El objetivo de los discursos demostrativos es enseñarle a una audiencia a hacer algo específico. Pueden ser largos y detallados, o breves y simples. Por más que seas experto en el tema, el proceso de escribir un discurso puede parecer difícil. Sin embargo, una vez que te sientes a escribir un discurso fabuloso, seguramente te sentirás más emocionado que nunca por el tema.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Escoger un tema

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    Escoge un tema específico. Es importante escoger un tema que no sea demasiado amplio ni demasiado limitado. A la hora de seleccionar un tema, determina cuánto tiempo tendrás para presentar el discurso. Esto te ayudará a identificar la limitación del enfoque.[1]
    • Por ejemplo, si quieres dar un discurso acerca de cómo realizar el mantenimiento general de un auto, quizás necesites una hora para la presentación, dado que es un tema amplio. Si solo tienes 15 minutos, limita tu discurso a un tema como "Cómo cambiar el aceite del auto".
    • Si no puedes controlar la cantidad de tiempo o el tema, tendrás que adaptar el discurso en consecuencia. Si tienes mucha información y poco tiempo, no abordes muchos detalles. Si tienes mucho tiempo para un tema simple, puedes ampliar el discurso con algunas historias o hechos relacionados.
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    Ten en cuenta a tu audiencia. A la hora de dar un discurso, tu audiencia afectará la forma en que escojas un tema. Piensa en los tipos de cosas que le interesará.[2]
    • Por ejemplo, si quieres dar un discurso a pasteleros profesionales, quizás no sea apropiado escoger el tema “Cómo hornear un pastel”. En cambio, escoge un tema más interesante para ellos, como “Cómo hornear pasteles auténticos de estilo francés”.
    • La edad de tu audiencia también es importante. Por ejemplo, si se trata de niños pequeños, puedes escoger el tema “Cómo cuidar una planta”, en vez de “Cómo cultivar plantas perennes”.
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    Asegúrate de que haya información precisa disponible. ¿Tienes los conocimientos suficientes para escribir el discurso? De ser así, ¡genial! De lo contrario, asegúrate de que haya información disponible. Si no encuentras fuentes confiables, es posible que tengas que escoger otro tema.[3]
    • Busca el tema en línea. Es posible que otras personas hayan hecho videos instructivos de los que puedas obtener consejos.
    • Si conoces a algún experto en el tema, pídele consejos.
    • Acércate a la biblioteca local y busca libros del tema en cuestión. Los libros son excelentes fuentes de información, y se consideran fuentes confiables a la hora de hacer una investigación.
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    Evalúa si tu tema servirá para un discurso. No todos los temas son ideales para un discurso. El tuyo debe ser algo que puedas explicar razonablemente en el contexto de un aula o una sala de conferencias.[4]
    • Debes ser capaz de usar ayudas visuales útiles a través de presentaciones de PowerPoint o apoyos manejables y ejemplos. Por lo tanto, un tema como “Cómo reemplazar la transmisión de un auto” probablemente no sea muy bueno. Sin embargo, un tema como “Cómo hacer una ensalada de espinaca” podría ser más sencillo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Escribir el discurso

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    Crea un esquema para tu discurso. Un esquema es una herramienta ideal para organizar la información que quieres transmitir. Debe reflejar el orden de los pasos que utilizarás en tu discurso.[5]
    • El esquema debe tener tres secciones: introducción, cuerpo y conclusión.
    • El cuerpo se debe dividir entre distintos pasos del proceso.
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    Escribe el cuerpo del discurso. El cuerpo del discurso contiene todos los pasos del proceso. Divide el proceso entre pasos manejables que puedas explicar, uno por uno. Ponte en el lugar de la audiencia para imaginar la información que puede necesitar.
    • Al preparar un discurso, simplemente escribe notas. No es necesario que escribas el discurso palabra por palabra. Escribe lo suficiente para sentirte cómodo con el material, pero no tanto como para leer todo desde el papel.[6]
    • Recuerda cómo ha sido para ti aprender a hacer lo que quieres explicar. ¿Cuáles son los pasos que requieren más explicación que otros?
    • Evalúa cuáles son los pasos que debes dividir entre pasos más pequeños. Por ejemplo, quizás no sea suficiente con decir “Quita la hoja de la sierra”. En cambio, tendrás que dividir el paso para tener pasos más pequeños como:
      • Desenchufa la sierra.
      • Busca el tornillo debajo de la hoja.
      • Gira el tornillo lo suficiente como para aflojar la hoja.
      • Quita la hoja.
    • Para mantener comprometida a la audiencia, piensa en cómo puedes hacerla parte. ¿Incluirás la participación de la audiencia? ¿La demostración será práctica? ¿Contarás bromas o le harás preguntas a la audiencia? Estas son estrategias ideales para mantener a las personas comprometidas e interesadas.
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    Escribe una conclusión. La conclusión resume el proceso y su importancia. También es bueno incluir un llamado a la acción en la conclusión. Esto significa algo que inspire a la audiencia a ir a casa y probar lo que has explicado por cuenta propia.[7]
    • Tu llamado a la acción puede ser algo así como “Al aprender a cambiar el aceite del motor por cuenta propia, podrás ahorrar dinero y sentirte capaz y poderoso por cuidar tu propio auto” o “La pastelería de estilo francés es un buen complemento para cualquier reunión, como verás cuando la lleves a tu próxima fiesta”.
    • Evita presentar información nueva en la conclusión. Esto solo causará confusión en la audiencia y la dejará con preguntas sin responder.
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    Escribe la introducción. Ahora que has escrito la mayor parte del discurso, puedes regresar y escribir la introducción. La misma debe hacer que las personas se entusiasmen con el tema y debe informar qué es lo que podrán aprender.[8]
    • Escribir la introducción al final es una buena idea, dado que ya habrás pensado mucho en tu discurso. Ahora, sabrás todo lo que necesitas decir en tu discurso, por lo que podrás determinar cuáles son las cosas esenciales que más emocionan a las personas.
    • Para animar a las personas, utiliza palabras inspiradoras como “Quizás nunca hayas creído que podrías cambiar un neumático pinchado, pero, de hecho, ¡es muy sencillo!” o “La pastelería francesa es uno de los tesoros de la gastronomía europea”.
    • Las introducciones interesantes pueden incluir un chiste, una historia divertida de tu vida o un hecho impresionante. Por ejemplo, puedes decir "¿Cuántas personas en esta sala se necesitan para cambiar una bombilla? No lo sé, pero sé que después de este discurso, solo se necesitará una para cambiar un neumático" o "Mi abuela ganó el corazón de mi abuelo al hornear cruasanes para él que eran más sabrosos que los de su propia madre francesa".
    • Por más que escribas la introducción al final, siempre será el inicio del discurso.
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    Decide qué tipo de ayudas visuales son importantes. Revisa tu discurso. ¿Qué tipo de ayudas visuales necesitarás? ¿Necesitarás cierto soporte? ¿Quieres usar una presentación simple de PowerPoint? Agrega esta información en tu esquema para saber cuándo utilizarás cada ayuda visual durante el discurso.[9]
    • Toma nota de lo que quieras agregarle al discurso para explicar las ayudas visuales. Por ejemplo, quizás puedas decir algo así como "Estoy usando harina sin blanquear, pero pueden usar harina blanca si lo desean".
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Practicar el discurso

