El estarcido es una excelente forma de personalizar cortinas, mantelería, ropa, accesorios e incluso ropa de cama, ya que las plantillas te permiten duplicar con facilidad un diseño más de una vez sin necesidad de imprimir ni utilizar equipo costoso. Para empezar el proyecto, elige la imagen, la tela y los colores. Puedes comprar o elaborar un tipo de plantilla según lo que necesites y fijarla a una base de tela, luego aplicar la pintura mediante movimientos punteados y dejar secar el producto final durante un día. Al terminar, obtendrás una creación única y propia de tela.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Elaborar una plantilla

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    Opta por una plantilla de una sola capa superpuesta. No todas las imágenes producirán plantillas buenas o factibles, por lo que una imagen de una sola capa superpuesta es excelente para quien apenas incursiona en la pintura de tela. Mediante este método, se transfiere la imagen a una plantilla de una sola lámina y luego se usa esta plantilla. Lo mejor para ello son las siluetas o también las imágenes con contrastes profundos.[1]
    • Para adaptar un diseño, este debe poder funcionar como una plantilla. Debes tomarte un tiempo para planificar la forma de cortarlo y de establecer solo una capa superpuesta. También puedes buscar diversas fuentes en línea si quieres incluir escritura.
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    Elige la plantilla del tamaño correcto. Lo más fácil es conseguir una imagen o una forma que encaje de inmediato con la tela sin que tengas que modificarla, pero también puedes achicar o agrandar una imagen antes de elaborar la plantilla. Imprime primero la imagen y luego, mediante la función de zoom de una fotocopiadora, hazle ajustes y reprodúcela. Asimismo, puedes visualizar la imagen en tu computadora y cambiar el tamaño mediante un programa de diseño.
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    Elabora una plantilla de acetato para obtener una opción reutilizable. El acetato es un plástico delgado que suele usarse para transparencias para proyectores. Coloca la lámina de acetato sobre un trozo de madera o de vidrio y luego coloca sobre ella la imagen para la plantilla. Corta alrededor del espacio negativo (es decir, las partes que quieras pintar) con un cuchillo mate afilado. Levanta todo y obtendrás una plantilla de acetato que podrá usarse con telas.
    • Puedes conseguir láminas de acetato de diferentes grosores. Las láminas delgadas son flexibles y pueden moldearse con mayor facilidad a las telas movibles. Sin embargo, será más fácil que la lámina se rasgue. Por otro lado, las láminas más gruesas, si bien son más difíciles de cortar, durarán más.
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    Elabora una plantilla de vinilo para obtener una opción flexible. Para el estarcido, una buena opción es el vinilo debido a que es resistente y tiene un reverso adhesivo que puede fijarse a la tela. Extiende el vinilo de manera que esté plano y alisa o plancha las arrugas. Coloca sobre él la imagen y, empleando un cuchillo mate, recorta el vinilo por todos los lugares en donde pintarás.[2]
    • Puedes comprar plantillas de vinilo en muchas tiendas de manualidades en línea.
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    Elabora una plantilla de papel para congelar para obtener una opción rápida. Recorta un trozo de papel para congelar a aproximadamente el mismo tamaño de la imagen. Colócalo sobre una superficie sólida y resistente y coloca la imagen debajo del papel de manera que el lado lustroso y encerado de este mire hacia abajo y el lado opaco mire hacia ti. Recorta el diseño con un bisturí para manualidades o con un cuchillo mate.[3]
    • Debido a que el papel para congelar es ligeramente transparente, debes poder visualizar la imagen debajo de él. De lo contrario, usa un marcador indeleble para repasar el contorno de la imagen de forma que esta sea más visible.
    • No arrugues ni dobles el trozo final de papel. De lo contrario, se formarán lugares por los que la pintura podrá filtrarse a través de los lados.
    • Asimismo, puedes usar un bolígrafo o un lápiz para trazar la imagen sobre el papel y luego recortarla con tijeras. En algunos casos, los artesanos emplean una máquina para cortar. Para ello, puedes simplemente introducir el papel en ella de forma que el lado lustroso siga mirando hacia abajo.[4]
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    Elabora una plantilla impresa laminada para obtener una opción a computadora. Puedes imprimir la imagen o el diseño que hayas elegido en papel regular usando la impresora que tengas en casa y luego pasar la imagen por una máquina de laminación. Corta el espacio negativo en donde quieras pintar a través de la plantilla con unas tijeras.[5]
    • Asimismo, puedes laminar el papel una vez que lo hayas cortado. Sin embargo, para ello deberás cortarlo una vez más para así retirar la laminación interior.
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    Arregla los errores. Observa la plantilla para asegurarte de haber retirado todos los espacios necesarios, incluso la parte interior de las letras. Antes de que empieces a pintar, tómate el tiempo de arreglar estos detalles. En caso de que se rompa una unión de la plantilla, por lo general podrás repararla con un poco de cinta adhesiva para pintores. No olvides ir con calma al cortar para que sea menos probable que cometas errores.[6]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Transferir la plantilla

