El jabón de ceniza se elabora a base de la lejía proveniente de la ceniza de la madera dura. Una vez que recojas el agua de lejía concentrada, podrás convertirla en jabón cocinándola con grasa. En las recetas tradicionales de la época colonial se utilizaba grasa animal, aunque también puedes usar otros tipos de grasa. Debido al tipo especial de lejía que se utiliza para hacerlo, el jabón de lejía no produce mucha espuma. Además, es mucho más suave que otros tipos de jabón. Sin embargo, esa característica no lo hace menos efectivo que otros tipos de jabón.

Ingredientes

Lejía

  • 10 tazas (1 kg) de ceniza blanca de madera dura
  • 6 a 8 litros (1 ½ a 2 galones) de agua blanda

Jabón

  • ⅜ de taza (90 ml) de lejía concentrada
  • 1 taza (240 ml) de grasa derretida (manteca, aceite de coco, etc.)

Parte 1
Parte 1 de 4:
Extraer la lejía

  1. 1
    Ponte prendas de vestir viejas, guantes de goma y gafas de protección. La lejía hecha de ceniza de madera (hidróxido de potasio) es menos cáustica que la lejía comprada en la tienda (hidróxido de sodio), aunque todavía puede ocasionar quemaduras graves. Por lo tanto, es importante que mantengas tu piel y ojos protegidos.[1]
    • Usa guantes de goma que se extiendan hasta los codos. También es recomendable que uses un par de botas de goma.
    • No te quites las prendas viejas, los guantes ni las gafas de protección hasta que hayas terminado de hacer y verter el jabón.
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    Reúne 10 tazas (1 kg) de cenizas blancas de una hoguera. Quema un poco de madera dura hasta que el fuego se extinga. Reúne las cenizas y pásalas a través de un colador a un recipiente. Mantenlas en el recipiente y desecha las cenizas negras que hayan quedado en el colador.[2]
    • Las cenizas negras contienen demasiado carbón para producir buena lejía.
    • El fresno, el nogal americano y el arce son excelentes opciones de madera dura, aunque también puedes usar otras. Evita utilizar madera suave (como el pino), ya que no obtendrás lejía buena para una barra de jabón.
    • Puedes comprar las cenizas en línea en lugar de quemarlas por tu cuenta. Asegúrate de que provengan de madera dura y no contengan pedazos de carbón negro.
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    Corta un agujero en la parte inferior de un cubo de 20 litros (5 galones estadounidenses). Coloca un cubo de 20 litros (5 galones) boca abajo y, luego, perfora un agujero del grosor de un dedo en la parte inferior. También puedes usar un barril de madera o una olla de arcilla en lugar de un cubo.[3]
    • Una maceta grande con un agujero de drenaje en la parte inferior es una excelente opción para este propósito porque el agujero ya tendrá el tamaño adecuado. No es necesario que perfores nada.
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    Extiende piedras pequeñas, pasto seco y la ceniza extraída en el balde. Cubre de 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de la parte inferior del cubo con piedras. Después, agrega una capa gruesa de paja en la parte superior y, luego, coloca 10 tazas (1 kg) de ceniza blanca de madera dura en la parte superior. Usa paja suficiente como para que la ceniza se sitúe al menos de 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) debajo del borde superior del cubo.[4]
    • Si no puedes encontrar pasto seco, también puedes usar heno o agujas de pino.
    • Compacta la ceniza tanto como sea posible. De ese modo, será más delgada y ocupará menos espacio.
    • La capa de pasto debe ser la más gruesa, seguida de la capa de piedra.
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    Usa ladrillos y tablas para sostener el cubo sobre una olla de acero inoxidable. Coloca una olla de acero inoxidable sobre el piso y, luego, algunos ladrillos hacia cualquier lado de ella. Extiende un par de maderas a lo largo de los ladrillos de modo que cubran la olla y, luego, coloca el balde encima. Deja una grieta entre las tablas de manera que el agujero de drenaje esté expuesto.[5]
    • Asegúrate de que la olla de acero inoxidable sea lo suficientemente grande para que quepan en ella al menos 4 litros (1 galón) de agua.
    • Puedes usar una configuración diferente, siempre y cuando el agua pueda fluir a través del cubo y dentro de la olla. Por ejemplo, si el cubo es lo suficientemente grande, puedes configurarlo en la parte superior de la olla.
    • No uses ollas de aluminio o la lejía las corroerá. Tan solo utiliza acero inoxidable o esmalte. Una olla de cocción lenta también funcionará para este propósito.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Extraer y concentrar la lejía

