Este artículo fue coescrito por Tasha Rube, LMSW. Tasha Rube es una trabajadora social con licencia con sede en Kansas City, Kansas. Tasha está afiliada al Centro Médico VA Dwight D. Eisenhower en Leavenworth, Kansas. Recibió su maestría en Trabajo Social en la Universidad de Missouri en 2014.
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La mayoría de los niños autistas no son agresivos, pero muchos sufrirán arrebates de ira y tendrán grandes rabietas al exponerse a situaciones difíciles o al no obtener lo que quieren. Los niños autistas no responden de esta manera porque sean personas difíciles, sino porque no conocen otra forma de hacerlo. Al emplear algunas estrategias simples, podrás ayudar a reducir los arrebatos de ira y las rabietas, e incluso podrás mejorar el autocontrol de un niño autista.
Pasos
Método 1
Método 1 de 5:Controlar los arrebatos
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1Considera la causa del arrebato de tu hijo. Este se produce cuando una persona autista ya no puede controlar el estrés reprimido que tiene y lo libera en una explosión similar a una rabieta. Lo más probable es que el arrebato de tu hijo se deba a algo frustrante. Los niños autistas no sufren estos arrebatos porque quieran ser difíciles, sino porque hay algo que los estresa. Esta sería su forma de decir que no pueden lidiar con una situación, estímulo o cambio de rutina. Podría sufrir un arrebato de ira a causa de una frustración o tenerlo como un último recurso en caso de que no logre comunicarse por otros medios.
- Los arrebatos pueden adoptar muchas formas. El niño podría gritar, llorar, cubrirse las orejas, adoptar una conducta auto de autolesión o recurrir ocasionalmente a la agresión.
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2Busca formas de hacer de la vida hogareña más cómoda para tu hijo. Debido a que los arrebatos surgen a causa del estrés acumulado, crear un entorno más amistoso puede minimizar los factores estresantes en la vida del niño.
- Sigue una rutina para darle a tu hijo la sensación de estabilidad. Crear un programa visual puede ayudarle a tu hijo a visualizar la rutina.[1]
- Si es necesario realizar cambios, es mejorar preparar a tu hijo al mostrarle que deben hacerse por medio de imágenes o historias sociales. Explícale la razón por la que debe hacerse un cambio. Esto le ayudará a comprender lo que ocurrirá y a mantener la calma cuando llegue el momento.
- Permítele a tu hijo alejarse de las situaciones estresantes según sea necesario.
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3Enséñale técnicas para el control del estrés. Algunos niños autistas no saben cómo lidiar con sus emociones y es probable que necesiten orientación adicional. Felicita a tu hijo cuando demuestre exitosamente estas técnicas de control del estrés.
- Elabora planes para lidiar con los factores estresantes específicos (ruidos fuertes, habitaciones atiborradas de gente, etc.).
- Enséñale técnicas para tranquilizarse, tales como respirar profundo, contar, tomar descansos, etc.
- Elabora un plan para que tu hijo pueda decirte si algo lo molesta.
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4Presta atención a los momentos en que el niño está estresado y valida sus sentimientos. Tratar sus necesidades como naturales e importantes le ayudará a aprender que está bien expresarlas.
- “Veo que tu cara está completamente arrugada. ¿El ruido fuerte te está molestando? Puedo decirles a tus hermanas que jueguen afuera”.
- “Pareces molesto hoy día. ¿Te gustaría contarme el motivo?”.
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5Modela la conducta positiva que debe adoptar tu hijo. Tu hijo te observa cuando estás bajo estrés y aprende a imitar tu conducta. Mantener la calma, expresar tus sentimientos con claridad y tomarte un tiempo tranquilo cuando sea necesario le ayudará a aprender lo mismo.
- Considera la posibilidad de narrar tus opciones: “Me siento molesto en este momento, así que tomaré un descanso breve y respiraré profundamente. Luego volveré a abordar el problema”.
- Después de haber adoptado esta conducta varias veces, lo más probable es que el niño intente imitarlo por su cuenta.
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6Crea un espacio tranquilo para tu hijo. Es importante reconocer que tu hijo podría tener dificultades para procesar y regular múltiples visiones, sonidos, olores y texturas. Un exceso de estimulación puede estresar, abrumar y volver a tu hijo propenso a los arrebatos de ira. En estas circunstancias, una habitación tranquila podrá ayudarlo a tranquilizarse.[2]
- Enséñale a indicar el momento en que necesita ir a esta habitación. Puede señalarla, mostrarte una imagen que la represente, emplear lenguaje de señas, escribir o expresarlo de manera verbal.
