Si te parece que tu pelo se torna grasoso con mayor rapidez de lo normal, no eres la única. Muchas personas tienen que lidiar con el pelo aceitoso o grasoso a lo largo del día. Por fortuna, puedes cambiar tus técnicas de lavado y peinado de varias formas para que tu pelo no se torne grasoso. Prueba con algunos de estos consejos (¡o todos!) para que tu cabello frondoso permanezca lustroso y limpio durante días.

Método 1
Método 1 de 12:
Reduce la frecuencia con la que te laves el pelo.

  1. 1
    De hecho, lavarte el pelo todos los días puede hacer que se vuelva más grasoso. Prueba en cambio con dejar 2 o 3 días entre un lavado y otro para obtener los mejores resultados. Si bien quizás tome unas semanas, tu pelo realmente dejará de producir tantos aceites naturales todos los días, lo cual ocasionará que esté menos grasoso.[1]
    • En los días en los que no te laves el pelo, dúchate con un gorro de ducha para que tu pelo permanezca seco.
    • Si sudas mucho, quizás debas lavarte el pelo más a menudo. Haz el intento de lavarte con champú con mayor o menor frecuencia hasta encontrar el cronograma que te funcione.
    Anuncio

Método 2
Método 2 de 12:
Prueba con un champú para pelo aceitoso.

  1. 1
    Estos champús son más suaves y ocasionan una menor acumulación en el pelo. Busca productos que digan "para pelo aceitoso", "champú clarificante" o "menos acumulación" para encontrar uno que sea adecuado para ti. Los champús para pelo aceitoso trabajan quitando con suavidad la suciedad y la mugre sin irritarte el cuero cabelludo.[2]
    • Busca un champú que contenga sulfato de zinc para ayudar a limpiar el cuero cabelludo y controlar la acumulación de grasa.[3]
    • Al lavarte el pelo, haz el intento de no refregarte el cuero cabelludo con demasiada fuerza. Esto no hará que tu pelo quede menos grasoso y podría enredártelo.
    • No es necesario que uses una enorme cantidad de champú. Una cantidad del tamaño de una moneda es perfecta para limpiarte el cuero cabelludo, aunque tengas el pelo muy largo.

Método 3
Método 3 de 12:
Lávate el pelo con agua fría o tibia.

  1. 1
    El agua caliente despoja el pelo de sus aceites naturales. Si quieres obtener los mejores resultados, mantén el agua de la ducha lo más fría posible, sobre todo al enjuagarte el champú y el acondicionador. El agua fría cierra la cutícula del pelo, y esto ayudará a mantener dentro la humedad.[4]
    • Asimismo, el agua caliente ocasiona que los poros (incluso los del cuero cabelludo) produzcan una mayor cantidad de sebo, o aceite espeso. Este aceite espeso empezará a desplazarse hacia abajo por los mechones de pelo desde el cuero cabelludo apenas salgas de la ducha caliente.
    Anuncio

Método 4
Método 4 de 12:
Aplícate el acondicionador en las puntas, no en el cuero cabelludo.

  1. 1
    Si bien el acondicionador es muy humectante, también puede ser grasoso. Si de por sí estás lidiando con el pelo grasoso, evita añadirle más grasa aplicándote acondicionador en las raíces. Al usar acondicionador después de aplicarte champú, debes hacerlo empezando por la mitad del cabello y llegando hasta las puntas.[5]
    • Siempre asegúrate de enjuagarte muy bien el acondicionador antes de salir de la ducha.
    • Si tu pelo es ondulado o rizado, hidrátate los rizos a lo largo del día sin agobiarlos usando un acondicionador en seco. Enfoca el acondicionador en las puntas para no añadir más grasa a la zona del cuero cabelludo.

Método 5
Método 5 de 12:
Usa un champú en seco entre champús normales.

  1. 1
    El champú en seco ayuda a absorber la acumulación de grasa y desarrollar volumen en el pelo. Rocíate un poco de champú en seco cerca de las raíces y luego frótatelo en el cuero cabelludo con los dedos. Los aceites naturales se absorberán y te dejarán el pelo con un aspecto más limpio y lustroso.[6]
    • Si tienes dificultades para dispersar el champú en seco con los dedos, hazlo con un cepillo.
    • Si tu pelo es oscuro, asegúrate de comprar un champú en seco invisible de forma que no adquieras un tono grisáceo en las raíces debido al polvo blanco.
    Anuncio

Método 6
Método 6 de 12:
Cepíllate el pelo una vez al día.

  1. 1
    Cepillarte en exceso de hecho puede hacer que el cuero cabelludo produzca una mayor cantidad de aceite. En cambio, cíñete a cepillarte el pelo una vez antes de ducharte y luego desenredártelo con un peine de cerdas anchas cuando esté mojado. Asegúrate de que el cepillo te toque el cuero cabelludo para quitar la piel muerta y darle una sensación limpia a tu pelo.[7]
    • Ten mucho cuidado al peinarte el pelo cuando esté húmedo o mojado. Empieza por las puntas y desplázate con lentitud hacia arriba para no rasgarte ni arrancarte el pelo.
    • Si ya te cepillaste el pelo ese día pero se desordena mucho, no te preocupes por cepillarte rápidamente. Enfócate en las puntas del pelo para alisarlas y volver a darle un aspecto perfecto a tu pelo.

