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Todos tienen enemigos. No tienes que ser como Don Corleone y encontrarte bajo la mirada de personas rabiosas con los años. Seas inocente o no, aprender a derrotar a estos enemigos es una parte esencial para continuar con tu vida diaria y vivir sin miedo a ser intimidado. Puedes aprender a entender a tu enemigo, deshacerte de él por completo y defenderte si es necesario.
Pasos
Método 1
Método 1 de 3:Comprende a tu enemigo
Método 1
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1Descubre a qué tipo de enemigo te enfrentas. No todos los enemigos son iguales. Dependiendo de quién es y la naturaleza de su relación, debes aprender sobre cómo actúa antes de aprender a derrotarlo.
- Tus enemigos son como otra versión de tu propio mundo. Encontrarás enemigos en el trabajo, escuela y otras situaciones en las que te topes con personas que piensan como tú. Todo indica que tú y tu enemigo deberían ser amigos porque tienen intereses, objetivos y pasatiempos similares, solo que simplemente no se llevan bien. Son como el agua y el aceite.
- Existen “amigos” que no te agradan. Tal vez tienes amigos con los cuales has pasado más tiempo de lo que recuerdas; por ende, son más como hermanos que amigos. Sin embargo, cuando pasan tiempo juntos, solo te deprimen. Dichos “amigos” son irritantes, tóxicos y deprimentes.
- Los bravucones son difíciles. Desde la escuela hasta el trabajo, los bravucones son una amenaza seria para tu día a día. Un bravucón es una persona con problemas para confiar en sí mismo e intenta desquitarse con otros que considere débiles, seleccionando personas específicas y atormentándolas sin descanso.
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2Mantén a tus enemigos cerca. Este antiguo refrán es cierto: mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca. Si quieres vencerlos, debes aprender cómo actúan. Esto significa hablar con ellos, pasar tiempo observándolos y aprender todo lo posible sobre cómo piensan.
- Muchos bravucones, “amigos” que no te gustan y otro tipo de enemigos actúan por celos. A menudo, los enemigos se meten con cosas con las cuales se sienten ansiosos en sus propias vidas. Si te fastidia por algo, posiblemente es porque se sienta ansioso por lo mismo en su vida.
- Los enemigos fastidian a las personas que consideran una amenaza. En la escuela o trabajo, siempre hay competencia. Tus enemigos buscan eliminar a la competencia, lo cual significa que estás en una buena posición.
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3Observa a tu enemigo. Analizar la forma en la cual tu enemigo te fastidia te ayudará a planear una manera de vengarte. ¿Con quiénes se junta? ¿Qué le interesa? ¿Qué desea? Conoce sus motivos o problemas a nivel personal. ¿Cómo es su vida familiar? ¿De dónde viene? Investiga un poco y responde a algunas de tus interrogantes.[1]
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4Descubre su punto débil. Todo enemigo tiene una debilidad, no importa cuán fuerte parezca cuando te pones en sus zapatos. Encontrar su punto débil es importante para planificar tu venganza y sacarlo de tu vida por tu bien. Algunas debilidades comunes son:
- La arrogancia. Tal como las historias griegas antiguas, el orgullo excesivo puede ocasionar la ruina de muchos de tus enemigos. Si tienes un enemigo presumido y pretencioso, ridiculizarlo lo pondría en una posición devastadora. Posiblemente, una buena venganza sea ridiculizarlo o hacerlo fallar en público.
- La confianza en sí mismo. Muchos bravucones son como niños grandes que no tienen confianza en sí mismos o no creen en sus propias habilidades. Muchos solo buscan compañía y amigos porque se sienten poco valorados o amados. Posiblemente, estos tipos de bravucones responden mejor a tácticas más amables.
- La competitividad. Muchos enemigos son personas muy competitivas que permiten que su amor por ganar supere otras cosas, tales como la decencia y amabilidad. Aprender a evitarlos e ignorarlos es la mejor forma de manejarlos y desarmarlos para que no te atormenten. Si no juegas, no podrán ganar.
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Método 2
Método 2 de 3:Véngate de tus enemigos
Método 2
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1Dile a tu enemigo que deje de fastidiarte. Si alguien te fastidia y quieres que deje de hacerlo, hay maneras sencillas de manejarlo: díselo. Si alguien te fastidia o tiene una conducta bravucona contigo, detenlo y respira hondo. Con una voz calmada y uniforme puedes decirle: "Detente, por favor. Détente porque me haces sentir incómodo".