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    Ten en cuenta la textura al elegir la tela. Opta por una tela de fibras naturales cuya superficie sea relativamente lisa en lugar de una tela que tenga un acabado resistente a las manchas. Asimismo, no debes emplear suavizante para ropa en la tela antes ni después de pintarla. Si deseas, puedes plancharla antes de empezar.[7]
    • Puede ser difícil emplear plantillas con telas suaves o livianas. Lo mejor es dejar estas telas para cuando te sientas más cómodo con el uso de plantillas.
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    Elige telas y pinturas cuyos colores se complementen. El aspecto final de la pintura dependerá del tono de la tela. Si optas por una pintura clara y una tela oscura, lo más probable es que sea necesario aplicar más de una capa de pintura para que la imagen no se tiña. En caso de que optes por dos colores similares (como el lila y el lavanda), debes asegurarte de que el contraste sea suficiente como para que la pintura realmente pueda sobresalir y verse.
    • Es recomendable comprar tela en exceso para poder poner a prueba los colores y practicar la pintura sobre ella.
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    Emplea pintura para tela o pintura acrílica. Por lo general, la pintura para tela es la que mejor funciona, además de que tiene la ventaja de ser lavable y también de poder lavarse en seco. Después de aplicar la pintura, debes dejar secar la tela y por lo general también termofijarla. Las pinturas acrílicas son fáciles de usar pero no duran tanto y, con el tiempo, saldrán al lavar la tela.[8]
    • Si optas por la pintura acrílica, esta podría durar más si lavas la tela a mano.
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    Coloca la plantilla sobre la tela. Levanta la plantilla sujetándola directamente por encima de la tela, asegúrate de que esté en el lugar correcto y luego colócala con lentitud sobre la tela. Puedes retirar el reverso de vinilo antes o rociar un poco de adhesivo en aerosol en la parte trasera para que la plantilla no se mueva. En el caso de una plantilla de papel, puedes asegurarla por los bordes con cinta adhesiva para pintores.[9]
    • Si vas a pintar una camiseta, en este momento también debes colocar un trozo de cartón o de papel para congelar dentro de ella para que la pintura no se filtre.[10]
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    Cubre el pincel con una cantidad uniforme de pintura. Vierte una cantidad de pintura del tamaño de una moneda sobre la paleta y sumerge la punta de la esponja o el pincel en la pintura de un color. Mueve un poco la punta para eliminar el exceso de pintura, ya que tu objetivo debe ser que el pincel tenga color pero esté seco en general. Si queda pintura adicional en el pincel o la esponja, esto podría formar líneas disparejas en el producto final. Lo mejor es aplicar más de una capa que apresurarte aplicando una sola capa gruesa.[11]
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    Aplica la pintura en forma de toquecitos . Sujeta la esponja o el pincel de forma vertical y haz contacto con la tela con un movimiento hacia arriba y hacia abajo. Como resultado, obtendrás varios toques que se correrán hasta mezclarse mediante un proceso conocido como punteado. Continúa hasta que toda esa parte esté del color que desees.[12]
    • Realiza unas pinceladas de práctica en un plato de papel para poner a prueba tu técnica y el nivel de pintura. Asegúrate de que la impresión que crees sea uniforme y quede relativamente seca.[13]
    • Está bien si, conforme vas avanzando, la tela parece un poco húmeda, ya que se emparejará al secarse.
    • Puedes realizar un movimiento suave en espiral para que los bordes queden nítidos. De esta forma, llenarás estos espacios de pintura sin que queden líneas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Terminar la imagen