- Investiga en Internet para obtener consejos adicionales.
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7Lleva un registro de los arrebatos de tu hijo. Registrar cada episodio de arrebatos de tu hijo también podrá ayudarte a comprender las razones de su conducta. Intenta responder las siguientes preguntas por escrito la próxima vez que tu hijo tenga un arrebato de ira:
- ¿Qué suscitó la molestia del niño? (ten en cuenta que el niño podría haber estado reprimiendo el estrés durante horas).
- ¿Qué señales de estrés exhibía el niño?
- Si notaste alguna acumulación de estrés, ¿qué medidas tomaste?, ¿fue eficaz?
- ¿Cómo podrías prevenir un arrebato similar en el futuro?
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8Habla con tu hijo acerca de los golpes y la mala conducta. Recuerda que el autismo no es una excusa para golpear o ser cruel. Si el niño es cruel con otras personas, habla con él después de que se tranquilice. Explícale que la acción en particular no fue aceptable y dile lo que puede haber hecho en esa situación.
- “No estuvo bien que hayas golpeado a tu hermano. Entiendo que estabas molesto, pero los golpes lastiman a las personas, y no está bien lastimarlas cuando estás molesto. En ese caso, puedes respirar profundamente, tomar un descanso o contarme el problema”.
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9Comunícate con uno de los otros cuidadores del niño para que te brinde ayuda durante un episodio de arrebato. Las personas autistas han sido traumatizadas o han muerto en manos de la policía.[3] Si no puedes controlar un episodio de arrebato, solicita la ayuda de una de las otras personas encargadas de su cuidado.
Método 2
Método 2 de 5:Controlar las rabietas
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1Considera la forma en que tus acciones pueden afectar las rabietas de tu hijo. Los niños hacen rabietas cuando no consiguen algo que quieren. Al comportarse mal, el niño espera obtener lo que busca. Si se lo das (p.ej. un helado o un mayor tiempo despierto antes de ir a dormir), entonces aprenderá que dichas rabietas son un buen medio para conseguir cosas, lo cual puede hacer que se conviertan en manipuladores.
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2Aborda este tipo de conducta en las primeras etapas. Será mucho más sencillo controlar las rabietas durante la niñez de la persona autista. Por ejemplo, un niño de 6 años que se lanza al piso será mucho más fácil de controlar en comparación con uno de 16 años. Asimismo, el niño tendrá menos probabilidades de lastimarse a sí mismo o a los demás.[7]
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3Ignora las rabietas. Ignorar esta conducta puede funcionar mejor en el caso de los gritos, las malas palabras y el mal humor. Esto le enseñará al niño que su conducta no es una forma eficaz de obtener atención. Le ayudará a comunicar esta idea con claridad, como “No puede entender lo que está mal si lo único que haces son pucheros. Sin embargo, si prefieres tranquilizarte un poco y explicar lo que ocurre, estaría feliz de escucharte”.
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4Si el niño es cruel o está haciendo algo peligroso, intervén. Siempre debes intervenir si el niño comienza a lanzar cosas, tomar las pertenencias de los demás o golpear. Pídele que se detenga y luego explícale la razón por la que no está bien hacerlo.
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5Fomenta la buena conducta de tu hijo. Dile que puede elegir comportarse de una manera en la que pueda lograr la respuesta deseada. Explicarle esto le permitirá entender la mejor manera en que podrá conseguir lo que quiere (o, por lo menos, alguien que lo escuche o se comprometa).
- Por ejemplo, puedes decirle lo siguiente: “Si quieres que te ayude, puedes respirar profundamente unas cuantas veces y decirme lo que sucede. Estoy aquí en caso de que me necesites”.
Método 3
Método 3 de 5:Emplear los conceptos básicos de las rabietas
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1Adelántate al problema. Lleva un registro (de preferencia, en un diario) de los momentos en que suele generarse el arrebato de ira (p.ej. antes de salir, de un baño, de dormir, etc.). Anota los antecedentes, las conductas y las consecuencias del problema. Esto te permitirá determinar la conducta de tu hijo y lo que puedes hacer para evitar y abordar los problemas conforme surjan.[8]
- Antecedentes: ¿qué factores provocaron el arrebato (hora, fecha, lugar e incidente)?, ¿cómo influyeron en el problema?, ¿estabas haciendo algo doloroso o molesto para el niño?
- Conductas: ¿cuál era la conducta específica que exhibía el niño?
