Hablar en público en si, no es tan sencillo como pareciera, el orador es un artista de la expresión oral, no es un poeta, pero crea obras de arte con la palabra, no es un actor pero se transforma en el escenario para hacer vivir, sentir y pensar a su público, es un buen comunicador que sabe hacerse entender y sabe lo que su público espera de él. Por eso se prepara mental y físicamente constante y disciplinadamente, por medio del estudio y la práctica de la técnica, de tal forma que pueda desarrollar sus habilidades, pero sobre todo, ama lo que hace, ama hablar en público porque siempre tiene algo que decir. Para mejorar tus cualidades orales en un discurso, sigue los siguientes pasos.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararse de antemano

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    Planea y organiza tu discurso o presentación incluyendo tres fases básicas. Estas son ambientación o introducción (informa sobre lo que dirás continuación), desarrollo del tópico (expone detalladamente el tema a tratar), y conclusión o síntesis (termina con una breve síntesis del tema desarrollado y preséntales un reto o asígnales una tarea.
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    Elabora un plan de presentación escrito. Este plan será tu base de discurso u oratoria y te servirá de guión durante la presentación.
    • Si tu presentación no tiene objetivos legales o políticos, es preferible que tu plan sea un breve bosquejo que destaca los puntos principales que debes explicar y así tendrás menos que leer. Esto te dará mucha flexibilidad al presentarlo y mejor contacto visual con los oyentes. La ventaja es que puedes conducir tu discurso como una conversación y de esa manera el público lo apreciará mejor. Pero en este caso debes estar bien preparado en cuanto a la sustancia del tópico, pues el orador debe saber de qué está hablando o es mejor quedarse callado. Aquí, la palabra operativa es “saber”.
    • Cuando tu presentación necesita satisfacer objetivos legales o de relaciones públicas, debes ser lo más breve posible y leer fielmente un discurso preparado y bien revisado por quienes tengan dominio del tópico, ya sea legal o técnico. Recuerda que si vas a incluir un periodo de preguntas y respuestas, tienes que saber todas las repuestas o de lo contrario fracasarás rotundamente. Otra vez, la palabra operativa es “saber”.
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    Confecciona adecuadamente la introducción. El propósito de la introducción es acaparar inmediata atención y despertar curiosidad o expectación por lo que viene después. Esto lo puedes lograr con un mínimo de tres ingredientes:
    • Captador de atención. Esto puede ser una acción física, una anécdota, un factor impresionante o un chiste. Lo esencial es que tiene que estar directamente enlazado con el tópico principal. Por ejemplo, en una calurosa tarde un cura comenzó su sermón diciendo: “Este jodi** calor nos va a derretir.” Al resonar esta vulgar palabra de la boca de un párroco, reinó el silencio en toda la iglesia y la absoluta atención quedó bajo el comando del astuto orador.
    • La conexión: Esta es una breve explicación que enlaza el captador de atención al tópico principal. Continuando el ejemplo anterior, el Padre hizo la conexión diciendo: “Eso fue lo que hoy escuché a uno de ustedes decir en el patio de este templo.”
    • Capitulación: Esto consiste en enumerar brevemente por orden todos los puntos que el orador intenta explicar y el procedimiento a seguir. Fiel al ejemplo en progreso, el religioso prosiguió anunciando: “Por eso en el sermón de hoy les hablaré de lo que piensa la iglesia acerca del uso de palabras profanas o vulgares, les explicaré cómo es que los términos profanos afectan nuestras vidas y seguro que aprenderán la mejor forma de evitar las vulgaridades.”
      • Notarás que en este ejemplo, el procedimiento es “hablaré”. El procedimiento puede combinar, sustituir o respaldar la oratoria con una película o video, presentación PowerPoint, material impreso, transparencias y cosas por el estilo.
      • Nota también que el religioso claramente identificó tres puntos principales en su capitulación.
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    Prepara el desarrollo. El desarrollo del tópico es el cuerpo viviente de tu presentación y durante él debes explicar con lujo de detalle lo que anunciaste durante la introducción. Durante el desarrollo debes tener en cuenta una serie de normas o procesos a seguir.
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    Sigue un orden. Al desarrollar el tópico debes mantener la estructura de toda explicación en orden lógica, es decir; orden numérica, alfabética, cronológica, de luz a oscuridad, de adentro hacia fuera, de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo o cualquier otro orden que sea razonable y simplifique el entendimiento.
    • Por ejemplo, cómo apagar la computadora se puede explicar en orden de procedimiento: 1. Cierras todos los programas 2. Cierras el sistema operativo 3. Apagas los parlantes 4. Apagas el monitor.
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    Usa transiciones o vínculos. Debes usar una transición entre medio de los puntos principales para evitar un abrupto cambio de tema, pues todo debe estar propiamente vinculado. Así es que debes usar términos o palabras como: “Por lo tanto” “Dicho esto” “Y tan importante como esto, también está” “También consideremos” y frases por el estilo.
