Hacer preguntas es una forma básica de obtener información. Pero como todo, se necesita habilidad para hacerlo. Hacer preguntas abiertas es una forma amistosa de hacer que las personas participen en una conversación. Conocer la diferencia entre las preguntas abiertas y las cerradas te ayudará en gran medida en tu carrera y en tu vida social.

Parte 1
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Entender las preguntas abiertas

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    Conoce lo que es una pregunta abierta. Antes de comenzar a hacer preguntas abiertas con eficacia, es necesario que sepas lo que es. Una pregunta abierta es una que requiere una respuesta completa utilizando los conocimientos o sentimientos propios de la persona. Estas preguntas son objetivas, no dirigen a la persona a quien se las hace y dan lugar a una respuesta con muchas palabras.[1] Estos son algunos ejemplos de preguntas abiertas:
    • “¿Qué ocurrió después que me fui?”
    • “¿Por qué Juan se fue antes que Susana?”
    • “¿Qué opinaron todos del pastel?”
    • “Cuéntame acerca de tu día en el trabajo”
    • “¿Qué piensas de la nueva temporada de este programa de televisión?”
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    No hagas preguntas cerradas. Una pregunta cerrada puede responderse con una respuesta breve o de una sola palabra. Se utilizan para obtener información específica.[2] Estos son algunos ejemplos de preguntas cerradas:
    • “¿A quién elegirás?”
    • “¿Cuál es la marca de tu auto?”
    • “¿Hablaste con Roberto?”
    • “¿Susana se fue junto con Juan?”
    • “¿Los demás terminaron de comerse todo el pastel?”
    • Las preguntas cerradas hacen que las conversaciones se detengan. No incitan a las personas a hablar de sí mismas o a darle al interrogador alguna información relacionada con ellas mismas.
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    Reconoce las características de las preguntas abiertas. A veces, las personas creen que hacen preguntas abiertas cuando en realidad no es así. Para hacer preguntas abiertas exitosamente en una conversación, infórmate acerca de sus características.
    • Este tipo de preguntas hacen que una persona haga una pausa, piense y reflexione.
    • Las respuestas no serán hechos sino sentimientos personales, opiniones o ideas acerca de un tema.
    • Al usar preguntas abiertas, el control de la conversación cambia hacia la persona interrogada, lo que da lugar a un intercambio entre las personas. Si el control de la conversación se mantiene con la persona que hace las preguntas, significa que esta hace preguntas cerradas. Esta técnica hace que se parezca más a una entrevista o a un interrogatorio en lugar de una conversación.[3]
    • Evita las preguntas que tengan las siguientes características: respuestas que brinden información, que sean fáciles de responder y que se respondan rápidamente sin necesidad de reflexionar un poco.[4] Las preguntas que reflejen estas características son cerradas.
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    Conoce el lenguaje de las preguntas abiertas. Para asegurarte de hacer en verdad preguntas abiertas, necesitas entender el lenguaje involucrado. Las preguntas abiertas comienzan de formas muy específicas.
    • Las preguntas abiertas comienzan con las siguientes palabras: por qué, cómo, qué, describe, cuéntame… o qué piensas de….[5]
    • Si bien “cuéntame acerca de” no da inicio a una pregunta, el resultado es el mismo que hacer una pregunta abierta.
    • Las preguntas cerradas también tienen un lenguaje específico. Si quieres evitar preguntas de este tipo, no empieces utilizando verbos.[6]

Parte 2
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Utilizar las preguntas abiertas

