El dióxido de titanio (fórmula química: TiO2) se encuentra prácticamente en todas partes. Se forma de manera natural a partir del titanio y el oxígeno en el suelo, pero la forma pura que se compra suele elaborarse en las fábricas.[1] Si uno se fija en cualquier producto blanco fabricado, lo más probable es que este químico sea el origen de ese color blanco. Los aficionados a la elaboración de jabón utilizan el dióxido de titanio, pero primero es necesario mezclarlo con agua o aceite si se quiere que el jabón tenga un color uniforme.

Question 1
Question 1 de 7:
¿El dióxido de titanio es soluble en agua o en aceite?

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    Aunque por lo general el dióxido de titanio es soluble en aceite, algunas formas pueden mezclarse con agua. El dióxido de titanio normalmente no se disuelve en agua.[2] Sin embargo, puedes comprar tipos de esta sustancia que se dispersan en agua lo bastante bien para utilizarlos en la elaboración de jabón.[3]
    • Si no sabes qué tipo de dióxido de titanio tienes, ¡pruébalo! Revuelve una cantidad pequeña del polvo en agua caliente y ve si se disuelve.

Question 2
Question 2 de 7:
¿Qué tipo de dióxido de titanio se necesita para las manualidades?

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    El único tipo que necesitas es el dióxido de titanio de grado pigmentario. Prácticamente todo el dióxido de titanio disponible en el mercado es de grado pigmentario y se puede utilizar para colorear productos caseros como el jabón o los cosméticos. Evita el dióxido de titanio ultrafino o a nanoescala que es mucho menos común. Está molido tan fino que no reflejará la luz visible, así que no sirve como blanqueador.[4]

Question 3
Question 3 de 7:
¿Cuánto dióxido de titanio se añade al jabón?

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    Utiliza 1/2 cucharadita de TiO2 por cada 500 g (1 libra) de grasa para hacer jabón blanco de proceso en frío. Eso equivale a 5 ml por kg (para usuarios métricos), lo que es suficiente para elaborar jabón blanco puro o para aclarar otro color hasta un tono pastel. No es necesario ser muy exacto, solo mezcla al menos esta cantidad. Así estarás listo para experimentar mientras haces el jabón.[5]
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    Mide de 1/16 a 1/8 de cucharadita de TiO2 por cada 500 g (1 libra) de jabón para derretir y verter. Eso representa alrededor de 0,6 a 1,3 ml por kg. Los jabones para derretir y verter no necesitan tanto dióxido de titanio como otros métodos.[6]

Question 4
Question 4 de 7:
¿Cómo se mezcla el dióxido de titanio para hacer jabón desde cero?

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    Revuelve 1 parte de TiO2 con 3 partes de agua tibia o aceite portador. El aceite de palma o el aceite de coco derretido son buenas opciones, pero puedes utilizar cualquier aceite portador que se encuentre en las recetas de jabón.[7] El dióxido de titanio puede tardar bastante en mezclarse, así que pon tu música favorita y sigue revolviendo hasta que no ver manchas blancas. Al final, tendrás una mezcla concentrada que puedes mezclar con bases de jabón.[8]
    • Algunas formas de dióxido de titanio solo se dispersarán en aceite, mientras que otras pueden utilizarse con agua o aceite. Por lo general, es más fácil y más rápido mezclarlo con agua que con aceite, pero el aceite tiene un menor riesgo de crear grietas solidificadas en el jabón.[9]
    • Si utilizas aceite, puede ser más fácil machacar los ingredientes en una bolsa con cierre hermético pasando una toalla de papel de un lado a otro.[10] Otra forma de acelerar las cosas es utilizar un espumador eléctrico manual.[11]

Question 5
Question 5 de 7:
¿Cómo se mezcla el dióxido de titanio para el jabón para derretir y verter?

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    Revuelve 1 parte de TiO2 con 3 partes de aceite portador tibio. Puedes añadir el dióxido de titanio directamente a la glicerina (jabón transparente para derretir y verter), pero utilizar un aceite portador como el aceite de girasol le dará una textura más uniforme. Revuelve hasta que ya no veas manchas blancas y la mezcla tenga un color blanco uniforme. Recuerda que esto puede tardar un rato.[12]
    • Puedes omitir este paso y añadir el dióxido de titanio al jabón, pero tiende a producir un jabón un poco moteado.[13]
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    Mezcla esto con la glicerina derretida. Derrite un trozo de jabón transparente, lo suficiente para guardarse en un vaso de plástico pequeño. Revuelve la mezcla de dióxido de titanio y aceite con el jabón derretido hasta que tenga un color blanco uniforme. Una vez cuajado, tendrás un trozo de jabón blanco. Solo rómpelo en pedazos y añádelo a tus mezclas para derretir y verter cada vez que quieras darles un color más claro.[14]
    • Si deseas ahorrarte algo de trabajo, es bastante fácil encontrar jabones blancos para derretir y verter que ya vienen coloreados con dióxido de titanio.

Question 6
Question 6 de 7:
¿Cómo se añade la mezcla de dióxido de titanio al jabón de proceso en frío o caliente?

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    Puedes añadir la mezcla cuando se alcance la fase de traza. Al igual que con cualquier colorante, es hora de añadir el dióxido de titanio previamente mezclado tan pronto como la lejía y los aceites combinados alcancen la fase de traza: cuando el jabón aún se derrama de una cuchara, pero deja un rastro en la mezcla cuando vuelve a caer. Lo único que necesitas para revolverla es una espátula. No es necesario levantar la licuadora de inmersión para este paso.[15]
    • En ocasiones, el dióxido de titanio produce un aspecto agrietado llamado ríos de glicerina, sobre todo cuando se mezcla con agua en vez de aceite. Este no es un problema importante, pero si quieres evitarlo, utiliza un poco menos de agua en el jabón, baja un poco la temperatura del jabón y haz fluir más aire sobre el molde de jabón.[16]
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    También puedes añadir el dióxido al inicio. Puedes añadir una mezcla a base de aceite a los aceites iniciales o una mezcla a base de agua al agua de lejía. Los óxidos sobreviven bien al proceso de calentamiento, así que esto funciona bien si deseas una tanda completa de jabón blanco y no planeas hacer combinaciones de colores elegantes más adelante.[17]

Question 7
Question 7 de 7:
¿Es seguro utilizar dióxido de titanio en los cosméticos?

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    La FDA lo considera seguro. El dióxido de titanio de grado pigmentario suele añadirse a los jabones, el maquillaje y la pasta dental. La FDA (Agencia estadounidense de alimentos y medicamentos) lo considera seguro incluso para productos como las sombras de ojos que se utilizan cerca de las zonas sensibles.[18]
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    Hay signos de peligro solo en casos muy específicos. Cuando se muele en nanopartículas demasiado finas, el dióxido de titanio podría ser lo suficientemente pequeño para dañar la piel y los pulmones. Este es un porcentaje pequeño de todo el dióxido de titanio fabricado.[19] Aun así, el riesgo es pequeño y sobre todo, una preocupación para los trabajadores expuestos a él durante años, no para las personas que lo utilizan en casa.[20] Si te preocupa esto, lee la información del producto antes de comprarlo para asegurarte de que sea "sin nanopartículas".

Consejos

  • El agua destilada es la mejor opción cada vez que utilices agua en la elaboración de jabón. El agua de grifo está bien si es lo único que tienes, pero existe el riesgo de que afecte la sensación y la espuma del jabón.[21]

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Categorías: Elaboración de jabón