Durante siglos, encuadernadores de todo el mundo han hecho papel marmoleado. Este proyecto puede entretener una tarde a los niños y niñas, o puede continuar el interés de un artista para toda la vida. Ligeros cambios en los ingredientes o en la temperatura pueden causar grandes diferencias, por lo que podría tomar varios intentos hasta que te sientas cómodo.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Preparar

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    Organiza tu espacio de trabajo. Cubre con periódico una gran mesa de trabajo y el suelo a su alrededor. Prepara:
    • Una bandeja con bordes elevados, que sea más grande que el papel que vas a utilizar.
    • Una segunda bandeja o cubeta más grande que el papel, llena de agua.
    • Un tendedero o rejilla de secado
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    Mezcla el alumbre con el agua caliente (opcional). El alumbre es un "mordiente", lo que significa que hace que el color se fije en el papel. Sin él, el marmoleado será débil y borroso. Para hacer alumbre suficiente para varias docenas de hojas de papel, revuelve 1 cucharada (15 ml) de alumbre en 1 ½ taza (360 ml) de agua tibia hasta que se disuelva por completo, al menos dos minutos.[1]
    • Compra sulfato de aluminio puro en una tienda de arte o en Internet. No utilices el alumbre que se vende como una especia. Este suele ser un compuesto químico relacionado que puede dañar el papel.
    • Mantén el alumbre fuera del alcance de los niños. No es peligroso manipularlo, pero puede secar la piel e irritar la nariz cuando se inhala. Usa guantes o lávate las manos después de manipularlo, y evitar la inhalación del polvo.
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    Trata el papel con alumbre. Con una esponja frota la mezcla de alumbre sobre la hoja de papel mediante un par de trazos largos, que cubran toda la hoja sin empaparla. Marca el lado no tratado con un lápiz para evitar confusiones. Coloca el papel en posición horizontal con la cara tratada hacia arriba, hasta que se seque (15 a 30 minutos aproximadamente).[2]
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    Añade almidón líquido en la bandeja vacía. El almidón líquido está disponible en la sección de detergentes en una tienda de comestibles. Vierte aproximadamente 1 pulgada (2,5 cm) de profundidad. Deja reposar el líquido antes de continuar, y evita golpear la bandeja.
    • Esto es, por lo pronto, la opción más fácil de preparar, pero la mayoría de los artistas experimentados de marmoleado utilizan otros materiales. Ve a continuación otras alternativas si obtuviste bajos resultados a partir del almidón, o si el almidón no está disponible en tu área.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Crear el diseño

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    Roza la superficie del líquido con una tira de papel periódico. Esto romperá la tensión superficial, y quitará el polvo y las burbujas de aire. Revienta las burbujas restantes con un alfiler.
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    Mezcla la pintura con hiel o aceite. Coloca una pequeña taza o plato para cada color de pintura acrílica. Utiliza un gotero o un pincel para transferir una gota de pintura al almidón líquido (antes de empezar puedes hacer una pequeña prueba en un plato separado con almidón). La mayoría de las marcas de pinturas y colores se hundirán, en ese caso se debe añadir hiel para marmoleado al recipiente de pintura. El aceite vegetal es un sustituto barato, pero podría dejar tu papel un poco grasiento.[3] Añade una gota a la vez y continúa haciendo pruebas, hasta que una gota de pintura flote en la superficie y se extienda lentamente. Añade un poco más si la gota se esparce más de 3 pulgadas (7,5 cm)
    • La hiel de buey tradicional no funciona con pinturas acrílicas. Utiliza una hiel para marmoleado a base de detergente que no contenga productos de origen animal.[4] También se vende como tensioactivo o dispersante.
    • Prueba cada color por separado y realiza una prueba antes de cada sesión de marmoleado. Diferencias en la temperatura y la humedad pueden cambiar la cantidad de hiel requerida.
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    Añade pintura al almidón. Una vez que se preparan todas las pinturas, añade gotas directamente a la bandeja grande de almidón. Para gotas individuales, utiliza un gotero o la punta de un pincel. Para dispersar muchas gotas a la vez, utiliza un manojo apretado de pajillas de plástico y da un ligero golpe sobre la superficie. Repite con varios colores, hasta que se hayan repartido por toda la superficie del líquido.
    • En tus primeros proyectos, comienza con una capa oscura de fondo y no utilices más de cuatro colores.
    • Puedes obtener un tono diferente de un mismo color, mezclando la pintura con un poco más de hiel.
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    Decora la superficie (opcional). Puedes utilizar cualquier objeto fino que no importe que se ensucie, como un pequeño pincel o un palillo. Arrástralo a través del líquido, justo por debajo de la superficie, para crear remolinos y puntos. Para crear patrones paralelos, utiliza un peine de dientes separados barato o un tenedor de plástico.
    • Demasiada agitación hará que los colores se mezclen y se vuelvan turbios. Detente si ves que los bordes entre los colores están menos definidos.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Decorar el papel

