El shih-poo es una mezcla entre un shih tzu y un caniche toy. Estos perros pequeños son juguetones y enérgicos, y les encanta divertirse.[1] También son muy inteligentes y les gusta complacer a su dueño, lo que puede facilitar su entrenamiento.[2] Sin embargo, también pueden ser tercos, lo que podría hacer que tengas dificultades para entrenarlos.[3] Si bien entrenarlo puede poner a prueba tu paciencia, el resultado final será un compañero pequeño de buen comportamiento y cariñoso.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Entrenarlo para que use su jaula

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    Empieza el entrenamiento en una etapa temprana. Dado que estos perros pueden ser tercos, debes empezar a entrenarlo tan pronto como lo lleves a casa. Si esperas demasiado, su terquedad podría hacer que el entrenamiento sea más desafiante y frustrante.[4]
    • Este entrenamiento le ayudará a mantenerse alejado de los problemas cuando no estés en casa.[5] Esto también aumentará la probabilidad de que haga sus necesidades al aire libre, en lugar de su jaula u otra área de la casa.[6]
    • El entrenamiento para el uso de la jaula debe ser una experiencia positiva para el perro. Al final del mismo, deberá considerarla como un lugar cómodo y seguro, no un castigo.
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    Elige una jaula. Por lo general, los shih-poo pesan entre 3,5 y 8 kg (8 y 18 lb), por lo que no necesitarás una jaula grande.[7] Elige una del tamaño adecuado para un shih tzu o un caniche toy. Debe ser lo suficientemente grande como para que pueda desplazarse y estar cómodo en su interior, pero no tanto como para que tenga un área en la que haga sus necesidades.
    • El tamaño ideal para un shih-poo es 60 x 45 cm (24 x 18 pulgadas) o 61 x 61 cm (24 x 24 pulgadas).[8]
    • Coloca la jaula en un área de la casa en donde haya mucha actividad humana, como la sala.[9] El perro no debe sentirse aislado cuando esté en la jaula.
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    Anímalo a entrar a la jaula. Quizás no quiera explorar la jaula de inmediato. Para hacerla lucir más acogedora, coloca algunos de sus juguetes favoritos en su interior. También podrías colocar una manta cómoda en ella.[10]
    • Si se rehúsa a entrar, coloca un poco de comida cerca de ella. Luego empieza a colocar pedazos de comida dentro de la jaula, y con el tiempo dale sus comidas en ella.[11]
    • Háblale con un tono de voz alegre y motivador cuando explore su jaula. Su exploración debe ser una experiencia positiva.[12]
    • Deja la puerta de la jaula abierta para que pueda explorar cuando guste sin miedo a que cierres la puerta con él dentro.
    • Podría tardar un poco en sentirse cómodo con la jaula. Ten paciencia y no lo obligues a entrar a ella.
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    Enséñale a quedarse en la jaula. Cuando se sienta cómodo entrando a ella por su cuenta, empieza a dejarlo en su interior con la puerta cerrada. Quizás no le guste esta parte, así que empieza a cerrarla solo por 1 minuto. Cierra la puerta con lentitud para no asustarlo.[13] Si empieza a llorar, espera a que se calme antes de abrir la puerta.
    • Cierra la puerta de la jaula, sal de la habitación y regresa en intervalos aleatorios.[14]
    • Luego de varias semanas a unos meses, empieza a dejar al perro en la jaula mientas sales de casa, e incluso toda la noche.[15]
    • Por lo general, los cachorros pueden aguantar las ganas de ir al baño por alrededor de una hora por cada mes de vida, hasta que tienen 12 meses.[16] Si tienes un shih-poo cachorro, no lo dejes en la jaula por un tiempo mayor al que pueda aguantar.
    • Cuando lo saques de la jaula, siempre dale muchos elogios y llévalo al aire libre para que haga sus necesidades.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Socializarlo

