El origen del significado y sonido de las palabras (etimología) es un tema gratificante y fascinante. ¡Solo la oración anterior tiene palabras de origen latín, griego, anglosajón y germánico! Investigar la raíz lingüística e historia de una palabra puede ser un agradable pasatiempo o una genuina profesión que te ayudará a entender por qué decimos lo que decimos y por qué lo decimos cómo lo decimos. También puede aumentar tu vocabulario, mejorar tu ortografía, y darte muchos datos curiosos que compartir para impresionar a tus amigos y compañeros de trabajo.

Método 1
Método 1 de 4:
Familiarizarte con lo básico

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    Consigue un buen diccionario etimológico. Para comenzar a estudiar etimología informalmente, compra o consigue acceso a un diccionario acreditado que incluya los orígenes lingüísticos de las palabras en la definición. La forma más fácil de saber si los incluye es si tiene la palabra “etimológico” en el título. Sin embargo, quizás incluya etimologías aun si no lo dice en la tapa. Revisa las definiciones para ver si hay una sección titulada “origen” o “etimología”.”
    • Los diccionarios impresos respetados para etimología en español son el Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española, el Diccionario etimológico español e hispánico y el Diccionario etimológico de la lengua castellana. Estos dos últimos están disponibles en GoogleBooks.
    • También hay en línea un diccionario gratuito bastante documentado dedicado a etimología; está disponible en www.elcastellano.org/palabra.php
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    Busca las raíces. Las etimologías buscan los origines más antiguos de una palabra rastreándola hasta sus componentes más básicos, es decir, las palabras simples que fueron combinadas para crearla en un principio. Cuando conoces las raíces de una palabra, puedes entender mejor como llegamos al sonido y el significado de la palabra que existe hoy.[1]
    • Por ejemplo, la palabra “etimología” en si misma tiene raíces griegas: “etymos”, que significa, “significado verdadero”, y “logia”, que significa, “estudio de”.[2]
    • Además de ayudarte a entender el origen de una palabra, conocer sus raíces puede ayudarte a entender otras palabras con raíces similares. En el caso de “etimología”, notarás que la raíz “logia”, que significa “estudio de”, aparece en muchos otros lugares en el español moderno, desde “biología” hasta “astrología”.
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    Rastrea el viaje de la palabra hasta el español. La etimología no solo rastrea los orígenes de la palabra, sino también como sus significados y escrituras se han desarrollado con el tiempo. En ocasiones, eso significa que una palabra ha viajado por más de un idioma en su viaje hasta el español moderno.[3]
    • Los diccionarios etimológicos usualmente presentan esta trayectoria en orden cronológico inverso, comenzando con el uso más reciente y mostrando de dónde vino cada iteración en su momento.
    • Si volvemos a la palabra “etimología”, entró al idioma inglés antiguo como ethimolegia (“hechos del origen y desarrollo de una palabra”), del francés antiguo “etimologie”, del latín “etymologia”, del griego “etymologia” (“análisis de una palabra para encontrar su origen verdadero”). Así que aparece en el registro escrito de tres idiomas (griego, latín y francés) antes de entrar el inglés.
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    Entiende las fechas. La mayoría de las etimologías incluyen fechas en sus orígenes de palabras. Estas representan le primera vez que una palabra en particular aparece en un documento escrito en español. (No olvides que una palabra bien podría haber existido en el idioma oral mucho antes de eso, pero esta es fecha del primer registro escrito de ella que ha sobrevivido).[4]
    • Por ejemplo en el inglés, la palabra “etimología” entro en el siglo XIV, pero no tomó su escritura moderna sino hasta la década de 1640.[5]
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    Revisa los ejemplos y fuentes. Los diccionarios etimológicos rigurosos incluirán fuentes documentales para cada iteración de una palabra y ejemplos de cómo se ha usado la palabra en contexto a través del tiempo, usualmente por medio de una frase u oración de un documento escrito en español. Esto proporciona evidencia histórica concreta del origen de la palabra y revela cómo ha cambiado su significado.[6]
    • Por ejemplo, la palabra “ojo” viene del latin “oculus”. Puedes notar que en la palabra “ojo” hubo varios cambios fonéticos, mientras que la palabra “oculista” presenta una semejanza mucho más evidente.[7]

