El jengibre cristalizado, que también se conoce como jengibre confitado, es un bocadillo dulce, masticable y picante hecho con jengibre fresco. Puedes agregarlo a los alimentos horneados y los platillos con vegetales, o incluso disfrutarlo solo. Preparar jengibre cristalizado es fácil y divertido. Podrás preparar una tanda de este bocadillo en poco tiempo siempre y cuando tengas raíz de jengibre y azúcar.

Ingredientes

  • 3 tazas (1 libra) de raíz de jengibre fresca
  • 2¼ tazas (1 libra) de azúcar granulada y un poco más para rociar
  • 5 tazas (1 litro) de agua

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar jengibre cristalizado

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    Reúne los materiales. Para preparar jengibre confitado, además de algunos ingredientes simples, también necesitarás un par de herramientas y suministros básicos de cocina. Para hacer este bocadillo delicioso, necesitarás lo siguiente:
    • cuchara o pelador de vegetales
    • mandolina
    • cacerola grande
    • coladero
    • termómetro para dulces
    • bandeja de enfriamiento de alambre (engrasada)
    • bandeja para hornear
    • tazón grande
    • recipiente hermético para almacenamiento
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    Pela el jengibre. Antes de cristalizar el jengibre, debes retirarle la cáscara. Una de las formas más fáciles de hacerlo es usando una cuchara. Coloca la parte lateral de la cuchara sobre la raíz de jengibre y raspa la cáscara cuidadosamente.[1]
    • Para este trabajo, puedes usar un cuchillo o un pelador de vegetales.
    • Pelar el jengibre con un pelador de vegetales puede resultar complicado, ya que esta raíz tiene varios nudos y bultos. Además, los cuchillos generalmente retiran demasiada pulpa.
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    Rebana el jengibre. Coloca la mandolina a 3 mm (1/8 de pulgada) del jengibre. Sitúalo sobre la tabla y usa el empujador para pasar el jengibre sobre la cuchilla. Junta las tajadas de jengibre y colócalas en una cacerola grande.[2]
    • Si no tienes una mandolina, usa un cuchillo filoso para cortar el jengibre en rodajas delgadas.
    • Si prefieres, también puedes cortarlo en cubos pequeños.
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    Hierve el jengibre. Agrega agua a una cacerola junto con las rodajas de jengibre. Tápala y hierve el agua a fuego medio alto. Cuando hierva, reduce el fuego a medio y deja que continúe hirviendo a fuego lento durante 30 minutos.[3]
    • El jengibre estará listo cuando esté suave al tacto y puedas perforarlo fácilmente con un tenedor.
    • Cuando esté cocinado, retira la sartén del fuego.
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    Escurre el agua del jengibre. Retira aproximadamente 240 ml (1 taza) de agua de la cacerola y colócala a un lado. Vierte el jengibre en un colador para escurrir el resto del agua. Luego, colócalo nuevamente en la cacerola junto con la taza de agua que hayas reservado.[4]
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    Hierve el jengibre con el azúcar. Agrega azúcar a la cacerola con el jengibre y el agua. Hierve el agua a fuego medio alto revolviéndola con frecuencia para evitar que se queme. Cuando hierva, reduce el fuego a medio. Continúa cocinando, sin cubrir la cacerola, durante 30 minutos hasta que el jarabe alcance los 100 °C (225 F°).[5]
    • Cuando el jengibre alcance la temperatura correcta, retira la cacerola del fuego inmediatamente.
    • Para preparar esta receta, puedes usar miel en lugar de azúcar.[6]
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    Deja que los trozos de jengibre se enfríen y sepáralos. Coloca la bandeja de enfriamiento engrasada sobre una bandeja para hornear. Esparce los trozos de jengibre sobre la bandeja de enfriamiento dejando que el jarabe excedente caiga sobre la bandeja para hornear. Luego, sepáralos cuidadosamente con un tenedor para que se sequen y se enfríen.
    • Coloca el jengibre a un lado para que se enfríe durante una o dos horas. Los trozos de jengibre deben estar lo suficientemente pegajosos como para que el azúcar se adhiera a ellos, aunque no tan húmedos como para que la cobertura se desprenda.[7]
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    Cúbrelos con más azúcar y deja que se enfríen completamente. Cuando los trozos de jengibre estén lo suficientemente fríos para manipularlos, transfiérelos a un tazón grande. Rocía azúcar suficiente como para cubrirlos con una capa delgada. Luego, revuélvelos para que el azúcar se distribuya uniformemente y los cubra.
    • Transfiere las rodajas de jengibre nuevamente a la bandeja de enfriamiento. Deja que reposen toda la noche para que se enfríen completamente.[8]
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    Disfruta el jengibre y guarda lo que sobre. Una vez que el jengibre cristalizado se enfríe, podrás disfrutarlo inmediatamente. Si quedan algunas sobras de jengibre, transfiérelas a un recipiente hermético.
    • El jengibre se mantendrá a temperatura ambiente durante dos a cuatro semanas.[9]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Usar productos derivados del jengibre cristalizado