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    Empieza a socializarlo en una etapa temprana. La socialización es esencial para su entrenamiento. Esto requiere que lo expongas a nuevos entornos, sonidos y experiencias para que pueda volverse un perro adulto seguro y equilibrado. Si tienes un shih-poo cachorro, empieza a socializarlo entre las 8 y 16 semanas de edad. Después de las 16 semanas, un cachorro poco socializado podría temerle a todo en su entorno.[17]
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    Bríndale nuevas experiencias. Para socializarlo, exponlo a la mayor cantidad posible de experiencias cuando sea un cachorro. Asegúrate de que estas experiencias sean positivas, de modo que no sea temeroso cuando crezca. Por ejemplo, cuando le presentes alguien nuevo, dale a la persona una golosina para perros que pueda ofrecerle. Si le presentas niños, asegúrate de que se comporten bien y no sean bruscos con él.[18]
    • También puedes hacer que camine sobre superficies diferentes (p. ej., césped húmedo o tapas metálicas de alcantarillas), de modo que se sienta cómodo con las sensaciones diferentes en sus patas.[19]
    • Llévalo contigo cuando hagas recados. Asimismo, deja que escuche los ruidos comunes dentro de casa (como la aspiradora o la licuadora).[20]
    • Si has adoptado a un shih-poo adulto que no está bien socializado, identifica el aspecto débil de su socialización, como otras mascotas u hombres con sombreros. Consulta con el refugio de animales (o el dueño anterior) sobre las áreas de socialización que necesitará mejorar.
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    Inscríbelo en una guardería para cachorros. Esta opción es fantástica para socializar al cachorro con otros perros y hacer que empiece a aprender los conceptos básicos de obediencia mientras se divierte. Considera observar una o dos clases antes de inscribirlo, tan solo para notar cómo el entrenador guía a los perros en la clase.
    • Algunas de estas guarderías podrían requerir que los cachorros reciban todas sus vacunas antes de inscribirlos. Si el tuyo no ha recibido todas sus vacunas, sigue socializándolo en casa e inscríbelo una vez que lo vacunes. Consulta con el veterinario sobre sus vacunas.[21]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Enseñarle las órdenes básicas

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    Haz que las sesiones de entrenamiento sean cortas y alegres. Estos perros tienen un periodo de atención corto, por lo que las sesiones de entrenamiento largas no serán eficaces.[22] Lo ideal es realizar sesiones de entrenamiento cortas a lo largo del día y que sean frecuentes y repetitivas.[23]
    • No hay una duración única para las sesiones de entrenamiento. Los cachorros jóvenes (de unos meses de edad) podrían prestar atención solo por unos minutos; mientras que los mayores (de casi un año) y los perros adultos podrían mantenerse atentos hasta por 20 minutos.
    • Usa juguetes y golosinas para mantener las sesiones de entrenamiento alegres y emocionantes.[24]
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    Enséñale las órdenes básicas. Entrénalo para que se siente, se quede quieto, camine a tu lado y venga cuando lo llames. Si tienes dificultades para enseñarle estas órdenes por tu cuenta, considera inscribirlo en una clase de obediencia. Ten en cuenta que su terquedad o un periodo de atención corto podrían dificultar su entrenamiento, y no la falta de comprensión.
    • No repitas la orden. Esto le enseñaría que no tiene que escucharte la primera vez que le des una orden.[25]
    • Solo enséñale una orden a la vez.[26]
    • Una vez que domine las órdenes básicas, enséñale órdenes y trucos más avanzados, como rodar o hacerse el muerto.
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    Solo usa el refuerzo positivo durante el entrenamiento. Estos perros no responden bien a los gritos o los castigos severos. El refuerzo positivo, incluidas las golosinas y los elogios verbales, funcionan mucho mejor que la rigurosidad cuando entrenas a un shih-poo.[27] [28] Dado que estos perros están muy dispuestos a complacer a su dueño, mientras más refuerzo positivo le brindes, más querrá complacerte y hacer lo correcto.
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Consejos

  • El entrenamiento para ir al baño puede ser muy difícil; por ello, enseñarle a usar la jaula suele ser la mejor opción.[29]
  • Entrenarlo requerirá un enfoque estricto y autoritario, pero aun así puedes darle mucho refuerzo positivo.[30]
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Advertencias

  • Estos perros suelen hacer sus necesidades dentro de su jaula.[31] Esto puede complicar su entrenamiento para usarla.
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Acerca de este wikiHow

Brian Bourquin, DVM
Coescrito por:
Veterinario
Este artículo fue coescrito por Brian Bourquin, DVM. Brian Bourquin, mejor conocido como "Dr. B” para sus clientes, es veterinario y propietario de Boston Veterinary Clinic, una clínica veterinaria y de salud para mascotas con tres sedes: South End/Bay Village, Seaport y Brookline, Massachusetts. Boston Veterinary Clinic se especializa en atención veterinaria primaria, incluyendo atención preventiva y de bienestar; atención médica y de emergencia; cirugía de tejidos blandos; y odontología. La clínica también brinda servicios especializados en conducta, nutrición y terapias alternativas para el manejo del dolor mediante acupuntura y tratamientos terapéuticos con láser. Boston Veterinary Clinic es un hospital acreditado por la AAHA (American Animal Hospital Association), y es la primera y única clínica certificada como Fear Free (reducción de sentimientos de estrés en las mascotas) de Boston. Brian tiene más de 19 años de experiencia veterinaria y obtuvo su doctorado en Medicina Veterinaria en la Universidad de Cornell.
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