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    Hierve de 6 a 8 litros (1 ½ a 2 galones) de agua blanda. Puedes usar agua de lluvia o agua destilada. No uses agua común del grifo, incluso si es agua filtrada, ya que contiene demasiados minerales y cloro.[6]
    • No es necesario que uses una olla de acero inoxidable para hervir el agua, ya que no verterás la lejía en esa olla.
    • El agua debe estar caliente para extraer la ceniza, así que mantenla en un hervor constante. Otra cosa que puedes hacer es hervir el agua en tandas pequeñas de 2 litros (½ galón).
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    Vierte 2 litros (½ galón) de agua hirviendo sobre las cenizas. Asegúrate de hervir 2 litros (½ galón) de agua blanda y, luego, pásala sobre el cubo que contenga las cenizas. Vierte el agua en el cubo.[7]
    • No viertas los 6 u 8 litros ( 1 o 2 galones) de agua en el cubo. Debes incrementar la cantidad poco a poco.
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    Espera 30 minutos hasta que el agua caiga en la olla. Ten en cuenta que el agua podría demorarse un poco más en caer. También obtendrás un poco menos de 2 litros (½ galón) de agua en la olla porque es posible que el pasto y las piedras absorban un poco de ella.[8]
    • En lugar de observar la “cantidad” de agua, presta atención a la forma en la que gotee. Una vez que el agua haya terminado de gotear, podrás agregar más.
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    Añade otros 2 litros (½ galón) de agua y deja que se drene. Continúa agregando el agua en incrementos de 2 litros (½ galón estadounidense) hasta que tengas 4 litros (1 galón) de agua de lejía en la olla. Espera 30 minutos por cada tanda de agua que drene.[9]
    • El agua debe hervir cuando la viertas al cubo. Vuelve a calentarla si es necesario.
    • Si no tienes 4 litros (1 galón) de agua de lejía, repite todo el proceso usando más cenizas y agua.
    • Si deseas, pon a prueba el pH del agua de lejía con tiras de pH. El pH debe ser de 13.[10] No obstante, este procedimiento no es absolutamente necesario.
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    Hierve el agua de lejía hasta obtener ⅜ de taza (90 ml). Coloca la olla sobre la estufa y configura el calor a fuego medio alto. Deja que el agua de lejía llegue a hervir. A medida que la lejía hierva, se espesará. Una vez que se reduzca a ⅜ de taza (90 ml), estarás listo para continuar.[11]
    • Sé paciente. Este procedimiento te tomará de 3 a 4 horas.
    • Vigila de cerca la olla una vez que el agua de lejía se reduzca a 950 ml (1 cuarto). No querrás cocinarla demasiado.
    • Si tienes menos de ⅜ de taza (90 ml), tan solo agrega más agua blanda.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Hacer el jabón