    • Por ejemplo, “Con los programas cerrados, ahora podemos proceder a cerrar el sistema operativo.” Una excelente transición (si no es la mejor) es una pregunta cuya respuesta verbaliza el próximo punto de discusión. En ejemplos como, “¿Por qué cerramos los programas primero?”, “¿Qué tendríamos que hacer ahora?”, “¿Qué nos falta?” y “¿Quién es responsable de esto?, podemos entender que no es difícil crear la pregunta que nos llevará al próximo punto.
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    Usa lenguaje y términos especiales. Usa palabras y términos comunes para que te entiendan la primera vez sin dificultad. Digamos que estás hablando acerca de cortar acero estructural con explosivos y le dices al público que un material común para ese trabajo es trinitrotolueno. Seguramente muchos se preguntarán “¿Que es eso?” En cambio si hubieses dicho TNT en vez de trinitrotolueno, es más factible que todos te hubiesen entendido.
    • Por otro lado, puede ser que alguien te pregunte, “¿Qué quieren decir las iniciales TNT?” Debes estar técnicamente preparado para contestar, “Esa es la designación común de trinitrotolueno o bien pudiéramos decir, una abreviación de la composición química de ese explosivo.” Si es necesario destaca toda palabra clave en tu plan de presentación.
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    Incluye preguntas. Las preguntas son esenciales en un buen discurso. Tu plan debe incluir un gran número de preguntas. Durante una presentación o una clase, es buena práctica hacer una pregunta de cada dos minutos.
    • No necesariamente tienes que solicitar contestaciones al público , pues de igual manera las preguntas retóricas que tú mismo te contestas, estimulan el interés y la curiosidad. Sobre todo las preguntas incitan a pensar y te ayudan a mantener la atención.
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    Considera algunas anécdotas y chistes. Es magnifico intercalar algunas anécdotas o chistes en tu discurso, pues convierte el ambiente más ameno, pero no abuses. Recuerda que no vas a entretener, pues tu misión es vender ideas. Por lo tanto, todo cuanto digas en broma o seriamente, tiene que estar vinculado con el tópico principal de tu presentación.
    • No hagas chistes religiosos, racistas, políticos, sexuales o de cualquier otra índole que puedan ofender al público.
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    Enfócate en la conclusión o síntesis. Entre la introducción y la conclusión no se puede discernir cuál de las dos es más importante, pero por ser lo último que recordará el público, algunos opinan que la conclusión es lo más importante de una presentación. Una buena conclusión es breve y tiene tres partes básicas:
    • Preguntas y respuestas. Este es un breve periodo que le da una oportunidad a público para clarificar cualquier duda referente al tópico principal. Dependiendo del propósito de la presentación o su procedimiento, el periodo de preguntas y respuestas puede ser opcional. Si es apropiado puedes decir: “¿Tienen alguna pregunta referente a lo que hemos hablado?” Contesta las preguntas con la mayor brevedad, pues no vas a repetir tu discurso.
    • Recapitulación. Sin rediscutir lo ya hablado, enumera los puntos principales del discurso. Por ejemplo, “Si no hay más preguntas… prosigamos. Hoy hemos hablado de la introducción, el desarrollo del tópico y la conclusión o síntesis de una presentación. Estoy seguro que cada uno de ustedes ahora es capaz de escribir un buen plan.”
    • Declaración final. Esta declaración incita al público a hacer algo con la información diseminada durante la presentación y puede ser un reto o una tarea con impacto personal. Por ejemplo, “Visto que ustedes son vendedores, lo que han aprendido aquí vale lo mismo que su pan de cada día, pues aprendieron cómo vender ideas.”
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    Ten en cuenta el tiempo total y tiempo interno. Estos definen la duración de tu presentación y establecen cuántos minutos necesitas para explicar los puntos principales. Anota el tiempo interno en tu plan al final de cada punto de discusión.
    • Ten precaución para que la suma del tiempo interno no sea mayor al tiempo total. Recuerda que no todos los puntos requieren la misma cantidad de tiempo, pues algunas cosas no son tan complejas como otras.
    • Debes tener un presupuesto de tiempo para regular cuánto tiempo tomará tu discurso. Generalmente las presentaciones o clases toman de 30 a 50 minutos. Dependiendo de tu elocuencia, muchas personas puede que se aburran si te extiendes demasiado.
    • Nunca excedas 50 minutos, pues eso parece ser el término promedio de interés en humanos.
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    Realiza una revisión. Echa el orgullo de autor a un lado. ¡Tú no eres infalible! Cualquier discurso se puede mejorar hasta el infinito y nunca tendrás el mejor de los planes, así es que tienes que llegar a un punto donde tú y tus colegas estén conformes con tu plan.