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    Recoge el jarabe y el azúcar de jengibre. Cuando coloques el jengibre sobre la bandeja de enfriamiento para que se seque, la bandeja de hornear atrapará cualquier exceso de jarabe que gotee. De modo similar, cuando revuelvas el azúcar del jengibre, cualquier exceso se acumulará en el fondo del tazón. Puedes usar el jarabe y el azúcar de jengibre en bebidas, alimentos horneados y otras recetas.[10]
    • Recoge el jarabe cuando el jengibre se enfríe y no gotee más. Retira la bandeja para hornear, debajo de la bandeja de enfriamiento, y transfiere el jarabe a un recipiente hermético.
    • Después de trasladar las rodajas de jengibre azucaradas nuevamente a la bandeja de enfriamiento, transfiere cualquier resto de azúcar que haya quedado en el fondo del tazón a un recipiente hermético.
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    Usa jarabe de jengibre como un sustituto picante del azúcar blanco. Puedes sustituir el azúcar común por azúcar de jengibre en cualquier receta. Debido a que este azúcar ha estado en contacto con jengibre verdadero, tendrá un fuerte sabor picante que les dará sabor a otros productos.[11]
    • Puedes usar el azúcar de jengibre en bebidas calientes (como el té) y bebidas frías (como la limonada).
    • También puedes utilizarlo para cubrir el borde de los vasos de vidrio cuando prepares cócteles.
    • El azúcar de jengibre también es un buen complemento para los alimentos horneados. Simplemente rocíalo sobre las galletas o muffins en lugar de usar azúcar común.
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    Haz un ginger ale rápido. Aunque esta bebida se prepara con jengibre fermentado, puedes hacer tu propia versión rápida combinando jarabe y agua carbonatada. Llena un vaso alto con hielo, vierte un poco de agua carbonatada y añade un poco de jarabe de jengibre al gusto.[12]
    • Si tienes una máquina para hacer bebidas carbonatadas, también puedes hacer tu propia bebida gaseosa con sabor a jengibre desde cero.
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    Rocía el jarabe de jengibre sobre los alimentos del desayuno y los postres. Este jarabe es un sustituto delicioso y picante del jarabe de arce o la miel. Puedes rociarlo sobre los panqueques, los waffles, los helados, las frutas, otros alimentos favoritos para el desayuno, y los postres.[13]
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    Haz un jarabe para la tos casero. Este remedio no te quitará el resfriado, pero te aliviará el dolor de garganta. La próxima vez que hagas una tanda de este jarabe, usa azúcar de jengibre en lugar de azúcar común o agrega una pizca de jarabe para darle un toque de sabor.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Utilizar el jengibre cristalizado

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    Rocíalo sobre el helado. El jengibre confitado es picante y dulce, así que combina bien con los postres, como el helado. La próxima vez que sirvas helados o sundaes como postre, adorna los tazones con unos cuantos trozos de jengibre confitado.[14]
    • Puedes cortar las rodajas de jengibre en tajadas finas y pequeñas antes de rociarlas sobre el helado.
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    Agrega un toque picante a los platillos salados. El jengibre también es una especia que combina bien con ciertos platillos salados, especialmente los que están hechos de tubérculos y calabacín. Para usar jengibre confitado como adorno sobre estos platillos, primero córtalo en rodajas o trozos pequeños. Entre los platillos salados excelentes en los que puedes usar jengibre confitado se encuentran los siguientes: [15]
    • camotes confitados
    • sopa de calabacín o calabaza
    • puré de calabacín o calabacín asado
    • zanahorias asadas
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    Mastícalo para tratar el malestar estomacal. A muchas personas les gusta usar el jengibre para tratar el malestar estomacal, incluyendo náuseas, vómitos, dolores y mareos. El jengibre confitado puede ser un bocadillo masticable delicioso y un alimento cómodo cuando tienes malestar estomacal.
    • Otras formas comunes en las que las personas disfrutan el jengibre para tratar el malestar estomacal incluyen beber un ginger ale o un té de jengibre.
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    Improvisa algunos muffins de limón y jengibre confitado. El jengibre combina bien con las frutas cítricas, así que no hay mejor forma de comenzar la mañana que comerse un muffin de limón y jengibre confiado.
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    Úsalo en alimentos horneados en lugar de jengibre común. Puedes reemplazar el jengibre fresco por el jengibre confitado en cualquier receta en la que utilices esta raíz. Esto incluye bocadillos deliciosos como pasteles de jengibre o cupcakes de calabaza y jengibre.
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Categorías: Hierbas y especias | Recetas
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