Método 7
Método 7 de 12:
Busca productos para peinar "sin grasa" o "libres de aceite".

  1. 1
    Los geles y las lociones de hecho pueden añadirle grasa a tu pelo. Si usas un producto para peinar de algún tipo, asegúrate de no elegir uno equivocado. Haz el intento de buscar productos diseñados para el pelo aceitoso para que no se acumulen.[8]
    • La glicerina vegetal, la hoja de sábila y el ácido cítrico son ingredientes comunes en los productos libres de aceite.[9]
    • Los productos para peinar que sean pesados también pueden agobiar el pelo y darle un aspecto más grasoso, sobre todo si tienes el pelo fino o delgado.
    • Si te parece que tienes una acumulación de productos en el pelo, límpiate el cuero cabelludo con un champú clarificante.
    Anuncio

Método 8
Método 8 de 12:
Intenta no tocarte el pelo.

  1. 1
    El aceite de las manos puede transferirse al pelo. Si no vas a peinarlo, intenta no tocártelo a lo largo del día. De ser necesario arreglarte el pelo, hazlo con un cepillo o peine limpio y no con los dedos.[10]
    • Si quieres que tu pelo permanezca en su lugar, prueba con usar laca o arcilla para no tener que tocártelo de manera constante.
    • Mantén el pelo fuera del rostro con pasadores o una diadema de forma que no tengas que quitártelo de los ojos.

Método 9
Método 9 de 12:
Deja que el pelo se seque al aire en lugar de secarlo con secadora.

  1. 1
    El calor de la secadora de pelo puede despojarlo de sus aceites naturales. Esto puede ocasionar que el pelo compense en exceso y dar como resultado que tengas el cuero cabelludo aún más grasoso. En general, haz el intento de dejar que tu pelo se seque al aire para que se mantenga saludable y libre de grasa.[11]
    • Si dejas que tu pelo se seque al aire, esto también lo mantendrá más saludable y reducirá las puntas abiertas.
    • Si quieres secarte el pelo con calor de vez en cuando, asegúrate de usar un protector térmico en aerosol para evitar los posibles daños.[12]
    • Asimismo, alisarte el pelo puede ocasionar una acumulación de grasa, ya que hace que el pelo se encuentre más cerca del cuero cabelludo.[13] Haz el intento de limitar el uso de herramientas de peinado con calor para que tu pelo y cuero cabelludo permanezcan saludables.
    Anuncio

Método 10
Método 10 de 12:
Limpia las herramientas para peinar.

  1. 1
    Los cepillos o planchas sucios pueden redistribuir el aceite por el pelo. Si no has limpiado tus herramientas para el pelo en un tiempo (o nunca), límpialas usando un paño húmedo con agua tibia. Deja secar muy bien las herramientas antes de volver a usarlas para no dañarte el pelo ni dañar las herramientas.[14]
    • Debes limpiar las herramientas con frecuencia, sobre todo si las usas todos los días.

Método 11
Método 11 de 12:
Evita los productos para el pelo seco o dañado.

  1. 1
    Los productos de este tipo pueden dejar una película delgada encima del pelo. Esto es bueno para el pelo que de verdad esté seco o dañado (la película delgada le da al pelo un aspecto lustroso y liso), pero lo único que hace en el caso del pelo que tenga propensión a ser aceitoso es añadirle más peso y darle un aspecto más grasoso. Si es necesario que uses estos productos, haz que permanezcan en las puntas del pelo.[15]
    • Asimismo, debes evitar los productos para alisar o dar brillo, ya que pueden hacer lo mismo.
    Anuncio

Método 12
Método 12 de 12:
Quítate los sombreros y gorros lo más pronto posible.

  1. 1
    Los sombreros pueden atrapar el aire y el calor en el cuero cabelludo, lo cual ocasiona una mayor cantidad de grasa. Si te pusiste un gorro o una gorra de béisbol, trata de quitártelo apenas llegues a casa o a tu destino. Para obtener los mejores resultados, haz el intento de no usar sombreros a menos que tengas la intención de lavarte el pelo pronto para que no haya una acumulación de grasa.[16]
    • Si quieres cubrirte el pelo, prueba con un pañuelo o pañoleta. El material liviano permitirá que fluya el aire y no contribuirá a la acumulación de grasa.

Consejos

  • Usa accesorios o un peinado recogido para ocultar la grasa. Prueba con pasadores para sujetar mechones de pelo fuera del rostro o recógete el pelo en una cola de caballo o un moño desordenado después de aplicarte un poco de champú en seco.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Patrick Evan
Coescrito por:
Estilista profesional de cabello
Este artículo fue coescrito por Patrick Evan. Patrick Evan es el propietario de Patrick Evan Salon, una peluquería en San Francisco, California. Ha sido estilista durante más de 25 años y es especialista en reacondicionamiento térmico, dedicado a transformar rizos y ondas difíciles en cabello brillante y liso. Patrick Evan Salon fue calificado como el mejor salón de belleza en San Francisco por la revista Allure, y el trabajo de Patrick ha sido presentado en Woman’s Day, The Examiner y 7x7. Este artículo ha sido visto 293 059 veces.
Anuncio