Eres un poco perezoso. Esto te suena de algo: tienes que entregar en las próximas horas el ensayo del que depende toda tu calificación y ni siquiera has empezado. ¡No temas! Sigue estos sencillos pasos y emprenderás el camino de tu salvación académica.

Método 1
Método 1 de 3:
Prepárate para trabajar

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    Que no cunda el pánico. Necesitas ponerlo todo en perspectiva, adoptar una actitud de tranquilidad: deja de obsesionarte con lo que tendrías que haber hecho. Dite a ti mismo que “puedes” y simplemente quédate ahí, convencido de que vas a terminar lo que estás haciendo.
    • Comprime la cantidad de trabajo. En gran medida, mantener la calma consiste en darse cuenta, por ejemplo, de que no es como si tuvieras que escribir una novela. La mayor parte de los trabajos académicos, ya sean universitarios o escolares, requieren de doble espaciado, así que puedes empezar por contar el número de páginas requeridas y dividirlo entre dos. Esa es la cantidad de trabajo que realmente tienes que hacer y seguro que intimida menos.
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    Vete a la biblioteca inmediatamente. Si no hay ninguna abierta, métete en línea al Google Académico y a cualquier otra base de datos a la que tengas acceso. Haz una búsqueda de lo básico. En cualquier caso, no tienes mucho tiempo para indagar en profundidad, así que vas a tener que hacer una búsqueda superficial y aprovechar toda la información que puedas sacar de esa búsqueda rápida.
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    Evita toda distracción posible. Estés en la biblioteca o pegado al asiento de tu escritorio. Aparta cualquier cosa que pueda hacerte perder la concentración. Aleja de ti el iPod, iTunes, el teléfono, la lista de cosas por hacer, la televisión, la radio, cualquier juego, etc. A menos que realmente lo necesites para trabajar: desconecta internet.
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    Alimenta tu cerebro. Ten siempre a mano aperitivos sanos que te den energías y te animen a continuar trabajando. Elige aquellos ricos en proteínas como pueden ser la soja, la mantequilla de cacahuete u otros hidratos de carbono del tipo de las frutas y verduras. No te atiborres tan solo de azúcar refinada y cafeína; en algún punto te va a entrar el bajón y te sentirás peor de lo que estabas antes de haber comido.
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    Toma un descanso cada cierto tiempo. Aproximadamente cada hora levántate, haz estiramientos: unos dos o tres minutos. Camina alrededor de la habitación, haz algo de ejercicio para hacer circular la sangre. Así te concentrarás mejor que si te quedas sentado escribiendo cinco horas seguidas.
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    Piensa que es un examen. Estás escribiendo bajo presión; no hay tiempo para borradores ni hay segundas oportunidades, sencillamente debe escribirse. Simular que estás haciendo un examen te ayudará a dejarte de rodeos y concentrarte en tu trabajo.
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Método 2
Método 2 de 3:
Estrategias de escritura

