El encordelado puede ser una habilidad necesaria en la confección de joyas o servirte para remplazar hebras desgastadas entre las perlas de un collar. Existen kits para bisutería, aunque la mayoría de los suministros se pueden comprar por separado en la mayoría de las tiendas de manualidades. Si decides volver a encordelar tus perlas, puedes evitar que se aflojen y se caigan de forma inesperada mientras las llevas puestas. Puedes encordelar perlas para confeccionar collares y pulseras. Además, puedes encordelarlas como un pasatiempo o para venderlas. Antes de comenzar a crear tus manualidades, es necesario que domines esta habilidad.

Método 1
Método 1 de 3:
Prepararte para encordelar

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    Escoge una cuerda. Puedes utilizar hilo de seda o nailon. El hilo viene en muchos colores, aunque el blanco es el que más se utiliza. Si las perlas son de color, debes escoger un hilo que se parezca mucho a su color.
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    Reúne las perlas. Si piensas volver a encordelarlas, debes cortar el hilo antiguo. Alinea las perlas en el orden en que planeas encordelarlas. Colócalas en una bandeja o sobre una superficie donde no se deslicen.
    • Si las perlas están graduadas, debes colocarlas en orden de menor a mayor y de nuevo a menor.
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    Compra o crea una aguja para bisutería. Esta herramienta es una aguja muy fina que se ensarta en el agujero de las perlas.[1] Puedes conseguirla en la mayoría de tiendas de manualidades y bisutería.
    • Puedes crear tu propia aguja cortando una tira de alambre para bisutería de 15 cm (6 pulgadas). Dóblalo por la mitad y corta el extremo no doblado en punta.
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    Enhebra la aguja. Corta un pedazo de hilo que vas a utilizar para encordelar las perlas. El pedazo debe tener al menos tres veces la longitud prevista del collar. Ensarta el hilo en el ojo de la aguja.
    • Si confeccionas una aguja con alambre para bisutería, puedes hacer su propio ojo cortando un pedazo de hilo de 10 cm (4 pulgadas), ensártalo en el alambre doblado y amárralo en un bucle en el extremo doblado de la aguja. Ensarta el hilo en este bucle.
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Método 2
Método 2 de 3:
Anudar a medida que avanzas

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    Corta un hilo de aproximadamente 25 cm (10 pulgadas) de largo. Una vez que hayas cortado el hilo, sepáralo en al menos 3 hebras más finas.[2]
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    Ensarta una de las hebras más delgadas en el ojo de la aguja. Luego, haz un nudo para que la hebra permanezca enrollada en el ojo de la aguja. El bucle sostendrá el hilo que vas a utilizar para encordelar las perlas.
    • Deja el bucle sobre la aguja de manera que puedas reutilizarlo una y otra vez. Piensa en este procedimiento como agrandar el “ojo” de la aguja en un bucle grande.
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    Enhebra el bucle. Corta una hebra de hilo de al menos 3 veces la longitud deseada del collar. Luego, dóblalo y pasa los extremos sueltos por el bucle de hilo que has creado. Tira de los extremos lo suficiente como para que no se salgan con facilidad.
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    Conecta el broche. Corta uno de los extremos del broche del collar original y enhébralo con el hilo. Pasa la aguja enhebrada a través del anillo del broche y luego vuelve a pasarlo por el bucle final del hilo. Haz un nudo cerca del broche para evitar que el bucle se deslice de forma incorrecta sobre el anillo.
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    Encordela todas las perlas sobre el hilo. Si utilizas perlas graduadas, asegúrate de encordelarlas en orden de menor a mayor y de nuevo a menor. Debe quedarte mucho hilo adicional.
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    Retira la aguja y haz un nudo doble al final de la hebra con dos extremos sueltos. El nudo evitará que las perlas se deslicen fuera mientras haces los demás nudos. Luego, puedes empujar las perlas hasta el final del hilo donde hiciste el nudo.
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    Anuda la primera perla. Haz un nudo inmediatamente fuera del broche para evitar que el metal raye la primera perla. Empuja la primera perla contra el nudo y haz otro al otro lado de la perla.
    • Puede resultarle útil sujetar el bucle de la perla y ajustarlo.
    • Sujeta el hilo firmemente contra la perla mientras cierras el nudo.
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    Continúa anudando las perlas restantes. Empuja cada perla contra el último nudo y haz un nudo adicional inmediatamente en el otro lado de la perla.
    • Después de atar cada nudo, separa ambos hilos y tira de ellos con fuerza para acercar el nudo a la perla.
    • Trata de colocar una aguja a través de cada nudo para guiarla firmemente contra la perla.
    • Puedes mantener un dedo firmemente sobre cada nudo mientras lo tiras de él para ayudar a ajustarlo contra la perla.
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    Conecta el broche final. Una vez que hayas anudado la perla final, debes cortar el nudo del hilo del extremo y deslizar ambos hilos por el otro lado del broche. Luego, tira de los hilos con fuerza hasta la última hebra de perlas anudadas y haz un fuerte nudo doble.
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    Asegura el broche. Si has utilizado hilo de seda, debes aplicar un punto diminuto de superpegamento con un mondadientes, manteniendo con cuidado el pegamento fuera del agujero de la perla. Una vez que el pegamento se seque, corta el hilo lo más cerca posible del nudo.
    • Si has utilizado hilo sintético, córtalo a ½ cm (¼ de pulgada) del nudo y derrite los extremos sueltos con la llama pequeña de un encendedor o un fósforo.
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Método 3
Método 3 de 3:
Encordelar y anudar

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    Ensarta cada perla en el hilo.[3] Para lograrlo, debes ensartar la aguja y el hilo en el agujero de cada perla.
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    Abrocha el cierre. Toma un lado del broche y amárralo en el extremo del hilo de seda después de ensartar todas las perlas.
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    Encordela la última perla una vez más. Ensarta la última perla en la aguja de alambre, en la dirección opuesta a la que estabas ensartando anteriormente.
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    Asegura ambos lados del hilo. Haz un nudo básico para unir el primer y segundo hilo ensartado a través de la última perla. Tira del nudo de manera que se ubique lo más cerca posible de la última perla. Aplica un poco de pegamento o esmalte de uñas transparente al nudo para asegurarlo y ten cuidado de no dejar adhesivo sobre las perlas.
    • Si tienes problemas para colocar el nudo justo contra la perla, puedes cerrarlo con unas pinzas.[4]
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    Anuda las perlas. Toma la aguja y vuelve a ensartarla en cada perla. Después de cada perla, debes hacer un nudo como en el paso anterior. Asegura el nudo con adhesivo, cerciorándote de mantener la sustancia fuera de las perlas.[5]
    • Es importante que dejes un nudo entre todas las perlas (así como entre estas y los broches), ya que son extremadamente frágiles y podrían rozarse y rayarse entre sí.[6]
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    Conecta el broche. Amarra la otra mitad del broche al otro extremo del collar de perlas para completar la hebra.
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Consejos

  • La mayoría de los collares de perlas que se utilizan en promedio una vez a la semana deben volver a encordelarse una vez al año.
  • Es importante que anudes las perlas lo más cerca posible, ya que con el tiempo el hilo se extenderá de forma natural debido al uso.
  • Puedes volver a cortar la aguja para bisutería en ángulo a lo largo del proceso si se desafila.
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Advertencias

  • Debes mantener las manos muy limpias durante todo el proceso.
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Cosas que necesitarás

  • una aguja o alambre para bisutería
  • hilo de seda o nailon
  • perlas
  • tijeras
  • un broche
  • superpegamento o esmalte de uñas transparente

Acerca de este wikiHow

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