¿Has notado que tu piel luce apagada al mirarte frente al espejo? Esto puede ser muy frustrante, pero, afortunadamente, las exfoliaciones regulares permiten mejorar su aspecto de manera significativa. La piel se renueva por sí sola cada 28 días, y es normal que las células cutáneas muertas comiencen a acumularse. La exfoliación permite eliminarlas para tener una piel más joven. Usa un exfoliante químico o frota la piel del rostro y el cuerpo. Además, escoge un producto adecuado para tu tipo de piel.

Método 1
Método 1 de 3:
Frotar la piel

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    Escoge un exfoliante químico con ácido como una opción menos abrasiva. Un exfoliante químico es más suave que uno manual, por lo que es menos dañino para la piel. Busca un producto que diga que es un exfoliante químico. Además, lee la etiqueta para asegurarte de que contenga ácido glicólico, láctico, betahidroxibutírico o salicílico. Todos son exfoliantes muy populares. Puedes usarlos como parte de la rutina del lavado del rostro.[1]
    • Es posible que puedas usar un exfoliante químico todos los días, pero lo mejor es comenzar con dos o tres sesiones semanales para evaluar la tolerancia de la piel.
    • Lee las etiquetas del producto y sigue las indicaciones de uso.
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    Usa un exfoliante comercial o prepáralo en casa si tu piel lo tolera. Estas son preparaciones manuales para descamar la parte superior de la piel. Son muy útiles para eliminar las células muertas, pero pueden irritar la piel debido a su poder abrasivo. Prueba esta opción si buscas el pulido suave que ofrece.[2]
    • Un exfoliante con sal o azúcar es más suave que uno con perlas plásticas o nueces molidas.
    • Para preparar un exfoliante de sal o azúcar, añade dos cucharadas de sal o azúcar en tu limpiador regular. Como alternativa, mezcla 120 ml de aceite de oliva, dos cucharaditas de azúcar y 15 ml de jugo de limón para preparar un exfoliante facial.
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    Aplica el exfoliante con los dedos realizando movimientos circulares. Toma una cantidad equivalente a una moneda del exfoliante con la punta de los dedos. Luego, frótalo en el rostro con movimientos circulares. Masajea todo el rostro con el producto durante 30 segundos a 1 minuto.[3]
    • Toma más exfoliante con los dedos si necesitas más producto para distribuir en el rostro.
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    Enjuaga el exfoliante con agua fría y seca la piel dando golpecitos. Rocía el rostro con agua hasta eliminar todo el producto. Usa agua fría para encoger los poros. Luego, sécala con una toalla suave y limpia.[4]
    • Si has usado un exfoliante, asegúrate de no tener perlas o gránulos en la línea del cabello o en la piel. Deshacerte de todo el producto puede ser difícil.
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    Aplícate un hidratante en el rostro para suavizar la piel. Es posible que la piel se sienta un poco seca o tensa después de la exfoliación, por lo que es mejor hidratarla. Usa una loción facial inmediatamente después de exfoliarte para volver a humectar la piel. Escoge un producto formulado para tu tipo de piel. Luego, aplica una pequeña cantidad del producto en el rostro.[5]
    • Si usas un suero facial, aplícalo antes del hidratante.
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    Exfolia el rostro dos o tres veces por semana. Una exfoliación regular te permitirá lucir una piel radiante. Como mínimo, hazlo dos veces por semana. Si tu piel lo tolera, hazlo tres veces por semana.[6]
    • Si tu piel es sensible, es posible que solo puedas exfoliarla una vez por semana. Si lo deseas, puedes probar con dos o tres sesiones semanales, pero reduce la frecuencia si tu piel presenta resequedad, enrojecimiento o picazón.
    • El mejor momento del día para exfoliarse es por la mañana. La piel se renueva durante la noche, por lo que la mañana es el mejor momento para eliminar las células cutáneas muertas.[7]

    Variación: es posible que puedas usar un exfoliante químico todos los días si se trata de un producto suave. Sin embargo, deja de usarlo con tanta frecuencia si observas que te irrita.

