Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011.
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Muchos padres creen que darles nalgadas a sus hijos es una forma apropiada de castigo. Sin embargo, hacerlo puede causarles mucho estrés, especialmente a medida que crecen. Si quieres que tus padres dejen de darte nalgadas, habla con ellos. Hazles saber los motivos por los que te desagrada que lo hagan y ofréceles ideas para formas alternativas de castigo. También puedes tratar de no meterte en problemas cumpliendo con todas las tareas y los trabajos de la escuela, y manejando las emociones (como el enojo) de una manera apropiada.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Hablar con tus padres acerca de las nalgadas
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1Determina qué es lo que deseas conseguir a través de la conversación. Debes entablar la conversación con un resultado potencial en la mente. Piensa en la solución o acuerdo que deseas lograr. También debes identificar tus sentimientos personales respecto de la conversación.[1]
- Averigua cómo te sientes. Es posible que sientas nervios de hablar con tus padres acerca de las nalgadas. Tal vez te preocupe que se sientan insultados o que crean que eres irrespetuoso. Está bien que reconozcas que estás nervioso, pero trata de no dejar que los sentimientos de aprehensión inhiban tu capacidad de entablar la conversación.
- Piensa en qué es lo que quieres lograr con la conversación. Obviamente deseas que tus padres entiendan por qué te sientes así, de manera que puede ser útil que escribas lo que piensas con anticipación. También puede servir para abordar algunas posibles soluciones al problema en cuestión. Por ejemplo, quizás tus padres estén de acuerdo en reducir las nalgadas o probar otros tipos de castigo.
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2Escoge un momento y un lugar para hablar. Debes escoger un momento tranquilo, en el que tanto tú como tus padres estén calmados y con la cabeza despejada.[2]
- Escoge un momento en el que tu(s) padre(s) no esté(n) ocupado(s). Debes escoger un momento para hablar en el que todos estén libres de obligaciones exteriores. Si tanto tú como tus padres suelen estar en casa los martes por la noche, este puede ser un buen momento para hablar.
- Elimina las distracciones. No hables con la televisión encendida o con el teléfono inteligente a la vista. Hazles saber a tus padres que deseas tener una conversación seria y pídeles que hagan a un lado las distracciones exteriores.
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3Expresa claramente tus sentimientos. Usa oraciones en "primera persona", como "Cuando me dan nalgadas, siento _____". Expresa lo que sientes, sin insultarlos o insinuarles que son malos padres. Luego, pregúntales si están dispuestos a hablar acerca de cambiar el castigo.[3]
- "Cuando me dan nalgadas, me siento humillado y poco querido. Siento que quiero meterme en un agujero y nunca salir, y siento que no me quieren. ¿Podemos hablar de la posibilidad de encontrar un tipo distinto de castigo razonable?".
- "Recibir golpes me aterra. Hace que les tenga miedo y que no quiera contarles nada de mi vida por temor a que me golpeen nuevamente. Esto está dañando nuestra relación".
- "Quizás han notado que estoy teniendo problemas de ansiedad. Algunas veces, tengo tanto miedo de recibir golpes que no puedo respirar o concentrarme en hacer la tarea. Por favor, ¿podemos hablar sobre la posibilidad de que usen un tipo distinto de castigo conmigo?".
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4Escucha la opinión de tus padres. Es importante que escuches tanto como hablas en la situación. No deseas que tus padres se sientan atacados o juzgados. Escucha cómo se sienten tus padres y qué es lo que opinan. Trata de entender lo que dicen para que sientan que los escuchas.[4]
- Tus padres pueden tener razones para castigarte de la forma en que lo hacen. Pueden haber recibido nalgadas cuando eran niños y creer que fue un castigo efectivo para ellos. Esta puede ser la razón por la que hayan adoptado una postura a favor de las nalgadas en el presente. Además, pueden creer que este castigo ha sido efectivo a lo largo de tu infancia para mejorar tu comportamiento y hacer que entiendas las consecuencias de tus acciones.