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    Calienta 1 taza (240 ml) de la grasa que elijas en una olla de acero inoxidable. Escoge grasa o aceite, como manteca de cerdo, sebo, aceite de coco o aceite de oliva. Mide 1 taza (240 ml) y colócala en una cacerola pequeña. Luego, caliéntala a fuego medio hasta que la grasa se vuelva líquida y tibia.[12]
    • Debes hacerlo incluso si vas a usar grasa líquida, como el aceite de oliva. La grasa debe estar tibia.
    • Ten en cuenta que el tipo de grasa que usarás tendrá un efecto en la proporción. Es recomendable que uses una calculadora para hacer jabón que esté disponible en línea.
    • Puedes combinar las grasas. Por ejemplo, puedes usar aceite de oliva y manteca de karité. Verifica las proporciones usando una calculadora para hacer jabón en línea.
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    Agrega la lejía tibia a la grasa y cocínala durante 3 minutos. Si la lejía se ha enfriado, caliéntala nuevamente a fuego medio hasta que esté tibia nuevamente. Vierte lentamente la lejía tibia en la grasa derretida. Revuelve un poco la mezcla y, luego, cocínala durante 3 minutos hasta que se espese y se vuelva homogénea.[13]
    • En caso que te hayas quitado el equipo de protección antes de tiempo, asegúrate de colocártelo nuevamente para este paso en caso de que la lejía te salpique.
    • El jabón de ceniza tiende a ser muy suave. Si quieres una barra de jabón más dura, agrégale ¼ de cucharadita de sal.
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    Reduce el calor y revuelve el jabón continuamente durante 1 minuto. Disminuye el fuego de manera que el jabón ya no burbujee pero todavía esté tibio. En ese punto, el jabón debe tener una temperatura de 40 ºC (100 ºF). Luego, revuélvelo con una cuchara de madera de mango largo durante un minuto.[14]
    • Monitorea la temperatura usando un termómetro para hacer velas o jabón.
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    Espera de 10 a 15 minutos y, luego, revuelve el jabón nuevamente durante un minuto más. Deja que se cocine sobre la estufa durante 10 a 15 minutos. Luego, revuélvelo continuamente durante un minuto con una cuchara de madera de mango largo.[15]
    • Acostúmbrate a este proceso porque tendrás que realizarlo unas cuantas veces.
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    Revuelve el jabón cada 10 a 15 minutos hasta que se vuelva de color marrón dorado. Asegúrate de revolverlo durante un minuto cada vez que lo hagas. La cantidad de veces que repitas este proceso de esperar y revolver variará cada vez que hagas el jabón. Hacerlo puede tomarte tan poco como 30 minutos a hasta 3 horas. El jabón estará listo cuando se vuelva de color marrón dorado y puedas dibujar una línea a través de él con una cuchara.[16]
    • Una vez que el jabón se vuelva de color marrón dorado, arrastra la punta de una cuchara que no sea de metal a lo largo de la parte superior. Si la línea permanece, el jabón estará listo. Si no la vez, todavía no lo estará.
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    Añádele al jabón cualquier hierba seca, exfoliante o aceite esencial que desees. Para este paso, toma como referencia una receta de jabón o haz tu propia combinación. Sin embargo, si escoges la última alternativa, consulta una calculadora para hacer jabón o una receta existente que tenga ingredientes similares para determinar la cantidad de cada ingrediente que debas utilizar.[17]
    • La lavanda seca se utiliza con mucha frecuencia en la elaboración de jabones, aunque también puedes experimentar con la cáscara de limón, hojas de té sueltas y la manzanilla.
    • El café es un exfoliante excelente, aunque también puedes usar sal de mar granulada, cáscara de nuez molida o semillas de albaricoque molidas.
    • Los aceites esenciales son excelentes para agregarle fragancia al jabón. También puedes usar aceites con fragancia para hacer jabón.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Verter y endurecer el jabón

