Es triste ver cómo un perro se aleja de personas, objetos y otros animales que pueden enriquecer su vida. Para hacer que tu perro se relaje, puedes desensibilizarlo mediante la exposición gradual y creando asociaciones nuevas y positivas con sus desencadenantes. Con el tiempo, el perro aprenderá a superar el temor y tendrá una vida plena y feliz.

Método 1
Método 1 de 2:
Elaborar un plan de tratamiento

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    Identifica los desencadenantes del perro.[1] Un desencadenante es el objeto, la persona o el lugar que hace que el perro entre en pánico. Los perros reaccionan de distintas manera a los desencadenantes. Por ejemplo, el tuyo puede poner la cola entre las patas, ladrar, huir o gemir de miedo. Puede reaccionar agresivamente a ciertos estímulos (por ejemplo, ladrando, bajando la cabeza o erizando el pelo del lomo).
    • Debes ser capaz de identificar el desencadenante del perro para que puedas ayudarlo a superarlo.[2]
    • Presta atención a las situaciones en las que el perro muestra signos de temor, agresión u otra conducta indeseada. Observa los patrones de la conducta negativa e identifica específicamente cuál es el desencadenante de tu mascota.
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    Clasifica los desencadenantes del perro. Una vez que hayas detectado sus desencadenantes, escribe todos en un papel, empezando con los más graves y terminando con los menos graves. Por ejemplo, puede que el perro se inquiete con todas las visitas que recibas en casa, pero que se inquiete especialmente con los niños pequeños. Puedes clasificar a los adultos como menos temibles para el perro que los niños. ¿Tu perro manifiesta temor a que lo agarren o a que lo agarren de una manera determinada? ¿Los niños pequeños indistintamente hacen que se altere o solo los que lloran son traumáticos para el perro?[3] Usa estas y otras preguntas similares para averiguar exactamente cuáles son los miedos más y menos graves en la mente del perro.
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    Expón gradualmente al perro a sus desencadenantes.[4] Empieza con la mayoría de los desencadenantes leves. Imagina que el perro tenga mucho temor a los hombres adultos, un poco menos de temor a las mujeres adultas y un temor leve a los niños pequeños. Si expones al perro, por ejemplo, a los niños pequeños durante un breve periodo de tiempo cada día, empezará a darse cuenta gradualmente de que no hay nada que temer. Puedes hacer que pase cinco minutos al día con niños pequeños.
    • Después de más o menos una semana, puedes aumentar la cantidad de tiempo de exposición a diez minutos cada día.
    • Después de otra semana, puedes aumentar el tiempo de exposición a los niños a quince minutos.
    • Cuando el perro se sienta cómodo con los niños pequeños, pasa al desencadenante del siguiente nivel (es decir, las mujeres adultas en el ejemplo anterior). Repite el proceso hasta que se haya desensibilizado a todos los desencadenantes negativos.
    • Exponer al perro deliberadamente a los desencadenantes durante una cantidad determinada de tiempo es una sesión de entrenamiento.
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    Trata de no exponer al perro a sus desencadenantes fuera del entrenamiento. Por ejemplo, si uno de los desencadenantes del perro son los niños pequeños, no lo lleves al parque infantil local a menos que trates de hacer una sesión de entrenamiento ahí. Si está expuesto a estímulos en un entorno no controlado o a ritmos superiores a los que has usado durante el entrenamiento de exposición, tu trabajo puede peligrar y el perro puede volver a sus hábitos anteriores.
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    Decide cómo modificar la conducta del perro. Hay dos maneras de modificar su conducta, mediante el contracondicionamiento o la desensibilización gradual. Estas dos técnicas son virtualmente idénticas y, por lo general, se aplican juntas. Cualquiera de las dos técnicas, si se aplica con cuidado durante un período prolongado, reducirá gradualmente las respuestas del perro al desencadenante.[5]
    • La desensibilización gradual requiere que el perro se exponga lentamente al desencadenante durante un tiempo, aumentando la intensidad o la proximidad del contacto con el desencadenante hasta que deje de producirle la conducta negativa.
    • En el contracondicionamiento, debes darle al perro un premio de gran valor al exponerlo al desencadenante. De esta manera, empezará a asociar ese desencadenante con algo positivo (el premio) en vez de pensar que es algo a lo que debe temer.[6]
    • El contracondicionamiento requiere que el perro se exponga lentamente al desencadenante durante un tiempo y que responda de forma distinta y positiva a como lo haría de forma natural en presencia del desencadenante. Si el perro aprende rápidamente y le gustan los premios, probablemente el contracondicionamiento sea la mejor opción.
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Método 2
Método 2 de 2:
Desensibilizar gradualmente al perro

