¿Has desarrollado recientemente la ambición de ser elegido para algún tipo de cargo? Ahora bien, todo lo que tienes que hacer es convencer a los demás de darte una oportunidad. Debes transmitir un mensaje que los convenza. Sin considerar que tu objetivo sea conseguir un escaño en un congreso o un puesto como secretario de la clase de primer año, los principios básicos aún son los mismos. Continúa leyendo y descubre cómo.

Método 1
Método 1 de 4:
Conoce tu público

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    Elabora un discurso adecuado para la edad. Esto no solo significa que te restrinjas verbalmente delante de un público joven. Cada grupo de edad se enfrenta a distintos problemas y debes comprender sus inquietudes. Incluso los estudiantes de grados menores y de los últimos años de las mismas escuelas tienen distintas inquietudes.
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    Comprende la condición socioeconómica de tu público objetivo. La posición relativa de un individuo en la sociedad tiene una gran influencia en su mentalidad, y su confianza (o falta de ella) influye en sus acciones políticas.[1] ¿Tratas de convencer a los seguros de sí mismos o a los oprimidos? Conoce a tu público objetivo.
    • Podría afirmarse que dicha información es más relevante para los aspirantes adultos a un cargo público que para los jóvenes adultos que codicien un puesto estudiantil o en un club. Sin embargo, tal vez podría darse como respuesta que cualquiera que asegure que la condición socioeconómica no es importante para los estudiantes, evidentemente no recuerda nada sobre ser un adolescente.
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    Identifícate con el público al discutir uno de sus intereses. A menudo, es útil comentar algo de especial interés para el público en un discurso. No tiene que ser sobre temas serios; muchos políticos inician su discurso con comentarios sobre el equipo deportivo local.[2]
    • Cualquier declaración sobre saber poco de los equipos deportivos no te perjudicará, siempre y cuando no le siga una discusión de tu familiaridad con los dueños de los equipos deportivos.[3]

Método 2
Método 2 de 4:
Comprende el momento

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    Adecua tu discurso a las restricciones de tiempo que espera el público. Esto no solo se trata de hacerlo corto, aunque por lo general sea una buena sugerencia, ni de simplemente mantenerse dentro del tiempo asignado. Si es un gran discurso y el público ha esperado por ti, resulta casi inoportuno ofrecer un discurso breve. Dale al público lo que vino a buscar, pero conoce cuándo concluirlo.
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    Comprende las tendencias actuales. ¿De qué hablan las personas en este momento? ¿Los acontecimientos recientes han generado algo de especial importancia? Debes mantenerte actualizado sobre temas de gran interés que sean relevantes para el puesto al cual aspires.
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    Conoce para qué está listo el público. ¿El público se ha quedado dormido a causa de los oradores anteriores? ¿Tu discurso se encuentra en el clímax de la reunión de una asociación o de una conferencia larga? Entonces, el público puede necesitar una llamada de atención. Un discurso así puede no resultar apropiado en todo momento, cuando los debates de ideas más serios sean más apropiados.
    • El discurso “Cruz de oro” de William Jennings Bryan en la Convención Nacional Demócrata de 1896 quizá sea el mejor ejemplo de un discurso perfectamente oportuno para la ocasión. Al final de un debate desagradable (y el día anterior a que el partido nombre a su candidato presidencial), la forma de hablar dramática y el mensaje prometedor del discurso ganó la admiración de los delegados. Al día siguiente, la convención nombró a Bryan como el candidato presidencial del partido.[4]

Método 3
Método 3 de 4:
Escribe y prepara el discurso

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    Usa un lenguaje común, casi coloquial. Recuerda que tu objetivo es ser comprendido, no simplemente impresionar a las personas con tu inteligencia. Las personas desde ya pensarán que eres inteligente si tienes las mismas ideas que ellas. Además, el uso de palabras o frases que sean raras en ese momento no será beneficioso. Mantén las oraciones cortas y de fácil comprensión.[5]
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    Revísalo. Si este discurso te importa, los errores son inaceptables. Además, puede ser útil tener un amigo que también lo revise.
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    Practica dar el discurso. Indudablemente, habrá partes que estén gramaticalmente correctas pero que no suenen naturales. También, habrá puntos que requieran un énfasis especial. Solo sabrás cómo y cuándo hacerlo al practicar el discurso en voz alta.[6]
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    Escucha los comentarios. Ya estás convencido de tu propia grandeza. Tu trabajo es convencer a los demás. Si los amigos que te escuchan se parecen a tu público objetivo, entonces presta atención a sus recomendaciones.

Método 4
Método 4 de 4:
Transmite el mensaje

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    Inicia con fuerza. Es fundamental que captes la atención del público rápidamente. De acuerdo con al menos un redactor de discursos: “El público decide si le gustas, y si eres una persona de carácter, entre los 8 y 20 segundos del principio”.[7] Es necesario que indiques algo acerca de tu propósito en el primer minuto, incluso si aún no lo expresas abiertamente. Como mínimo, debes dejar claro que vas a hablar de algo que tu público quiera oír.
    • Muchos candidatos prefieren discutir algo sobre sí mismos al principio. En particular, la mayoría se centra en algo que los vincule con el tema que discutirán en ese momento o con el público al que se dirigen. Explica cómo te vinculas personalmente con algo que les interese.
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    Haz que tu mensaje (y el tono en el que lo transmitas) sea claro para el público.
    • Debes indicar tu objetivo final en los primeros minutos. Los detalles no son necesarios en ese momento, pero lo ideal es que establezcas una visión que compartas con el público.[8]
    • Una vez más, la cantidad de detalles que ofrezcas sobre cómo lograrás tus objetivos debe adecuarse al público. ¿Le interesará ese tipo de detalles o los términos generales?
    • Tu tono debe ser relativamente optimista. Puedes criticar la situación actual; sin embargo, aquellos líderes que han tenido más éxito para generar una masa de seguidores han presentado mensajes de esperanza.
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    Incluso más que cualquier política, recuerda que estás convenciendo al público de votar por ti. Cualquier propuesta que presentes debe estar ligada a tu capacidad de convertirla en una realidad. Si puedes dejar claro que eres la mejor esperanza para el cambio que propones, has conseguido que tu elección sea una necesidad para al menos algunos de los que estén escuchando. Si ese grupo es lo bastante grande, tu victoria está casi asegurada.
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    Termina con fuerza. Sí, sí, la introducción es de vital importancia; pues bien, lo es. La conclusión es casi igual de vital. A continuación, debes explicar al público lo que debe hacer para hacer realidad el cambio.[9]
    • Aunque obviamente quieres que voten por ti; a menudo, es mejor crear una ligera distancia en este punto. Ofrece al público la capacidad de actuar, permíteles "hacer una declaración" en la jornada electoral. El discurso debe explicar cómo tu elección es simplemente la mejor manera en que ellos pueden darse poder.

Consejos

  • Encuentra a un amigo que concuerde con el público objetivo del discurso y obtén comentarios sobre este.
  • Prepárate con seriedad, ya que la práctica hace al maestro.
  • Imagina esto como una conversación informal entre tú y otra persona. Actúa como si no tuvieras una gran público frente a ti.

Advertencias

  • La eficacia de tu discurso depende de cada uno de tus públicos y si se adecua a cada uno de ellos.
  • No trates de ser demasiado divertido o el público puede pensar que el discurso es solo una broma para ti y que no te preocupa el tema.
  • Si sientes en cualquier momento que tu discurso se hace eterno, asegúrate de no leer directamente del papel y empieza a hablar desde el corazón.
  • Esta guía no garantiza que tu discurso salga perfecto.

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Categorías: Discursos