- Consecuencias: ¿cuáles eran las consecuencias de las acciones del niño para la conducta mencionada previamente?, ¿qué hiciste como resultado de eso?, ¿qué le ocurrió al niño?
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2Utiliza este diario para identificar los “factores desencadenantes” de tu hijo. Luego, emplea este conocimiento para enseñarle la fórmula de “hecho y consecuencia”. Por ejemplo, si el niño está molesto porque otra persona rompió su juguete, entonces es un buen momento para solicitar ayuda.[9]
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3Discute los puntos que registres en el diario con un terapeuta. Después de haber recolectado la información, es buena idea compartirla con un terapeuta que pueda brindarte una buena perspectiva de la conducta de tu hijo en escenarios específicos.
Método 4
Método 4 de 5:Ayudar a tu hijo a comunicarse
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1Ayuda a tu hijo a expresar sus necesidades básicas. Si puede comunicar lo que le molesta, será menos propenso a acumular estrés o tener una mala conducta.[10] Tu hijo debe saber cómo decir o comunicar las siguientes sensaciones:
- “Tengo hambre”.
- “Estoy cansado”.
- “Por favor, necesito un descanso”.
- “Eso duele”.
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2Enséñale a tu hijo a identificar sus propias emociones. Muchos niños autistas tienen dificultades para entender sus sentimientos, por lo que podría ser útil emplear imágenes o aprender los síntomas físicos que los acompañan. Explícale que decirles a las personas cómo se siente (p.ej. “El supermercado me da miedo”) les permitirá ayudarles a solucionar los problemas (p.ej. “Puedes esperar afuera junto con tu hermana mayor hasta que termine de hacer las compras”).
- Déjale en claro que, si se comunica, lo escucharás. Esto eliminará la necesidad de recurrir a una rabieta.
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3Mantén la calma y sé constante. El niño propenso a un arrebato de ira necesitará contar con una figura paterna tranquila y estable, así como de constancia de parte de todos los involucrados en su cuidado. No podrás abordar el autocontrol de tu hijo hasta que no tengas primero el control de ti mismo.[11]
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4Asume que tu hijo quiere comportarse bien. Esto mejorará en gran medida las habilidades sociales de las personas autistas. Las personas autistas serán mucho más propensas a abrirse si sienten que las respetan.
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5Explora la comunicación alternativa. Si un niño autista no está listo para hablar, existen otras formas en que puedes incentivarlo a comunicarse contigo. Prueba el lenguaje de señas, la escritura, el sistema de intercambio de imágenes o lo que recomiende un terapeuta.
Método 5
Método 5 de 5:Probar otras estrategias
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1Ten en cuenta que tus acciones pueden afectar los arrebatos de ira de tu hijo. Por ejemplo, si sigues haciendo algo que lo molesta (como exponerlo a estímulos sensoriales dolorosos u obligarlo a hacer algo que no quiere), podría tornarse agresivo. Los niños sufren estos arrebatos con más frecuencia si creen que es la única forma de hacer que los padres reconozcan sus sentimientos y deseos.[12]
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2Trata a tu hijo con respeto. Coaccionarlo, ignorar el hecho de que no se siente cómodo con algo o restringirlo físicamente será perjudicial. Respeta su autonomía.
- Como es evidente, no siempre puedes respetar un “no”. Si no harás lo que quiere, dile lo siguiente: “Es importante que te sientes en el asiento del auto porque te mantendrá seguro. Si ocurre un accidente, el asiento te protegerá”.
- Si algo lo molesta, averigua la razón e intenta solucionar el problema. “¿El asiento del auto te resulta incómodo?, ¿te gustaría sentarte sobre una almohada pequeña?”.
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3Considera la posibilidad de recurrir a los medicamentos. Los medicamentos, tales como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los antisicóticos y los estabilizadores del estado de ánimo, pueden ser parcialmente eficaces para ayudar a los niños que se enfadan con facilidad. No obstante, al igual que cualquier otro medicamento, existen efectos secundarios, por lo que deberás tomarte el tiempo para decidir realmente si este método es la mejor opción.[13]
- Existen suficientes investigaciones que revelan que un medicamento llamado risperidona es muy eficaz para tratar a corto plazo las conductas agresivas y de autolesión que presentan los niños autistas. Consulta con un médico o terapeuta acerca de los pros y contras de este medicamento.