- Trata de ser tan maduro como sea posible. Tus padres estarán más impresionados y receptivos si creen que haces el esfuerzo de escuchar lo que opinan. Por ejemplo, di algo como "Les agradezco que quieran asegurarse de que crezca con buenos valores. Entiendo que crean que las nalgadas me ayudan en el proceso de ser adulto". Lograr que tus padres sientan que los escuchas durante una conversación puede hacer que progresen juntos en la búsqueda de una solución alternativa.
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5Sugiere otras formas de castigo. Hay muchas maneras en las que tus padres pueden castigarte sin recurrir a la violencia. Toma en cuenta que tus padres quieres verte crecer y madurar como niño, y quizás crean que darte nalgadas puede hacer que te vuelvas una mejor persona y que comprendas que las acciones tienen consecuencias. Para lograr que tus padres sean más flexibles con las nalgadas, pregúntales si están dispuestos a probar formas alternativas de castigo.[5]
- Las advertencias verbales te brindan la oportunidad de detenerte y reevaluar lo que haces. Trata de preguntarles a tus padres si están dispuestos a darte primero una advertencia para que puedas cambiar tu comportamiento.
- Las consecuencias naturales son las que se relacionan con el error que cometiste. Por ejemplo, si causas algún desorden, debes limpiarlo. Si hieres los sentimientos de alguien, debes disculparte y enmendar el daño. Si rompes algo, debes pagar para reemplazarlo.
- Estar castigado por un fin de semana, una semana o más de una semana puede ser apropiado.
- Nada de tecnología (teléfonos inteligentes, tabletas, computadora portátil para actividades no escolares) por un día, un fin de semana o incluso una semana es un castigo apropiado.
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6Trata de aceptar maduramente la respuesta de tus padres. Puede que tus padres no estén de acuerdo contigo en el tema de las nalgadas. Desafortunadamente, pueden creer con firmeza en los beneficios de las nalgadas para evitar el mal comportamiento y enseñarte que las acciones tienen consecuencias.[6]
- Tus padres pueden no estar de acuerdo en dejar del todo las nalgadas. Sin embargo, si muestras madurez a lo largo de la conversación y expresas respetuosamente tu punto de vista, es posible que acepten no usar las nalgadas como una forma primaria de castigo.
- Sin embargo, si tus padres son estrictos, hay una probabilidad de que no quieran cambiar su comportamiento. Trata de aceptarlo. En algunos meses, puedes mencionar nuevamente el tema y ver si han cambiado de parecer con el tiempo.
- Si tus padres te gritan, si les gusta golpearte fuerte o si te tratan muy mal, entonces es posible que debas terminar tranquilamente la conversación y buscar a un adulto de confianza para hablar acerca de cómo te tratan.
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7Evita discutir o quejarte. En el caso de que tus padres se aferren a su política de nalgadas, evita lloriquear o quejarte. Si abordas la situación con madurez, es mucho más probable que tus padres se tomen en serio tus inquietudes. Mantén un tono maduro a lo largo de la situación.[7]
- Si tus padres no están dispuestos a escuchar razones, no luches contra ellos. No servirá de nada. En vez de eso, termina la conversación y ve solo a algún lugar para que puedas procesar tus sentimientos.
- Tus padres estarán más dispuestos a escucharte si mantienes la calma. Si te sientes frustrado a causa de algo que se haya dicho, contén las emociones por el momento. Más tarde puedes golpear la almohada o salir a caminar para descargar las frustraciones.
Parte 2
Parte 2 de 3:Respetar las reglas y comportarte bien
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1Organízate. Una forma de evitar las nalgadas es cumplir con las expectativas de tus padres. Procura mantenerte organizado. Esto puede hacer que te mantengas al día con las asignaciones escolares, así como con las tareas de la casa.[8]
- Haz una lista de las cosas que necesitarás para la escuela y para la siguiente semana. Puedes hacerlo durante un sábado o un domingo por la tarde. Por ejemplo, imagina que debas hacer el reporte de un libro. Necesitarás el libro, un cuaderno para tomar notas, lápices y plumas. También necesitarás suministros para la copia final, como una portada para el reporte.