Método 2
Método 2 de 3:
Escoger el exfoliante correcto para tu piel

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    Escoge el exfoliante que te resulte más cómodo si tu piel es normal. Tu piel seguramente tolere la mayoría de los exfoliantes, pero, si usas uno manual, podría irritarse. Para obtener los mejores resultados, prueba con un exfoliante manual o químico, pero úsalos en distintos días. Esto te ayudará a obtener los beneficios de ambos sin estresar la piel.[8]
    • Por ejemplo, puedes usar un exfoliante químico el domingo y uno manual el miércoles.
    • Si decides exfoliarte la piel tres veces por semana, puedes usar uno químico el domingo y el martes, y usar el manual el viernes.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Diana Yerkes

    Diana Yerkes

    Profesional en cuidado de la piel
    Diana Yerkes es la esteticista principal en Rescue Spa en la ciudad de Nueva York, Nueva York. Diana es miembro de Associated Skin Care Professionals (ASCP) y tiene certificaciones de los programas Wellness for Cancer y Look Good Feel Better. Recibió su educación en estética en el Aveda Institute y el International Dermal Institute.
    Diana Yerkes
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    Profesional en cuidado de la piel

    Usa un exfoliante enzimático en la ducha. Los exfoliantes enzimáticos son distintos a los químicos y físicos porque son como dos tipos de producto en uno. Se comercializan en forma de polvo para usar bajo la ducha todas las mañanas como limpiador. Humedece el rostro, aplica el polvo para convertirlo en espuma y masajea suavemente antes de enjuagar.

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    Aplica un exfoliante químico fuerte o usa uno manual si tu piel es grasa. Algunos exfoliantes químicos son más fuertes que otros. Asegúrate de que en los ingredientes figure “betahidroxiácidos” o un alto porcentaje de “alfahidroxiácidos”. También puedes usar un exfoliante manual para eliminar las células muertas de la piel.[9]
    • Si tu piel es grasa, posiblemente puedas exfoliarla tres veces por semana.

    Consejo: escoge un exfoliante suave si tu piel es oscura o eres propenso a desarrollar manchas oscuras. Algunos exfoliantes podrían dañar la piel y hacer que parezca irregular.

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    Usa una toalla y un exfoliante químico si tu piel es seca, sensible o propensa al acné. Escoge un exfoliante químico suave con ácido glicólico o láctico. Aplícalo en una toalla para una mejor exfoliación. Luego, frota suavemente el rostro una o dos veces por semana para eliminar las células muertas de la piel.[10]
    • Si observas que tu piel se irrita, aplica el producto con los dedos, en vez de usar una toalla.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Diana Yerkes

    Diana Yerkes

    Profesional en cuidado de la piel
    Diana Yerkes es la esteticista principal en Rescue Spa en la ciudad de Nueva York, Nueva York. Diana es miembro de Associated Skin Care Professionals (ASCP) y tiene certificaciones de los programas Wellness for Cancer y Look Good Feel Better. Recibió su educación en estética en el Aveda Institute y el International Dermal Institute.
    Diana Yerkes
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    Usa los productos exfoliantes con moderación. Usar un lavado, tonificador y limpiador exfoliantes podría ser demasiado para la piel. Un uso excesivo no será beneficioso. En cambio, encuentra el equilibrio para tu tipo de piel.

Método 3
Método 3 de 3:
Exfoliar el cuerpo

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    Usa un gel de baño exfoliante en la ducha todos los días. Busca un producto con un exfoliante químico o manual, como azúcar, sal o perlas de plástico. Dado que la piel del cuerpo es más gruesa, no hay problema en usar un exfoliante más fuerte con una mayor frecuencia. Frota el producto todos los días para mantener la piel suave y lisa.[11]
    • Si tu piel luce seca o irritada, reduce la frecuencia del tratamiento a dos o tres veces por semana.

