Puede resultar difícil encontrar el precio perfecto para vender tus muebles, ya que no los puedes vender exactamente al valor del mercado y no deseas marcharte sabiendo que podrías haber ganado un poco más dinero. Además, si comparas el valor de otros muebles usados, podrías determinar si vale la pena venderlos o no. Aunque es notoriamente difícil establecer un precio para los muebles debido a la gran variedad de piezas que puedes encontrar en el mercado, existen algunas reglas generales para llevar a cabo la venta.

Método 1
Método 1 de 2:
Vender muebles antiguos

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    Lava, limpia y pule los muebles para que puedas ganar más dinero. Un mueble limpio es infinitamente más fácil de vender a un precio competitivo. Con una pequeña inversión, puedes eliminar las manchas, pulir los bordes y teñir o pintar los muebles. Una capa de pintura nueva solo cuesta 20 dólares, pero puede hacer que un escritorio luzca como nuevo si la aplicas bien.[1]
    • Si existe algún problema pequeño, puedes repararlo por tu cuenta para que reduzcas enormemente el precio de venta si esperabas que el comprador realizara los arreglos.
    • Prueba el sistema electrónico antiguo para asegurarte de que todavía funciona.
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    Consulta precios de muebles similares en Internet. Puedes revisar algunos de los estilos actuales. Debes echar un vistazo a los muebles modernos para verificar cómo encaja el tuyo. Por ejemplo, un sofá grande a cuadros se venderá por mucho menos que uno de color liso, al menos hasta que el estilo a cuadros se ponga de moda nuevamente. Puedes buscar en Ebay y Craigslist para verificar artículos similares que otras personas venden.
    • Las guías de valoración, que puedes encontrar fácilmente en Internet, ofrecen rangos de precios para la mayoría de los muebles.
    • Debes buscar artículos que sean lo más similares a los tuyos. Si conoces el modelo, el fabricante o los materiales utilizados, debes buscar muebles con cualidades similares.
    • Si no sabes a cuánto se vendió el mueble originalmente, este es el mejor punto en el que puedes comenzar.
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    Vende la mayoría de los muebles al 70 u 80 % de su precio de venta original. La forma más sencilla de acordar este detalle es reducir el 20 % del precio por el que compraste el mueble. Esto se considera un estándar en la industria y es una guía razonable para muebles de calidad usados. Sin embargo, debes tener en cuenta que esto es solo un punto de referencia. Puedes adaptar el precio en función de otros factores, como se explica a continuación. Por ejemplo, si compraste una cómoda a 500 dólares hace varios años y deseas deshacerte de este mueble:
    • El 80 % del precio será justo si la cómoda se encuentra en buenas condiciones y no es demasiado antigua.
    • Debes multiplicar los 500 dólares por 80 % o 0,8 (500 x 0,8 = 400).
    • Entonces, el precio inicial que debes pedir por la cómoda es 400 dólares.
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    Verifica el estado actual del mueble y compáralo con su estado en el momento en que lo compraste. El factor más importante es el estado para decidir si restar el 30 % o solo el 20 %. Si el mueble se encuentra casi en el estado exacto que cuando lo compraste, puedes venderlo con solo un 20 % de descuento. Sin embargo, si el mueble presenta unos cuantos desgastes, golpes, tambalea u tiene otros problemas, es probable que tengas que reducir el precio hasta un 30 % o más. En general, cuanto más tiempo lo hayas tenido, a menos precio podrás venderlo.[2]
    • Si compraste una hermosa estantería a 1000 dólares, y se encuentra en excelentes condiciones, es probable que puedas venderla a 800 dólares.
    • Si la estantería se encuentra descolorida, es muy antigua, le faltan estantes o presenta marcas y mellas, es probable que tengas que ponerle un precio entre 600 y 700 dólares.