Método 2
Método 2 de 4:
Practicar con palabras

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    Busca palabras que te provoquen curiosidad. Ahora que sabes qué buscar, comienza buscando la etimología de esas palabras que te hacen preguntarte “¿De dónde vino esta palabra?”. Es una forma entretenida de conocer el significado histórico detrás de las cosas que dices, y con frecuencia te sorprenderá de dónde vienen.
    • También es enriquecedor buscar esas palabras que parecen tan normales que das su origen por sentado. Por ejemplo, si estudias la etimología de una palabra familiar como “teléfono”, encontrarás que viene del griego “tele” que significa lejos y “phone” también del griego que significa “voz” o “sonido”. Literalmente es “voz de lejos”. Notarás también la diferencia en escritura de la palabra “phone” lo cual muestra cuanto se ha desarrollado el idioma. También muestra que la palabra “teléfono” sorprendentemente está relacionada con la palabra “disfónico”.
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    Dale seguimiento a las palabras con orígenes inesperados. Si lo que encuentras cuando investigas la etimología de una palabra en particular no tiene sentido obvio, investiga para averiguar porque su significado original es así.
    • Por ejemplo, podría intrigarte de dónde viene una palabra como “desastre”. Si la buscas, encontrarás que sus raíces griegas son el prefijo “dis” y “astron” (estrella). Así que su significado más antiguo era algo así como “mala estrella”. Esto podría parecerte sorprendente hasta que tomas en cuenta la astrología griega y su firme creencia de que los cuerpos celestes ejercen control sobre nuestras vidas en la Tierra.[8]
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    Reconoce palabras relacionadas. Ahora que ya conoces el origen de una palabra en particular, puedes usarla para identificar palabras con historias similares y, por consiguiente, con sonidos y significados relacionados.
    • En el caso de la palabra etimología, no hay muchas palabras relacionadas, pero puedes ver que “etimológico”, “etimológicamente” y “etimólogo” están estrechamente relacionadas. En el caso de la palabra “autopsia” con la raíz griega “autos” (que significa “uno mismo”), hay toda una serie de palabras relacionadas, desde “autonomía” (el gobierno de sí mismo) pasando por “automóvil” (que se mueve por sí mismo) hasta “automático” (que actúa por sí mismo).[9]

Método 3
Método 3 de 4:
Aprender más acerca de etimología

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    Consigue una aplicación de etimología. Puedes hacer una rutina diaria de estudiar etimología descargando una aplicación relacionada en al menos uno de tus dispositivos. Así puedes llevar tu pasatiempo contigo dondequiera que vallas.
    • El Diccionario etimológico de locuciones latinas ofrece prefijos y sufijos del latín y u compendio de locuciones.
    • Diccionario RAE y ASALE (DLE) es una completa aplicación de diccionario con un notable componente etimológico que proporciona los orígenes etimológicos de las palabras. [10]
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    Toma un MOOC/COMA relacionado. A veces, hay cursos online masivos abiertos disponibles en etimología. Estos son impartidos por profesores calificados de las mejores universidades y colegios, así que recibes una dosis de educación superior de historia de las palabras ¡sin costo![11]
    • Openuniversity.edu tiene cursos gratuitos en línea disponibles acerca de la historia del idioma que puedes tomar a tu propio ritmo. Explora la etimología y lexicografía al mismo tiempo.[12]
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    Ve a la biblioteca. Busca en el catálogo en línea de tu biblioteca local puedes buscar libros de texto, diccionarios, estudios, y otros recursos relacionados a la etimología. De esta forma, puedes expandir tu conocimiento de este complejo tema sin pagar montones de dinero para construir tu propia colección de libros de etimología ya que los libros académicos tienden a ser caros.
    • Las bibliotecas universitarias probablemente tendrán más recursos disponibles que las bibliotecas públicas.
    • También existe la oportunidad de ahondar en tipos específicos de etimología que pueden interesarte. Por ejemplo, puedes conseguir un libro de etimología asociado con idioma o dialecto específico o con un campo en particular, como geografía o medicina.
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    Sigue un blog o podcast relacionado. Hay muchos blogs y podcast populares dónde puedes leer y escuchar historias acerca de etimología. Ambas ofrecen una forma divertida e informativa de mantenerte al día con tu pasatiempo del estudio de la etimología.
    • Si de blogs se trata, prueba Ya está el listo que todo lo sabe.[13]
    • Cuando se trata de podcasts, prueba WilsonSucari quíen explora al etimlogía de diferentes términos en español.[14]

