La mayoría de las personas tiene metas en la vida. Tal vez tú las tengas en los negocios, la salud o las finanzas. Quizás tengas metas en otras áreas, como en el área creativa o en tus relaciones interpersonales. Sin importar las que sean más importantes para ti, no debes hacer a un lado el desarrollo mental, el aprendizaje y la mejora personal. Conocer bien la información relacionada con tus metas puede ayudarte a conseguirlas.

Parte 1
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Decide qué leer

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    Decide cuánto leerás. La cantidad de lectura que tendrás que realizar para cumplir tu meta variará en función de ella. Para comenzar, trata de tener una idea general de cuánto es lo que tendrás que leer, pues esta regirá el resto de tu planificación.
    • Por ejemplo, si tu meta es reconocer las plantas comestibles de tu área, probablemente estará bien leer uno o dos libros sobre el tema. Por el contrario, si tienes planeado comenzar una nueva carrera como botánico, tendrás que leer lo más que puedas al respecto, lo que incluirá todos los libros más conocidos de este campo de estudios, además de muchos artículos de revistas científicas y otras publicaciones periódicas.
    • Algunas metas te exigirán leer sobre muchos temas. Por ejemplo, si la tuya es comenzar una bodega de vinos, obviamente tendrás que leer algunos libros sobre cómo hacer vino, pero también algunos sobre administrar un pequeño negocio. Además sería bueno que leas acerca de las leyes del lugar donde vives que rigen la producción y venta de bebidas alcohólicas.
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    Investiga los libros que debes leer. No todos los materiales de lectura son iguales. Antes de empezar a leer, tómate un tiempo para determinar cuáles son los más importantes. Investiga un poco y averigua cuáles son los libros principales relacionados con tu meta.
    • Hay muchas formas de encontrar libros relacionados con tus metas. Puedes ir a una librería y examinar los estantes o pedirle recomendaciones a algún miembro del personal. Asimismo, la biblioteca pública de tu área podría ofrecerte algunas sugerencias.
    • Muchos vendedores de libros en Internet también proporcionan recomendaciones en base a los demás libros que has buscado.[1] Esta característica puede ser útil para determinar qué libro debes leer, incluso si no los compras en línea.
    • Si conoces a alguien que ya esté muy familiarizado con tu tema, pídele recomendaciones.[2]
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    Escoge publicaciones periódicas para leer. Si tus metas principales requieren mucha información actualizada, sería bueno que incluyas publicaciones periódicas como revistas y diarios entre tus metas de lectura.
    • Por ejemplo, si tu meta es dominar el comercio en bolsa, sería bueno que leas información actualizada sobre las alzas y las caídas de diferentes acciones. Algunos ejemplos son la sección de negocios de un diario o cualquiera de las numerosas revistas que tratan de inversiones y finanzas.
    • Nuevamente puedes ir a la librería local o al lugar donde venden periódicos. También puedes buscar en Internet con tu tema y las palabras “revistas” o “revistas científicas” como términos de búsqueda; por ejemplo, “revista de elaboración de vino”.
    • Las bibliotecas universitarias a menudo tienen listas de revistas científicas en diferentes campos de estudio.
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    Busca variedad. En el caso de los temas que requieren mucha lectura, es buena idea leer el contenido escrito desde diferentes perspectivas. Esto es más importante aún, si tu tema genera muchos debates o tiene muchas escuelas de pensamiento.
    • Tener un entendimiento completo de los temas sobre los que estás leyendo es importante si realmente quieres alcanzar con éxito tus metas. Esto es particularmente importante en el caso de las que son complejas o a largo plazo.
    • Por ejemplo, imagina que tu meta es convertirte en un economista. Te darás cuenta rápidamente de que la perspectiva neoclásica es la que domina el campo actualmente. Sin embargo, esto no quiere decir que solo debas enfocar tu lectura en ella. Hay muchas otras escuelas de pensamiento en esta disciplina, como la keynesianan, la marxista y la nueva economía clásica.[3]

