La piel muerta es algo con lo que todos debemos lidiar de una u otra forma. De hecho, la mayoría de las personas pierden un millón de células muertas al día. Sin embargo, si tu piel muerta está fuera de control, sobre todo en el rostro o los pies (las dos zonas más preocupantes), existen muchas soluciones disponibles. Si exfolias la piel muerta y tomas medidas para evitar que esta se repita en el futuro, podrás mantener ese "brillo" saludable de la piel fresca y suave a largo plazo.

Método 1
Método 1 de 3:
Exfoliar tu rostro

  1. 1
    Moja una toalla en agua tibia. Colócala suavemente sobre el rostro y déjala reposar por uno o dos minutos. Esto abrirá los poros y preparará la piel del rostro para la exfoliación. La exfoliación es uno de los medios más eficaces para deshacerse de la piel muerta. Utiliza únicamente una toalla tibia en lugar de una demasiado caliente.
  2. 2
    Lávate el rostro con un limpiador facial suave. Después de usar la toalla con agua tibia, el siguiente paso es lavarte el rostro con un limpiador suave; el mismo que probablemente usas a diario como parte del buen cuidado de la piel. Limpiar la piel puede ayudar más a abrir los poros y a preparar mejor la piel del rostro para una exfoliación eficaz.
    • Después de lavarte, seca la piel suavemente dando toquecitos con una toalla seca. Actúa con suavidad y no frotes con mucha fuerza, para evitar dañar la piel.
    • Puedes pararte en frente de un ventilador para secarte el cuerpo, sobre todo en las zonas de difícil alcance.
  3. 3
    Prueba la exfoliación física. Existen dos tipos de exfoliación: la física y la química. La exfoliación física consiste en usar un producto que raspa las células muertas por medio de la presión que se ejerce sobre ellas. Algunas herramientas de exfoliación física son las almohadillas exfoliantes y los kits de microdermoabrasión.[1]
    • Los profesionales en el cuidado de la piel no recomiendan someterte a la microdermoabrasión sin primero consultar con un médico o dermatólogo, pues podría dañar o irritar tu piel.
    • Las marcas de cuidado de la piel como L'oreal, Ponds, Clinique y Neutrogena en la actualidad producen kits de microdermoabrasión en casa.
    • Por lo general, estos constan de un exfoliante o crema abrasiva con una herramienta especial para su aplicación.[2]
    • A veces, vienen con un paño de microdermoabrasión con fibras más ásperas de lo normal y que está diseñado para eliminar las células muertas.[3]
    • Un ejemplo es Olay Regenerist Microdermabrasion & Peel System.[4]
  4. 4
    Prueba la exfoliación química. Existe una variedad de productos de exfoliación química en el mercado. Tu mejor opción es consultar con un profesional en estética o un dermatólogo para elegir el producto adecuado para ti.[5] Sin embargo, si no puedes permitirte una consulta con un profesional, lee con cuidado las etiquetas de los productos y elige uno adecuado para tu tipo de piel.
    • Después de lavarte el rostro y de secarlo suavemente, aplica con cuidado el producto de exfoliación química. Extiéndelo por todo el rostro, asegurándote de cubrir toda la superficie.
    • Masajea suavemente el agente exfoliante químico en la piel. Usa suaves movimientos circulares con los dedos. No frotes muy fuerte para no dañar la piel sin querer.
    • Muchas personas también se exfolian el cuello.
    • Algunos ejemplos de agentes exfoliantes químicos son un exfoliante de ácido glicólico o uno de ácido láctico. La naturaleza ácida de dichos exfoliantes es en parte responsable de su eficacia.
    • La exfoliación química tiende a actuar mejor que la exfoliación física (en especial, para los resultados a largo plazo), gracias a que puede acceder a las capas más profundas de la piel. La exfoliación química actúa rompiendo las uniones químicas, lo cual a su vez suelta las células muertas y permite que se desprendan con mucha más facilidad.
  5. 5
    Lávate el rostro con agua después de terminar de exfoliarte. Luego sécalo suavemente con toquecitos. Déjalo secar con el aire por 5 minutos y finaliza aplicando una loción hidratante.
    • Las lociones hidratantes se recomiendan como parte del cuidado general de la piel. Ayudan a prevenir la aparición temprana de los signos de envejecimiento y le da a la piel un brillo saludable.
  6. 6
    Ten en cuenta que también puedes exfoliar otras zonas del cuerpo. En esencia, está bien seguir este mismo proceso de exfoliación en todas las zonas del cuerpo (excepto las zonas sensibles y las membranas mucosas). Sin embargo, la zona más común que se exfolian las personas es el rostro o el cuello. Esto se debe a que dichas zonas son más visibles al público y con frecuencia son las más preocupantes para las personas desde el punto de vista estético.
    • Busca productos exfoliantes especialmente hechos para el resto de tu cuerpo y no tu rostro.
  7. 7
    Prepara una solución natural con ingredientes caseros. No todas las soluciones exfoliantes son productos que se compran en la tienda. De hecho, es fácil preparar en casa tus propios peelings, cremas y ungüentos exfoliantes, si prefieres un método más natural. A continuación, te presentamos dos recetas fáciles de usar:
    • Exfoliante de azúcar y aceite: mezcla partes iguales de azúcar morena y cualquier aceite de cocina (por ejemplo, aceite de oliva, aceite de semilla de uva, etc.) para obtener un exfoliante muy económico y eficaz. Frótalo en la piel para exfoliarla y luego enjuágalo con agua y jabón. Agrega una cucharada de miel y unas gotas de limón para añadirle más nutrientes.
    • Mascarilla facial acondicionadora de yogur griego y enzima de papaya: mezcla 1/2 taza de yogur griego y 3 cucharadas de papaya machacada. Aplica la mascarilla en el rostro o el cuerpo y déjala actuar por 15 a 30 minutos. Una vez transcurrido este tiempo, retírala y enjuaga el rostro.[6]