    • Cuando un compañero te dice que no entiende algo o que algo en tu plan puede mejorar, tómalo en justa consideración, pues tu colega sabe más del tema que el público.
    • Si en cambio te muestras ofendido a causa de comentarios constructivos, tus colegas dejarán de comentar sobre tus errores u omisiones para no ofenderte, pero no olvides que será tu despiadado público quien hará los comentarios.
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    Ensaya tu discurso completo. Recita tu discurso ante tus compañeros y pídeles que tomen notas y participen de la misma forma que eventualmente lo hará tu público. Al final de la presentación cada uno debe de criticar de forma constructiva tu presentación y así sabrás lo que está bien y qué cosas necesitan modificaciones. Durante la práctica puedes validar el tiempo interno y el tiempo total.
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    Familiarízate con la presentación. Visita el lugar donde vas a conducir tu intervención con anticipación y así no tendrás sorpresas desagradables al último momento. Durante tus ensayos y preparación final, escucha lo que dices y si es posible graba tu discurso para escucharlo y descubrir tus deficiencias. El objetivo es eliminar los acentos y tendencias desagradables de tu voz, técnica de entrega y tu persona. Cuida tu presencia y el modo en que vistes, pues todos los ojos estarán sobre ti.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Practicar antes de la presentación

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    Calienta, relájate y visualiza. Levantando los brazos por encima de la cabeza, respira profundamente todo el aire posible por la nariz y retenlo por diez segundos, luego expira suavemente por la boca, pronunciando una "E" casi muda y al mismo tiempo baja los brazos hacia los costados, hasta liberar todo el aire. Luego vuelve a respirar profundamente, siempre por la nariz y luego libera el aire lentamente mientras repites las cinco vocales, "dibujando" en los labios cada vocal.
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    Mejora tu capacidad pulmonar. Respira como antes por la nariz, retén el aire por 10 segundos y luego suéltalo lentamente pronunciando el sonido de la consonante "S", mientras bajas los brazos hasta la altura de los hombros, retén nuevamente el aire por 10 segundos y luego vuelve a liberar el resto controladamente hasta terminar de bajar los brazos.
    • Toma un papel cualquiera, de tres por tres centímetros, colocarlo contra la pared a la altura de la boca, mantener una distancia mínima entre el trozo de papel y la boca de por lo menos seis a siete centímetros, aspirar todo el aire posible y luego soplando tratar de mantener el papel pegado a la pared el mayor tiempo posible. Toma una vela encendida colocada a 50 cm de distancia, luego de respirar profundo y trata de apagarla soplando con fuerza, luego aumentar la distancia 10 cm y así sucesivamente.
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    Respira con el diafragma. Para tomar conciencia del manejo diafragmático, en primera instancia inspirar todo el aire posible, coloca ambas manos sobre el abdomen y finalmente repite las siguientes sílabas, procurando "meter el estómago" cada vez que se pronuncie una: JA - JA - JA - JE - JE - JE - JI - JI - JI - JO - JO - JO - JU - JU - JU.
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    Aprende vocalización, dicción y expresividad. El mejor ejercicio para este punto es aprender trabalenguas:
    • Ejemplo 1: Si Pancha plancha, con cuatro planchas, con cuantas planchas Pancha plancha.
    • Ejemplo 2: Compré pocas copas, poca copas compré y como compré pocas copas pocas copas pagué.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Habla a tu público con naturalidad

  1. Imagen titulada Lt. Gov. Delivers the Convocation Speech at Morgan State University on Founders Day
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    Utiliza el volumen, el tono y el ritmo correctos. Cantar es el mejor ejercicio para desarrollar la capacidad de matizar la voz, a continuación juega con los volúmenes alto, medio y bajo, con los tonos grave, medio y agudo, así como con la velocidad lenta, media y rápida,con alguna canción que sea alegre y presente estas cualidades.
    • El timbre de tu voz debe ser lo más agradable posible, así es que evita la voz chillona.
    • No suenes como si estuvieras susurrando. Adapta el volumen de tu voz al espacio donde estás hablando pero habla con suficiente fuerza y una cadencia decidida. Evita caer en un mono-tono pues se te duerme el público. Sube y baja el volumen de tu voz.
    • No hables muy rápido ni muy lento pero varía la velocidad de tu conversación.
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    Asegúrate de que los presentes puedan oír y entender todo cuanto digas.
    • Trata de no gritar, pues te puedes quedar afónico en corto tiempo.
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    Evita las muletillas orales como bueno, ejem, esto, eheheh, vale, aahh, okay y cosas por el estilo.
    • Trata de no repetir la misma palabra en una frase. Tampoco uses la misma frase muchas veces. Esto tiende a distraer a quien te escucha.