- Ordena un poco tu dormitorio. Reserva un espacio aparte para los juguetes, los DVD, los suministros informáticos, etc. Puedes usar cajas viejas para colocar los objetos importantes de la casa.
- Puedes pedirles a tus padres un calendario para tu dormitorio. Puedes usar el calendario para marcar las fechas importantes de la escuela. Marca la fecha de los próximos exámenes y la fecha de entrega de las tareas.
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2Mantente enfocado en los quehaceres diarios. Asegúrate de hacer lo que se espera de ti todos los días. Si te dedicas a hacer los quehaceres, tus padres tendrán menos razones para castigarte.[9]
- Haz una lista de los quehaceres que tienes que hacer cada día. Tal vez debas limpiar tu dormitorio el sábado o lavar los platos después de la cena el viernes. Cumple con las expectativas de tus padres en cuanto a tu comportamiento cada día de la semana.
- Dale prioridad a la manera en que harás las cosas. Por ejemplo, planifica siempre hacer las tareas después de la escuela para que no te quedes trabajando hasta tarde. También puedes incorporar un tiempo para recesos breves a lo largo del día a fin de evitar la fatiga. Por ejemplo, después de hacer la tarea de matemáticas por una hora, ponte a escuchar música durante 15 minutos.
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3Haz planes para ti mismo. Si tienes una gran tarea que hacer, como ordenar tu dormitorio, haz un plan. Si tus padres ven que eres responsable y que tomas la iniciativa cuando se trata de los quehaceres, tendrán menos razones para castigarte dándote nalgadas.[10]
- Divide las tareas grandes en partes pequeñas. Por ejemplo, imagina que tengas que ordenar tu dormitorio. Puedes dividir la habitación en cuatro secciones y lidiar con una sección a la vez, tomando descansos entre estas.
- Hacer planes para mantenerte al día con los quehaceres y otras obligaciones puede evitar conflictos entre tú y tus padres. Eso puede reducir en gran medida los incidentes en los que debas recibir nalgadas.
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4Habla con un consejero escolar. Si tiendes a ser una persona emocional, eso puede hacer que tengas arrebatos. Puedes perder el control cuando estás molesto y gritarles a tus padres o pelear con tus hermanos. Estas acciones pueden hacer que recibas nalgadas. Si este es el caso, trata de hablar con un consejero escolar y pídele ayuda para desarrollar maneras más saludables de lidiar con las emociones. Si puedes usar lo que has aprendido para evitar los arrebatos, eso puede hacer que recibas menos nalgadas.[11] Las siguientes son algunas estrategias que el consejero escolar puede recomendar:
- Hacer más ejercicio físico. Si te sientes molesto o estresado, trata de salir a caminar o correr para no perder el control.
- Escribir tus sentimientos. Si te sientes molesto, toma una pluma y un papel, y desahógate en un diario en vez de gritarle a un familiar.
- Tomar un descanso. Si discutes con uno de tus padres o un hermano, y empiezas a ponerte agresivo, tómate un descanso. Aléjate de la situación y tómate algo de tiempo para calmarte. Ve a tu dormitorio para estar a solas y lee un libro. Puedes abordar mejor el problema si estás calmado.
Parte 3
Parte 3 de 3:Prestar atención a los signos de abuso
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1Reconoce el abuso físico. Las nalgadas pueden ser una forma de abuso. Tus padres no deben desgarrarte la piel, causarte moretones o dejarte marcas duraderas. No debes vivir temiendo que te golpeen por cometer el menor error. Aprende a reconocer los signos de abuso para que puedas abordar la situación.[12] Los siguientes son algunos signos de que algo anda mal:
- El abuso físico es cualquier tipo de violencia, como golpear, patear, empujar o estrangular. Estas acciones pueden o no dejar marcas. Las nalgadas se consideran un área intermedia; sin embargo, si tus padres te dejan marcas o te causan alguna lesión en el proceso, entonces es una medida abusiva.
