Hay muchos museos en el mundo que abarcan todo tipo de temas, así que es poco probable que no encuentres alguno que te interese. Sin embargo, las visitas a los museos pueden ser agotadoras, abrumadoras o incluso aburridas si no se planifican adecuadamente. Si averiguas sobre el museo con anticipación, elaboras un programa de la visita y haces un plan de actividades para los niños, tus acompañantes y tú podrán tener una experiencia gratificante en este recinto.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Investigar el museo

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    Escoge un museo que esté de acuerdo a tus intereses. Hay museos de arte, información, historia, ejército y guerra, transporte, ciencia, animales, teatro y más. Haz una lista de temas que te interesan o que disfrutabas cuando estabas en la escuela. Luego busca dónde puedes encontrar un museo sobre el mismo tema en una ciudad cerca de ti. Escoger un museo que cubra el tema hará que te emociones naturalmente por la visita.
    • Por ejemplo, si te encanta dibujar, visita un museo de arte. Si los aviones son tu fascinación, ve a uno de la Fuerza Aérea.
    • Si vas a un recorrido con tus amigos o familiares y a todos les gustan diferentes cosas, vas a tener que ceder. Encuentra un museo grande que abarque diferentes temas. El Field Museum de Chicago tiene exhibiciones permanentes sobre ciencia, animales y dinosaurios además de las temporales sobre diversas culturas del mundo.[1]
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    Visita la página web del museo. La mayoría de los museos tienen portales en línea que te permiten explorarlos de manera virtual. Cuando estés investigando sobre el museo que hayas elegido, averigua las exhibiciones especiales que están de turno y las actividades (discursos, exhibiciones y visitas guiadas) que habrá el día que vayas.[2]
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    Busca el horario del museo. Ten en cuenta la hora en que abre y cierra el museo. Normalmente estará menos lleno al inicio y al final del día, pero si no vas hasta que ya estén a punto de cerrar, corres el riesgo de sentirte apurado y no poder ver todo lo que querías.[3]
    • También ten en cuenta si el museo no abre en los días de feriado nacional o algún día de la semana.
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    Averigua cuánto cobra el museo. Normalmente habrá precios en la página web para adultos y niños, así que calcula cuánto te costaría la entrada. Si un museo no acepta tarjetas de créditos, lo más probable es que se mencione en la página, así que lee con cuidado para ver si tienes que llevar efectivo.
    • Busca información relacionada a los días gratuitos o con descuento. Algunos museos ofrecen entradas gratuitas o con descuento un día de la semana en particular o durante un periodo bajo para atraer más visitantes. Valdría la pena modificar la fecha de visita si quieres ahorrarte dinero.[4]
    • También averigua cuánto cobran por guardar cosas. El museo podría cobrarte una tarifa por guardar tu abrigo o bolso, y es posible que te exijan hacerlo si el artículo sobrepasa un tamaño en específico. Averigua de qué tamaño se trata (normalmente el de una mochila o más grande), de modo que puedas llevar una mochila más pequeña contigo durante la visita.[5]
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    Planifica tu método de transporte. En las ciudades más importantes, conducir hacia un museo implica pagar tarifas altas por el estacionamiento. Prueba con el transporte público, como el tren o el bus, si fuera posible. No camines mucho antes de tiempo, pues tendrás que hacerlo por mucho tiempo dentro del museo.[6]
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Tener un plan para la visita

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    Haz una lista de prioridades de lo que verás. No trates de ver todo a menos que sea un museo muy pequeño con unas cuantas salas solamente. Te sentirás abrumado rápidamente tanto en el aspecto físico como en el mental. Haz una lista de lo que te gustaría ver y dale prioridad a lo que es más importante para ti.[7]
    • Por ejemplo, si vas a ir al Louvre en París, ¿la Mona Lisa es un cuadro que tienes que ver de todas maneras? Si fuera así, ponlo en el primer lugar de tu lista y luego agrega algunas obras más que no puedes dejar de ver. Luego, escribe otras que te gustaría ver pero que, si no las llegas a ver, no sería devastador.
    • Visita la página web del museo para ver lo que hay de nuevo y lo que es más popular. De lo contrario, pregúntales a tus amigos y familiares que ya han ido qué es lo que te recomiendan para ver.
    • Escoge 1 o 2 exhibiciones que te interesen o unas 20 obras de arte, esculturas u otras piezas que quieras examinar con profundidad.[8]
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    Ponle un límite de dos horas a la visita. Si te quedas más tiempo, corres el riesgo de cansarte y perder el hilo de las obras que has disfrutado más del museo. Si van niños contigo, quizás la visita tenga que ser incluso más corta. Planificar las visitas en días gratuitos o con descuento hará que no sientas que estás desperdiciando dinero al quedarte tan poco tiempo.[9]
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    Llega cómodo y habiendo comido bien. Consume una comida considerable antes de llegar para que no te distraiga el hambre. Luego, vístete con ropa cómoda, en especial los zapatos. Usa un par que tenga un buen soporte para el arco del pie o plantillas, pues estarás de pie la mayor parte de la visita al museo.[10]
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Caminar por el museo