  1. 1
    Forra un molde de madera para hacer jabones usando papel encerado. No es necesario que realices ese procedimiento, aunque hará que el proceso de desmoldar sea más fácil. Rompe una tira de papel encerado que sea más larga que el molde y, luego, introdúcela dentro de él, asegurándote de hacer que los pliegues de la esquina luzcan agradables y prolijos.[18]
    • También puedes usar otros moldes para hacer jabones. Si puedes utilizar el molde para el proceso tradicional de elaborar jabón en calor o en frío, puedes hacerlo en ese paso.
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    Vierte el jabón en el molde como si engrasaras una bandeja para hornear. Sostén la olla por encima del molde y, luego, vacía el jabón dentro de él. Mueve la olla de una lado a otro desde un extremo del molde hacia el otro. Trabaja de manera rápida pero cuidadosa. No debes dejar que el jabón se derrame pero tampoco que se enfríe demasiado rápido.[19]
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    Cubre el molde con una toalla y, luego, retírala al siguiente día. Es importante que lo hagas porque podría ralentizar el proceso de enfriado. Si dejas que el jabón se enfríe demasiado rápido, podría volverse quebradizo y formar grietas. Durante ese tiempo, mantén el jabón en algún lugar tibio y seco donde no lo golpeen o muevan alrededor.[20]
    • No te limites a utilizar una sola toalla. ¡También puedes colocar varias toallas o mantas sobre la parte superior del molde!
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    Espera una semana hasta que el jabón se endurezca antes de desmoldarlo. Continúa para guardar el jabón en algún lugar tibio y seco donde nadie lo toque. Una vez que el jabón se haya endurecido, retíralo del molde. La forma en la que lo hagas dependerá de la manera en la que el molde haya sido construido.[21]
    • En el caso de algunos moldes, es necesario que los desarmes para tener acceso al jabón. Otros moldes simplemente requieren que los coloques boca abajo, como un molde para tortas.
    • Puedes cortar el jabón unos cuantos días antes mientras todavía esté en el molde. De ese modo, estará suave y será más fácil de cortar.
    • En caso de que hayas forrado el molde con papel encerado, podría pegarse al jabón. Si eso sucede, simplemente reitra el papel pelándolo.
  5. 5
    Corta el jabón en pedazos gruesos de 1 a 3 cm (½ a 1 pulgada). Para este propósito, puedes usar un cuchillo especial para cortar jabones o un cuchillo común. Si viertes el jabón en moldes individuales, no tienes que cortarlo porque ya tendrá un tamaño conveniente.
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    Deja que el jabón se endurezca sobre una bandeja de enfriamiento durante 2 a 6 semanas en una zona fresca y seca. Voltea las barras de jabón a mitad del proceso de endurecimiento, aproximadamente de 1 a 3 semanas. De ese modo, te asegurarás de que se endurezcan de manera uniforme en todos los lados.[22]
  7. 7
    Envuelve el jabón en plástico para envolver o guárdalo en un recipiente hermético. Mantén el jabón en un lugar fresco y seco. Demasiado calor o humedad podría ocasionar que se derrita. El jabón hecho en casa, lo cual incluye el jabón de ceniza, puede durar indefinidamente, aunque puede reducirse y endurecerse en cualquier momento.
    • En caso de que hayas utilizado aceites esenciales, quizá notes que la fragancia desaparezca después de aproximadamente un año. Sin embargo, eso no afecta al jabón en sí.
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Consejos

  • El jabón de ceniza no produce tanta espuma como el jabón tradicional. Si verdaderamente quieres espuma, usa una esponja de baño vegetal para aplicarte el jabón.[23]
  • Es posible que el jabón de ceniza forme una película blanca. Si eso sucede, tan solo lávala y usa el jabón. Eso generalmente sucede si el jabón se enfrió demasiado rápido en el molde.[24]
  • Si el jabón se vuelve demasiado grasoso, aumenta la temperatura y mézclalo nuevamente. Si eso no funciona, usa más lejía la próxima vez.[25]
  • Si el jabón no se espesa, quizá la ceniza provenga de madera suave, la cual no se endurecerá. Puedes agregarle un poco de sal o tan solo usar más lejía para la próxima tanda.[26]
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Advertencias

  • No uses moldes de lata, aluminio, teflón o cobre porque reaccionarán con la lejía.
  • Nunca manipules la lejía sin el equipo de protección apropiado porque podría quemarte la piel.
  • No uses aceites con fragancia para hacer velas. No son lo mismo que los aceites esenciales o los aceites para elaborar jabón. No son seguros para la piel.
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Cosas que necesitarás

  • colador (para separar las cenizas)
  • cubo de madera o plástico de 20 litros (5 galones estadounidenses)
  • olla de acero inoxidable o esmaltada
  • moldes para jabón
  • taza medidora de vidrio
  • cuchara de madera de mango largo
  • guantes de protección
  • gafas de protección
  • prendas de vestir viejas
  • botas de goma
  • hierbas secas, exfoliantes y aceites esenciales (opcionales)

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Categorías: Elaboración de jabón
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