Cambiar de escuela es desafiante en toda situación, pero puede ser más difícil a la mitad del año escolar. Hacer nuevas amistades, implementar nuevas rutinas y familiarizarse con los nuevos profesores puede ser agotador e intimidante para un chico. Con una preparación cuidadosa, una documentación eficaz y mucha ayuda de tu parte, cambiar de escuela a tu hijo puede ser un proceso simple y sin percances.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararte para cambiar de escuelas

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    Reúnete con el director y los profesores de la nueva escuela. Si es posible, ten una reunión con los profesores y el director. Consulta sobre las expectativas para tu hijo y para ti, incluidos los detalles sobre la tarea y la participación escolar.[1]
    • Adopta un rol activo en el proceso de transferencia de tu hijo. Una transferencia a la mitad del año puede ser estresante para todos, incluidos los profesores de tu hijo, así que asegúrate de estar al tanto de todos los requisitos.
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    Identifica toda diferencia en el plan curricular. Los planes curriculares suelen variar por región, o incluso por distrito escolar. Determina si tu hijo o tú coincidirán con el trabajo escolar, o si estarán adelantados o atrasados. Si la nueva escuela de tu hijo tiene un plan curricular más avanzado o atrasado que el que tu hijo lleva actualmente, conversa con sus nuevos profesores para garantizar que aumente el ritmo.[2]
    • Puedes solicitar trabajo escolar a los nuevos profesores y revisarlo con tu hijo para que sepa qué esperar de una nueva escuela y clase.
    • Tu hijo podría necesitar un tutor por los primeros meses si su plan curricular actual está atrasado con respecto al nuevo. Si este es el caso, conversa con tu hijo sobre las tutorías de antemano y explícale por qué crees que son necesarias.
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    Conversa con otros padres en la nueva escuela. Ten una idea de la reputación, las fortalezas y las debilidades de la escuela conversando con padres familiarizados con las ventajas y desventajas de la misma. Es probable que los educadores se centren principalmente en los hábitos y los logros académicos de la escuela, y podrían no estar al tanto de sus dinámicas sociales.
    • Puedes solicitar una comunicación con la asociación de padres y profesores mediante la oficina escolar. Por otro lado, si la distancia lo permite, puedes ir directamente a la escuela, explicar tu situación y acercarte a algunos de los padres que veas dejando o recogiendo a sus hijos.
    • Alista preguntas antes de conversar con los padres. Al presentarte a alguien nuevo, podrías olvidar algunos puntos importantes a tocar por accidente. Podrías preguntar qué les parece la escuela a sus hijos, si han tenido algún problema con algún profesor o miembro del personal, o si las tareas y los exámenes son rigurosos. Haz preguntas para tener una mejor idea de lo que tu hijo debe esperar.
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    Inicia el proceso de transferencia en una etapa temprana. Algunas escuelas requieren mucho papeleo antes de completar una transferencia. Inicia el proceso de transferencia dos meses antes de que planeen mudarse, si es posible.[3]
    • Empieza explicándoles tus planes a los profesores de tu hijo. Pregúntales cómo puedes ayudar para que la transición sea fluida.
    • Visita la oficina de su escuela actual y la de la nueva (o llama si quedan muy lejos). Determina con exactitud qué debes hacer antes de la transferencia y cómo puedes ayudar para que se dé con rapidez y facilidad.
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    Crea una línea de tiempo detallada para tu mudanza. Quizás todos se muden a otra región o solo tu hijo se vaya a otra escuela en la misma ciudad; en cualquier caso, planea el cambio y todo aspecto del mismo que podría influir en su educación. Esto podría comprender a completar el trabajo de antemano, terminar una unidad en su escuela actual para obtener una calificación concreta para transferirlo o despedirse de sus amigos y profesores de la escuela actual.[4]
    • Dedica un tiempo a agradecer a todo profesor que haya tenido un efecto considerable en la vida de tu hijo.
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    Reúne todos los documentos necesarios. Reúne todos los documentos necesarios y tenlos a la mano. La mayoría de las escuelas requerirán una evidencia mínima de residencia, registros de calificaciones y de vacunación. Algunas podrían requerir informes académicos, cartas de profesores y evidencia de una mudanza. Averigua en una etapa temprana qué es lo que la nueva escuela requiere y reúne los documentos necesarios, manteniéndolos en un área de fácil acceso.[5]
    • Una carpeta o un archivador bastarán para mantener todos los documentos intactos. Si tienes varios hijos, o varias escuelas, divide el papeleo según corresponda y etiqueta cada recipiente de forma cuidadosa.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Reunir documentos

