Hacer jabón en casa es un pasatiempo rentable y creativo. La forma más sencilla de hacer una barra de jabón en casa es por medio del método de derretir y verter, que usa una base derretida de jabón en lugar de lejía activa. Para empezar de cero, mezcla agua, aceites y aditivos con lejía. Sin importar el método que elijas, puedes disfrutar de barras de jabón personalizadas con unos cuantos aditivos químicos después de que la mezcla se asiente.

Ingredientes

Jabón de pomelo y sal rosa de Himalaya sin lejía

  • 500 g (1 libra) de jabón base de leche de cabra
  • 80 g (2,5 oz) de sal rosa de Himalaya
  • 20 gotas de aceite esencial de pomelo

Jabón de aceite de oliva básico con lejía

  • 1 litro (40 oz) de aceite de orujo de oliva [1]
  • 380 ml (13 oz) de agua destilada
  • 140 g (5 oz) de hidróxido de sodio

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer mezcla de jabón sin lejía

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    Corta un jabón base en pedazos que se derritan fácilmente. Corta unos 500 g (1 libra) de jabón o glicerina en cubos de 1 cm (1/2 pulgada). Estos pedazos pequeños se derretirán de forma pareja de modo que será menos probable que la mezcla final quede grumosa. Usar pedazos pequeños también evita que la mezcla se queme mientras la estés revolviendo.[2]
    • También puedes rallar el jabón con un rallador o un pelador de verduras.
    • La glicerina es una base común que se puede conseguir en Internet o en tiendas de artículos para manualidades. Se hace con lejía como cualquier barra de jabón, pero no tiene lejía activa, así que es seguro tocarla.
    • Escoge jabones blancos y transparentes si tienes planeado agregarle color a la mezcla más adelante. Los jabones más oscuros no ayudan a la personalización, aunque de todas maneras podrás agregarles fragancias y espesantes.
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    Coloca el jabón base cortado en un bol u olla apta para el calor. El recipiente que requieres depende de cómo tengas planeado derretir el jabón. La forma más fácil de hacerlo es en la estufa. Simplemente coloca el jabón en una olla de acero inoxidable, una olla de cocción lenta o una olla de baño María. Si la estufa no es una opción, derrite el jabón en un microondas.[3]
    • Si usas un microondas, escoge un recipiente apto para este aparato. Busca una etiqueta en la parte inferior del recipiente o en el empaque.
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    Calienta y revuelve constantemente el jabón hasta que se derrita. Calienta el jabón en la estufa o el microondas a unos 50 °C (120 °F). Mueve el jabón que se derrite con una espátula de goma para contribuir a que se derrita. No la dejes asentarse por más de 30 segundos o, de lo contrario, podría quemarse. Revuélvelo hasta que llegue a una consistencia uniforme.[4]
    • Si la mezcla de jabón se ve espesa y seca, incorpórale un poco más de agua. Agrega el agua gradualmente, revolviendo la mezcla para que conserve la consistencia líquida.
    • Muchos jabones base llegan a una buena consistencia en un par de minutos. Dependiendo de la base que utilices, es posible que tengas que seguir revolviendo por 15 minutos o más para hacer que la mezcla se ponga uniforme.
    • Si vas a usar un microondas, calienta el jabón por 30 segundos cada vez. Revuélvelo bien para distribuir el calor.
    • El jabón base empieza a quemarse a los 60 °C (140 °F). Usa un termómetro de cocina conforme sea necesario para registrar la temperatura.
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    Agrega té, sal y otros ingredientes para darle color al jabón. El café y el té recién hechos cambian el color de la mezcla, pero, por lo general, no deja mucho olor en el producto final. Incorpora un poco de frutas o verduras licuadas para darle un color vibrante y profundo a tu jabón. Los tintes para jabón son otra opción para los colores inusuales. Además, usa sal de color o especias para agregar variedad.[5]
    • Por ejemplo, agrega unos 75 g de sal marina rosa del Himalaya para que la mezcla se vuelva de este color o incorpora un poco de cúrcuma para darle un color naranja.
    • Prepara café y té aparte de la mezcla de jabón. Quita el café molido y las bolsas de té antes de agregar el líquido a la mezcla.
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    Incorpora los aceites esenciales y otros ingredientes para que el jabón quede fragante. Revuelve unas cuantas gotas de cualquier aceite esencial en la mezcla para personalizarla. Las flores y las hierbas son alternativas a los aceites esenciales. Prueba a usar ingredientes como la remolacha o el sándalo en polvo. Los ingredientes como la vainilla, la miel y el azúcar rubio también pueden darle al jabón una calidad agradable que lo vuelva difícil de dejar.[6]
    • Las flores enteras y las hierbas pierden color con el tiempo y podrían teñir el jabón. Prueba colocarlas encima de la mezcla después de haberla vertido en el molde en lugar de incorporarla.
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    Usa aceites y otros ingredientes para cambiar la textura del jabón. En el caso de las barras de jabón más suaves, calienta aceite de cocina en una olla aparte, luego incorpórale la mezcla. El aceite de oliva, de coco y vegetal son buenas opciones para hacer barras de jabón más suaves y sedosas. Algunas personas derriten cubos de glicerina para agregarlos a la mezcla. Si quieres volverla más espesa, agrega una cucharada de avena, miel o cera de abeja.
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Método 2
Método 2 de 3:
Elaborar la mezcla de jabón con lejía