Método 2
Método 2 de 3:
Refrescar tus pies

  1. 1
    Primero remoja los pies.[7] Prepara un bol de agua tibia o caliente y coloca ambos pies en él. Déjalos remojar entre 5 y 10 minutos antes de exfoliarlos. Esto afloja los callos y prepara los pies para obtener los mejores resultados.
    • Puedes agregar al agua un poco de aceite de oliva extra virgen para aumentar el ablandamiento de los callos.
    • Después de remojarlos, sécate los pies con una toalla.
  2. 2
    Prueba un cepillo de exfoliación física. Toma un cepillo (puedes comprar un cepillo de exfoliación química en las tiendas de cosméticos) y frótalo con suaves movimientos circulares a lo largo de la planta del pie. Céntrate especialmente en el talón y en otras zonas de piel dura o muerta. Esta es una forma eficaz de deshacerse de la piel suelta o muerta.
    • En vez del cepillo, puedes usar otras herramientas como una lima de pies o el producto Ped-Egg que se ha comercializado como un medio eficaz para exfoliar físicamente la piel. También puedes probar una crema exfoliante que esté específicamente diseñada para los pies.[8]
  3. 3
    Usa una piedra pómez.[9] Si hay zonas de piel muerta que son particularmente duras (como los callos), la piedra pómez es una forma eficaz de lijarlas y deshacerse de la piel muerta.
    • No olvides lavar la piedra pómez después de usarla y deja que seque con el aire antes de volver a usarla.
  4. 4
    Para terminar, hidrata la piel de la planta del pie. Después de exfoliarte, usar un agente hidratante garantizará una protección óptima para la piel nueva y la mantendrá más saludable por más tiempo. Ponte medias sobre el agente hidratante para no resbalarte al caminar.
  5. 5
    Hazte una pedicura. Si no quieres hacer esto por tu cuenta, siempre puedes hacerte una pedicura. Durante ella, remojarán tus pies y te recortarán las uñas. Algunos profesionales solo realizan un proceso de dermoabrasión para tratar las partes difíciles, mientras que otros usarán una navaja para eliminar la piel muerta. También pueden tratar los callos que tengas.

