Ya sea que practiques o no una religión, si alguien intenta dirigir tu atención hacia una conversación o tal vez hacia una discusión relacionada con la religión, es posible que sientas que el momento y la situación son incómodos. También es posible que simplemente no te interese la discusión. Intenta cambiar el tema y, si no funciona, puedes terminar la conversación firmemente. Si simplemente no puedes escapar de la conversación sobre religión con una persona, establecer algunas reglas básicas puede hacer que la situación sea más llevadera.

Método 1
Método 1 de 3:
Cambiar la conversación

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    Redirige el tema sutilmente para ser cortés. Esta es la forma más cortés de evitar la conversación acerca de religión. Si alguien saca el tema, continúa con algo que no esté relacionado sin que sea demasiado obvio. Intenta plantear preguntas que hagan que la otra persona hable sobre diferentes cosas en las que parezcas tener interés.[1]
    • Por ejemplo, imagina que la prima Mari dice algo como “Estos días los niños ya no van a la iglesia. Es por todo ese rock and roll que escuchan. ¿Cierto?”.
    • Podrías continuar con “Hablando de niños, te he querido preguntar: ¿cómo le va a tu hija en la universidad?”.
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    Cambia a un tema seguro antes de que mencionen la religión. Si sabes que hablarás con personas a las que les gusta mencionar la religión, hazte cargo y guía la conversación hacia otro lado. Anticipándote, puedes detener la conversación incómoda incluso antes de que comience.[2]
    • Prepara algunos temas de conversación neutrales, como "Entonces, ¿qué piensan del último episodio de Juego de Tronos?" o "¿Alguien tiene planes para viajar en el verano?".
    • Cuando estés cerca de la persona a la que le gusta hablar de religión, simplemente conduce la conversación con alguno de estos temas neutrales.
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    Encuentra a alguien que sea un amortiguador. Integrar a alguien nuevo en la conversación puede producir un cambio natural del tema. Si alguien no deja el tema de la religión, tener un amortiguador también significa que no te estancarás en una situación incómoda.[3]
    • Puedes hacer el cambio repentinamente, como "Oye, ¿está Pam por ahí? ¡Vamos a conversar con ella! ¡Pam! ¡Aquí!”.
    • Intenta que una amigo o aliado sea tu amortiguador. Probablemente se dará cuenta de lo que está pasando e intentará ayudar.
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    Responde con un silencio total. En ocasiones, no decir nada en absoluto es la mejor forma de dar a entender un punto. Si alguien menciona la religión de un modo incómodo, míralo y no digas nada. Requiere un poco de valor, pero mantén el silencio por algunos segundos y después cambia hacia un tema neutral. Esto debería indicar claramente que no es un momento adecuado para hablar de religión.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Terminar la conversación

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    Inventa una excusa para irte. Una pequeña mentira blanca está bien si intentas salir de una conversación incómoda sobre religión. Dile a la persona que ha sido divertido conversar, pero ya tienes que irte.[5]
    • Inventa una excusa en la que la otra persona razonablemente no te siga.
    • Por ejemplo, si dices que vas a rellenar tu bebida, es probable que intente seguirte.
    • En su lugar, di que tienes que llamar a casa y verificar cómo están las cosas.
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    Prueba la técnica del pivote duro. Si alguien hace algún comentario incómodo u ofensivo sobre religión, no tienes que responder de ninguna manera. Simplemente da la vuelta y vete. Esto podría considerarse grosero, pero es razonable si no es el momento o lugar para hablar sobre religión.[6]
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    Deja que los comentarios se pierdan en lugar de comenzar una discusión. Si alguien realiza un comentario religioso, incluso uno que te moleste, nadie dice que debas responder. Esto es especialmente cierto cuando parece ser un momento inoportuno para retomar el tema. Si no hicieron una pregunta especialmente dirigida a ti, solo deja ir el comentario. Vete tan pronto como puedas.[7]

Método 3
Método 3 de 3:
Establecer reglas básicas

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    Declara una zona libre de debate. Si no puedes escapar de la conversación y la persona no deja pasar el tema, dile de manera directa que no quieres hablar. De forma educada pero firme, recuérdale que la religión es un tema personal y sensible, y puede que no sea apropiado hablarlo en todas las situaciones. Sugiere que por el bien de los demás, es mejor no debatir sobre religión en ese momento.[8]
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    Sugiere hablar sobre religión en otro momento. Si la persona no es combativa, pero quiere hablar sobre religión, dile que sería mejor en otro momento y lugar. Si te interesa genuinamente hablar sobre religión con esa persona, incluso puedes fijar otro momento para hablar. Si solo quieres quitártela de encima, no especifiques el momento.[9]
    • Decir algo como “¿Por qué no hablamos acerca de esto en el próximo día de campo de la compañía?” debería funcionar.
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    Acepta estar en desacuerdo. Con las personas razonables, este viejo recurso realmente funciona. Si alguien menciona la religión en una situación inoportuna, dile que es posible que no estés de acuerdo en los asuntos espirituales y que probablemente deberían de hablar acerca de algo más.[10]

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