Los comediantes hacen que se vea fácil, pero crear un chiste gracioso en realidad requiere mucha previsión. Tendrás que elegir un objetivo y luego buscar una manera de hacerlo risible de manera entretenida, no ofensiva, para tu público. El límite podría no ser muy claro, pero ¡los resultados sí que valdrán la pena! Lee el presente artículo para descubrir cómo hacer chistes que harán que tus amigos se maten de risa.

Método 1
Método 1 de 3:
Pensar en un objetivo

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    Haz chistes sobre ti. Convertirte en el blanco de tu propio chiste garantizará que la gente se eche a reír. El humor que consiste en burlarse de uno mismo tiene algo que desencadena el “schadenfreude”, es decir, el acto de gozar el dolor de otra persona, el cual constituye la base de muchos chistes de comediantes famosos. Observa qué aspectos tuyos son tristemente hilarantes y exprésalos para que los demás se rían.
    • Soy muy bueno en la cama. Puedo dormir como 10 horas seguidas sin despertarme ni una sola vez. — Jen Kirkman
    • Lo que me deprime del tenis es que, aunque juegue mucho, nunca seré tan bueno como la pared. Una vez jugué con la pared. Era implacable. — Mitch Hedburg
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    Haz un chiste sobre tu cónyuge, novio o novia. Todos hemos visto a los comediantes utilizar a sus parejas como blancos para sus chistes. Así, muchos se sentirán identificados y lograrás que muchos se den a las carcajadas. Si no tienes novio o novia, podrías burlarte de los novios y novias en general.
    • Los hombres heterosexuales nunca sabrán lo costoso que es ser mujer. Por eso tienen que pagar la cena. — Livia Scott
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    Dirígete a un grupo de gente. Los hípsteres, rednecks, políticos, abogados, ricos, niños, ancianos, hombres, mujeres…la lista no tiene fin. Los chistes sobre grupos de gente sacan las risas más sonoras, pero cuidado de no ir muy lejos, o podrías ofender al público.
    • Todos saben que los hípsteres son como bichos de cama humanos. Ves uno y probablemente haya 40 más debajo de tu cama, juzgando tu música. — Dan Soder
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    Búrlate de un lugar o situación. Una parada de autobús, la escuela secundaria, el banquillo de deportes, un avión, la oficina, una cafetería, el baño y muchos más son excelente material para los chistes. Observa qué es peculiar, molesto o sorprendente sobre algún lugar donde hayas ido o algo que hayas visto.
    • Me críe en Newark, New Jersey. Si Nueva York es la ciudad que nunca duerme, Newark, New Jersey es la ciudad que te mira mientras duermes. — Dan St. Germain
    • Nunca voy a entender por qué cocinan en la televisión. No puedo olerlo, comerlo o saborearlo. Al final del programa sostienen el plato frente a la cámara: “Bueno, aquí está. No les daremos nada. Gracias por sintonizarnos. Adiós”. — Jerry Seinfeld
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    Profundiza sobre una persona específica o un evento actual. Habla sobre alguien o algo famoso como el presidente, una celebridad de Hollywood, un personaje del deporte o alguien que siempre salga en las noticias. Los chistes sobre famosos son excelentes, pues casi todos sabrán de quién vas a hablar y disfrutarán reírse a costa de los ricos y famosos.
    • Me pregunto a veces si Jeremy Irons se ríe para sí mientras mira Iron Man. — Jon Friedman[1]
    • He estado usando tantas bufandas últimamente que me pregunto si mis ancestros provenían del micrófono de Steve Tyler. — Selena Coppock

Método 2
Método 2 de 3:
Crear humor

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    Agrega un elemento de lo absurdo. Crea un contraste extraño entre tu objetivo y algo más. Este tipo de humor atrae especialmente a los niños, adolescentes y los fanáticos de las payasadas.
    • Si las tostadas siempre caen con el lado de la mantequilla hacia abajo y los gatos siempre, sobre sus patas, ¿qué pasaría si pones una tostada en la espalda de un gato y lo dejas caer? — Steven Wright
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    Haz que sea un poco pervertido. Algunos comediantes hacen chistes un poco pervertidos, mientras que otros solo recurren a ellos de vez en cuando. Uno o dos chistes así ayudarán a que el público se sienta relajado, llamarán su atención y los ayudará a sentir que son parte de algo. Es una manera fácil de crear una relación; después de todo, todos se sentirán identificados.
    • Mi esposa quería que nuestra bebé se llame Débora. Tenía que hacerle recordar que nuestro apellido era Cabezas. — Bryan Cox
    • Dios me dio un pene y un cerebro, pero desafortunadamente no mucha sangre como para que circule en ambos al mismo tiempo. — Robin Williams[2]
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    Di algo chocante o sorpresa. ¿Qué no se ha dicho ya? ¿Qué enfoque único tienes? También podrías hacer reír a la gente diciendo algo que normalmente no se diría sobre un grupo o una persona que se considera inocente, tales como los niños, tu abuela, las monjas, los gatitos…entiendes la idea.
    • Un amigo te ayudará a mover los muebles. Un mejor amigo te ayudará a mover un cuerpo. — Dave Attell
    • Si Dios hubiera escrito la Biblia, la primera línea habría sido: “Es redonda”.' — Eddie Izzard
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    Recurre a los estándares antiguos. Ciertos tipos de chistes parecen arrancar risas constantemente pese a que ya los hemos escuchado anteriormente, por ejemplo, los chistes sobre la mamá, las novias, los novios desordenados.
    • Los hombres quieren lo mismo de su ropa interior que de una mujer: un poco de soporte y un poco de libertad. — Jerry Seinfeld
    • Un saltamontes entra a un bar y el camarero le dice: “Oiga, ¡tenemos un trago con su nombre! El saltamontes se muestra sobresaltado y responde: “¿Tiene un trago que se llama Esteban?”.
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    Procura que los demás se puedan identificar. No vas a hacer reír a nadie a menos que los demás se vean un poco a sí mismos en el chiste. Si no se identifican contigo como comediante ni con el blanco, tendrás miradas desconcertadas. Cuando la gente cuenta un chiste, es como una catarsis, por eso a todos les gusta, ¿no?
    • Las rosas son rojas, las violetas son azules, soy esquizofrénico y por eso lo soy. — Billy Connolly
    • Las damas tienen que decir que no a sus esposos en el cine. Deben decirles: “No, vamos a ver la secuela sobre el cáncer. Y luego esta película sobre el cráter.' — Tina Fey
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    Cuenta un chiste tan bobo que sea gracioso. Los juegos de palabras entran en esta categoría, también los chistes sobre rubias, sobre bebés y de “toc, toc”.
    • Me niego hablar con alguien que tenga babosas de mascota. Soy INTOLERANTE A LA BABOSA. — Gilbert Gottfried

