Desarrollar aun personaje para una historia puede ser abrumador debido a que es necesario que los lectores lo perciban como real y detallado. Para que un personaje ficticio sea bueno, debe ser creíble y los lectores deben poder identificarse con él, además de que debe estar lleno de detalles que lo hagan cobrar vida. Puedes empezar describiendo sus características físicas, desde su edad hasta el color de su cabello, y luego idear su trasfondo y establecer las relaciones que tenga con los demás personajes de la historia. Por último, puedes introducir al personaje en la historia de manera que pueda vivir en el mundo ficticio que hayas creado.

Método 1
Método 1 de 3:
Determinar las características físicas del personaje

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    Ponle nombre. El nombre que elijas debe encajar con el personaje y poder quedarse en la mente del lector. No le pongas un nombre genérico, como Juan Pérez o Jorge López, sino opta por uno que describa quién es el personaje y pueda informarle un poco sobre él al lector. Puedes elegir apellidos menos comunes, como "Temple" o "Cortázar", para que sean memorables para el lector.[1]
    • Por ejemplo, un personaje podría llamarse "Salma" porque es un nombre único que encaja con su conducta. También podrías ponerle "Rufo" al personaje porque es osado y destructivo en la historia.
    • Algunas veces, lo más fácil es establecer primero los demás detalles de un personaje y dejar el nombre para el final. Es posible que la verdadera identidad del personaje se vaya revelando conforme avance la historia.
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    Determina su edad. Quizás tu personaje sea un adolescente que cumplirá 16 años en dos meses o alguien mayor que acabe de cumplir 65 años y anticipe jubilarse. Debes determinar la edad exacta del personaje, ya que esto te permitirá crearle una voz única y detallada en la historia. Después de todo, si un personaje es apenas un adolescente, su punto de vista será diferente del de alguien que sea décadas mayor que él.[2]
    • Por ejemplo, quizás establezcas que el personaje tendrá 12 años y estará empezando a experimentar la pubertad. Luego, podrías escribir desde el punto de vista de alguien de 12 años inspirándote en tus propias experiencias a esa edad.
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    Bosqueja su estatura y su color de ojos y de cabello. Debes determinar si el personaje será de alta o baja estatura, si será delgado, musculoso o fornido. Establece si tendrá ojos azules, verdes, marrones o grises. Quizás podría tener el cabello negro o rubio con mechones grises. Toma notas sobre su apariencia física, ya que esto te permitirá tener una buena idea del aspecto que tendrá. Luego, con estos detalles, puedes desarrollar el personaje y hacerlo cobrar vida en la página.[3]
    • Por ejemplo, tu personaje podría ser alto y larguirucho y tener los brazos y piernas largos y delgados. Además, podría tener los ojos verdes y el cabello oscuro para que su apariencia sea llamativa.
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    Determina si el personaje tendrá cicatrices o alguna marca distintiva. Podría tener un lunar a un lado del rostro o una cicatriz en el pecho o cojear al caminar. Si tu personaje tiene una cicatriz o alguna marca distintiva, esto puede ayudarlo a sobresalir de la página y hacer que el lector lo recuerde mejor.[4]
    • Por ejemplo, tu personaje podría tener una cicatriz larga detrás de la oreja debido a una operación a la que se sometió en su infancia o un tatuaje en la espalda a causa de unas vacaciones salvajes.
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    Describe la ropa del personaje. Considera la forma como el personaje se vista diariamente para trabajar o para estar en casa y determina si tendrá una prenda favorita o distintiva. Con el estilo de vestimenta del personaje, puedes informarle un poco más al lector sobre su personalidad.[5]
    • Por ejemplo, un personaje podría vestirse únicamente con cuero negro y mezclilla para mimetizarse con la multitud o vestirse con ropa de diseñador como una forma de exhibir su estatus y su riqueza.
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    Establece la raza y la nacionalidad del personaje. Tu personaje podría ser de origen africano o hispano o bien de raza mixta, siendo uno de sus padres negro africano y el otro irlandés blanco. Es posible que su trasfondo racial tenga un efecto en su forma de ver el mundo y de interactuar con los demás personajes.[6]
    • Por ejemplo, tu personaje podría ser de origen asiático como una forma de reflejar tu propia raza o trasfondo familiar.
    • En caso de que optes por crear un personaje cuya raza o nacionalidad sean diferentes de la tuya, debes estar preparado para investigar sobre esa raza o nacionalidad de manera que no termines cayendo en estereotipos.