- El abuso verbal incluye insultos, humillaciones, amenazas, gritos y otros comportamientos que te asusten o te hagan sentir mal contigo mismo.
- El descuido implica el hecho de que no se atiendan tus necesidades básicas. Un padre debe alimentarte, vestirte y protegerte. Debes tener un techo sobre la cabeza, acceso a la atención médica necesaria, implementos adecuados para mantenerte limpio y todo lo que satisfaga tus necesidades básicas.
- El abuso sexual puede consistir en el tocamiento de los genitales de forma inapropiada (es decir, por razones no relacionadas con la atención médica). También puede consistir en mostrar imágenes pornográficas, tomar fotos o videos de ti desnudo, o hacer comentarios sexuales inapropiados sobre ti.
- El aislamiento involucra tácticas destinadas a separarte del resto del mundo. Prohibirte las salidas con los amigos, quitarte todos los accesos a Internet, castigarte por periodos excesivos de tiempo o incluso sacarte de la escuela por completo pueden ser tácticas de aislamiento.
- Los padres abusivos también pueden corromperte, explotarte, manipularte, chantajearte o humillarte. Pueden hacer que no tengas ninguna privacidad.
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2Habla con un adulto de confianza. Si crees que abusan de ti, habla sobre este asunto con un adulto de confianza. Un adulto debe ser capaz de ayudarte a encontrar recursos necesarios para afrontar la situación.[13]
- Con quién te sientas cómodo hablando dependerá de la situación. Quizás tengas otro pariente adulto, como una tía o un tío, con el que te sientas a gusto. También puedes hablar con un profesor, un consejero, el padre de un amigo o un miembro del clero.
- Hazle saber a la persona que escojas que necesitas hablar de algo en privado. Explícale qué es lo que ha ocurrido y cómo te sientes al respecto. La persona adulta podrá evaluar la situación y ofrecerte la ayuda que necesitas.
- Algunos adultos no saben escuchar. Si un adulto es indiferente, no significa necesariamente que el problema no sea real. Solo significa que esa persona no sabe escuchar y que debes buscar a alguien más.
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3Llama a una línea de ayuda. Es posible que no conozcas a un adulto en el que puedas confiar en esta situación. Si no conoces a muchos adultos además de tus padres, llama a la línea de ayuda 1-800-4-A-CHILD (si vives en Estados Unidos). Un trabajador especializado en crisis podrá ayudarte a evaluar la situación y darte la ayuda que necesitas.[14]
- Si no tienes un teléfono celular, quizás tengas que esperar hasta que tus padres se vayan de la casa para usar el teléfono. Asegúrate de escoger un momento en el que tus padres tengan que salir por un buen rato, pues la conversación puede ser larga.
Advertencias
- Si crees que eres víctima de abuso, es importante buscar ayuda e informarles a las personas adecuadas.
Referencias
- ↑ http://kidshealth.org/en/teens/talk-to-parents.html#
- ↑ http://kidshealth.org/en/teens/talk-to-parents.html#
- ↑ http://kidshealth.org/en/kids/talk-parents.html#
- ↑ http://kidshealth.org/en/kids/talk-parents.html#
- ↑ http://positiveparenting.com/9-things-to-do-instead-of-spanking/
- ↑ http://kidshealth.org/en/teens/talk-to-parents.html#
- ↑ http://kidshealth.org/en/teens/talk-to-parents.html#
- ↑ http://kidshealth.org/en/parents/child-organized.html#
- ↑ http://kidshealth.org/en/parents/child-organized.html#