Como muchos cosméticos, cuando el esmalte se expone al aire pierde su efectividad con el tiempo. El esmalte viejo se espesa, tiene grumos y es difícil de aplicar. Por suerte, hay unos cuantos trucos de belleza que puedes probar para extender la vida de tu esmalte.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Soluciones temporales y rápidas

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    Pon la botella de cabeza para que los pigmentos vuelvan a mezclarse. Voltéalo hacia abajo y hacia arriba durante unos 2 a 3 minutos. En ocasiones, es lo único que hay que hacer para que el esmalte vuelva a estar bien.[1]
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    Haz rodar la botella entre las palmas de tu mano durante unos minutos. El calor de tus manos diluirá la consistencia y ayudará a que sea más fácil de aplicarlo en las uñas. Nunca agites la botella, sino se formarán burbujas de aire pequeñas.[2]
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    Prueba poner la botella en agua caliente por 2 minutos. Asegúrate de que la botella esté herméticamente cerrada y toma la botella por la tapa para que no te quemes los dedos. El agua caliente calentará el esmalte y hará que sea más fácil aplicárselo en las uñas.[3]
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    Píntate una uña para probar la consistencia. Deja que la primera capa se seque antes de aplicarte una segunda. Si el esmalte está demasiado espeso o grumoso, sigue leyendo a continuación para saber qué hacer.[4]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Soluciones a largo plazo

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    Abre la botella de esmalte y añade de 2 a 3 gotas de diluyente de esmalte.[5] Usa un gotero para medir las gotas. Los diluyentes de esmalte se venden en la mayoría de las farmacias y tiendas de productos de belleza.
    • Si vas a diluir esmalte en gel, tienes que usar un diluyente en gel. El esmalte en gel tiene un aditivo especial UV reactivo, por eso echarle un diluyente común impedirá que actúe normalmente.[6]
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    Usa acetona o quitaesmalte como último recurso. La acetona puede arruinar el esmalte y hacerlo rajarse una vez seco.[7] Si vas a usar acetona o quitaesmalte, es muy probable que tengas que tirar tu esmalte después de unos cuantos usos más.[8]
    • No uses acetona ni quitaesmalte para diluir un esmalte en gel.[9]
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    Cierra bien la botella y hazla rodar entre tus palmas para que el diluyente y el esmalte se homogenicen. No agites la botella, sino se formarán burbujas de aire. Si el diluyente no se homogeniza con el esmalte, voltea la botella hacia abajo unas cuantas veces.
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    Repite el proceso si es necesario. Si el esmalte todavía está espeso, abre la botella y añade otras 2 a 3 gotas. Cierra la botella otra vez y haz rodar la botella entre tus palmas para que el diluyente y el esmalte se mezclen bien.
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    Puedes dejar el diluyente reposando en un esmalte muy espeso antes de mezclarlo. Si tu esmalte está muy espeso y ya has repetido el proceso unas cuantas veces, deja el diluyente reposando en el esmalte. Solo abre la botella, añade 2 a 3 gotas de diluyente y cierra la botella. Deja que la botella repose por 1 hora, luego homogeniza el diluyente y el esmalte haciendo rodar la botella.[10]
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    Salva el cepillo remojándolo en acetona. Llena una taza de vidrio o de cerámica con acetona. No uses una de plástico, sino la acetona la derretirá, y no uses esa taza para beber después. Remoja el cepillo en la acetona y revuélvelo. El esmalte seco se disolverá y goteará. Si quedan residuos, puedes limpiarlos con un papel toalla (no uses una bola de algodón ni una almohadilla de algodón). Cuando termines, tapa de nuevo la botella. La acetona restante ayudará a diluir el esmalte dentro de la botella.[11]
    • La acetona puede arruinar el esmalte. Te recomendamos hacerlo si la botella está casi vacía.
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    Conoce qué hacer si diluyes el esmalte demasiado. Si usaste demasiado diluyente y tu esmalte quedó demasiado diluido, lo único que tienes que hacer es dejarlo airearse de nuevo. Saca primero el cepillo y límpialo con un poco de quitaesmalte. Envuelve el cepillo con un poco de papel film, y deja la botella de esmalte en un lugar abierto y tranquilo. Regresa a revisarlo el día siguiente. El aire de la habitación espesará de nuevo el esmalte.[12]
    • A veces, hay que dejar la botella abierta unos días. Esto dependerá del calor, del frío, de lo seco o lo húmedo que esté la habitación.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Almacenar el esmalte correctamente