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    Usa tus propias palabras. En tu discurso debes usar tus propias palabras y emplear un vocabulario sencillo, que sea comprensible para todos los públicos.
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    Evita dar muestras de vanidad, pues como orador tienes que ser una persona agradable y alguien vanidoso no es agradable. Haz consideraciones y respeta a tu público.
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    Nunca recites como un papagayo pues darás la impresión de que te memorizaste algo que no sabes ni entiendes.
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    Evita cualquier gesto que contribuya a distraer a tu público o que acentúe tu nerviosismo. Por ejemplo, cuando te mueves como una mecedora, caminas como un elefante amarrado, o mueves mucho tus manos.
    • Háblale a tu público pero no a la pizarra, la pantalla, o el proyector.
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    Mantén constante contacto visual y auditivo con el público. Tienes que poner énfasis en abarcar tantos sentidos de los concurrentes como sea posible.
    • Esfuérzate por mirar a la gente a los ojos, pues si diriges tu visión sobre sus cabezas, al suelo o hacia las murallas del lugar, perderás su atención. Ejercita tu mirada y mueve tus ojos de una persona a otra para que sientan que tú estás hablando con ellos.
    • Aunque debes usar pausas para indicar énfasis, evita periodos muertos o silenciosos en tu presentación, de lo contrario darás la impresión de que se te olvido el discurso y perderás el contacto con quienes te escuchan.
    • Si tu público tiene participación activa durante la presentación, no permitas que uno de ellos cree un periodo muerto o de silencio. ¡Tú controlas todo!
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Consejos

  • No tiene gran valor ensayar ante un espejo, pues solo te distrae cuando admiras tú linda cara y lo más importante es que el espejo no habla y no te puede criticar de forma constructiva.
  • Observa cómo hablan los locutores de radio, políticos, maestros de ceremonias, presentadores o locutores de televisión y trata de aprender algunas de sus técnicas.
  • Medita e imagina qué argumentos hay detrás de cada acción que planeas realizar en tu presentación. ¡Prepárate para enfrentar cualquier eventualidad!
  • Estudia los gestos que hace la gente al hablar y descubrirás que esos gestos pueden ser una fuente de distracción. Cuando tú hables no permitas que el oyente se distraiga con tus gestos o persona, pues el objetivo es que te escuche atentamente.
  • Enriquece tu vocabulario siempre que puedas mediante tus intercambios sociales, o mediante tus lecturas. Antes de una presentación, consulta el diccionario o enciclopedia por el significado de las palabras que no entiendas.
  • Antes de enfrentarte ante un auditorio, ejercítate con una respiración tranquila.
  • No uses el atril como una muleta. Si es posible no te escondas tras el atril y circula cerca de tu público.
  • Ten en cuenta que la habilidad de comunicar información oralmente, requiere organización de ideas y una eficaz estrategia de entrega. Aunque algunas personas somos oradores innatos, hablar en público con elocuencia es una destreza que con razonable práctica se puede aprender y desarrollar. En el moderno mundo laboral, la habilidad de informar a grupos es necesaria porque nuestra sociedad es intensa en información y comunicación.
    • Por esa razón, la expresión oral influye en todas las fases de nuestras relaciones humanas. Hasta cierto punto, la elocuencia con la cual nos comunicamos a nivel individual, dicta la efectividad personal que proyectamos en el mundo laboral y hasta en lo íntimo o sentimental. Aunque la comunicación escrita sigue siendo importante, hoy en día la gente no lee tanto como antes y nuestro mundo depende más del multimedia.
  • Ten en mente que la comunicación oral es una forma eficiente de informar a grupos y respaldar o suplementar otros medios. Pero recuerda que las diferencias y consecuencias entre comunicaciones escritas y orales pueden ser graves. **Contrario a pensamientos escritos, lo que hables incorrecto es muy difícil o imposible de borrar y los errores orales son muchas veces irreparables. Es por eso que un buen discurso o presentación informativa, no sucede por accidente o impromptus.
  • Observa a las personas que debido a su profesión usan su voz. Cuando ellos hablan, lo hacen de forma natural y efectiva. Su elocuencia despierta la atención e interés en la mayoría de quienes les escuchan y son capaces de mantener ese contacto hasta terminar su discurso. Aunque pareciera que improvisan de manera espontánea, su discurso está previamente planeado y ensayado.
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Advertencias

  • Nunca te presentes a disertar sin tener un plan de presentación.
  • El nerviosismo es normal y benigno si se puede mantener bajo control. Si no sientes un poco de nerviosismo al enfrentar el auditorio, no puedes ser efectivo.
  • Cuando hables en público debes de vibrar para que aquellos que te escuchan también vibren.
  • Aunque todo discurso tiene su punto jovial o dramático, evita las payasadas. No trates de actuar o entretener como si fueras un humorista.


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Categorías: Discursos
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