Método 2
Método 2 de 3:
Idear el trasfondo del personaje

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    Describe a la familia del personaje. Determina si sus dos padres aún viven en casa o si sus padres se divorciaron. Quizás su madre se casó con otro hombre o su padre es viudo y su madre falleció cuando el personaje era niño.[7]
    • También debes determinar si tiene hermanos. El personaje podría ser hijo único y tener una relación cercana con sus primos o tener un grupo de amigos particular. O podría tener cinco hermanos y haberse criado en una familia grande, pero tener una relación particularmente cercana con uno de sus hermanos o haberse distanciado de su hermano mayor.
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    Explora en dónde vivió o creció el personaje. Debes darle un trasfondo a su vida familiar y a sus primeras experiencias. Determina el lugar del mundo en donde haya nacido y crecido y luego puedes añadirle detalles al personaje (como su forma de hablar, su forma de expresarse y su forma de ver el mundo) usando su vida familiar.[8]
    • Por ejemplo, tu personaje podría haberse criado en un lugar desfavorecido del sur profundo de los EE.UU., por lo que podría usar una lengua vernácula determinada y abordar el mundo de una forma particular.
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    Bosqueja la escolaridad del personaje. Debes determinar si asistió a la secundaria y la universidad o bien dejó de estudiar del todo. También debes establecer si actualmente se encuentra estudiando y su grado o nivel. Si estableces la escolaridad del personaje, esto le brindará al lector información sobre su nivel de educación.[9]
    • Quizás tu personaje no haya terminado la escuela o se haya salido y, en cambio, haya obtenido experiencia de vida teniendo trabajos extraños. Esto podría jugar un papel en su personaje en conjunto y en su forma de abordar el mundo.
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    Determina su situación sentimental. ¿El personaje está soltero, casado o divorciado? ¿Tiene una relación abierta? Podría estar involucrado con uno de los demás personajes de la historia o con un personaje más pequeño que solo aparezca una vez. Debes establecer su situación sentimental para ayudarte a dejar en claro sus interacciones con los demás personajes.[10]
    • Por ejemplo, tu personaje podría estar involucrado de manera romántica con el otro personaje principal de la historia o bien podría haberse divorciado recientemente y estar tratando de lidiar con el desmoronamiento de su matrimonio.
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    Describe lo que le gusta y lo que no. Determina cuál es el color favorito y la comida favorita del personaje. Elabora una lista de sus programas de televisión y películas favoritos. También debes establecer lo que no le guste, como los alimentos que le produzcan náuseas o las cosas que lo enloquezcan, como las personas que no limpien lo que ensucien, los perros, las personas que fumen, etc. Luego, lo que le guste y lo que no podrían convertirse en elementos de tu historia.[11]
    • Por ejemplo, tu personaje podría odiar las aceitunas, pero amar los tacos o estar obsesionado con un personaje de televisión y ver una y otra vez todos los episodios del mismo programa.