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    Resta un 5 % adicional por cada 1 o 2 años que hayas conservado los muebles. Por ejemplo, podrías vender un escritorio de diez años al 50 % del precio en que lo compraste. Los muebles (al igual que los automóviles y las casas) pierden valor a medida que envejecen. A menos que la estructura sea increíble, o el mueble se considere un clásico (construido antes de 1970 y se mantiene en buenas condiciones), debes realizar una rebaja por cada año que lo hayas conservado.[3]
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    Presta atención a la estructura y los materiales. No es necesario que seas carpintero para reconocer buenos trabajos en madera. Los muebles de calidad se consideran resistentes si pueden soportar el peso, no se tambalean y todas las bisagras están ajustadas. Si esto no es así, debes prepararte para vender los muebles a un precio mucho menor del que los compraste. Sin embargo, si los muebles son sólidos y duraderos, es probable que puedas venderlos casi al mismo precio en que los compraste.
    • A menudo, los muebles económicos (como los de la marca IKEA) se venden muy por debajo de su precio de compra (entre 20 y 100 dólares). Esto se debe a que no están diseñados para ser revendidos y están hechos de materiales económicos.
    • Si detectas tableros de partículas (láminas de madera ásperas en capas), es probable que los muebles sean económicos.[4]
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    Consigue muebles clásicos valorados por un profesional. Las antigüedades suelen valer mucho más que su precio original. A menos que seas un experto en antigüedades o estés dispuesto a investigar mucho sobre precios de venta pasados, posibilidades de restauración y artículos similares, debes ponerte en contacto con un tasador experto. La mayoría de las tiendas de antigüedades cuentan con tasadores que te pueden brindar una opinión honesta sobre un posible precio de venta.[5]
    • Si es posible, debes brindarle al tasador información sobre el año, la marca y el modelo de los muebles, o al menos de dónde provienen.
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    Ten disposición para negociar. Sería muy raro que no tengas la oportunidad de negociar un precio. Si esto ocurre, debes asegurarte de investigar varios aspectos antes de comenzar la negociación. Lo mejor es planear una estrategia antes de que comience la negociación para que puedas conseguir un buen precio:
    • El precio más bajo posible. Debes establecer este detalle ahora para que no tengas que pensar en el mismo lugar.
    • El precio preferido. Este es el precio por el cual deseas vender el mueble (en función del valor y tu deseo de deshacerse de él).
    • El precio de venta. Este puede ser idéntico a tu precio preferido. Sin embargo, puedes establecer el precio un poco más alto de lo que necesitas con la esperanza de que alguien desee comprarte los muebles con desesperación.
    • Gastos de traslado. ¿Quién va a recoger y trasladar los muebles? Asegúrate de acordar este detalle antes de la venta.
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    Pregúntales a tus familiares y amigos si comprarían los muebles por el precio ofrecido. Puedes encuestar a algunas personas una vez que hayas establecido un precio para verificar si es razonable. Si algunas personas que conoces te responden afirmativamente, entonces es probable que puedas vender el mueble a ese precio. Si te encuentras completamente confundido, este es un buen método para establecer un precio justo.[6]
    • Recuerda que no debes buscar su opinión respecto a si les gustan o no los muebles; solo necesitas saber si consideran que el precio es razonable.
    • Si aún tienes problemas, existen varias páginas web (como Splitwise Furniture Calculator y Blue Book Furniture) que calculan los precios potenciales para ti. Sin embargo, debes tener en cuenta que estas son solo estimaciones.[7]
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Método 2
Método 2 de 2:
Comprar muebles usados a un precio adecuado