Parte 2
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Organiza tu lectura

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    Haz una lista. Después de determinar cuánto necesitas leer y qué lecturas te ayudarán más a alcanzar tus metas, elabora una lista.
    • En este punto tu lista debe contener todo lo que crees que podría contribuir a que alcances tus metas.
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    Haz una clasificación de los libros de la lista. Cuando se establece cualquier tipo de meta, a menudo es buena idea clasificarlas en orden de importancia, lo que te ayudará a establecer tus prioridades cuando estés esforzándote por lograrlas.[4] Esta idea se aplica del mismo modo a tus metas de lectura.
    • Puedes clasificar tu lista en base a la importancia que crees que tiene cada lectura para ti o a las recomendaciones de cada una.[5] Pero, si vas a leer sobre un tema nuevo para ti, sería bueno que comiences por algunas lecturas básicas e introductorias y, después, pases a materiales más avanzados.
    • Por ejemplo, imagina que tu meta en la vida es convertirte en un director de cine, pero no sabes mucho sobre hacer películas todavía. Un buen punto para empezar sería un libro que trate sobre técnicas y conceptos básicos de dirección. Por el contrario, un libro que describa la teoría de autor con gran detalle pero no trate de otros temas podría ser un material para más adelante.
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    Elabora un programa de lectura. Una vez que hayas clasificado tu lista, será momento de establecer metas sobre lo que leerás y cuándo lo harás. Haz un programa para leer los libros y publicaciones periódicas que consideres más importantes.
    • Sé específico sobre lo que quieres leer y cuándo lo quieres hacer, y fija plazos para terminar cada libro o capítulo. Estos plazos te ayudarán a ser responsable con tu programa.
    • Sé realista con lo que puedes lograr. Sería genial leer cuatro libros al mes y mantenerte al día con las publicaciones especializadas importantes de tu campo de estudio; sin embargo, la mayoría de las personas no tienen el tiempo para hacerlo. Toma en cuenta tu velocidad de lectura y el tiempo que tienes para dedicarle a esta actividad. En base a estos aspectos, establece metas que puedas cumplir.
    • Establecer metas demasiado ambiciosas es invitar al fracaso y el desaliento, lo que podría debilitar tu motivación para intentar alcanzar tu próxima meta. Esto podría frustrar el propósito inicial de establecerlas.[6]
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    Toma notas. Una vez que empieces a leer, es buena idea tener organizadas las notas sobre lo que has leído. Hacerlo te ayudará si necesitas revisar la información después. Lo ideal es que las notas te den la información necesaria, de modo que no tengas que volver a revisar la fuente original.
    • Cuando tomes notas, busca capturar las ideas principales en lugar de los detalles menores. Estas ideas son las que por lo general aparecen una y otra vez en el texto. También podrás utilizar pistas visuales como las palabras en negrita o cursiva, los títulos de los capítulos o el uso de cuadros, gráficos y cifras.
    • Utilizar un esquema, fichas, índices adhesivos o algún otro útil para organizar te ayudará a ubicar después la información con mayor facilidad.
    • De acuerdo a investigaciones, tomar notas de manera efectiva también te ayuda a entender y recordar mejor lo que lees.[7]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Alcanza tu meta de lectura

