéndolo en tu mente si estás en un lugar público.
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    Buscar terminar algo, no hacerlo a la perfección. Imaginar el ensayo, trabajo o proyecto perfectos podría ser lo que te detiene. No pasa absolutamente nada si no lo terminas, así que olvídate de tu idea (o temor) de hacer el trabajo perfecto. No es posible mejorar lo que todavía no existe.[6]
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    Prométete darte un premio cuando lo termines. Quizá te atemorice el siguiente por más horas que necesites terminar este trabajo en particular. Solo repítete que cuando lo termines, harás una celebración con una de tus cosas favoritas. Haz uso de esa expectativa para sobrellevar el dolor.[7]

Método 2
Método 2 de 3:
Quitar las distracciones de tu alrededor

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    Escoge el lugar perfecto para trabajar. Decide dónde harás la mayor parte de tu trabajo y ambiéntalo de modo que tengas distracciones limitadas. Sobre todo, es importante que tengas un espacio especial para trabajar diferente al que uses para relajarte.
    • Podría ser la biblioteca, una cafetería, una librería local o tu oficina en la casa.
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    Descarga una aplicación para evitar la distracción del teléfono. Los smartphones suelen ser los agujeros negros que succionan todo nuestro tiempo y atención. ¡Y claro que hay una aplicación para remediarlo! Descarga ya la aplicación que mejor te parezca que tratará tu problema particular de postergación.[8]
    • AppDetox es la mejor opción para soluciones rápidas.
    • Con Yelling Mom también podrás programar una hora para que la aplicación empiece a fastidiarte para empezar a hacer algo.
    • Procraster te ayudará a identificar la fuente de tu hábito de postergación y te dará consejos sobre tu problema.
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    Usa un programa o un complemento en tu navegador para evitar las distracciones de Internet. Si navegar en Internet constantemente es tu mayor problema, descarga una aplicación para tratar tu adicción a Internet. Hay diversos programas disponibles tanto para los sistemas operativos Mac o Windows.[9]
    • Para todos los dispositivos y sistemas operativos, prueba Freedom.
    • Si usas Mac, Self-Control te permitirá bloquear una lista de sitios web durante las horas que se supone que debes trabajar. ¡Además es gratuito!
    • Si usas Windows, opta por Cold Turkey. Es gratuito, pero para utilizar las mejores funciones, solo hay que hacer un pago de unos USD$ 20.
    • Si buscas opciones gratuitas, opta por StayFocused para buscadores Chrome o LeechBlock para Firefox.
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    Saca tu teléfono del lugar donde vas a trabajar, si es necesario. Si no soportas estar en el mismo lugar con alguna posible tentación, soluciónalo poniéndola en otra habitación o apagándola. Lo mismo va para otros dispositivos, como los iPad, los Kindle o incluso las computadoras.[10]
    • Si tienes que tener el teléfono encendido por motivos laborales o familiares, apaga todas las notificaciones excepto los mensajes de texto o llamadas.
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    Ponte a escuchar música sin letra. A muchos les cuesta trabajar o estar concentrado en un lugar completamente en silencio. Pero, si escuchas música con letra, será más que seguro que te distraerás con lo que digan. Empieza a usar más bien un dispositivo de ruido blanco o pon música instrumental.[11]

Método 3
Método 3 de 3:
Evitar postergar a largo plazo

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    Haz una lista de deberes para trazarte metas. Anota todas las tareas que tengas que terminar. La lista debe incluir tanto tareas a corto plazo que tengas que terminar a diario y semanalmente como también metas a largo plazo que puedan tomar meses o incluso años en terminar. Verlas por escrito te ayudará a planificar las diversas medidas que necesitarás para concretizar todos tus objetivos.[12]
    • Pasa esta lista a un papel. Aunque uses tu teléfono para todas tus demás listas (para las compras de la semana o para tus deseos de cumpleaños), no la incluyas ahí. El hecho de escribir las tareas a mano es clave para ponerte a pensar en cómo cumplirlas.
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    Prioriza diferentes metas con fechas límite fijas. Usa tu planificador para organizar tu tiempo. Anota las tareas a corto plazo en tus listas diarias o semanales y ponles fechas límite a cada una. Pon fechas límites a tus metas a largo plazo anotándolas en las entradas mensuales.[13]
    • Incluye todo lo que necesites hacer en tu planificador. Supongamos que tienes que entregar tu proyecto de biología un viernes. Separa por lo menos 3 noches para terminarlo. También tienes que ir a la farmacia y comprar un cepillo nuevo y vitaminas antes de irte de vacaciones. Puedes hacerlo el viernes por la noche. También tienes que tomar el examen para entrar a la universidad en un mes, así que dedícate por lo menos 3 horas esta semana a practicar tu vocabulario.
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    Evita hacer varias tareas a la vez para dedicarte a una sola meta. Hacer varias tareas a la vez da la impresión de hacer mucho, pero en realidad evita que las tareas se terminen de manera rápida y efectiva. Mantén tu atención en un solo objetivo y hazlo lo mejor que puedas. Así también evitarás sentirte agobiado por tu ajetreado horario.[14]
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    Ten un amigo con el cual puedas ser honesto. Es difícil evitar las distracciones y terminar los trabajos a tiempo cuando se está solo. Por suerte (o por desgracia), a todos nos cuesta no postergar. Pregúntale a un amigo o familiar si quiere formar un equipo contigo para que estén al tanto de los hábitos o logros de ambos.
    • Puedes planificar salidas divertidas con tu compañero para premiarte cuando alcances tus metas. Si sigues postergando, cancela dichas salidas a modo de castigo.

Consejos

  • Si las tareas de la escuela son tu problema, procura hacer la mayor parte en la escuela. Si no puedes, trata de hacerlas justo cuando llegues a casa, ya que así le será más fácil a tu cerebro trabajar. Este método es mejor que hacerlas hasta la noche, cuando podrías no tener ganas de hacerlas o hacer errores que te harán sacar malas calificaciones.
  • Si sufres de ansiedad o depresión asociadas con el hábito de postergar, habla con tus amigos y familiares. No es malo pedir ayuda. Además, debes considerar la idea de hablar con tu doctor o un terapeuta.

Advertencias

  • Evita premiarte demasiado. Si incluyes muchos bloques de “tiempo de premio” en tu horario diario, terminarás haciendo nada. Solo date premios pequeños al final del día y reserva las celebraciones grandes para tus días libres.

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Categorías: Relaciones sociales