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    Escoge aceites vegetales para formar la base de tu jabón. Puedes usar todo tipo de aceites vegetales para hacer jabón. El tipo que escojas determinará la cantidad de ingredientes que necesitarás. La primera vez que hagas jabones, no compliques las cosas y solo usa entre 1 y 2 tipos diferentes de aceite. El aceite de orujo de oliva de una tienda de alimentos es una base común para comenzar. Mide 1 litro (40 oz) de aceite en una balanza de cocina por peso en lugar de por volumen.[7]
    • Si quieres una receta que sea un poco más elegante que un jabón básico de aceite de oliva, prueba el aceite puro de semilla de cáñamo o palma. Mézclalo con la misma cantidad de aceite de oliva.
    • Si quieres un jabón más cremoso con más espuma, prueba a mezclar 1 parte de aceite de coco, 1 parte de aceite de palma y 1 parte de aceite de oliva. Agrega un poco de aceite de almendras dulces para darle un olor agradable al jabón.
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    Usa una calculadora de lejía para determinar cuánta necesitas para hacer jabón. Si estás siguiendo una receta de jabón en específico, usa la cantidad de lejía que se especifica en ella. De lo contrario, confía en una calculadora de lejía. La cantidad varía dependiendo del aceite que uses. Emplea una proporción correcta de aceite y lejía para hacer barras sólidas de jabón que no te quemen la piel al usarlas.[8]
    • Busca en Internet una calculadora de lejía o usa la que está aquí: http://www.pinemeadows.net/lyecalc.php.
    • Encontrarás otra calculadora de lejía en el siguiente enlace: https://www.thesage.com/calcs/LyeCalc.html.
    • Algunas calculadoras tienen la opción supergrasa, lo que quiere decir que se usa más grasa para que el jabón quede más suave. Si quieres una buena consistencia por defecto, configura la opción a 5 %.
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    Vierte el agua en un bol para mezclar apto para el calor. Si quieres un jabón de aceite de oliva básico, necesitarás unos 380 ml (5 oz) de agua. Mide el agua en un vaso apto para el calor o una taza medidora de plástico sobre una balanza de cocina. Transfiere el agua en una olla de acero inoxidable o un bol de vidrio. Ten en cuenta que la lejía corroe un poco el vidrio y el plástico con el tiempo, así que el acero inoxidable es normalmente tu mejor opción para mezclarla con el agua.[9]
    • Si vas a hacer un tipo diferente de jabón, usa la cantidad de agua que se especifica en la receta o una calculadora de lejía.
    • El agua de grifo a menudo tiene minerales que afectan el resultado del jabón. Para que no suceda, compra agua destilada de una tienda de alimentos.
    • Si dividiste la receta por la mitad para hacer una pequeña tanda de jabón, recuerda dividir todos los ingredientes por la mitad como corresponde.
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    Mide la lejía en un recipiente aparte con una balanza de cocina. Vierte cuidadosamente unos 140 ml (5 oz) de lejía en un vaso resistente al calor o una taza medidora de plástico. Pésala en la balanza. Asegúrate de tener la cantidad que se especifica en la receta o la calculadora de lejía. Manéjala con cuidado para que no se derrame y usa acero inoxidable o recipientes de vidrio que no tienes planeado utilizar para cocinar en el futuro.[10]
    • Se puede conseguir lejía en Internet o en la mayoría de ferreterías.
    • La lejía es muy cáustica, así que manipúlala con cuidado. Cúbrete con gafas de protección, guantes de goma y ropa de manga larga. Si te cae, aunque sea un poco en la piel, lávala de inmediato con agua fría.
    • El tipo más común de lejía es el hidróxido de sodio (NaOH). También se encuentra hidróxido de potasio (KOH) o potasa y se usa para hacer jabón. Lee la etiqueta para saber qué tipo es. Son similares, pero se tienen que agregar en cantidades diferentes.
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    Vierte la lejía en el agua gradualmente mientras lo vayas revolviendo. Revuelve los ingredientes con un batidor manual de acero inoxidable o apto para el calor. Deja que la mezcla se ponga caliente y blanca antes de agregar más lejía. Sigue revolviendo y vertiendo hasta que se termine de disolver toda la lejía. La mezcla estará hirviendo.[11]
    • Nunca viertas agua en la lejía o la eches toda en el agua de una sola vez. Esto puede conllevar una explosión de lejía que salpique químicos peligrosos por todo sitio.
    • La lejía y el agua liberan calor y vapores cuando se mezclan. Asegúrate de estar listo para esto antes de continuar. Ventila el área y piensa en usar una máscara para polvo.
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    Prueba el agua de lejía con un termómetro hasta que llegue a los 43 °C (110 °F). Pon el recipiente a un lado mientras esperas. Después de que la lejía empiece a hervir, métele un termómetro de acero inoxidable para registrar su temperatura. Déjalo enfriar hasta que llegue de 38 a 43 ° C (100 a 110 °F).[12]
    • Empieza a preparar los aceites mientras esperas a que enfríe la lejía. Ten los aceites listos para agregárselos a la lejía.
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    Mezcla y calienta los aceites base hasta que lleguen a unos 43 °C (110 °F). El objetivo es que los aceites lleguen a la misma temperatura del agua con lejía. Pesa los aceites con una balanza de cocina, luego derrite los sólidos a fuego lento. Incorpora los aceites líquidos y caliéntalos hasta que estén entre 38 a 43 ° C (100 a 110 °F).[13]
    • Calienta los aceites hasta 50 °C (125 °F) solo si la receta que estás usando especifica que la mezcla puede resistir la temperatura más alta.
    • Las mezclas calientes se llaman “aceites fijos” en algunas recetas.
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    Mezcla los aceites con agua de lejía hasta que la mezcla se espese. Vierte el aceite caliente en el agua con lejía y revuélvelo con un batidor o una cuchara mezcladora de acero inoxidable. Las cucharas y los agitadores de madera también funcionan, pero se astillan con el uso continuo. Además, es posible que incluso se requiera más tiempo para lograr que la mezcla adquiera la consistencia de pudín o pasta dental.[14]
    • La mezcla terminada se llama un rastro. Cuando está lista, el agitador deja líneas en ella. Si lo levantas, la mezcla se le quedará pegada.
    • Usa una batidora de mano eléctrica o una licuadora de inmersión para acelerar el proceso de batido. Pon la mezcla de jabón en un recipiente profundo para que no salpique.
    • Si usas una licuadora de inmersión, sumérgela totalmente en la mezcla antes de encenderla. Golpéala en los costados del recipiente para que se revienten las burbujas de aire. Empieza con una potencia baja primero, luego pásala a media o alta conforme la mezcla se vaya espesando.
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    Agrega fragancias o aditivos si quieres personalizar tu jabón. Los aceites esenciales, las hierbas y los espesantes son algunas formas de hacer que tu jabón sea único. Usa diferentes ingredientes para darle color y aroma. Después de escoger los aditivos, incorpóralos en la mezcla con una cuchara, una espátula o un batidor. Normalmente, un jabón no debe tener más de 6 % de aditivos por volumen.[15]
    • Investiga los beneficios de las hierbas y los aceites esenciales. Por ejemplo, agrega lavanda para darle aroma al jabón y nutrirte la piel.
    • La avena, el café molido y la miel son algunos de los espesantes más comunes que vuelven el jabón más grueso para que sea exfoliante.
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Método 3
Método 3 de 3:
Darle forma y dejar que el jabón se enfríe