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4Busca la ayuda de un terapeuta. Un terapeuta también puede ayudarle a tu hijo a mejorar sus formas de comunicación. Asegúrate de buscar uno que tenga experiencia en niños autistas. Tu médico o muchos grupos de apoyo a personas con el trastorno del espectro autista podrán ayudarte a encontrar un terapeuta recomendado.[14]
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5Facilítale los pasos a tu hijo. Por ejemplo, si a tu hijo no le gusta vestirse, divide el proceso complejo en pasos básicos e individuales. Esto te permitirá comprender las dificultades que tiene tu hijo para realizar una actividad específica. De esta manera, sin siquiera hablar, tu hijo te comunicará una preocupación.[15]
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6Utiliza historias sociales, libros con ilustraciones y tiempo de juego para enseñarle a tu hijo la buena conducta. La biblioteca está repleta de libros para niños que le enseñarán habilidades, y también puedes hacerlo posible mediante el juego.
- Por ejemplo, si uno de tus muñecos está molesto, puedes ponerlo a un lado para que respire profundamente. El niño aprenderá que es lo que las personas hacen cuando se encuentran en una situación como esa.
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7Considera la posibilidad de utilizar un sistema de recompensas. Colabora con un especialista para que te ayude a implementar un sistema de recompensas, de modo que tu hijo pueda obtener una por mantener la calma. Las recompensas pueden ser un elogio (“¡Hiciste un buen trabajo al entrar en ese supermercado lleno de gente! Fue una técnica de respiración profunda muy buena”), estrellas doradas en un calendario o premios físicos. Ayúdale a tu hijo a sentirse orgulloso de sus logros.[16]
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8Bríndale a tu hijo mucho amor y atención. Cuando tu hijo establezca un vínculo fuerte contigo, aprenderá a acercarse a ti cuando necesite ayuda y te escuchará.
Consejos
- Ten paciencia. Si bien la paciencia puede agotarse en ocasiones, es importante mantener la calma para que tu hijo también imite esa conducta.
- Recuerda que las personas autistas no disfrutan los arrebatos de ira. Después de sufrir uno, es muy probable que tu hijo se sienta avergonzado y pida disculpas por perder el control.[17]
- Involucra a tu hijo en el proceso de descubrir estrategias de afrontamiento. Esto le ayudará a sentirse en control de su tratamiento.
- En ocasiones, los arrebatos se producen a causa de una sobrecarga sensorial, lo que ocurre cuando una persona autista experimenta una cantidad abrumadora de información sensorial. El mejor tratamiento es una terapia de integración sensorial, la cual disminuye la sensibilidad sensorial y les permite a las personas autistas a tener un mayor control.
Advertencias
- Habla con un médico o terapeuta antes de hacer algún cambio importante en el estilo de vida de tu hijo.
- Nunca pienses que el hecho de que tenga un arrebato significa que es "caprichoso" o "malcriado". Mucho menos se te ocurra pegarle por eso (ya sea darle de palmadas, azotarlo con un cinturón o golpearlo incluso con un palo). Esa actitud es típica sólo de padres ignorantes.
Referencias
- ↑ O'Leary, KD, and Wilson, GT, (1975), Behavior Therapy: Application and Outcome, ISBN 978-0130738752
- ↑ Barlow, DH, and Durand, VM, (2009), Abnormal Psychology: An integrative approach, ISBN 978-1285755618
- ↑ 10-year-old autistic boy traumatized by police
- ↑ http://www.theguardian.com/uk/2013/feb/17/police-restraint-autistic-boy (content warning: brief ableism)
- ↑ http://filmingcops.com/cop-knees-child-in-head-and-tases-him-for-playing-in-a-tree-witness/
- ↑ http://thefreethoughtproject.com/police-encounter-leaves-legally-blind-autistic-teen-beaten-unconscious-he-refused-comply/
- ↑ Antai-Otong, D, (2003), Psychiatric Nursing: Biological and Behavioural Concepts, ISBN 978-1418038724
- ↑ O'Leary, KD, and Wilson, GT, (1975), Behavior Therapy: Application and Outcome, ISBN 978-0130738752
- ↑ http://pbi.sagepub.com/content/3/4/194.abstract
- ↑ O'Leary, KD, and Wilson, GT, (1975), Behavior Therapy: Application and Outcome, ISBN 978-0130738752
- ↑ http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18929056
- ↑ We are like your child: A Checklist for Sources of Aggression
- ↑ http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12463518
- ↑ http://www.everydayhealth.com/autism/managing-aggression-in-kids.aspx
- ↑ Buchannan, S.M. & Weiss, M.J. (2006). Applied Behaviour Analysis and Autism: An Introduction. Autism: NJ
- ↑ http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa013171#t=articleTop
- ↑ http://emmashopebook.com/2014/10/01/raging-screams-and-shame/