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    Compara los precios de muebles similares antes de realizar una oferta. A menos que ya seas un experto en cuanto a precios (en cuyo caso es probable que no necesites este artículo), no debes realizar una compra sin antes comparar de 4 a 5 muebles similares. Debes tener en cuenta las diferencias de los precios y consultar con el vendedor sobre cualquier discrepancia. Por ejemplo, si vas a comprar un juego de dormitorio, debes informarte sobre los costos promedio de estas piezas. A continuación, se establece un rango de precios promedio para muebles comunes con los que puedes comenzar:
    • una cama: de 50 a 300 dólares
    • una cómoda: de 20 a 100 dólares
    • un escritorio: de 25 a 200 dólares
    • un juego de comedor: de 150 a 1000 dólares
    • una mesa: de 50 a 150 dólares
    • un sofá: de 35 a 200 dólares
    • un sillón: de 25 a 150 dólares[8]
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    Consulta sobre la antigüedad y la historia de los muebles. ¿Han necesitado reparaciones? ¿Cuán antiguos son? ¿Existe algún problema que debes comentar? La mayoría de los vendedores nunca te dirán que sus muebles son malos, pero puedes tener una idea de los precios si formulas buenas preguntas.
    • Si alguien te dice “es costoso porque es un clásico”, debes asegurarte de saber cuándo se construyó el mueble. Si el vendedor no conoce ese dato, o si construyeron el mueble después de 1970, entonces no puede considerarse una antigüedad. Debes tomar todos los precios con cautela.
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    Revisa el mueble en busca de una estructura sólida. Debes verificar que las juntas estén ajustadas y no se muevan. El mueble debe sentirse sólido bajo tu peso, en especial si se trata de una silla, un sofá o una mesa. Debes confiar en tus propios instintos en este aspecto. Si no te parece sólido y bien construido, no debes gastar demasiado dinero en ese mueble. Si presenta algunas abolladuras o raspones, puedes pedir entre 25 y 30 dólares menos que el precio de venta original.
    • No compres el mueble si está fabricado a bajo costo, ya que es muy probable que necesites comprar otro en unos cuantos años.
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    Busca muebles que necesiten "remodelaciones" para conseguir grandes ofertas. Si buscas un escritorio bonito, no es necesario que gastes 500 dólares en el mueble perfecto. Si la estructura es buena y te gusta la forma, pero la superficie está rayada, descolorida o fea, es probable que puedas comprar el escritorio a un buen precio. Lo más económico es aplicarle una lata de pintura o un tinte para madera. Si estás dispuesto a pasar una tarde renovando un mueble, podrías ahorrar muchísimo dinero.[9]
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    Establece el precio que estás dispuesto a pagar antes de ponerte en contacto con el vendedor. Básicamente, un mueble vale el precio por el que se vende. Entonces, si realmente te gusta una pieza, y has comparado precios para encontrar uno potencial, puedes realizar una oferta. Sería aún mejor si puedes respaldar tu oferta con evidencia de precios de muebles similares. Al realizar una oferta, debes recordar lo siguiente:
    • Determina qué tanto estás dispuesto a ofrecer. Debes establecer este detalle ahora para que puedas retirarte si el precio sube demasiado. No debes tomar esta decisión de inmediato.
    • Deja en claro tu precio preferido. Esto no se trata de tácticas o estrategias. Debes ser honesto y directo al presentar tu oferta para conseguir el precio que deseas. Por ejemplo, trata de pensar si estarías dispuesto a pagar 200 dólares por ese escritorio.
    • Muéstrate flexible. Si no vas a cambiar el precio, no debes molestarte en negociar. Nunca debes pagar más de lo que decidiste de antemano, pero debes poder manejar el precio con el vendedor.
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    Calcula los gastos de envío y traslado antes de comprar el mueble. Asegúrate de determinar cómo vas a recibir los muebles del vendedor y cómo este detalle afectará el precio. Asegúrate de determinar quién se hará responsable de trasladar los muebles antes de finalizar la venta.[10]
    • Recuerda que probablemente tengas que volver a tapizar o remodelar el mueble si se encuentra descolorido o necesita reparaciones. Considera esta parte del precio de compra e indícaselo al vendedor.
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Consejos

  • Mientras más investigación estés dispuesto a realizar, mejores precios conseguirás.
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Acerca de este wikiHow

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