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    Limpia y recubre los moldes para jabón. Estos moldes son básicamente cajas para que la mezcla líquida se asiente. Cualquier recipiente de plástico seco servirá. De lo contrario, puedes comprar moldes de silicona especialmente para jabón. Si tienes un recipiente de madera, cubre el interior con un forro de silicona o papel freezer.[16]
    • Los moldes de jabón se pueden encontrar por Internet y en algunas tiendas generales. Si necesitas un forro, podrás conseguir papel freezer en la mayoría de los supermercados.
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    Vierte la mezcla para jabón en el molde. Llena cada molde casi por completo. Golpéalo contra una superficie dura unas cuantas veces para reventar las burbujas de aire. Usa una espátula de goma para raspar el exceso de mezcla para verterla en otro molde o botarla.[17]
    • Golpea el molde contra una superficie dura unas cuantas veces si se ve espumosa. Prueba dejarla caer de una altura baja para que se revienten las burbujas de aire resistentes.
    • No te preocupes todavía de dividir el jabón en barras más pequeñas. Espera a que el jabón se solidifique.
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    Envuelve el molde en cartón y una toalla limpia. Pega un pedazo de cartón con cinta adhesiva sobre el molde para cubrir el jabón. Luego, envuelve una toalla alrededor de todo el molde para aislarlo. Hacerlo contribuye a que el molde se asiente adecuadamente, lo que termina en un mejor jabón.[18]
    • Si no tienes cartón, coloca papel pergamino sobre el molde.
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    Espera 24 horas antes de cortar las barras. El proceso de saponificación toma al menos un día. Cuando quites el jabón del molde, estará duro y listo para cortarse. Usa un cuchillo de cocina afilado para dividir el jabón en barras más pequeñas. Si quieres uniformizar los lados, raspa el jabón con un pelador de verduras.[19]
    • Ten el jabón a temperatura ambiente y fuera del alcance de los niños y mascotas. Si usaste lejía fresca, el jabón aún será peligroso de tocar en este momento.
    • Si está muy suave para cortarse, déjalo reposar por un día más. Esto sucede con mayor frecuencia en moldes individuales grandes.
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    Deja secar el jabón por varias semanas antes de usarlo. Pasa las barras de jabón a un área fría, pero bien ventilada. Prueba ponerlas cerca de una ventana en el sótano o una encimera. Ponlas sobre papel encerado o algún otro material desechable para evitar que los aceites lastimen la superficie en la que está el jabón. Este tomará unas 4 semanas en terminar de asentarse.[20]
    • El jabón toma entre 3 y 8 semanas en asentarse por completo. El tiempo que requiera dependerá de los aceites que se usaron. Revisa la receta para saber cuál es el tiempo recomendado de asentarse.
    • El jabón que se usa con el método de derretir y verter se solidifica en unas cuantas horas. Déjalo reposar como mínimo de un día para otro antes de sacarlo del molde.
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Consejos