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    Coloca el papel sobre el almidón. Sostén el papel desde las esquinas opuestas, con el lado tratado con alumbre hacia abajo. Baja el centro del papel hasta el centro de la bandeja de almidón. Una vez que toque la superficie, baja rápidamente el resto del papel, hasta que las esquinas que tienes en tus manos alcancen la superficie. Presiona con cuidado las esquinas para asegurarte de que toquen la superficie.
    • Si dejas caer el papel de golpe, pueden quedar burbujas de aire atrapadas debajo y dejar zonas sin color en el papel.
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    Enjuaga el papel con suavidad. El papel ahora estará decorado con color, pero también estará cubierto con una fina capa de almidón. Despégalo inmediatamente usando la esquina y llévalo a la cubeta con agua para el enjuague. Dependiendo de qué tan bien se adhera la pintura, podrías agitar suavemente el papel por debajo del nivel del agua hasta que se retire el almidón. Para reducir el riesgo de perder el color, enjuaga el papel con un suave chorro de agua del grifo o una esponja.
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    Cuelga el papel para que se seque. Cuelga el papel sobre un tendedero o una rejilla de secado, con el lado de color hacia arriba. Una vez seco, el marmoleado permanecerá en el papel. Repite con varias hojas de papel adicionales. Crea un nuevo diseño una vez que la superficie del almidón esté en reposo.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Variaciones y técnicas

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    Usa agua espesada con carragenina. Puedes utilizar cualquier líquido espeso, en lugar del almidón. Para esta opción tradicional y popular, mezcla 1 cucharada (15 ml) de carragenina en polvo y 4 tazas (950 ml) de agua, luego remuévelo durante unos 30 segundos hasta que se mezclen bien. Cúbrelo con plástico y refrigéralo durante 8 horas, hasta formar un líquido sin burbujas con el espesor de jarabe o crema de leche.
    • Puedes utilizar durante 3 o 4 horas, pero las burbujas pueden crear defectos en tu diseño.[5] En la nevera se mantiene durante una semana.
    • Si el agua del grifo de tu zona es muy dura (minerales pesados), utiliza agua filtrada.
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    Prueba con metilcelulosa. Muchos encuadernadores utilizan metilcelulosa, que es más barata que la carragenina, pero más complicada de usar. Compra en Internet, en una tienda de artículos de encuadernación de libros, o en una gran tienda de artesanías, una metilcelulosa que en su etiqueta marque "dispersable en agua fría". Revuélvela hasta que el agua hierva, luego añádele agua helada para crear una mezcla que se endurezca dentro de los siguientes 10 minutos y que perdure indefinidamente.
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    Usa tintas para marmoleado en lugar de pintura. Las tintas especiales para marmoleado pueden estar diseñadas para usar con un líquido específico, por lo tanto revisa la etiqueta antes de comprar. Si el resultado de tu trabajo contiene colores vivos y líneas nítidas de pintura, no hay necesidad de cambiar. También puedes utilizar otros tipos de pintura, pero puede que tengas que cambiar también el líquido en el que flotan o la hiel con la que los mezclas. Aquí hay unos ejemplos:
    • Las pinturas al óleo mezcladas con aguarrás, flotan en el agua.[6]
    • Las acuarelas mezcladas con hiel de buey, flotan en carragenina.
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    Crea efectos de estilo japonés. La tinta japonesa suminagashi, flota en el agua corriente, por lo que la preparación es más sencilla.[7] A diferencia de los colores saturados que se utilizan en el marmoleado turco o europeo, estas tintas crean patrones de anillos más delgados.
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    Crea peines y rastrillos. Los artistas experimentados de marmoleado utilizan a menudo "peines" o "rastrillos", que son pedazos alargados de madera con clavos incrustados a través de ellos. Arrastra en línea recta los clavos a través del diseño para crear efectos más simétricos.
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Cosas que necesitarás

  • dos bandejas para hornear con bordes elevados
  • almidón líquido o sus alternativas
  • pintura acrílica o sus alternativas
  • alumbre (de una tienda de arte)
  • aceite vegetal o bilis, surfactante o dispersante
  • goteros o pequeños pinceles
  • pinceles, pajillas de plástico, u otras herramientas de dibujo
  • tendedero o rejilla de secado

Consejos

  • Puedes utilizar una instalación similar para hacer marmoleado en una tela. Antes de comenzar, empapa la tela en la mezcla de agua con alumbre, cuélgala para que se seque y luego pásale la plancha caliente para quitar las arrugas. A partir de entonces el proceso es idéntico.[8]
  • Algunas marcas y colores son mucho más fáciles de usar que otros. Experimenta para ver cuáles funcionan mejor.
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Categorías: Manualidades con papel
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