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    Elige un momento para leer. Separa un periodo de tiempo específico cada día para hacerlo. Podrían ser 15 minutos o una hora, pero trata de que sea el mismo tiempo todos los días.
    • Hacer que la lectura sea parte de tu rutina diaria te ayudará a convertirla en un hábito. Después de un tiempo, leer durante este tiempo se convertirá en una actividad más o menos automática.[8]
    • Por ejemplo, muchas personas leen antes de acostarse todas las noches. Otras tienen el hábito de hacerlo en el bus o en el tren cuando van y regresan del trabajo. Igualmente, a otras les gusta leer apenas se levantan en la mañana.
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    Cumple tu programa. A menos que no tengas otra opción, no dejes de cumplir con tu tiempo de lectura establecido. Si tienes que hacerlo por algún motivo, trata de reprogramarlo para otro momento pues no sería bueno que rompas la rutina.
    • Recuerda que para cumplir cualquier meta, tendrás que dedicarle el tiempo y el esfuerzo necesarios.[9] No hay forma de evitar este aspecto. Si estás comprometido con tus metas de lectura, debes leer con regularidad.
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    Evalúa el impacto. Conforme vayas avanzando con tu lista de lectura, haz pausas para evaluar si lo que estás leyendo contribuye a tu meta. De no ser así, ¡modifica tu lista!
    • Quizás concluyas que uno de los libros que elegiste no ha aportado nada nuevo a tu entendimiento o conocimiento. Si este es el caso, sería mejor no leer ni este libro ni alguno similar. Por ejemplo, en algún momento podrías sentir que ya dominas los conceptos de la economía keynesiana. Si es así, es probable que leer más libros que traten de este tema no sea tu prioridad.
    • Por otro lado, quizás muchas de las lecturas que has elegido hacen referencia a algún otro tema del que no sabes mucho. Si nada más de tu lista abarca dicho tema, sería bueno agregar más lecturas. Por ejemplo, imagina que estás leyendo sobre la elaboración del vino y te encuentras con conceptos de química que no entiendes. En este caso, piensa en agregarle a tu lista un libro sobre química básica.
    • Por último, es posible que te des cuenta de que algún material que has elegido es muy avanzado y que no estás preparado para leerlo. En lugar de forzarte a hacerlo y no lograr entender una gran parte, cámbialo a un lugar posterior en tu lista y vuélvelo a revisar más adelante. Es posible que este sea más significativo una vez que hayas aprendido más sobre el tema.
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    Mantente motivado. La motivación y la perseverancia son claves para alcanzar cualquier meta. Conservar tu motivación será importante para realizarlas.[10]
    • Es bueno tener un plan anticipado que tenga algunas ideas para mantenerte motivado y superar cualquier desánimo que podrías experimentar. Este podría consistir en tener amigos cerca que sepan que podrías necesitar una conversación motivadora o un sistema de recompensas para cuando alcances ciertos objetivos.
    • Haz uso de reforzamientos para incrementar tu motivación. Cuando alcances un objetivo en el camino como terminar de leer un libro (o incluso un capítulo difícil), recompénsate con algo pequeño. Por ejemplo, podrías engreírte con un delicioso postre o un nuevo par de zapatos si terminas un libro de tu lista. Esto te ayudará a crear una asociación positiva con la idea de alcanzar tu meta y te motivará a lograr el siguiente objetivo.[11]
    • Si surge algún obstáculo que te impida mantenerte al día con tu programa por un tiempo, no estará mal modificarlo. Por ejemplo, imagina que un ser querido tiene una emergencia médica. Esta situación podría hacer que sea difícil que te concentres en libros sobre la elaboración de vino por un tiempo. Una vez que tu vida vuelva a la normalidad, retoma y modifica tu plan. Tal vez podrías hacer uno razonable para ponerte al día con tu programa agregándole unos cuantos minutos a tu tiempo diario de lectura. Sin embargo, si estás muy atrasado como para tomar esta medida, adaptar tus plazos no querrá decir que has fracasado.
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    Registra tu progreso. Otra excelente forma de mejorar tu motivación es llevar un registro de tu progreso con regularidad. Apunta los libros que has terminado o lo que has avanzado en alguno en específico en comparación con el programa que elaboraste.
    • Los plazos de tu programa te ayudarán a crear un sentido de urgencia y responsabilidad para cumplir tus metas. A nadie le gusta sentir que ha fracasado.[12]
    • Utiliza un diario, un calendario o una aplicación para registrar tu progreso y actualízalo con regularidad.

Consejos

  • Tener variedad podría ayudarte a conservar el interés en tu material de lectura. Sería bueno que elijas un par de libros más ligeros o explores un tema desde otro punto de vista. Por ejemplo, si tu meta es convertirte en un director de cine, pon en tu lista la biografía de tu director favorito, la que podría ser un complemento de los libros que hablan de las técnicas de dirección y la industria del cine, además de agregar variedad.
  1. Duckworth, A. L., Peterson, C., Matthews, M. D., & Kelly, D. R. (2007). Grit: perseverance and passion for long-term goals. Journal of personality and social psychology, 92(6), 1087.
  2. http://www.appliedbehavioralstrategies.com/reinforcement-101.html
  3. http://www.ascd.org/publications/educational-leadership/dec09/vol67/num04/When-Students-Track-Their-Progress.aspx

Acerca de este wikiHow

Annie Lin, MBA
Coescrito por:
Coach de vida y laboral
Este artículo fue coescrito por Annie Lin, MBA. Annie Lin es la fundadora de New York Life Coaching, un servicio de coaching de vida y de carrera con sede en Manhattan. Su enfoque holístico, el cual combina elementos de tradiciones de sabiduría tanto oriental como occidental, la ha convertido en una coach personal muy solicitada. Su trabajo ha aparecido en Elle Magazine, NBC News, New York Magazine y BBC World News. Annie tiene una maestría de la Universidad de Oxford Brookes. También es fundadora del New York Life Coaching Institute, el cual brinda un programa integral de certificación de coaching de vida. Puedes obtener más información en https://newyorklifecoaching.com. Este artículo ha sido visto 11 790 veces.
Categorías: Lectura y comprensión