Enfocarte en ti tiene muchos beneficios. Si mejoras tu relación contigo mismo, podrás aliviar los síntomas de la depresión, la ansiedad y la ansiedad social. Además, priorizarte puede proporcionar muchos beneficios para la salud física, dado que aprenderás a aliviar el estrés y poner en primer lugar el cuidado personal. Priorizarte también es una gran forma de reservar un tiempo para hacer las cosas que disfrutas. No te preocupes por ser egoísta. No es egoísta recargarte y pasar un tiempo a solas.

Método 1
Método 1 de 3:
Pasar un tiempo a solas

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    Incorpora más tiempo a solas en tu agenda. Es normal pasar mucho tiempo con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo. La socialización es buena (e importante), pero la soledad es igualmente importante. Crea un tiempo cada semana para sentarte tranquilamente con tus propios pensamientos. Elige un horario conveniente y un lugar donde no te interrumpan.
    • Por ejemplo, podrías decidir pasar cada domingo por la tarde relajándote a solas.
    • Puede que al principio te resulte difícil o incómodo estar a solas. Está bien que te sientas así, pero supera tu incomodidad. Una vez que te acostumbres, valorarás tu soledad.
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    Da un paseo diario para despejarte. Un paseo en solitario es una forma estupenda de pasar más tiempo contigo mismo. Puedes elegir utilizar este tiempo para pensar en algo, dejar que tu mente divague o escuchar un pódcast interesante. El objetivo es que sea un momento para disfrutar.[1]
    • Caminar por la mañana podría ayudarte a llenarte de energía para el día que comienza. También podrías caminar por la tarde o en tu descanso para comer para desconectar del estrés.
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    Hazte preguntas para conocerte mejor. Construir una relación más sólida contigo mismo te ayudará a aprender a priorizarte. Para empezar este proceso, haz una lista de preguntas para hacerte. Puede ser cualquier cosa que se te ocurra. Lo más importante es que las respondas con sinceridad. Puedes aprender mucho sobre ti mismo si te planteas preguntas como las siguientes:
    • ¿Cuál es tu propósito?
    • ¿Cómo estás trabajando hacia ese propósito?
    • ¿Qué te hace feliz?
    • ¿Qué te gustaría que hubiera menos en tu vida?
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    Trátate con amabilidad y paciencia. Una buena regla general es tratarse a uno mismo como se trata a los demás. La mayoría de la gente tiende a ser amable, o al menos cortés, con los demás. Pregúntate si eres tan considerado contigo mismo como con los demás. Si crees que no es así, o no te das cuenta, haz algunos cambios.[2]
    • Por ejemplo, puedes apoyar mucho a tu pareja y animarla a que consiga sus objetivos. Piensa en las formas en que te apoyas a ti mismo de forma similar. Si te cuesta pensar en algo, empieza a decir una afirmación diaria. Podría ser algo así como "Tengo lo que hay que tener para correr una media maratón".
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    Escribe una lista de pasos a seguir para mejorar tu vida. Cuando reflexiones sobre tu relación contigo mismo, comprueba si tu vida va en la dirección correcta. Puedes crear una lista de objetivos que quieres alcanzar o de experiencias que te gustaría tener. Crea elementos de acción que te acerquen a las cosas que quieres.[3]
    • Por ejemplo, podrías establecer el objetivo de vivir en el extranjero. A continuación, podrías crear un presupuesto, un calendario y pensar en qué más necesitas hacer. Empieza a trabajar para tachar elementos de la lista de tareas.
    • Si hay cosas en tu vida que te hacen infeliz, piensa en cómo cambiarlas. Quizá te sientas solo y te gustaría tener más amigos. Haz una lista de cómo conseguirlo. Puede ser que tomes una clase de algo que te guste o que te unas a un equipo de deportes recreativos.
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Método 2
Método 2 de 3:
Practicar el cuidado personal para evitar el agotamiento