Método 3
Método 3 de 3:
Evitar la formación de piel muerta

  1. 1
    Aplica abundante loción humectante. La piel secreta aceites naturales que la mantienen suave, saludable e hidratada. Sin embargo, si algo quita dichos aceites o altera su producción, la piel puede ponerse seca, escamosa y agrietada. Para aliviar la sequedad de la piel, aplica con frecuencia una loción o un bálsamo hidratante. Estas soluciones hidratantes retienen la humedad cerca de la piel con una capa de aceite o grasa. Considera la posibilidad de aplicarte la loción como parte de tu rutina diaria. Por ejemplo, mantén una botella de loción para manos en el fregadero de la cocina y otra en el lavabo del baño para que puedas aplicártela tras cada lavado.
    • Como regla general, mientras más espeso sea el hidratante, más útil será para devolverle la humedad a la piel.[10] En consecuencia, las cremas, bálsamos y "mantecas" espesas son más eficaces que las lociones líquidas. Sin embargo, a veces te dejan con una sensación "grasosa" desagradable. Prueba unas cuantas opciones para encontrar la más adecuada para ti.
  2. 2
    Cúbrete la piel en el clima frío. El invierno en muchas partes del mundo se caracteriza por el aire seco frío al exterior y el aire seco caliente (debido a la calefacción) al interior. En conjunto, dichas condiciones pueden ser muy duras con la piel, al punto de provocar sequedad, agrietamiento e irritación. Una de las mejores maneras de mantener sana la piel en invierno es mantenerla cubierta con mangas largas y otros accesorios que cubren la piel. Mientras menos expongas la piel al aire seco cortante, menos problemas tendrás con sus efectos deshidratantes.
  3. 3
    Evita el exceso de abrasivos fuertes. A veces, los abrasivos fuertes (como la piedra pómez y los cepillos rígidos) son excelentes para eliminar las acumulaciones de piel muerta y dura. Sin embargo, si los usas muy seguido (o en la piel sensible), pueden dejarte la piel roja y en carne viva, lo que la vuelve vulnerable a la sequedad e irritación a largo plazo. Si notas dolor o enrojecimiento después de exfoliarte, descansa varios días de tu rutina diaria y luego cámbiate a un abrasivo más suave.
    • Por ejemplo, si tu piel se irrita después de usar tu cepillo de ducha de cerdas rígidas, cámbiate a un paño suave para exfoliarte a un ritmo mucho más manejable.
  4. 4
    Evita las duchas prolongadas con agua caliente. Si bien el agua caliente es relajante, esta despoja a la piel de sus aceites esenciales y la deja vulnerable a la sequedad. Para evitarlo, simplemente dúchate con agua tibia (no caliente) y limita las duchas a un periodo razonable: 10 minutos o menos. Mientras más fría (y más breve) sea la ducha, corres menos riesgo de secar tu piel.
    • El mismo principio se aplica a los baños: más breves y más fríos es lo mejor. También debes evitar los baños de burbujas y otros baños a base de jabón (excepto los que se venden como "hidratantes"), ya que pueden quitarle a la piel sus aceites naturales.
    • Sécate con toquecitos (en vez de frotarte) al finalizar el baño. La acción de frotar con la toalla de un lado a otro puede quitar los aceites naturales que suelta el agua tibia e irritar la piel delicada.
  5. 5
    Considera la posibilidad de cambiar de jabón. Algunos jabones y productos de limpieza contienen químicos que secan la piel sensible y la despojan de sus aceites naturales protectores. En particular, los jabones a base de alcohol son dañinos para la piel. Aunque es muy bueno para matar los gérmenes, el alcohol puede deshidratar gravemente la piel.[11] Si bien mantener una buena higiene de las manos es esencial para evitar la propagación de las enfermedades, no es necesario arruinarlas con jabones fuertes para permanecer limpio. Por lo tanto, cámbiate a un jabón más suave o uno "hidratante" para evitar la piel seca y agrietada.
  6. 6
    Date un baño de vapor suave. Para algunas personas, pasar unos minutos en una sala de vapor o sauna permite suavizar la piel seca, destapar los poros y, sobre todo, sentirse bien. Si tienes acceso a un sauna de calidad, considera dedicarle de vez en cuando unos minutos a media hora como parte de tu rutina semanal.
    • Mantente seguro cuando estés en el sauna. Nunca te quedes más tiempo si no te sientes cómodo, nunca aumentes el calor al punto de que te cueste respirar o mantenerte despierto y sobre todo, nunca bebas alcohol en el sauna.[12]

Acerca de este wikiHow

wikiHow es un "wiki", lo que significa que muchos de nuestros artículos están escritos por varios autores. Para crear este artículo, 31 personas, algunas anónimas, han trabajado para editarlo y mejorarlo con el tiempo. Este artículo ha sido visto 104 945 veces.