- Si no funciona, sigue diciéndole lo mismo. Si no logra hacer que te fastidies, a la mayoría no le interesará seguir haciéndolo. Después de haber fallado intentando provocarte, posiblemente te deje en paz.[2]
- Si después de decirle que se detenga te fastidia aún más, es mejor decírselo a alguien, como un profesor, un familiar o un superior en la oficina. Ten a alguien de tu lado.
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2Evítalo tanto como sea posible. La mejor forma de derrotarlo es deshacerte de él por completo. Evita a tus enemigos tanto como sea posible para desarmarlos y no permitirles que te ofendan, atormenten y fastidien. Si tienes problemas con un bravucón, evita pasar por su guarida o pasar tiempo en otros lugares. No les des la oportunidad de fastidiarte.
- Si lo ves a diario, como en el trabajo o escuela, y te vez forzado a interactuar con él, tu trabajo será más difícil pero no imposible. La mejor forma de evitarlo es no escucharlo. Ponte tus audífonos cuando comience a expresarse mal en la oficina así no tendrás que escucharlo, entra a clases justo antes de que suene la campana o siéntate en el lado opuesto del salón. Será como si no estuviese ahí.
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3Tómalo con calma. Cuando tu enemigo te enfrente, lo mejor es tomarlo con calma. Cálmate, no te molestes o intentes discutir con él cuando presente una conducta fastidiosa. Solo míralo como si vieses muchas hormigas, vómito de un gato o algo incómodo. Para tus enemigos, tus reacciones son como agua para las plantas. Sin ellas se morirán. Incluso si reaccionas, hazlo de manera fresca y calmada, nunca con rabia.
- Intenta imaginarlo haciendo el ridículo, como cantando opera o peleando con un pulpo cuando te fastidie. Esto hará sus palabras menos dolorosas.
- No lo escuches. Practica mantra cada vez que hable, concentrándote mucho en remplazar sus palabras con algo positivo. Posiblemente, sea una buena idea memorizarte la letra de tu canción favorita, un poema o una plegaria para dichas ocasiones.
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4Exclúyelo. Actuar de manera fría puede ser una herramienta muy poderosa y efectiva para combatir a tus enemigos. Los bravucones, amigos que no te gustan y enemigos quieren toda tu atención. Quieren un público y elegirán a alguien que los ayude a destacar entre la multitud. La mejor forma de vencerlo es ignorarlo por completo.[3]
- Cuando se acerque, actúa como si no sucediese nada. Actúa como si no hubiese ningún sonido ni ninguna otra persona, ni siquiera reacciones. Incluso si está a unos cuantos metros gritando tu nombre, solo ignóralo y habla con un amigo como si nada sucediese.
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5Siéntete seguro estando en un grupo. Existe un antiguo refrán muy cierto: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Posiblemente, tu enemigo fastidie a más personas que tú. Encuentra a dichas personas con las cuales puedas unirte contra un enemigo en común. Luego, planifiquen su venganza.
- A menudo, los bravucones tienden a elegir a personas que están solas porque creen que no tienen amigos y son débiles. Si tienes un grupo de buenos amigos, puedes evitar a un bravucón aprovechándote de ser más.
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6Supéralo. La mejor venganza es vivir bien. La mejor forma de sacar a un bravucón de tu vida es seguir adelante y olvidarlo. Ignóralo, evítalo y sigue con tu vida. Si tu enemigo ve que no es capaz de tener un efecto importante en tu vida, le quitarás todo el poder a sus intentos por fastidiarte.
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7Hazle una broma. Bajo ciertas circunstancias, es una buena idea hacerle una broma apropiada. En especial, si es una persona orgullosa y egoísta, a quien no es malo hacerle un poco de bromas. A continuación, algunas bromas que puedes hacerle:
- Accede a su correo electrónico sin autorización y envía mensajes que lo hagan avergonzar.
- Ordena algo embarazoso para enviárselo a la oficina. Por ejemplo, envíale una caja llena de revistas de lucha libre profesional, un catálogo de pañales para adultos o revistas pornográficas al trabajo. Asegúrate de enviarlo a su edificio, no a la oficina para que el repartidor no ande perdido por las oficinas y encuentre al bravucón cara a cara.
- Sé grosero con él. ¿Hacer caca en una bolsa de papel y ponerla en el umbral de su puerta? ¿Poner unos caramelos en el grifo de su ducha? ¿Poner un sándwich en el tanque del baño? Tú mismo juzgarás cuánto es demasiado.