Método 3
Método 3 de 3:
Darle una motivación e interioridad al personaje

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    Muestra su forma de pensar. Debes brindarle un espacio dentro de la historia para que el personaje piense en su propia voz. Escríbele un monólogo interior de manera que el lector pueda tener una buena idea de la forma en la que el personaje percibe el mundo que lo rodea. Debes dejar que el personaje tenga momentos de introspección para meditar o sopesar sus ideas y pensamientos.[12]
    • Por ejemplo, podrías incluir un momento de introspección como el siguiente: "Salma pensó en lo enojada que estaría su madre cuando Salma llegara a casa 5 minutos después de su hora límite. ¿Le confiscaría el teléfono celular nuevamente o tan solo le lanzaría algo a la cabeza? ¿No dejaría de hablar de lo inútil e irresponsable que era Salma? Tal vez su madre se había quedado dormida por los analgésicos otra vez y estaba muerta para el mundo. Salma cruzó los dedos al entrar".
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    Incluye diálogo específico para el personaje. El lector debe obtener una idea de la forma de hablar del personaje y esto incluye la jerga que use. La voz del personaje debe ser única y específica a sus experiencias y al lugar en donde se haya criado. No debes utilizar diálogos genéricos como "Hola, ¿cómo estás?" o "¿Qué hay de nuevo?". Usa el diálogo del personaje para darle más información al lector sobre él.[13]
    • Por ejemplo, tu personaje podría hablar con una combinación de inglés y español como una forma de reflejar su trasfondo y su vida familiar.
    • Asimismo, el personaje podría tener un lema que diga cuando esté nervioso, como "¡Madre mía!" o "De verdad, viejo".
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    Haz que el personaje tenga un deseo o un objetivo. Si un personaje está desarrollado, tendrá un deseo claro que lo motive a pasar a la acción en la historia. Este deseo podría ser algo en apariencia pequeño, como querer invitar a salir a alguien, o grande, como querer salvar al mundo de la destrucción masiva. Para asegurarte de que tu personaje sea activo en tu historia, debe tener un deseo o un objetivo.[14]
    • Por ejemplo, tu personaje podría desear salir de su pueblo pequeño y escapar de su familia abusiva o podría querer aprender a patear correctamente una pelota de fútbol para poder unirse a un equipo deportivo local.
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    Crea un conflicto para el personaje. La vida del personaje debe ser difícil para que él pueda estar a la altura de las circunstancias y tomar cartas en el asunto. Debes colocar obstáculos en el camino hacia los deseos u objetivos de tu personaje. Estos obstáculos pueden tomar la forma de otro personaje, un desastre natural, dificultades financieras o tan solo la mala suerte. De esta forma, crearás un conflicto y tu personaje se verá obligado a tomar decisiones en cuanto a lo que deba hacer.[15]
    • Por ejemplo, quizás tu personaje tenga dificultades para salir de su pueblo pequeño y solitario debido a que tenga que ocuparse de su madre anciana y no tenga dinero para ir a ninguna parte. O quizás a tu personaje le sea difícil patear una pelota de fútbol porque no consigue a alguien que pueda enseñarle a hacerlo correctamente.
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    Permite que el personaje tenga defectos y cometa errores. El personaje que escribas no debe ser perfecto, obtener todo lo que quiera y no tener problemas, ya que el lector lo considerará aburrido y no podrá identificarse con él. Tu personaje debe tener defectos y fallas, cometer errores o tomar malas decisiones. Luego, puedes mostrarle al lector de qué forma el personaje maneja sus defectos y sus errores en la historia.[16]
    • Por ejemplo, el personaje podría tener problemas de adicción y esto podría ocasionar que ataque a los que lo rodean y los lastime. Quizás tu personaje sea demasiado orgulloso como para admitir que se equivocó y esto ocasione que no tenga una buena relación con sus hijos. O bien el personaje podría tener alguna fobia, como las alturas, el agua, la sangre, las multitudes o la oscuridad y alguna de ellas podría ser lo que evite que logre sus objetivos.

Acerca de este wikiHow

Stephanie Wong Ken, MFA
Coescrito por:
Máster en Bellas Artes, Escritura Creativa, Universidad Estatal de Portland
Este artículo fue coescrito por Stephanie Wong Ken, MFA. Stephanie Wong Ken es una escritora con sede en Canadá. Los escritos de Stephanie han aparecido en Joyland, Catapult, Pithead Chapel, Cosmonaut's Avenue y otras publicaciones. Tiene una maestría en ficción y escritura creativa de la Universidad Estatal de Portland. Este artículo ha sido visto 44 336 veces.