    ¿Lo sabías? Las perlas plásticas pueden aumentar la contaminación del ciclo del agua, por lo que es mejor evitarlas. Afortunadamente, ¡el azúcar, la sal y los exfoliantes químicos son excelentes opciones para la piel!

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    Prueba una exfoliación con azúcar o sal de manera semanal para pulir la piel. Si quieres que tu piel realmente luzca suave y lisa, usa un exfoliante manual una vez por semana para mejorarla. Humedécela y masajea el producto en el cuerpo antes de ducharte. Comienza por los hombros y sigue aplicando el producto hasta llegar a los pies. Presta especial atención a los codos, las rodillas y los tobillos donde se suele acumular la piel.[12]
    • Si no usas un gel corporal exfoliante, no hay problema en usar uno manual dos veces por semana, si lo deseas.
    • Puedes comprar un exfoliante manual comercial o preparar uno en casa. Para preparar un exfoliante simple, mezcla partes iguales de azúcar morena o sal con aceite de coco, almendras o almendras dulces.
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    Aplica una presión leve y breve si usas una esponja o un cepillo seco. Estos accesorios permiten exfoliar la piel con mayor facilidad sin necesidad de usar un producto. Usa un cepillo o una esponja sobre la piel seca todos los días antes de ducharte. Comienza por los hombros hasta llegar a los pies. Mueve el cepillo o la esponja realizando una presión suave y breve para eliminar las células cutáneas muertas.[13]
    • Estos accesorios pueden irritar la piel, en especial si es sensible. En este caso, úsalos una vez por semana o prueba con otro exfoliante diferente.
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    Aplica un producto hidratante después de la exfoliación para nutrir la piel. Es normal que la piel se sienta seca o con picazón después de la exfoliación. Afortunadamente, puedes aliviar estas molestias al aplicar una crema o una loción corporal. Aplica tu hidratante favorito en el cuerpo tan pronto como salgas de la ducha.[14]
    • Usa aproximadamente un vaso de chupito de loción o crema corporal para cubrir todo el cuerpo. Sin embargo, puedes usar más si lo necesitas.

Advertencias

  • Si tu piel se irrita, pídele a un dermatólogo que te recete un exfoliante.[15]
  • No exfolies la piel si tienes un corte, una herida o una quemadura del sol. Esto solo causará irritación o empeorará el daño.[16]
  • A menudo, exfoliar la piel con una gran frecuencia puede dañarla. Comienza con una o dos exfoliaciones por semana y reduce su frecuencia si observas alguna irritación.[17]

Acerca de este wikiHow

Paul Friedman, MD
Coescrito por:
Dermatólogo certificado por la Junta Estadounidense de Dermatología
Este artículo fue coescrito por Paul Friedman, MD. El Dr. Paul Friedman es un dermatólogo galardonado y certificado por el colegio oficial que se especializa en cirugía láser y dermatológica, y dermatología estética. El Dr. Friedman es el director de Dermatology & Laser Surgery Center en Houston, Texas, y ejerce en el Laser & Skin Surgery Center de Nueva York. El Dr. Friedman es profesor clínico asistente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas, Departamento de Dermatología, y profesor clínico asistente de dermatología en el Colegio Médico Weill Cornell, Hospital Metodista de Houston. El Dr. Friedman completó su residencia en dermatología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, donde se desempeñó como jefe de residentes y fue galardonado dos veces con el prestigioso Premio Husik por su investigación en cirugía dermatológica. El Dr. Friedman completó una beca en el Laser & Skin Surgery Center de Nueva York y recibió el premio Young Investigator's Writing Competition de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Dermatológica. El Dr. Friedman ha participado en el desarrollo de nuevos sistemas láser y técnicas terapéuticas, siendo reconocido como un médico líder en el campo. Este artículo ha sido visto 28 749 veces.
Categorías: Cuidado de la piel