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    Retira la plantilla. Puedes hacerlo apenas termines de pintar o bien hacerlo después de esperar 24 horas para que todo se seque. Sin embargo, si esperas, la desventaja es que la plantilla podría quedarse pegada a la tela e incluso podría desgarrarse. Por otro lado, también hace que sea menos probable que se formen manchas de pintura. Al levantar la plantilla, debes hacerlo lentamente y evitar que esta vuelva a entrar en contacto con la tela.
    • Si, al levantar la plantilla, observas que hay partes que aún debes pintar, puedes tratar de colocar nuevamente la plantilla sobre la tela, aunque, a menos que lo hagas a la perfección, es posible que los contornos se desdibujen o se manchen.
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    Aplica retoques con un pincel pequeño. Después de retirar la plantilla, observa detenidamente la tela pintada. Sumerge un pincel muy delgado en la pintura para corregir las partes que no estén terminadas. En particular, debes fijarte en las letras para asegurarte de que los "puentes" en el medio (como en la letra B) estén terminados. Asimismo, puedes recorrer los bordes de la parte estarcida con el color de la pintura para tela y arreglar las partes irregulares.[14]
    • Si llegas a la conclusión de que no te gusta el producto final y empleaste pintura para tela, podrías lavarla de inmediato para así borrar toda la imagen.
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    Deja secar la tela. Colócala sobre una superficie lisa y déjala secar durante aproximadamente 24 horas. Es probable que se seque antes, pero es recomendable dejarla reposar durante un tiempo para evitar que la pintura se transfiera a otras superficies.[15]
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    Limpia tus suministros. Lava los pinceles y la plantilla con jabón y agua tibia (en caso de que la plantilla sea de vinilo o acetato). Si la plantilla es laminada, límpiala con un papel toalla húmedo y déjala secar. Limpiar todo de inmediato permitirá que lo tengas listo para tu próximo proyecto en el futuro.[16]
    • En caso de que hayas empleado una plantilla de papel no laminada, no debes limpiar los restos de pintura. En cambio, déjala secar sobre una superficie plana y podrías volver a usarla dependiendo de la cantidad de pintura que haya absorbido.
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    Plancha la tela para ayudar a fijar el color. Cuando hayan pasado esas 24 horas, configura tu plancha a un nivel medio alto de calor. Coloca un trozo delgado de tela limpia sobre la parte de tela que acabes de pintar para que la pintura no burbujee conforme planchas y recorre toda la zona pintada de la tela durante 3 a 5 minutos.[17]
    • También puedes fijar la pintura planchando la parte trasera de la imagen, si es posible. Por ejemplo, en el caso del estarcido de una camiseta, puedes abrirla y plancharla por dentro.
    • Algunas personas sugieren emplear un aerosol para el acabado, pero en realidad depende de ti. En ocasiones, es útil fijarte en caso de que el fabricante de la pintura haya sugerido alguna forma específica de aplicar el acabado a los proyectos con tela.
    • En la mayoría de los casos, las pinturas para tela resisten bien el planchado, pero algunas pinturas acrílicas pueden burbujear. Antes de aplicar calor sobre la imagen terminada, debes revisar el recipiente de la pintura o la tela para ver si hay alguna advertencia.
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Consejos

  • Puedes probar con la mezcla de colores. Por ejemplo, puedes pintar el centro de una rosa de un color dorado pálido y emplear la técnica del pincel seco para mezclarlo en las puntas de los pétalos con un color anaranjado.
  • Si observas una gota de pintura después de haber terminado, déjala secar bien y emplea un cuchillo mate para rasparla con mucho cuidado.
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Advertencias

  • Es fácil dominar la técnica básica de pintura de arriba a abajo en línea recta para el estarcido pero, para los proyectos de mayor escala, podría ser agotadora. La fatiga es la principal causa de las manchas de pintura, por lo que asegúrate de tomarte un descanso.
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Cosas que necesitarás

  • tela
  • plancha
  • pintura acrílica o para tela
  • agua
  • pinceles o esponjas
  • cuchillo mate
  • láminas de acetato
  • fotocopia de la imagen que estarcirás
  • una lámina de vidrio
  • papel para congelar
  • cinta adhesiva para pintores

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