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    Lee la información relacionada con los objetos que te interesan. La mayoría de los museos tienen una placa o una señal relacionada a cada uno de los objetos en exhibición. Sin embargo, lo más probable es que no tengas tiempo de leerlas todas (y también que no quieras hacerlo). Solo lee la información que esté relacionada a las obras que hayas priorizado y, si tienes tiempo extra, puedes leer acerca de otras atracciones que te hayan llamado la atención.[11]
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    Escucha una visita con audioguía. Al momento de comprar la entrada, pregunta si hay guías grabadas. Muchos museos ofrecen dispositivos electrónicos que puedes llevar contigo por un costo módico de alquiler. Esta opción te ayudará a escuchar una lección profunda de lo que observas sin tener que leer las placas de la pared.[12]
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    Únete a una visita guiada. Algunos museos ofrecen visitas gratuitas que inician todos los días a la misma hora. Por lo general, puedes llegar al punto de encuentro y unirte a un grupo sin ningún cobro o inscripción, aunque no siempre. Revisa la página web del museo o pregúntale a un trabajador al momento de llegar a qué hora y en dónde se reúne el grupo para la visita guiada, y si es que hay una tarifa que pagar.[13]
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    Habla sobre tus piezas favoritas con tus acompañantes. Empieza una conversación con un amigo o un familiar que te esté acompañando. Pregúntale qué pintura o fósil le ha gustado más y por qué. Hablen de algo que te haya sorprendido aprender. Esta es una manera excelente de conectarte con tus acompañantes, así como de hacerte una mejor idea de la exhibición que acabas de ver.[14]
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    Toma descansos frecuentes. Si hay algún banco o una silla para los visitantes, aprovéchalos. Siéntate por unos cuantos minutos cada vez que sientas que te estás cansando. Si hay una cafetería en el museo, agarra una bebida y siéntate a hablar con tus amigos y familiares por un pequeño momento antes de continuar.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Contribuir a que a los niños les gusten los museos

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    Escoge un museo que sea amigable para niños. Muchos de ellos tienen secciones dedicadas a los niños, pero otros, como los museos especializados pequeños no tendrán mucho con qué entretenerlos. Busca museos solo para niños, acuarios, museos de ciencia y planetarios. Evita los del ejército y la guerra a menos que tus hijos tengan la edad necesaria para entender la complejidad de este tipo de información.
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    Enséñales a los niños cómo tienen que comportarse en el museo antes de llegar. Explícales algunas de las reglas básicas sobre los museos: no gritar, no tocar, no correr, entre otras. Diles que comprendes que la regla de no tocar es difícil, pero que si las miles de personas que visitan el museo tocaran las pinturas, probablemente estarían destruidas. Haz que se emocionen por las exhibiciones interactivas donde sí pueden tocar, como una muestra en un acuario donde puedan acariciar a una estrella de mar real.
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    Muéstrales a los niños imágenes de lo que verán. Entra a Internet e indícales algunas obras de arte o fósiles que verán durante su visita. Luego, ponlos en una lista o incluso en un mapa del tesoro para que puedan ir a la búsqueda de estos objetos.[15]
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    Lleva un cuaderno de dibujo para que dibujen. Aliéntalos a dibujar lo que ven. Si están en un museo de arte, haz un concurso de dibujo para ver quién puede reproducir mejor alguna de las pinturas. De lo contrario, haz que dibujen o escriban lo que les hace sentir una exhibición.[16]
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    Enfócate en muestras interactivas. Puedes pasar un tiempo mostrándoles obras de arte o artillería antigua a los niños, pero lo que realmente disfrutarán son las atracciones en las que puedan participar. Pasen una buena parte de la visita en áreas donde puedan tocar, sentir, escalar, mojarse y explorar. Úsalo a modo de recompensa por la regla de “no tocar” que tienen que respetar en otras partes del museo.[17]
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    Lleva bocadillos. Es probable que la mayoría de los museos no permitan comer dentro de las exhibiciones, pero si tu hijo tiene hambre, no podrá concentrarse en nada más. Lleva contigo una barra de granola, un bocadillo de frutas o una banana y haz que lo coma en el vestíbulo o en el pasillo entre una exhibición y otra, donde será poco probable que te metas en problemas por llevar comida.
    • Otra opción es ir solo a museos que sean amigables para niños, y que permitan comidas y bebidas de afuera. Esta información a menudo se encuentra en la página de preguntas más frecuentes en el sitio web del museo.[18]
    • Si el presupuesto no te preocupa, ve a la cafetería de museo para comprar un bocadillo y una bebida para tu hijo.
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    Vete cuando veas que se están cansando. Como padre de familia o guardián, tienes que reconocer cuándo será suficiente. Incluso si quieres quedarte por más tiempo, si ves que tus hijos se están cansando, empieza a ponerle fin a la visita. Dejar que se prolongue demasiado podría tener como resultado una pataleta y entonces nadie disfrutará la visita al museo. Conforme se vayan volviendo mayores, su resistencia aumentará, así que simplemente toma este paso como un entrenamiento.[19]
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Consejos

  • El Día Internacional de los Museos se celebra a mediados de mayo de cada año. Esta es una buena excusa para salir y disfrutar de la cultura local de los museos.
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Advertencias

  • No tomes fotos a menos que te hayan indicado de manera específica que sí está permitido. Incluso si no hay señales por ningún sitio que digan que no puedes, a menudo no se ve bien pues el flash lastima las obras de arte y las antigüedades.
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