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    Practica dar el discurso solo. Quizás creas que el proceso de escritura del discurso habrá terminado una vez que esté escrito. Sin embargo, hasta que no lo hayas practicado en voz alta, no estarás seguro de si funcionará.[10]
    • Revisa tus notas como lo harías antes de dar el discurso para tu audiencia.
    • Practica el discurso frente a un espejo. Mírate a los ojos la mayor parte del tiempo, en vez de mirar tus notas.
    • Revisa la demostración completa junto con las ayudas visuales. De lo contrario, quizás no notes las partes de la demostración que no funcionan como las has escrito.
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    Haz los cambios que sean necesarios. Al dar tu discurso solo, ¿has olvidado un paso? ¿Has podido pronunciar y hablar con claridad? Si has notado problemas, haz los cambios necesarios en la escritura.[11]
    • Una vez que realices los cambios, vuelve a practicar el discurso a solas.
    • Utiliza las ayudas visuales, por más que ya las hayas usado una vez.
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    Dales el discurso a algunos amigos. Ahora que has practicado el discurso a solas, puedes invitar a unos pocos amigos para que actúen como audiencia de prueba. Esta es una buena forma de ver si hay algo que hayas omitido al practicar.[12]
    • Invita a algunos amigos que no sepan nada del tema y algunos que sean expertos. De esta forma, podrás obtener distintas perspectivas con respecto a qué tan útil es tu discurso.
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    Pide una retroalimentación. Esto puede ser aterrador, pero es la única forma de poder mejorar tu discurso. Haz preguntas acerca de las ayudas visuales. Asegúrate de que funcionen con tu discurso de forma productiva.[13]
    • Haz preguntas específicas a tu audiencia de prueba. Puedes preguntarles a las personas si han comprendido los distintos pasos, o si hay algo que sientan que ha faltado.
    • Escribe los comentarios que estas personas te proporcionen, o pídeles a tus amigos que escriban sus opiniones para que puedas revisarlas más tarde.
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    Modifica el discurso en función de la retroalimentación que hayas recibido. Tómate un tiempo a solas para realizar los cambios necesarios en tu discurso escrito. Practica las modificaciones frente al espejo o frente a una pequeña audiencia de prueba, en caso de ser necesario.[14]
    • No siempre será necesario incorporar los comentarios de los demás. A menudo, no serán útiles o precisos. Sin embargo, si recibes el mismo comentario de más de una persona, es posible que valga la pena tenerlo en cuenta.
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Consejos

  • Escribir y dar un discurso son cosas similares, pero requieren habilidades diferentes. Cuando sea hora de dar el discurso, practica tus habilidades para hablar en público. Sé cálido, animado y claro.
  • Mira videos de otras personas dando discursos demostrativos. Observa qué cosas valoras de las buenas, y qué cosas no funcionan para ti.
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Acerca de este wikiHow

Lynn Kirkham
Coescrito por:
Coach de oratoria
Este artículo fue coescrito por Lynn Kirkham. Lynn Kirkham es oradora pública profesional y fundadora de Yes You Can Speak, un negocio educativo de oratoria en el Área de la Bahía de San Francisco que capacita a miles de profesionales para tomar el mando de cualquier etapa que se les haya dado, desde entrevistas de trabajo y charlas en la sala de juntas, hasta TEDx y plataformas de conferencias grandes. Lynn fue elegida como coach oficial de oradores de TEDx Berkeley durante los últimos cuatro años y ha trabajado con ejecutivos de Google, Facebook, Intuit, Genentech, Intel, VMware y otros. Este artículo ha sido visto 6514 veces.
Categorías: Escritura
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