Método 3
Método 3 de 3:
Hacer el chiste en el momento adecuado

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    Conoce a tu público. El objetivo del chiste es que sea gracioso para el público; de lo contrario, estarás frente a puras caras largas. Si tu público es una habitación llena de chicas de secundaria, ni se te ocurra hacer chistes sobre ellas. Ve con cuidado si vas a hablar sobre una figura política o celebridad en su ciudad natal. Un chiste podría ser hilarante para un grupo de gente, mientras que otro podría terminar tirándote tomates podridos.
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    Procura que sea simple y corto. Contar una historia larga de más de un par de minutos aburrirá a tu público. Practica contando chistes más cortos para que te hagas una idea de cómo presentarlos de la mejor manera antes de proseguir a contar historias completas. Recuerda que los mejores chistes no siempre son los más inteligentes ni lo más detallados, solo tienes que darle en el clavo.
    • Mira a la gente con la que hablas. Si ves que sus ojos empiezan a divagar, concluye el chiste.
    • Si el primer chiste hace reír, podrás decir más de uno seguido. Acumula la energía que hayas creado.
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    Domina la expresión que no delata nada. Si tienes una sonrisa de oreja a oreja mientras cuentas un chiste, la gente se distraerá. Además, sonreír por tu propio chiste dará a entender el final antes de si quiera llegar. Más bien, tu rostro deberá verse serio, haz contacto visual y presenta el chiste como si estuvieras diciendo algo común y corriente como “Voy a la tienda a comprar leche”. Tu presentación será tan importante para el efecto de tu chiste como su contenido”.
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    Domina el tiempo. Después de presentar el chiste, haz una pausa antes de contar el final. Hacerlo así hará que el público tenga la oportunidad de reflexionar y adivinar durante un momento antes de que lo sorprendas con tu final graciosísimo. Eso sí, no esperes mucho o la energía del chiste se desvanecerá.
    • Un hombre entra al consultorio del doctor y le dice: “Me golpeé el brazo en varias partes”. El doctor le responde: “Bueno, ya no vaya ahí”. — Tommy Cooper
    • No me importa si crees que soy racista. Solo quiero que creas que soy flaca. — Sarah Silverman

Consejos

  • La mayoría de los chistes no se hace en diez minutos. Podría tomarte un buen tiempo hacer uno que tenga sentido.
  • Verás mejoras con la práctica.
  • Siempre deberás tener tacto para no ofender a otras personas con chistes racistas, religiosos, relativos a alguna nacionalidad, etc. Si tienes dudas al respecto, simplemente pregúntate: “¿Le molestaría a alguien que contara un chiste que pudiera ser ofensivo?”.
  • Un chiste bueno y exitoso requiere un buen sentido de “intertextualidad”. Un término de los medios: usar el conocimiento del público en un juego de palabras u otro tema.

Advertencias

  • Los chistes son graciosos solamente una vez. No repitas chistes, aunque creas que alguien no haya estado escuchando, sino reducirás su efecto. Lo más probable es que alguien más se lo cuente.
  • Debes estar preparado para el fracaso.

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Categorías: Chistes y bromas
Resumen del artículoX

Para hacer una broma, deberás mantenerla simple y corta, de modo que no pierdas el interés del público. Asimismo, mantén una cara seria y evita sonreír mientras la cuentes, ya que esto podría arruinar el remate. Luego de contar las partes previas al remate, espera unos segundos antes de contarlo, así el público tendrá tiempo para tratar de adivinar y luego sorprenderse. Si no sabes con certeza sobre qué bromear, bromea sobre ti, ya que todos adoran un poco de humor en el que el comediante se burla de sí mismo.