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    Empieza por las ideas generales. Concéntrate en los puntos fundamentales que debes mencionar. Si, por ejemplo, tu trabajo trata de Shakespeare deberás saber cuáles son las principales características y motivaciones en “Romeo y Julieta”. No hay tiempo para matices y sutilezas. Sin embargo, ten cuidado a la hora de transformar una idea general en una afirmación de tu trabajo. Asegúrate de que las afirmaciones que hagas sean ciertas, pero no obviedades o tu profesor sabrá que estás haciendo un intento desesperado. Escribe cada generalización que se te ocurra acerca del tema y observa de qué manera se relacionan entre sí.
    • Ayúdate con manuales que traten del tema acerca del cual que escribes. Esto te ayudará a elaborar un breve resumen de los argumentos, conflictos, ideas, hechos, resultados, etc., en cualquiera de las áreas acerca de las que escribas. No reutilices un análisis de otros, ni mucho menos copies nada, pero sí utiliza la información que tengas para sustituir todo lo que no te da tiempo a leer.
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    Plantea una discusión. Los trabajos académicos consisten en persuadir al lector de tu argumento. Desarrollar una discusión puede hacerse, sencillamente, afirmando unos puntos y negando otros. Puedes jugar a ser abogado del diablo; incluso puedes desprenderte de tus verdaderas creencias, solo si así te resulta más fácil terminar el ensayo o presentar un argumento más sólido.
    • Si no quieres plantear una discusión, resume los posibles conflictos. En cualquier caso, encuentra un mínimo de tres conflictos para comparar y resumir y con ellos construir el cuerpo de tu ensayo. Si no encuentras más, tres serán suficientes para organizar tu ensayo.
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    Incluye tu opinión, siempre con medida. En algunos casos como en Lengua española o Historia, tu opinión puede ser tan importante como los hechos. Apóyate en esto para profundizar en lo que plantees. Usa tus opiniones para ampliar lo que son los hechos e ideas principales del asunto, y tómate la oportunidad de ahondar en las distintas interpretaciones. Puedes obtener muchos puntos si las ideas propias que presentas están bien razonadas. Suponiendo que todo lo que escribas sea elocuente y realista.
    • No exageres tus opiniones solo para llenar espacio. Di las cosas una vez y continúa. Es mejor mencionar las cosas una sola vez en lugar de decir lo mismo de formas distintas. Aunque la información sea limitada, que se vea que sabes de lo que hablas.
    • Si estás haciendo una interpretación de por qué un ser humano hizo o dijo determinada cosa, intenta ponerte en su lugar e imagina cómo hubieras manejado tú la situación. Desliza este tipo de opiniones en tu razonamiento de forma cuidadosa como “en mi opinión, el monstruo Snark actúo así porque tenía que terminar algo bajo presión y encontrar la forma de terminarlo rápido y entregarlo”. A la capacidad que tengas de ponerte en su lugar puede ayudar tu actual situación, así que úsalo en tu favor.
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    Acude a lo opinión de los expertos. Además de incluir la tuya, puedes pasarte un buen rato afirmando o negando la opinión de los otros. Encuentra el punto de vista de un experto en el tema para poder citarlo y, a partir de ahí, incluir cuáles son los puntos de acuerdo y cuáles los de discordia. En este caso se recomienda que al menos justifiques tus ideas con dos buenas razones, pues a quién contrastas es a un experto. Después, consigue que tu punto de vista suene interesante. Conseguirás más puntos todavía si lo que planteas es una contrapartida novedosa respecto a la opinión del experto. Algunas veces, cuando más alocada sea tu propuesta, mejor (aunque necesitarás de una buena retórica para lograr que tu argumento funcione).
    • Evita salirte del tema o burlarte de los otros puntos de vista. No te llevará a ningún lado y puede influir en que el corrector, como experto, piense que él puede ser el próximo con el que te metas.
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    Ante la duda, no pongas nada. Escribir por escribir no va a servir de mucho. Muchas veces es mejor escribir algo más corto y con precisión, mientras que lo que digas sea reflexivo y original y no pura palabrería.
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    Puedes utilizar algunos de los trucos del escritor de oficio. Enfócate también en la presentación, no sólo en el contenido. Para empezar, no molestes al lector con errores básicos. Fíjate en la gramática, la ortografía y la puntuación. Un trabajo bien escrito da una mejor impresión y convencerá al corrector de que te has tomado tu tiempo con el texto. Entre otras cosas a tener en cuenta se incluyen:
    • Usa un registro culto. Cuida la sintaxis y elabora oraciones con sujeto y predicado. Evita el tono coloquial y utiliza conectores entre las oraciones como “es debido a…”, “una cantidad limitada de…”, los cuales contribuyen a un tono más formal y una mayor longitud. Consulta listas de conectores que puedes encontrar en línea y que harán que tu redacción sea más íntegra. Si realmente estás desesperado y no te importa obtener menos calificación, hay otros trucos como escribir los años con letras o el nombre completo de aquel que menciones (Homero Jota Simpson en lugar de Sr. Simpson, por ejemplo).
    • Reemplaza las palabras comunes para no volverte repetitivo y ampliar tu vocabulario. Puedes ayudarte de un diccionario de sinónimos.
      • Algunas expresiones cultas en griego o latín se pueden usar para impresionar.
    • Usar los mismos términos que utilizan los entendidos en la materia demuestra que sabes de lo que hablas. Asegúrate de explicar la jerga que estás usando cuando sea necesario. Algunas palabras propias del vocabulario científico deben ser utilizadas en el idioma original para evitar malos entendidos.
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    Adapta los requisitos de formato a tus necesidades. Si tienes que alcanzar determinado número de páginas hay formas de ayudarse: se puede utilizar determinado tipo de fuente (Arial ocupa más espacio que Times New Roman, por ejemplo) o se pueden expandir los márgenes, entre otros:
    • A medida que tecleas, selecciona lo que has escrito, haz clic con el botón derecho y métete en “Fuente”. Haz clic en “Espacio entre caracteres” y donde dice “En” después de la casilla de “Espaciado” dale a la flecha de arriba, pero sólo unas pocas veces (como tres o cuatro), después dale a “Aceptar”. Esto aumenta el espacio entre las palabras de forma casi imperceptible.
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    No tengas expectativas muy altas en cuanto a la nota final. Será difícil que saques una A o B, a menos que seas realmente brillante trabajando bajo presión. Los profesores suelen reconocer las trampas y actúan en consecuencia. Tu calificación deberá ser más baja de lo habitual, si normalmente te esfuerzas más. Puede que saques una C o D, pero será mejor que un cero por no entregar nada.
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Método 3
Método 3 de 3:
Algunos trucos a la hora de citar

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    Cita varias obras del mismo autor. Seguir las instrucciones del formato MLA para citas, puede ayudar a alcanzar el número de páginas requerido. Esto se debe a que hay que añadir el título de la obra: (Poe "Annabel" 2-3) en lugar de (Poe 2-3).
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    Además, puedes introducir las citas describiendo al autor. Por ejemplo: Edgar Allan Poe, un escritor tan afamado y con tantas publicaciones, dijo “En lugar de decirlo directamente…”.
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    Utiliza citas largas. Este tipo de citas tienen muy bien impacto, pero no es recomendable que sean más largas de unas pocas líneas. Sin embargo, no va a ser tan común que te encuentres con la necesidad de usarlas y, además, acompañarlas de un análisis largo.
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    Las gráficas también quedan bien a la hora de citar. Si es relevante, puede dar una buena impresión: una tabla, una gráfica y un texto explicando la fuente que la acompañe (cuanto más largo sea, mejor).
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Consejos

  • Si tienes un ensayo que hiciste para otra asignatura y que te puede servir sin que se considere un plagio, puede ser una buena opción. Revísalo antes.
  • Considera la opción de ir a llorarle al profesor para que te dé más tiempo.
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Cosas que necesitarás

  • Cualquier cosa que te ayude a estudiar
  • Bibliografía de la biblioteca o de bases de datos en línea
  • Un lugar tranquilo en el que no haya distracciones

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Categorías: Ensayos
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