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    Conoce cómo evitar que el esmalte se reseque o se ponga grumoso. El esmalte vence con el tiempo, pero hay unas cuantas cosas que puedes hacer para que dure más. En esta sección te daremos unos consejos para cuidar correctamente el esmalte para que no se reseque otra vez tan rápido.
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    Limpia el cuello de la botella del esmalte con una bola de algodón remojada en acetona antes de cerrarla. Así eliminarás el exceso de esmalte. Si no lo haces, el esmalte podría resecarse en el cuello y dificultar su cierre. Esto hará que quede aire atrapado en la botella, lo cual resecará el esmalte más rápido.[13]
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    Almacena tu esmalte en un lugar fresco y seco. No lo tengas en el baño, porque ahí la temperatura cambia mucho con demasiada frecuencia. Más bien, procura tener tu esmalte en el cajón de tu escritorio.[14]
    • Toma tus precauciones si lo vas a guardar en la puerta del refrigerador. El frío puede alargar la vida del esmalte, pero también tiene que estar en un lugar cerrado. Si el esmalte se rompe en el refrigerador, podrías correr el riesgo de sufrir un incendio debido a los gases.[15]
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    Mantén las botellas en posición vertical y no las dejes de lado. Para almacenar el esmalte, es importante que dejes las botellas en posición vertical. Dejarlas de lado hará que el esmalte caiga al cuello. Esto podría resecar el esmalte y dificultar la capacidad de abrir la botella.[16]
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    Siempre cierra el esmalte apenas termines de usarlo. No lo dejes abierto mientras esperas que tu manicura se seca. El esmalte se seca al contacto con el aire, así que entre menos contacto tenga con el aire, mejor.[17]

Consejos

  • Enfría tu esmalte en el refrigerador antes de usarlo. La refrigeración ayuda a reducir la evaporación del solvente y al secado y la solidificación de los pigmentos.
  • Los esmaltes oscuros tienden a formar grumos más rápido que los claros o transparentes. Esto se debe a su mayor contenido de pigmentos.[18]
  • Cuando te pintes las uñas, recuerda que el esmalte tiende a despintarse más rápido, pero el esmalte espeso tiende a quebrarse más.[19]

Advertencias

  • Evita usar acetona o quitaesmalte para diluir el esmalte.
  • Hay veces en que el esmalte no tiene salvación y debe tirarse a la basura.
  • No agites la botella de esmalte, sino se formarán burbujas de aire.
  • El esmalte tiene fecha de vencimiento. No uses un esmalte que se haya separado, espesado o que huela mal.[20]
  • Es posible que el diluyente de esmalte no sea efectivo en los esmaltes con brillos. En la mayoría de los casos, el esmalte con brillos no tiene salvación y debe cambiarse por otro.[21]

Cosas que necesitarás

  • Diluyente de esmalte para uñas
  • Bola de algodón

Acerca de este wikiHow

Kristin Pulaski
Coescrito por:
Propietaria de un salón de belleza y especialista en uñas
Este artículo fue coescrito por Kristin Pulaski. Kristin Pulaski es una artista de uñas profesional y fundadora de Paintbucket, un salón de manicura propio y operado con sede en Williamsburg, Brooklyn. Tiene más de tres años de experiencia dirigiendo Paintbucket y tiene licencia como técnica de uñas. Paintbucket ofrece manicuras para uñas, pedicuras y extensiones de gel suave, junto con paquetes personalizados para bodas y fiestas nupciales. Tiene una licenciatura en Ciencias Gerenciales de la Universidad de Manhattan. Este artículo ha sido visto 119 033 veces.
Categorías: Esmalte de uñas