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    Utiliza las preguntas abiertas para obtener respuestas significativas. Una de las razones principales para utilizar preguntas abiertas es lograr respuestas profundas, significativas y consideradas. Hacer preguntas de esta manera incita a las personas a abrirse, pues demuestras tu interés en lo que tienen que decir.
    • No utilices las preguntas cerradas cuando quieras lograr respuestas significativas. Estas preguntas pueden llevar a una conversación a un punto muerto. Las respuestas de una palabra dificultan la posibilidad de desarrollar algún tipo de conversación o relación. Las preguntas cerradas también suelen dar lugar a respuestas inadecuadas.
    • Realiza preguntas cerradas cuando quieras explicaciones detalladas.
    • Realiza preguntas abiertas para expandir la conversación después de hacer una pregunta cerrada en la que obtengas información o una respuesta de una palabra. Toma esa información o respuesta de una palabra y a partir de ahí desarrolla toda una conversación conformada por preguntas abiertas.[7]
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    Especifica los límites. En ocasiones, las preguntas abiertas pueden ser demasiado abiertas. La expresión es muy importante cuando se hace preguntas abiertas, sobre todo si buscas un cierto tipo de respuesta.[8]
    • Si quieres conseguirle una cita a un amigo, podrías preguntarle “¿Qué buscas en una persona?”. Podría responderte con características físicas, cuando de lo que querías que hablara era de la personalidad. En lugar de eso, haz una pregunta más específica con los siguientes parámetros: “¿Qué rasgos de personalidad buscas en una persona?”.
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    Trata de canalizar las preguntas. Para este método, comienza con preguntas limitadas, luego pasa a unas más amplias y abiertas. Este método es bueno si quieres obtener detalles específicos de alguien. También funciona si quieres que alguien se interese en un tema o de que se sienta más confiado.[9]
    • Si tienes dificultades para hacer que la persona se abra con las preguntas abiertas, intenta limitar estas preguntas al principio y luego amplíalas más después de filtrarlas en la conversación.[10] Un ejemplo de esto sería cuando conversas con tus hijos. Podrías hacer una pregunta como “¿Qué pasó hoy en la escuela?”. La respuesta es “Nada”. Continúa con algo como “¿Qué tareas escritas haces actualmente?”. Lo más probable es que esto inicie una conversación.
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    Continúa con la conversación. Utiliza las preguntas abiertas como una forma de promover otras preguntas. Puedes utilizar esta forma de seguimiento después de hacer preguntas abiertas o cerradas.
    • Pregunta “por qué” o “cómo” con la finalidad hacerle un seguimiento a la conversación y obtener una respuesta más larga después de hacer una pregunta cerrada.
    • Cuando alguien haya terminado de hablar, hazle una pregunta abierta que haga referencia a lo que acaba de decir o que esté relacionada con eso. Esto mantendrá la conversación fluida en una forma abierta e interesante.
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    Relaciónate con las personas. Las preguntas abiertas son una de las mejores formas de relacionarte con alguien mediante una conversación. A diferencia de las preguntas cerradas, las abiertas promueven interacciones más profundas y significativas entre dos personas. Las preguntas abiertas indican que el interrogador está interesado en escuchar la respuesta del interrogado.
    • Realiza estas preguntas para saber más acerca de una persona. Muchas veces, las preguntas abiertas alientan a las personas a hablar de sí mismas. Al hacer preguntas de seguimiento, podrás seguir descubriendo cosas acerca de la otra persona.
    • Estas preguntas pueden demostrar interés, compasión o preocupación por alguien más. Las preguntas abiertas requieren respuestas más involucradas y personales. Al preguntar ¿Cómo te sientes?” o “¿Por qué lloras?”, incitas a una persona a que comparta sus sentimientos contigo. Preguntar “¿Estás bien?” solo hace que alguien responda con un “sí” o con un “no”.
    • Haz preguntas abiertas para promover una conversación con una persona callada, nerviosa o extraña.[11] Hacerlo podría ayudarla a sentirse cómoda y dispuesta a abrirse.