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    Medita durante 5 a 10 minutos al día para obtener beneficios para la salud mental. Se ha demostrado que la práctica de la meditación consciente reduce el estrés y la ansiedad. Crea una práctica de meditación en la que puedas centrarte únicamente en tu respiración y en despejar la mente. Si nunca has meditado, empieza por sentarte en silencio y dejar que tu mente divague durante 5 a 10 minutos. Puedes aumentar el tiempo a medida que te acostumbres a meditar. Si aparecen pensamientos negativos, reconócelos y luego aléjalos.[4]
    • Busca una meditación guiada en línea o descarga una aplicación en tu teléfono. Son realmente útiles si estás empezando.
    • Elige un lugar cómodo para meditar donde no te interrumpan. Si vives en un hogar ajetreado, incluso cerrar la puerta del baño te servirá de refugio en caso de apuro.
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    Ejercita la mayoría de los días y come sano para sentirte mejor. Procura cuidar bien tu cuerpo. Es fácil estar demasiado involucrado en el cuidado de los demás y descuidarte accidentalmente. Programa el ejercicio de la misma manera que programarías cualquier otra cita para no saltártelo. Para tener energía en los entrenamientos, lleva una dieta equilibrada de productos frescos, cereales integrales y proteínas magras.[5]
    • Intenta hacer al menos 30 minutos de ejercicio al día. Puedes dar un paseo, ir al gimnasio o hacer un entrenamiento de fuerza corporal en casa. Elige algo que te guste para que el ejercicio no te parezca una tarea.
    • Elige comidas equilibradas como farro, pechuga de pollo y verduras asadas para obtener la energía que necesitas. Escoge los alimentos que te gusten en lugar de seguir lo que tu familia o amigos quieren comer.
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    Pasa al menos unos minutos al día al aire libre. Salir a la naturaleza es una forma estupenda de reconectar contigo mismo. Puedes dar un largo paseo por un sendero natural o incluso a disfrutar de la puesta de sol desde tu porche. Estar al aire libre te da el tiempo que necesitas para estar a solas con tus pensamientos y sentirte renovado.[6]
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    Duerme de siete a nueve horas por noche para restablecer tu cuerpo y mente. Cuando la vida se vuelve ajetreada, es posible que sacrifiques el sueño para poder hacer todo. En realidad, esto es contraproducente, ya que estar cansado puede hacer que estés de mal humor, agotado y desconcentrado. Haz que tu prioridad sea dormir bien por la noche. Para tener una buena rutina, acuéstate y levántate aproximadamente a la misma hora todos los días.[7]
    • Evita usar el teléfono en la cama. Los correos electrónicos y las actualizaciones de las redes sociales pueden esperar. De hecho, apaga todos los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarte para promover un sueño reparador.
    • Usa máscaras para los ojos y tapones para los oídos según sea necesario para bloquear luces o sonidos no deseados. Esta es una buena forma de mejorar el sueño.
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    Incluye en tu calendario actividades divertidas. Prioriza la relajación y diversión. Agrega actividades agradables a tu calendario para que te acuerdes de mantener esa cita contigo mismo.[8] Haz saber a tus amigos y familiares que estás ocupado durante ese tiempo si te piden que hagas otra cosa. Está bien que hagas cosas solo para ti.[9]
    • Podrías reservar 30 minutos cada noche para leer un buen libro o ver tu programa favorito.
    • Establece una cita permanente con un amigo para tomar un café o jugar una ronda de golf.
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    Pasa tiempo con tus amigos para desahogarte.[10] Salir con tus amigos es una forma estupenda de incorporar más diversión en tu vida. ¡Es una parte importante del autocuidado! Programa salidas divertidas con tus amigos al menos una vez a la semana. Si no puedes reunirte en persona, prueba con Facetime o incluso con una llamada telefónica tradicional para reconectar.[11]
    • Prueba cosas nuevas como ir en kayak o hacer una excursión. O simplemente mantén la informalidad y queda para tomar un café o ir al cine.
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Método 3
Método 3 de 3:
Celebrar tus fortalezas