  • Casi cualquier tipo de grasa funciona bien para hacer una barra casera de jabón. Los artesanos de jabón usan aceite de palma, manteca de karité, manteca de cacao e incluso manteca de cerdo o vegetal.
  • Si no puedes encontrar lejía, revisa la etiqueta de los limpiadores de drenaje. Algunos productos son 100 % lejía y se pueden usar para hacer jabón.
  • Juega con diferentes mezclas de aceites y aditivos para crear un jabón único desde cero.
  • Si quieres más consejos y recetas, lee un libro de preparación de jabones o visita una comunidad en línea.
  • Por razones de seguridad, mantén la lejía fuera del alcance de las mascotas y los niños pequeños. Separa los utensilios que usas para hacer jabón de tus utensilios de cocina y diles a todos en tu casa que no deben tocarlos.
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Advertencias

  • La lejía es muy peligrosa cuando se manipula de manera incorrecta. Siempre usa un equipo de seguridad cuando estés haciendo jabón, con gafas de protección y guantes de goma. Además, ventila el área para eliminar el vapor de la lejía.
  • El jabón todavía es peligroso cuando está fresco. No lo manipules hasta que haya tenido al menos un mes para asentarse por completo.
  • El jabón que se hace con mucha lejía puede quemar la piel. Siempre usa una calculadora de lejía para cerciorarte de que hayas agregado la cantidad adecuada de lejía para los aceites que tienes.
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Cosas que necesitarás

Hacer mezcla de jabón sin lejía

  • una olla o un recipiente apto para el microondas
  • una taza medidora
  • una balanza de cocina
  • una espátula de goma
  • un horno o un microondas
  • aceites esenciales u otros aditivos
  • moldes
  • film plástico
  • un cuchillo afilado

Mezclar la mezcla de jabón con lejía

  • lejía
  • aceites vegetales
  • gafas protectoras
  • una camisa de manga larga o un mameluco
  • pantalones largos
  • guantes de goma, plástico o látex
  • recipiente para mezclar de acero inoxidable, vidrio o plástico
  • tazas medidoras
  • una balanza de cocina
  • utensilios para mezclar de acero inoxidable, vidrio, plástico o madera
  • termómetros de acero inoxidable
  • una estufa
  • una olla o sartén para calentar el aceite
  • moldes de jabón de silicona, plástico o madera
  • cartón
  • una toalla
  • un cuchillo afilado

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Categorías: Elaboración de jabón
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