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Método 3
Método 3 de 3:Defiéndete a ti mismo
Método 3
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1No le busques pelea, pero aprende a defenderte de ser necesario. No debes dejar que tu enemigo te provoque y te haga pelear físicamente. Sin embargo, algunas personas encuentran la forma de forzarte a pelear. Deberás confiar más en tu habilidad para seguir adelante con tu día a día si sabes que no podrás manejar cualquier situación que surja. No actúes con miedo, prepárate.
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2Aprende a dar puñetazos. Las peleas no son como en las películas en donde las personas lanzan muchos derechazos en la cara de otra hasta noquearla. La mayoría de peleas terminan muy rápido. Aprender a hacer y lanzar un puño te asegurará no cometer un error grave si tu situación lo requiere. Así, podrás lazar un golpe de manera adecuada y terminarás con la pelea lo más pronto posible.
- Haz un puño juntando tus dedos firmemente, pero no tanto para detener la circulación. Pon tu pulgar alrededor de la parte inferior de tus nudillos, no alrededor de tu dedo índice y no dentro de tus dedos.
- Extiende ligeramente el nudillo central de tu dedo del centro. Es ahí donde tu puño hace contacto, no tu nudillo grande donde tus dedos se conectan con tus manos.
- Da un puñetazo en línea recta, con el codo hacia adentro y de forma lineal, no de manera circular. Un golpe recto es más poderoso que un gran swing.
- Apunta a su nariz, cuello o estómago. Golpear a alguien en la mandíbula, pómulo o frente te hará más daño a ti. Apunta a lugares suaves y golpea fuerte.
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3Aprende a defenderte. Mantener una buena postura de defensa es igual de importante que dar un puñetazo firme e, incluso, es aún más importante. Recuerda, no es una película de Rocky. Un par de golpes en la boca y estarás en el suelo, que es exactamente donde no quieres estar.
- Mantén tus puños ligeramente sueltos, cerca de tu rostro e intercambia tu peso para que tus caderas y hombros sean el lado dominante en dirección de tu adversario. No lo enfrentes de cara, ponte de costado para tener un objetivo más pequeño.
- Cuando no lo golpees, mantén tus manos cerca de tu barbilla y a un lado de tu cabeza todo el tiempo.
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4Muévete hacia adelante, nunca retrocedas. Cuando lo golpees, ve directo hacia tu oponente, manteniendo tu postura defensiva y con el fin de noquearlo. La mejor forma de hacerlo es verte lo más grande posible y avanzar más. No lo dejes hacerte retroceder.
- Aunque pueda parecer increíble y vaya contra tu instinto, es más seguro y menos doloroso enfrentarte a puñetazos en lugar de retroceder. Seguir hacia adelante y hacerlo retroceder es mejor a que tú retrocedas. Si te da un golpe, evitarlo a medio camino antes de que alcance su máxima potencia te lastimará menos. Avanza y hazlo retroceder.
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5Sigue moviéndote. Mantente así y sigue hacia adelante, así dicen los boxeadores. Si estás en una pelea, no solo te pares con pies de plomo, salvo que vayas a bloquear un golpe. Párate sobre el tercio anterior de tus pies, rebotando ligeramente y moviendo tu cabeza hacia adelante y atrás, como si estuvieses esquivando una abeja en el aire. Mueve tu cabeza y hazla un objetivo para que sea más difícil golpearte.
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6Párate sobre tus pies. Intenta no caerte bajo cualquier circunstancia o no pelearte en el suelo. A veces, si tu enemigo te hace pelear, la mejor forma de lidiar con una situación difícil es pararte y pelear a puñetazos, pero si terminan peleándose en el suelo es peligroso y debes evitarlo a todo costo.
- Si lo noqueas, retrocede y dile que la pelea ya acabó. Dile: "Se acabó" y vete. Ya probaste tu punto.
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7Busca la forma más rápida de terminar con la pelea. Termina con una pelea lo más pronto posible, buscando una salida. Si noqueas a tu oponente con un golpe oportuno, no le des la oportunidad de enfurecerse más y darte un golpe. Solo dile: "Mira, ya me cansé de esto. No quiero pelear contigo. Tú comenzaste con esto y yo lo estoy terminando". Luego, sal rápidamente y con éxito. Con algo de suerte, vencerás a tu enemigo.
- De nuevo, las peleas deben ser siempre el último recurso para lidiar con tu enemigo y debes evitarlas a todo costo.
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Advertencias
- No recurras a peleas físicas. Evita las peleas físicas tanto como sea posible.
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Referencias
Acerca de este wikiHow
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