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    No te compares con los demás. Puede ser muy fácil enfocarse en los demás en vez de enfocarte en ti. Adopta el hábito de prestar atención a cómo estás y a tus sentimientos en vez de preocuparte por los de los demás. Esto significa que no debes molestarte cuando las personas tienen éxito. Si bien el cambio de mentalidad no es sencillo, haz un esfuerzo consciente por preocuparte solo por ti. Se volverá más sencillo con la práctica.[12]
    • Cuando un compañero de trabajo consigue un ascenso, puede ser fácil pensar cosas como "No debo haber trabajado lo suficiente. Nunca saldré adelante en este trabajo". Si te sorprendes teniendo ese tipo de pensamientos, sustitúyelos por algo como "He hecho muchas mejoras en el último trimestre. Voy a programar una reunión con mi nuevo jefe. Seguro que me puede dar algún consejo para mejorar aún más".
    • Tampoco te compares con tus amigos. Por ejemplo, puede que tú y tu amigo estén entrenando juntos para una carrera. No te preocupes por su tiempo. No te afecta. En su lugar, céntrate en tu propio progreso.
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    Escribe las razones por las que te comparas para encontrar un patrón. Es totalmente normal compararse con los demás. Si te cuesta romper el hábito, reflexiona sobre cuándo es más probable que te midas con los demás. Haz una lista de las cosas que te hacen compararte con los demás de forma negativa y luego evítalas siempre que sea posible.[13]
    • Quizás notes que eres muy competitivo cuando haces ejercicio. En lugar de ir a una clase de spinning con una tabla de clasificación, intenta ir a dar un paseo en bicicleta solo.
    • Si te encuentras comparando tus vacaciones con los viajes de tus amigos, tómate un descanso de las redes sociales. No es necesario que te deprimas al mirar fotos de vacaciones en Instagram.
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    Date una recompensa por alcanzar una meta. Es importante que te reconozcas cuando haces algo grande. No ignorarías un logro importante de tu mejor amigo o pareja, así que no ignores tus propios hitos. Dite "¡Vaya, lo he hecho genial en la carrera! Estoy muy orgulloso de mí mismo!".
    • Puede ser difícil adquirir el hábito del diálogo interno positivo. Pero es una parte clave para centrarte en ti y en tus puntos fuertes, así que haz un esfuerzo por reconocer tus logros.
    • Haz algo divertido o tonto, como un baile feliz o una pequeña animación para ti mismo. Pronto te encontrarás sonriendo y celebrando tu propio ser.
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    Inicia una práctica de gratitud para valorarte. Es probable que hagas saber a tus amigos y familiares que estás agradecido por ellos, así que intenta hacer lo mismo contigo. Intenta encontrar algo de ti mismo que puedas apreciar cada día. Empieza por decir estas cosas en voz alta o escribe pequeñas notas de "agradecimiento".[14]
    • Puedes decirte "Hoy estoy realmente agradecido por haber sido capaz de ser paciente cuando estaba atascado en el tráfico. Me he esforzado mucho por no ponerme tan nervioso, y estoy orgulloso de mí mismo".
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    Escribe un diario para mantenerte en contacto contigo mismo. Escribir un diario es una forma estupenda de expresar tus sentimientos sin miedo a ser juzgado. Dedica un poco de tiempo cada día a escribir sobre tus pensamientos, miedos, esperanzas y objetivos. Puedes hacerlo por la mañana para despejarte o como forma de relajarte por la noche. Intenta llevar tu diario contigo para poder escribir cuando tengas ganas de hacerlo.[15]
    • Intenta llevar un diario de gratitud para llevar un registro de lo que agradeces. Podrías escribir "Estoy muy agradecido por mi salud. Me esfuerzo por comer sano y me alegro de estar viendo los beneficios".
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    Fija objetivos específicos para que sean fáciles de medir. Está muy bien tener grandes ideas, pero asegúrate de formularlas de manera que sean específicas y manejables. Esto no solo te ayudará a mantener el rumbo, sino que podrás medir fácilmente tus progresos. De este modo, sabrás exactamente cuándo puedes celebrar que has alcanzado tus objetivos.[16]
    • En lugar de escribir algo vago como "Encontrar un nuevo trabajo", escribe algo como "Mejorar mi currículum para el 1 de octubre, y luego solicitar al menos tres trabajos al día". Dividir un gran objetivo entre tareas más pequeñas te ayudará a mantener el rumbo.
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    Utiliza premios para celebrar y motivarte. Recompensarte cuando tienes éxito es una gran manera de ser amable contigo mismo. También puedes darte un capricho cuando necesites un poco de motivación. Este sistema puede ayudarte a sintonizar con tus necesidades y deseos.[17]
    • Si has conseguido un nuevo trabajo genial, consiéntete con una buena cena después de tu primer día de trabajo.
    • Si estás luchando por terminar un gran proyecto, prométete que te regalarás una escapada de fin de semana cuando lo termines.
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Consejos

  • Si necesitas más tiempo para ti, habla con tu pareja o con tus seres queridos y simplemente explícaselo. Seguramente lo entenderán.
  • No te sientas culpable por centrarte en ti mismo. Es clave para una buena salud mental y física.
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Acerca de este wikiHow

John A. Lundin, PsyD
Coescrito por:
Psicólogo clínico
Este artículo fue coescrito por John A. Lundin, PsyD. John Lundin es un psicólogo clínico con 20 años de experiencia en el tratamiento de problemas de salud mental. El Dr. Lundin se especializa en el tratamiento de problemas de ansiedad y de estado de ánimo en personas de todas las edades. Recibió su doctorado en Psicología Clínica en el Instituto Wright y ejerce en San Francisco y Oakland en el Área de la Bahía de California. Este artículo ha sido visto 1231 veces.
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