    • Utiliza las preguntas abiertas para evitar presionar, engañar o influenciar en la respuesta de una persona. La mayoría de las preguntas abiertas son neutrales. La forma en la que las preguntas cerradas se expresan pueden hacer que una persona se sienta presionada a responder de una cierta forma.[12] Por ejemplo, una pregunta capciosa puede ser “¿No crees que este vestido es lindo?” mientras que una pregunta abierta y neutral sería “¿Te gusta este vestido?”. Las etiquetas tales como “¿no es cierto?”, “¿no crees?” o “¿no?” pueden convertir las preguntas simples en unas capciosas al sugerirle a la persona con la que hablas que esté de acuerdo contigo. No las utilices al hacer preguntas abiertas.
    • Ten cuidado de no hacer preguntas abiertas que sean demasiado personales o que requieran demasiada información personal. Cuando hagas las preguntas, mide el nivel de comodidad del interrogado. Si haces una pregunta demasiado personal, simplemente haz otra que no lo sea tanto.
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    Haz preguntas que tengan muchas respuestas. Las preguntas abiertas son excelentes para las conversaciones. Promueven respuestas, opiniones y soluciones variadas. También fomentan el pensamiento creativo y validan las ideas de las personas.
    • Las preguntas abiertas involucran las habilidades lingüísticas de una manera sofisticada. Puedes utilizar preguntas abiertas con niños y con estudiantes de idiomas para ayudarlos a estimular su pensamiento y mejorar sus habilidades para el lenguaje.[13]
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    Haz preguntas que inciten a las personas a hablar. La conversación es un arte con el que muchas personas tienen dificultades. Hablar con gente nueva puede ser atemorizante, pero las preguntas abiertas pueden ayudarte a animar a hablar a los demás.
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    Investiga. Las preguntas abiertas pueden ser preguntas de investigación. Existen dos métodos diferentes para hacer este tipo de preguntas:
    • Investigar para lograr claridad. Si haces una pregunta abierta que dé lugar a una respuesta general, haz otra para obtener una mayor claridad. Por ejemplo, si le preguntas a alguien “¿Por qué te gusta vivir aquí?” y te responde “Por el paisaje”, puedes hacerle una pregunta adicional como “¿Qué paisaje?”.
    • Investigar para obtener más información. Una vez que te hayan dado una respuesta completa y clara, puedes hacer más preguntas para obtener información adicional. Algunos ejemplos de preguntas que buscan claridad son “¿Qué más te gusta?” o “¿Qué otra razón tuviste?”.[14]
    • No utilices la pregunta “¿Hay algo más?”. Esta es una pregunta cerrada y puede tener como respuesta un simple “no”.
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    Incita a la creatividad. Uno de los resultados de las preguntas abiertas es la creatividad. Algunos tipos de las preguntas abiertas requieren respuestas que animan a las personas a expandir los límites de su pensamiento.
    • Algunas preguntas abiertas requieren predicciones. Las preguntas como “¿Quién ganará las elecciones?” o “¿Qué efecto tendría la elección de este candidato en nuestra ciudad?” requieren que las personas piensen en posibles escenarios.
    • A veces, estas preguntas también hacen que las personas consideren las consecuencias. Al preguntarle a alguien “¿Qué ocurriría si…?” o “¿Qué pasaría si tú…”, lo incitas a pensar en la causa y los efectos de un determinado escenario.[15]
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    Trata de incitarlo a que te haga preguntas abiertas. Esto hará que la conversación sea más equitativa y te ayudará a participar en la conversación de una manera distinta al hecho de solo hacer preguntas. Para incitar a alguien a que te haga preguntas, trata de no darle todos los detalles de una historia u opinión de una sola vez.[16]
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    Escucha. Hacer las preguntas correctas es inútil si no escuchas. En ocasiones, somos culpables de formular la siguiente pregunta sin prestar atención a la respuesta de la primera. De esta manera, perderás grandes oportunidades para hacer preguntas relacionadas. Haz un esfuerzo por escuchar la respuesta a la pregunta que hiciste.

Advertencias

  • Si una persona se siente incómoda al contestar preguntas abiertas, significa que no entiende a dónde quieres llegar con ellas o que en realidad no quiere responderte. Puedes tratar de darle una explicación pequeña. Si se sigue resistiendo, es posible que la respuesta sea algo personal o quizás un tema que el interrogado no quiera explorar.
  • Las preguntas abiertas pueden dar lugar a respuestas largas y tediosas. Si quieres mantenerlas breves o relevantes, sé específico cuando hagas la pregunta.

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