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    Recupera los registros médicos. La mayoría de los distritos escolares requieren un registro de inmunizaciones, y muchos no aceptarán a un niño que no esté al día con sus vacunas.[6] Afortunadamente, estos registros pueden conseguirse con facilidad y por lo general solo requieren una llamada rápida o una visita al pediatra o doctor general de tu hijo.
    • Si a tu hijo le han diagnosticado algún tipo de discapacidad, podrías tener que brindar información médica adicional, como medicamentos y sus dosis, información de diagnóstico, etc.
    • Si tu hijo sufre de alguna enfermedad volátil determinada (como la epilepsia), tendrás que indicárselo al personal de la nueva escuela. En estos casos, lo mejor es darle a tu hijo y a la escuela una tarjeta pequeña con la información de contacto de emergencia.
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    Imprime los registros de calificaciones de la escuela anterior. Para demostrar el nivel de tu hijo en lo que respecta al grado y el plan curricular, tendrás que presentar los registros de calificaciones en la nueva escuela. Podrán presentarlos de forma directa a la escuela nueva o podrás llevárselos por tu cuenta.
    • Si es posible, no cambies de escuela hasta que tu hijo haya completado un semestre o trimestre. Es mucho más fácil brindar registros de calificaciones si ha culminado un periodo de calificación y las calificación ya se han distribuido. No es posible crear transcripciones a la mitad del semestre o trimestre; se requerirán calificaciones adicionales y esto podría ser un obstáculo adicional en la nueva escuela.
    • Averigua si la nueva escuela de tu hijo requiere que los registros de calificaciones estén sellados. Algunas escuelas requieren que los registros se envíen en sobres sellados directamente de la institución que los emite. Esto no es común en primaria ni secundaria, pero puede ser un obstáculo frustrante.
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    Consigue formularios de “evidencia de dirección”. Las escuelas públicas suelen tener zonas específicas designadas, detallando qué niños asisten a determinadas escuelas. Por este motivo, las escuelas no solo requerirán que brindes tu dirección de domicilio, sino también una evidencia de tu dirección.[7]
    • Los recibos de los servicios básicos suelen aceptarse como evidencia de domicilio. Podrías tener dificultades para obtenerlos el primer mes en tu nuevo hogar, pero podrías solicitar una carta de “evidencia de domicilio” por parte de tus compañías de servicios básicos.
    • Si has comprado una nueva casa, las escrituras de propiedad bastarán para verificar tu dirección. Para mantener este documento importante a salvo, lo mejor es hacer una copia y enviársela a la escuela de tu hijo.
    • Los estados bancarios suelen ser evidencias de domicilio aceptables, pero algunos establecimientos podrían no estar dispuestos a aceptarlos. Comunícate con la oficina de la escuela para garantizar que sea un tipo de evidencia de domicilio aceptable.
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    Haz copias del documento de identidad de tu hijo. Si tu hijo tiene 16 años o más, haz copias de su licencia de conducir para brindárselas a la oficina de la escuela. Un chico menor no tendrá una licencia de conducir, pero la mayoría de las regiones permitirán que los niños tengan un documento de identidad verificado si tienen menos de 16. Obtener una identificación es una manera simple de establecer la identidad de tu hijo en la oficina de la nueva escuela.[8]
    • Las escuelas secundarias de EE. UU. usan identificaciones escolares en la mayoría de las áreas. Estas serán aceptables como documentos de identificación, si están disponibles.
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    Solicita copias de los formularios de transferencia escolar. Es común que las oficinas escolares tengan confusiones en torno a los documentos. Para estar seguro, solicita copias de todos los documentos e información de transferencia de tu hijo, y tenlas a la mano cuando visites la nueva escuela por primera vez. Si ha ocurrido un percance, no tendrás que posponer el primer día de tu hijo.
    • También es bueno tener estos formularios a la mano para tener una idea de cómo va tu hijo en su plan curricular. Si los profesores u otros docentes tienen preguntas, podrás referirlos directamente a los registros de calificaciones de tu hijo.
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    Programa una cita para obtener la nueva identificación de tu hijo. Si la escuela de tu hijo usa una identificación para estudiantes, programa la cita para la foto de la identificación tan pronto como puedas (de preferencia, para el primer día de clases o antes). Las identificaciones pueden usarse para verificar la identidad del estudiante, permitir su acceso a la escuela o comprar almuerzos en ella; por lo tanto, completar esta tarea en una etapa temprana es vital.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Ayudar a tu hijo a adaptarse