Método 4
Método 4 de 4:
Estudiar etimología formalmente

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    Toma un curso para obtener el crédito. Muchos colegios y universidades ofrecen cursos tradicionales y en línea relacionados etimología. El listado de cursos disponibles no será amplio, pero es probable que haya uno o dos en las mejores instituciones de enseñanza superior. Los mejores lugares para buscar clases relacionadas con etimología son los departamentos de Clásicos, Español y Lingüística.
    • Recuerda que tendrás que inscribirte en un colegio o universidad para poder tomar un curso con ellos. La mayoría de cursos que se toman por un crédito requieren que seas aceptado como estudiante a través de un proceso formal de solicitud y tendrás que realizar pagos.
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    Solicita tu admisión para un grado en un programa de lingüística. Actualmente, no hay universidades que ofrezcan grados en etimología específicamente. Sin embargo, muchas instituciones de educación superior sí tienen un departamento de lingüística que ofrece grados de bachiller, master, y doctorado. Obtener un título en lingüística es la mejor preparación que puedes obtener para convertirte en un historiador de palabras profesional.[15]
    • El ranking de universidades QS publica una lista anual de los mejores programas internacionales en lingüística de acuerdo a sus fortalezas en investigación y su reputación; consideran además el radio de estudiantes, docentes y su diversidad.[16]
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    Consigue un trabajo o una pasantía relacionados. Estudia etimología de manera práctica. No hay mucha demanda de etimólogos profesionales hoy en día. Sin embargo, si quieres buscar una carrera en historia de las palabras, la mejor forma de hacerlo es buscando una posición de editor con un diccionario de calidad, como el Diccionario en Inglés Oxford.[17]
    • Los diccionarios necesitan que sus definiciones y etimologías sean actualizados constantemente, lo que significa que siempre necesitan personal editorial. Busca trabajo en los diccionarios que te interesan. Podría ser desde el diccionario Larousse hasta Diccionary.com.

Consejos

  • ¡Lee! Mientras más leas, más palabras verás. Cuando veas las palabras en uso, reconocerás otras palabras que se parecen o se usan de forma similar. Esto puede ser un buenísimo punto de partida para otro rápido estudio etimológico.
  • Trata de buscar todo tipo de palabras, desde anatomía (muñeca, bíceps, rodilla, dedo, etc.) hasta palabras más locas; argot por ejemplo (pero toma en cuenta que algunas, si son muy nuevas, puede que no hayan llegado al diccionario).

Advertencias

  • Dado a que nuestro registro del idioma está incompleto y muchos idiomas no tienen un registro escrito, la etimología no es una ciencia perfecta. Sólo puede intentar recrear la historia de las palabras basado en la limitada evidencia que tenemos disponible.
  • Ya que la etimología no es una ciencia exacta, no todas las etimologías de una palabra en particular serán iguales. Algunas de sus raíces e historias pueden inclusive ser motivo de debate. Revisa más de una definición etimológica para ver cómo han interpretado la historia de una palabra distintos etimólogos.
  • La Internet contiene muchas etimologías y orígenes falsos, asegúrate de hacer investigación usando un diccionario acreditado. Un ejemplo de esto es CANOE, “Comité para asignar origen naval a todo”, ¡no es un verdadero comité!, da explicaciones totalmente falsas.

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Categorías: Lectura y comprensión