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    Sé paciente con el perro. Cada perro reacciona a cada estímulo de manera distinta. Si para un perro un camión de basura no es motivo de estrés, para otro puede ser un desencadenante grave. No aumentes el nivel de exposición al desencadenante muy rápidamente, pues el perro puede volverse incluso más sensible al desencadenante (en vez de menos) y llegar a desconfiar de ti.
    • Algunos perros pueden desensibilizarse rápidamente (en cuestión de semanas), mientras que otros pueden tardar meses en cambiar su conducta.[7]
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    Identifica una recompensa que le guste al perro. El contracondicionamiento implica sustituir una reacción negativa, como el miedo, por una reacción positiva, cambiando la asociación que el perro tiene a un estímulo determinado. Para poder realizar el contracondicionamiento, tendrás que saber qué le gusta al perro. La opción más útil para una recompensa es un bocadillo para perros. Otra opción es utilizar tiras pequeñas de pollo, ternera o salchicha de hígado. Busca un bocadillo que le guste al perro y empléalo para lograr el contracondicionamiento.
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    Dale al perro una recompensa cuando lo expongas al desencadenante.[8] Por ejemplo, si el desencadenante son los niños pequeños, siéntate con el perro mientras haya un niño pequeño a la vista. Cuando el perro esté calmado, ya sea antes de que entre en pánico o después de que se calme, dale un bocadillo pequeño y delicioso. Es importante que le des el bocadillo cuando esté calmado. Si les das la recompensa estando aún asustado, tal vez refuerces el miedo.
    • Trata de exponer al perro al desencadenante desde una distancia segura. Por ejemplo, si no le gustan los globos, puedes llevarlo al parque y pedirle a alguien que sostenga un globo a la distancia. Deja que el perro vea el globo, luego aplica el contracondicionamiento dándole un bocadillo sabroso.[9]
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    Expón gradualmente al perro a desencadenantes más intensos.[10] Por ejemplo, si el perro teme a los ciclistas, después de lograr el contracondicionamiento a 27 metros (30 yardas), puedes acercarlo a un rango de 22 metros (25 yardas). Cuando se sienta cómodo con un ciclista en este rango, acércalo al estímulo a 18 metros (20 yardas). Recuerda darle de comer un flujo constante de bocadillos mientras el desencadenante esté a la vista. Continúa de esta manera hasta que el desencadenante no provoque la respuesta negativa.
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    Expón al perro al desencadenante en intervalos de 10 minutos. No es necesario que sean minutos consecutivos. Por ejemplo, puedes exponerlo al desencadenante por tres minutos, luego descansar un minuto, luego exponerlo nuevamente por 3 minutos y terminar con una breve exposición de dos minutos.
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    Combina las recompensas cuando el perro mantenga la calma durante la exposición al desencadenante. Por ejemplo, puedes darle al perro un bocadillo sabroso y también acariciarlo suavemente. También puedes darle un bocadillo diciendo al mismo tiempo cosas reconfortantes como “Buen perro” o “Lo estás haciendo muy bien” con un tono sereno y relajante.
    • Cuando el perro esté expuesto al desencadenante sin mostrar una conducta negativa, puedes dejar de darle bocadillos y celebrar el éxito del contracondicionamiento.
    • No combines los premios por buena conducta con gritos o castigos cuando el perro reaccione negativamente al desencadenante. El castigo o la amonestación solo retrasarán el proceso de desensibilización y de contracondicionamiento.
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    Mantén la buena conducta del perro. Realiza sesiones de seguimiento al menos dos veces al mes para que no adquiera nuevamente el temor. Presta atención a los signos de reincidencia. Si el perro empieza a mostrar sensibilidad al desencadenante que ya has trabajado, haz otra ronda de entrenamiento de desensibilización para evitar la recurrencia de la respuesta negativa.
    • Si el perro tiene problemas graves para mantener la buena conducta o si el contracondicionamiento parece ineficaz, consulta con un veterinario sobre la posibilidad de usar medicamentos contra la ansiedad para calmar al perro. Los medicamentos pueden ser útiles para mantener al perro tranquilo durante el entrenamiento de desensibilización y de contracondicionamiento.[12]
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Acerca de este wikiHow

Elisabeth Weiss
Coescrito por:
Adiestradora de perros profesional
Este artículo fue coescrito por Elisabeth Weiss. Elisabeth Weiss es adiestradora profesional de perros y propietaria de Dog Relations NYC, un servicio de adiestramiento canino en Nueva York, Nueva York. Elisabeth se basa en técnicas basadas en la ciencia, libres de fuerza y basadas en recompensas. Elisabeth ofrece adiestramiento de comportamiento, modales para cachorros, conciencia corporal y prevención de lesiones, dieta, ejercicio y servicios de nutrición para perros. Su trabajo ha aparecido en la revista New York Magazine y en el podcast Dog Save the People. También entrenó a todos los perros en la película "Heart of a Dog" (el corazón de un perro) de Laurie Anderson que presenta la travesía de Elisabeth con Lolabelle, el perro de Laurie Anderson y Lou Reed, y cómo su pasión por tocar el teclado jugó un papel importante en la mejora de su calidad de vida después de ser diagnosticada con cáncer de páncreas.
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