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    Crea una línea de comunicación abierta. Tu hijo podría sentirse frustrado o furioso por un cambio súbito de escuela y círculo social. Crea una línea de comunicación abierta entre él y tú, dejando en claro que las emociones no están prohibidas.
    • Conversen sobre cómo podría ser el primer día en la nueva escuela cuando se transfiera a la mitad del año.[9] Conversa sobre la manera en la que el niño podría reaccionar a los nuevos estudiantes, cómo conversar con sus profesores si necesita ayuda, etc.
    • Ofrécete a llevarlo a su nuevo salón. Muchos niños lo rechazarán, pero algunos podrían necesitar esa mejora adicional en su seguridad que brinda la presencia de uno de sus padres.
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    Reúne información de las actividades extracurriculares. Las actividades extracurriculares variarán según la escuela, tanto en lo que se ofrece como sus tiempos. Si haces que tu hijo participe en actividades extracurriculares que disfrute, esta será una manera excelente de ayudarlo a encontrar amigos con intereses similares.
    • Familiarízate con los cursos electivos, así como con las actividades extracurriculares, y revísalos con tu hijo, ayudándolo a elegir en cuál inscribirse.
    • Empieza lento. Tu hijo podría tener una gran variedad de intereses, pero programar demasiadas actividades podría abrumarlo, en especial justo después de mudarse. Empieza con 1 o 2 actividades, y aumenta la cantidad a partir de allí.[10]
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    Consulta con los profesores y entrenadores de tu hijo. Él podría sentirse muy avergonzado de quedarse atrasado en clase, o tener problemas para desempeñarse en la gimnasia o los deportes. Mantente en contacto con los profesores y entrenadores de tu hijo, conversando con ellos una vez al mes para garantizar que todo vaya bien en la clase.[11]
    • Mantén estas interacciones amigables. Podrías sentirte a la defensiva si tu hijo empieza a tener problemas, pero necesitas que los profesores y entrenadores sean tus aliados.
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    Mantén las rutinas intactas en casa. La escuela de tu hijo ha cambiado, pero las rutinas en el hogar no tienen que hacerlo. Sigue brindándole desayuno y cena a las mismas horas, si es posible, y mantén toda tradición semanal (como las noches familiares, las noches de juegos, etc.) para crear una sensación de normalidad.[12]
    • Si actualmente no tienen rutinas, pregúntale a tu hijo qué tipo de tradiciones le gustaría empezar. Esto lo ayudará a tener cierto control sobre sus actividades cotidianas, y podría aliviar parte de la dificultad de cambiarse de escuela.
    • Si tu hijo ha cambiado de escuela debido a un cambio de trabajo de uno de sus padres y las viejas rutinas ya no son posibles, trata de imitarlas lo más que puedas. Por ejemplo, si ya no puedes desayunar con él, haz el desayuno antes de salir al trabajo y tenlo listo para tu hijo.[13]
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    Dale tiempo para adaptarse. Cambiar de escuela es difícil; los niños no solo deben aprender una nueva rutina, sino que también deben desarrollar nuevas amistades y acostumbrarse a nuevos métodos de enseñanza. Podría tardar un par de meses para adaptarse tan bien como en su escuela anterior. Si este es el caso, procura no preocuparte demasiado, ya que es probable que tu hijo vaya a estar bien.[14]
    • Si notas que no ha podido asimilar la situación dentro de un periodo razonable (de 4 a 8 semanas), conversa con él de forma calmada sobre toda manera en la que puedas ayudarlo a sobrellevar la transición con más facilidad.
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Consejos

  • Cambiar de escuela requiere muchos documentos y llamadas telefónicas. Presta atención a todos los documentos importantes de tu hijo para evitar los retrasos en la inscripción.
  • Familiarízate con el sistema de consejería de la escuela. Tu hijo podría tener que acudir al consejero después de mudarse, o quizás la política de la escuela incluso requiera que lo haga.
  • Anímalo a invitar a sus nuevos amigos a casa y a participar en actividades extracurriculares. Esto generará habilidades de liderazgo y desarrollará nuevas habilidades en él, y al mismo tiempo le brindará un entorno ideal para entablar nuevas amistades.
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Advertencias

  • Cambiarse de escuela puede ser un acontecimiento algo traumático, en especial si a tu hijo le iba bien a nivel académico o si les agradaba a los compañeros de su escuela. Conversa con él sobre la razón por la que la mudanza es necesaria, y deja que desahogue su frustración o furia.
  • No asumas que las oficinas escolares se encargarán del proceso de transferencia con rapidez y eficiencia; la mayoría de las escuelas tienen cientos o incluso miles de estudiantes, y es común que un niño se pierda entre ellos. Defiende a tu hijo y llama a la oficina de la escuela antigua y la nueva con frecuencia para garantizar que todos los documentos se entreguen y se procesen.
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Categorías: Vida escolar
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